Raúl Martínez nació en Santiago de Cuba en 1949, en el seno de una familia de pocos recursos. Llegó a EE.UU. en 1960 con sus padres, quienes habían decidido "huir" del régimen de Fidel. Su carrera política, sin embargo, fue diferente a la de un típico líder del exilio cubano. Alcalde de la ciudad de Hialeah durante 24 años, Martínez se concentró más en los problemas de su comunidad que en la política de EE.UU. hacia Cuba, algo que sí hizo su ahora rival por la banca en el Congreso del distrito 21, Lincoln Díaz Balart. Martínez vive en una casa de la Avenida 7 y la calle 71 desde hace 38 años y atiende a sus visitas en el garage.
'Ha sido siempre demócrata?
Sí.Y déjeme recordarle que Lincoln Díaz Balart, también. El se pasó al partido Republicano con Ronald Reagan.
'Por qué piensa que puede terminar con su dinastía?
No se puede seguir defendiendo una política por Cuba libre que fracasó. A la gente ahora le preocupa la crisis. Miami no es una isla dentro de este país. La gente, ya sean cubano-americanos, latinos o estadounidenses, comparten los mismos problemas. Hay que terminar con la guerra de Irak para poder atender los problemas económicos de aquí.
'No está traicionando la causa cubana?
De ninguna manera. Los que la traicionan son aquellos que impiden que podamos enviar dinero a nuestras familias. Hacen lo mismo que Fidel. Les niegan a los cubanos de la isla la posibilidad de mejorar algo su situación.
Usted fue procesado en tres ocasiones por corrupción...
Es cierto. Hace 18 años. Pero 'sabe quién era el fiscal? El marido de Ileana Ros Lehtinen (N. de la R. una cubana-norteamericana del partido Republicano).
'Fue algo político?
Que la gente juzgue. Pero le recuerdo que en las tres causas me absolvieron.
'Son aún populares los Bush en Florida?
La última vez que vino el presidente ninguno de los dos hermanos Díaz Balart aparecieron junto a él. 'Le dice algo eso?
'Barack Obama tiene posibilidades de ganar aquí?
Tiene una organización impresionante pero han cometido errores como largar una publicidad por Radio Mambí. No sólo financian así a sus enemigos sino que en cuanto los cortos de tres minutos terminaban, uno de los locutores se encargaba de destrozarlo durante más de 10 minutos.
SALUDOS REVOLUCIONARIOS
(Gran Papiyo)