Los primeros que abrimos los ojos fuimos los europeos. Ya en el 80-81 Jaruselski mostró su cara de facha rojo ante el mundo, prohibiendo el sindicato obrero independiente llamado Solidaridad. El mundo entero llamo de todos los insultos a Lech, desde vendido a traidor, y se iniciaron una serie de huelgas que prohibieron, con el resultado final de cartelitos como éste
y el otorgamiento del Nobel de la Paz. Para recocijo de todos secretamente en sus cárceles-países, y fastidio enorme de sus gobernantes, por primera vez los fascistas eran los rojos a los ojos de todos.
Y así han caido todos, menos vuestro esbirro sangriento.
Si no habíais oído que de Polonia vino la apertura, ya habéis.