Los comicios locales miden la fuerza de Chávez

• La oposición gana más terreno. El presidente venezolano ha amenazado con “sacar los tanques a la calle” si no ganan los suyos.

Víctor Cruzado

Acostumbrado a que la cita con las urnas fuera un mero trámite para la consecución de sus objetivos, el rechazo sufrido en el último plebiscito ha puesto en guardia a Hugo Chávez, que ha convertido en una consulta sobre su persona los comicios regionales y provinciales que celebra Venezuela el domingo.

Estas elecciones miden la fortaleza del presidente en un entorno muy diferenciado al de anteriores consultas. El socialismo del siglo XXI que preconiza no ha logrado esquivar las turbulencias financieras internacionales y la caída de los precios del petróleo han colocado negros nubarrones sobre su proyecto, al amenazar su principal punto de apoyo.

Esta contingencia se suma a la pérdida de la imbatibilidad que se le presuponía tras sus repetidos triunfos electorales. El resultado del referéndum sobre la reforma constitucional del pasado año mostró su vulnerabilidad y ha dado algo más que un clavo ardiendo a sus detractores para tomar impulso ante el nuevo reto.

Se trata de una tendencia que no ha pasado inadvertida para el mandatario, que ha centralizado en su persona los comicios pese a no formar parte de ellos. Bajo el lema de que votar a favor de los candidatos oficiales es “votar por Chávez”, el presidente ha unido su figura y la revolución que encabeza a la victoria de su opción política para aprovechar su carisma y su tirón electoral con el fin de no perder terreno en la distancia corta. Por ello, y para evitar que se relajen sus seguidores, ha llegado a plantear en la campaña que un triunfo de la oposición propiciaría una ola de violencia en el país. “Si ustedes permiten que la oligarquía regrese a la gobernación, a lo mejor voy a terminar sacando los tanques de la brigada blindada para defender al Gobierno revolucionario y para defender al pueblo”, dijo en uno de los mítines.

Sin embargo, los sondeos y vaticinios auguran un retroceso de las fuerzas oficialistas, por lo que el presidente ha redoblado sus esfuerzos en los últimos días. Chávez se ha remangado en apoyo a los candidatos del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), formación que creó para aglutinar a los movimientos que le eran afines.
   
Sondeos contrarios
En varias gobernaciones y alcaldías, los candidatos del PSUV no sólo diputan estas elecciones a la oposición “tradicional”, sino también a “disidentes” del chavismo que han rechazado el llamamiento a la unidad bajo el signo del partido creado por el presidente.

Estas primeras discrepancias  surgieron cuando Chávez lanzó su propuesta de partido único, del que se desmarcaron diversas personalidades y agrupaciones como Patria Para Todos (PPT) y el Partido Comunista, ambos calificados de “traidores” por el mandatario venezolano.

En las elecciones regionales de 2004, el oficialismo ganó en todos los estados del país salvo dos, Nueva Esparta, en el este, y el rico estado petrolero del Zulia, en el oeste. Posteriormente, cinco gobernadores elegidos bajo la plataforma chavista se separaron del oficialismo.

En estos comicios se mantienen candidaturas disidentes en gobernaciones tan simbólicas como la de Barinas, estado natal e históricamente afín a la familia del presidente, donde su hermano, Adán, es el aspirante oficialista para suceder en el cargo al padre de ambos, Hugo de los Reyes Chávez.

Pese a los problemas internos en el movimiento gubernamental, la oposición no ha logrado tampoco conjuntar ideas para formar un bloque compacto contra Chávez, a pesar de que el 23 de enero cerraron un plan en el que acordaron la presentación de “candidaturas unitarias” en estos comicios.

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