Entrevistado por Prensa Latina, señaló que el presidente norteamericano, George W. Bush, "por arte de birlibirloque, ordenó la excarcelación del abominable serial killer".

Bush agrega un baldón más a su prontuario, al poner en la calle al "hijo predilecto de la putrefacción norteamericana", que está suelto en Miami, "vertedero donde las excrecencias de la humanidad se refugian, bajo la advocación del Tío Sam", añadió.

Posada Carriles -sentenció Orrillo- es "el mayor genocida de los últimos tiempos" y representa los límites increíbles a los que puede llegar la política del gobierno de Estados Unidos.

De larga vinculación con la CIA, Posada Carriles es el gestor del sabotaje al avión de una aerolínea cubana, que estalló frente a las costas de Barbados, en 1976, y ocasionó la muerte a 73 personas.

Estuvo asociado a la Operación Irán-Contras y al Plan Cóndor, en connivencia con los regímenes militares suramericanos en los años 70.

También a los sabotajes a hoteles habaneros, en uno de los cuales murió el joven turista italiano Fabio di Celmo, y al proyecto de atentado contra el presidente cubano, Fidel Castro, en la Universidad de Panamá, en el año 2000.

Esta semana fue liberado, previo fallo a su favor de la V Corte Federal del Circuito de Apelaciones, en Nueva Orleans, frente a una decisión anterior de mantenerlo encarcelado hasta el juicio previsto el 11 de mayo por delitos menores, de índole migratoria.

Mientras Washington protege al terrorista, "dentro del imperio suceden y sucederán masacres como la de Virginia, y todas las otras, que no revelan sino el grado de descomposición al que ha llegado esa sociedad", afirmó Orrillo.