Diplomacia norteamericana en Cuba, la petulancia recurrente
Por: Idolkis Argüelles Berdión
idolkisa@solvision.icrt.cu
Guantánamo, 22 may.- Parecería una alucinación, algo resultado de la fantasía, pero los cubanos conocemos muy bien al Gobierno de Estados Unidos y sus representantes de la Sección de Intereses de Estados Unidos (SINA), en La Habana; y nada nos coge de susto.
No es solo cuestión de tiempo sino de evidencias, la diplomacia norteamericana no solo viola las leyes cubanas, sino que quebranta los instrumentos jurídicos internacionales, es más, es vulnerada en sí misma por sus propios funcionarios; ¡y de qué manera!
El Señor Michael Parmly, jefe de la cita dependencia de EE:UU en Cuba se presta como intermediario perfecto entre terroristas confesos radicados en esa nación y los apátridas a sus servicios que juegan al servilismo, a toda costa.
Buenas sumas de dinero proveniente de Santiago Álvarez Magriñat, ilustre hijo de la mafia yanqui, traslada Parmly a los grupúsculos contrarrevolucionarios que operan en la Isla, y hasta contrae deudas con los asalariados del Imperio, en escenificación perfecta de un personaje amable y comprensible de la causa, “liberar a Cuba del régimen opresor”.
El propio ex jefe de la SINA entre 1979 y 1982, Wayne Smith, afirmó la víspera en Washington, según se conoció la víspera en el foro radiotelevisivo Mesa Redonda, “que sería ilegal e insensato servir de correo de Santiago Álvarez, descubierto como director de la llamada Fundación Rescate Jurídico”.
Las propias opiniones de Wayne Smith ponen por adelantado un juicio nada precipitado, el binomio pagador/correo es más que suficiente para asegurar que el descaro y la desvergüenza pulula entre los que promulgan una “lucha sin cuartel” contra el terrorismo. Una bomba de tiempo, no más, en buen decir cubano.
La diplomacia norteamericana permite y acoge en su seno al movimiento subversivo interno y se comporta de manera ofensiva. Los cabecillas de los autoproclamados disidentes y opositores lamen la mano del Imperio y éste a su vez les da de comer.
La SINA recurre en su presunción de diplomacia honesta, sin embargo, las imágenes expuestas en la Mesa Redonda, espacio de la radio y televisión cubanas, dejan mucho por decir, ella no es más que el “canal oficial de los sueldos pactados y las ayudas extras” a los mercenarios en Cuba, demostración fehaciente de su comportamiento antijurídico.
Cuba presenta nuevas e irrefutables evidencias sobre el nexo entre grupúsculos internos con el terrorista Santiago Alvarez Fernández Margriñat, radicado en Estados Unidos y funcionarios de su gobierno; el hecho recorre el mundo en diarios periódicos, radiales y televisivos y la verdad cubana se fortalece ante la opinión pública.