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General: Santa esta anciana cubana no quiere un 4x4
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Resposta  Mensagem 1 de 72 no assunto 
De: Sad_Charlotte__  (Mensagem original) Enviado: 28/11/2008 21:36
Esta anciana cubana no quiere un 4x4 Santa ,  quiere comida y obligada a mendigar por la soberbia y obstinacion de un viejo cagalitroso que vive y lucra con la dignidad robada a todos los cubanos y entre todos los cubanos está la dignidad de esta anciana.
 


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Resposta  Mensagem 13 de 72 no assunto 
De: SadCHARLOTE Enviado: 02/12/2008 06:43
INTRODUCCION
Por: Iliana Curra


Muy poco se ha escrito del Presidio Político de Mujeres en la Cuba Castrista. Miles de ellas han padecido el peor de los castigos en un sistema donde impera la injusticia y el atropello perpetuo al ser humano.

La mujer cubana, desde el mismo año 1959 en que triunfara la llamada revolución cubana, ha tenido que sufrir en mugrientas cárceles la crueldad de un régimen que no tuvo en cuenta su condición femenina. Las mujeres han sido tratadas con la misma brutalidad que a los hombres. Las torturas, aislamientos, golpizas, separación de sus hijos, esposos y demás familiares, así como la discriminación a la que han sido sometidas por tantos años, es el resultado de la implantación de una tiranía militar nefasta que conculca todos los derechos humanos del pueblo.

Mujeres que han muerto en las prisiones, en interrogatorios de los centros de detención, que fueron capturadas en las montañas del Escambray y otras zonas de lucha, que fueron sacadas de sus casas dejando atrás el llanto y la desesperación de los suyos, hoy son parte de la historia. Ellas representan el valor y la vergüenza de un pueblo sometido a la más cruel de las tiranías.

Algunas ya no están con nosotros para contar sus historias. Otras han perdido sus mentes a base de torturas físicas y psicológicas. Otras, aún padecen el injusto encierro en un país que vive en el infortunio permanente del absolutismo.

Para todas ellas está dedicada esta sección.


Resposta  Mensagem 14 de 72 no assunto 
De: SadCHARLOTE Enviado: 02/12/2008 07:40


Comisión Interamericana de Derechos Humanos

OEA-1963: SITUACION DE LA MUJER EN EL PRESIDIO POLITICO EN CUBA

CAPÍTULO IV

SITUACIÓN DE LA MUJER EN EL PRESIDIO POLÍTICO DE CUBA

Respecto de la situación de la mujer en el presidio político de Cuba, la Comisión ha recibido amplia información, de la cual se advierte:

a) Que a medida que el actual régimen cubano ha intensificado su sistema de represión política, un número mayor de mujeres ha sido objeto de arrestos y encarcelamientos;

b) Que si bien no es posible conocer con exactitud el número de presas políticas que hay en Cuba, los datos aportados hacen parecer que asciende a varios miles;

c) Que las cárceles para mujeres con mayor número de presas políticas son las siguientes: Guanajay, en la provincia de Pinar del Río; Guanabacoa y Mantilla, en la provincia de La Habana; San Severino, en la provincia de Matanzas, y Baracoa en la provincia de Oriente;

d) Que la Comisión ha recibido declaraciones orales y testimonios por escrito de mujeres que han sufrido encarcelamiento en Cuba por razones políticas. Algunas de ellas han sido víctimas de maltrato físico; otras han sufrido vejaciones e insultos, así como amenazas contra ellas y sus familiares; otras han experimentado un trato extremadamente humillante, encaminado a destruir su resistencia moral y a degradar su dignidad de mujer;

e) Que si bien en algunos casos el maltrato es explicable por el bajo nivel moral de los custodios, en otros parece responder a una táctica aplicada intencionalmente;

f) Que el maltrato físico o el terror psicológico aplicado a las presas políticas no hace distinción alguna en cuanto a la edad, la salud, el estado civil o la condición pre-maternal de la mujer. En muchas ocasiones se trata a las presas con el mismo rigor que a los hombres, y

g) Que además del maltrato que reciben de sus custodios, existen otros factores que contribuyen a la humillación de las presas, como son las condiciones materiales de las cárceles donde aquéllas son recluidas, muchas veces tanto o más perjudiciales para su salud física y moral que los castigos o maltratos de los carceleros.

Maltrato de obra

A continuación se transcriben algunas de las denuncias presentadas, en las cuales se ponen de manifiesto diversos tipos de maltratos de obra.

1. Una señora, que estuvo presa y después asilada en una embajada en La Habana, en denuncia formulada en escrito de fecha 19 de enero de 1963,65 dijo:

Estuve presa en el campo de concentración de la Finca Acán. Entraban en la celda a cualquier hora del día o de la noche y empezaban a interrogar a los presos. Si se negaban a hablar las entraban a patadas y culatazos. A ninguno de los presos le dejaban recibir cartas ni visitas de sus familiares, los cuales eran vejados y maltratados por la milicia.

2. Otra señora que estuvo presa en la cárcel de Guanabacoa, en escrito fechado el 20 de enero de 1963,66 hizo la siguiente denuncia:

Estando en la cárcel de Guanabacoa ocurrió un incidente que jamás podré olvidar: había muchas presas a quienes querían trasladar a la prisión de Guanajay. Ellas se negaban porque sabían, por informes de las que habían estado allí, que las guardianas eran invertidas y abusaban de las presas que estaban bajo su custodia. El día de las madres concedieron visita a las presas y aprovechando esta circunstancia llamaron a las que querían trasladar para Guanajay y las engañaron diciéndoles que fueran a la sala a ver a sus familiares. Una vez allí las quisieron obligar a entrar en un ómnibus, pero ellas al darse cuenta se resistieron. Entonces los policías y guardianes a golpes intentaron obligarlas a someterse. Después de golpearlas espantosamente acabaron atontándolas con las mangueras de agua de la bomba de incendio, y agarrándolas por las manos y pies las tiraron a un carro de policía. Según contó después uno de los policías, una de las presas dio con la cabeza contra la puerta del carro, y él le dijo que suponía que no llegaría con vida a Guanajay. A las que no se llevaron en el carro, las dejaron mojadas toda la noche en el patio.

3. Una estudiante de Filosofía de la Universidad de La Habana y otra de Farmacia de la Universidad de Santo Tomás de Villanueva, denunciaron lo siguiente en escrito de fecha 19 de enero de 1963:67

Después de ser detenidas, con todos los miembros de la familia, el 20 de abril de 1960 y de ser interrogadas hasta altas horas de la noche, fuimos recluidas en una habitación en la que había no menos de 90 mujeres detenidas y en la cual, como es natural no se cabía prácticamente. A los dos días nos trasladaron, en horas de la madrugada, a una casa aledaña, convertida en prisión donde nos encontramos que en la planta baja se hallaban hacinados más de doscientos hombres, con un solo baño, lo cual hacía imposible todo tipo de higiene. Por otra parte, no había muebles de ninguna especie. Se dormía en el suelo, sin tener con qué taparse del frío. Allí permanecimos diez días, sin saber nada del mundo exterior, ni siquiera si nuestras familias conocían el lugar donde nos encontrábamos; y más tarde fuimos trasladadas para la cárcel de mujeres de Guanabacoa, donde estuvimos recluidas en celdas destinadas a presas comunes, en las cuales tampoco existía la higiene, y éramos custodiadas por carceleros que no cesaban de vejarnos, llegando inclusive a golpear a algunas de nuestras compañeras y hacerles proposiciones deshonestas a cambio de mejorar las condiciones de vida.

4. La esposa de un ex-oficial del Ejército Rebelde de Fidel Castro, hizo la siguiente denuncia en escrito de fecha 7 de octubre de 1962:68

Éramos como 125 mujeres, sin más ropa que la que teníamos puesta. Dormíamos la mayoría en el suelo, habiendo solamente 12 camas literas dobles, en las que dormían 2 personas en cada cama, pues de lo contrario en el suelo no había espacio. A la vez otras compañeras se sentaban en las camas y las otras dormían debajo de las literas y en el pasillo que iba al servicio. Otras tenían que acurrucarse en el suelo o quedarse de pie.

5. Una señora que estuvo detenida en Cuba, y cuyas hermanas fueron condenadas a largas penas de privación de libertad, denunció en testimonio escrito de fecha 20 de enero de 1963,69

A mi hermana Margarita la trataron muy mal, la vejaron, la insultaron, la calumniaron, durante todos los interrogatorios que fueron de día y de noche, a tal extremo que no podía descansar tranquila, al igual que otras muchas presas, porque a cualquier hora de la noche las levantaban para interrogarlas. Muchas veces, después de levantadas y tenerlas tres horas esperando, y bajo tensión nerviosa terrible, les decían que no habría interrogatorio. Y así días tras días a fin de destrozar la moral y los nervios mejor templados del mundo. Mi pobre hermana no pudo soportar tanta tortura y está completamente enajenada.

6. Una abogada, que sufrió prisión en Cuba, dijo en escrito de fecha 20 de agosto de 1962:70

Se nos aplicó el chorro de agua de la manguera de los bomberos y con ensañamiento fue dirigido contra dos de las reclusas que se encontraban en estado de gestación. Se nos amenazó con bayonetas caladas y no hubo muertos porque uno de los custodios, llamado C... de apellido, comprendiendo la situación, paralizó la orden de atacarnos con las bayonetas. Las reclusas que resultaron heridas tuvimos que curarlas nosotras mismas. Gracias a Dios, teníamos con nosotros guardando también prisión a la Dra. R.... y unas cuantas enfermeras graduadas.

7. La organización denominada “Alianza para la Liberación de Cuba”, en escrito de fecha 20 de agosto de 196271 denunció que el 17 de julio de dicho año fueron trasladadas violentamente desde la cárcel de Guanajay a la de Baracoa, lugar aislado de la provincia de Oriente en Cuba, setenta y cinco presas políticas y una niñita de un mes de nacida, a quienes incomunicaron y sometieron a toda clase de torturas y malos tratos. La mencionada organización acompañó con su denuncia, como anexo, un relato hecho por una de las presas trasladada, en el cual –que fue extraído de Cuba por cubanos que luchan en la clandestinidad—se detallan los nombres de las encarceladas y niñita referidas y se expone lo siguiente:

Al fin lograron introducirnos, después de ser salvajemente golpeadas, en camiones-jaulas herméticamente cerrados, y trasladarnos a la FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias). Allí nos dividieron en dos grupos, ordenándonos que uno entrara en un avión ya preparado, y el otro fue conducido a un lugar conocido con el nombre de la “perrera”, sitio sucio, falto de higiene, con malos olores de excrementos, en el cual permanecimos tiradas en el suelo durante 24 horas, recibiendo toda clase de vejámenes de los custodios y de los que allí pasaban para mirarnos como bestias de un circo.

El grupo que subió al avión fue trasladado a Santiago de Cuba, y de allí, en camiones cerrados con lonas, custodiado con metralletas y bayonetas caladas, llevado a Baracoa. De Santiago salieron a las 7 de la noche, terminando el viaje a las 8 de la mañana del día siguiente. La odisea de ese viaje es indescriptible: sin agua, ni comida y sufriendo toda clase de insultos y amenazas. Dicho viaje lo hizo también la niñita de un mes de nacida, debido a que la señora María Argüelles, Directora del Penal de Guanajay, se negó a que fuera entregada a sus familiares antes de salir. La niñita llamada Amadita Simón Fernández, es hija de la señora María Amalia Fernández del Cueto.

El grupo que quedó encerrado en la “perrera” de la FAR, después de sufrir toda clase de ofensas durante 24 horas, fue también trasladado a Baracoa, haciendo el mismo recorrido que el anterior y soportando iguales atropellos y vejámenes. Sólo nos sostiene la fe en Dios, el único que tenemos a nuestro lado, y al que hemos entregado nuestras vidas. Él nos protegerá, porque “el que todo lo pierde, le queda Dios”.

Maltrato de palabra

A continuación se copian fragmentos de algunas denuncias al respecto:

8. La abogada a que se hizo referencia anteriormente en el inciso 6, también manifestó en su denuncia lo siguiente:

Los insultos de los custodios, sobre todo de un sargento llamado P... eran comunes, y si la insultada replicaba era “engalerada”, o se le suprimía el derecho a recibir correspondencia y visitas... Éramos despertadas continuamente de noche con gritos y vocabulario soez... Para poder comprender esta denuncia es necesario que se sepa de antemano que para las fuerzas represivas o carcelarias del régimen castrista las detenidas, retenidas o sancionadas no son mujeres sino animales. El objetivo del tratamiento penal comunista de Cuba es: o aniquilar física y moralmente a la detenida o sancionada, o adoctrinarla al comunismo, para lo cual cualquier medio empleado es posible.

9. Una señora que estuvo detenida en el lugar conocido por Topes de Collantes, hizo la siguiente denuncia en escrito de fecha 20 de enero de 1963:72

Fui vejada e insultada durante todo el trayecto, y entre otras muchas amenazas me dijeron que mirara bien el camino por donde me llevaban, pues no lo iba a ver más. En el G-2 fui interrogada en varias ocasiones a distintas horas del día o de la noche. Me amenazaron con darme un tiro por no hacer trabajos “voluntarios”, y por no pertenecer a ningún cuerpo del gobierno comunista.

10. Una joven, que sufrió en Cuba prisión, en escrito fechado el 27 de agosto de 1962,73 denunció lo siguiente:

El personal de la cárcel era todo de hombres y recibíamos mucho maltrato de palabra de ellos.

11. Las estudiantes mencionadas en el inciso 3 del epígrafe que antecede, denunciaron también los siguientes hechos:

Durante la madrugada llegaba un sargento del G-2 quien nos amenazaba constantemente diciéndonos que si la contrarevolución triunfaba nosotras seríamos fusiladas inmediatamente, sembrando el pánico entre las detenidas. Entre nosotras había una señora en estado de gestación la cual perdió la criatura a causa del maltrato físico y mental a que fue sometida.

12. Una joven señora de 22 años, en escrito de 19 de enero de 1963,74 hizo constar lo siguiente:

Había en la habitación donde estaba detenida una ventana por donde no se veían más que cabezas de milicianos, y todas nuestras prendas íntimas fueron exhibidas y mostradas, haciendo burlas y diciendo las groserías más obscenas; y todo ello delante de los tres jóvenes amigos nuestros. Fue tal la vergüenza, que pedí permiso para salir al servicio...

Ofensas morales

Se citan a continuación algunas denuncias relacionadas con las ofensas mencionadas:

13. Una señora en escrito fechado el 19 de enero de 1963,75 hizo la siguiente denuncia:

Las condiciones de la cárcel de mujeres de Guanabacoa son muy malas. Están juntas las presas políticas y las comunes. Yo tuve por compañera a una presa común que había matado a un hombre a martillazos. Entre las presas había una que padecía una enfermedad venérea, y varias de ellas eran homosexuales. La propia celadora había matado a varios hombres y era también lesbiana, por lo cual trataba de buscar intimidades con las detenidas.

14. Otra señora en escrito también de fecha 19 de enero de 1963,76 dijo al respecto lo siguiente:

En la cárcel de Santa Clara en una pequeña celda, había 26 presas. Veinte éramos presas políticas; las seis restantes presas comunes: entre éstas una prostituta y dos asesinas. Allí estaba presa...,77 muchacha humilde de Sancti Spíritus, presa política. Estaba tan desesperada que un día trató de suicidarse con un cinto. Corrieron a tiempo las otras presas y lograron salvarla. Después la dejaron en libertad, pero a los pocos días se suicidó en su casa dándose candela.

15. En escrito de 19 de enero de 1963,78 la firmante expresó:

El registro consistió en pasarme las asquerosas manos por todo el cuerpo. Al protestar me dijeron que no era suficiente: entonces me llevaron a otro cuarto, donde me obligaron a quitarme absolutamente toda la ropa hasta quedar completamente desnuda.

Tortura psicológica

A continuación siguen algunas denuncias sobre torturas psicológicas.

16. Una estudiante de segundo año de Bachillerato, de 16 años de edad, hizo la siguiente denuncia en escrito de 19 de enero de 1963:79

Cuando llegamos al G-2 había más de 300 presas en un espacio en el que cabrían 60 personas. Casi no se podía respirar. A mi hermana y a mí nos llevaron a un pequeño cuarto, donde nos tuvieron separadas de las demás presas. A mi hermana y a mi mamá les tomaron declaración a las 3 de la mañana; y a las 6 a.m. se llevaron a mi hermana para interrogarla. El interrogatorio de mi hermana duró 3 horas, y durante ese tiempo varios de los miembros del G-2 estuvieron tratando de convencerme para delatar a supuestos conspiradores. Terminando el interrogatorio de mi hermana, me llevaron a mí. Comenzaron amablemente, pero cuando vieron que nada sabía me amenazaron con la cárcel para todos los míos y fusilamiento para un grupo de muchachos de Santa Clara que estaban presos. Pasaron dos días, durante los cuales siguieron trayendo presos de todas clases: tantos que casi no cabíamos en el lugar. Tuvimos que acostarnos en el suelo, pues no había ni camas ni colchones, y prácticamente no podíamos dormir ya que se pasaban toda la noche levantando a las presas una a una, para interrogarlas.

17. Una señora que fue condenada a varios años de prisión, pero que logró salir de Cuba, presentó la siguiente denuncia por escrito de fecha 7 de octubre de 1962:80

Como el agua la daban dos horas al día no alcanzaba para nada, y por ese motivo teníamos que dormir con el servicio sucio y el mal olor a veces era insoportable. Lo que salía a veces por la llave del lavamanos no era agua, sino excremento, y se suponía que parte de esa agua la usáramos para tomar. La comida, que la traían en los depósitos de basura, era pésima: un plato de arroz con “carne” rusa, cosa que sabían que no la comíamos, o arroz con chícharos, que no se podía comer. El desayuno consistía en un vaso de leche, más agua que leche, con un pan duro como ladrillo. Allí no se vivía como mujeres sino como animales, todas amontonadas.

Una de las barbaries más grandes de las que fui testigo consistió en lo siguiente: nos encontrábamos en rebeldía por habernos quitado la visita de familiares sin justificación. La Sub-Directora llegó con un batallón de milicianos armados hasta los dientes, quienes comenzaron a disparar sus ametralladoras y pistolas, primero hacia el techo y las paredes y después en dirección a nosotros. Estuvimos castigadas dos meses sin ver a nuestras familias, sin recibir correspondencia, sin tener un solo rayo de sol, con pocos alimentos y sin dejar que nadie se nos acercara. Hasta al niño de 6 meses que vivía en nuestro pabellón se le dio el mismo castigo.

18. Una joven de 20 años, en escrito de fecha 27 de agosto de 1962,81 manifestó:

Me detuvieron y me llevaron a las oficinas del G-2 donde me encerraron en un calabozo, sola. No tenía ni una silla, ni una cama donde sentarme. Todo estaba lleno de polvo, sin luz eléctrica y sin baño. Allí estuve desde por la mañana temprano hasta por la noche, y sufrí durante ese tiempo varios interrogatorios. De allí me llevaron a la cárcel del lugar, de la cual me trasladaron al G-2 hasta 3 veces diarias para interrogarme, teniéndome los nervios destrozados, por no dejarme dormir ni descansar, ya que en muchas ocasiones en cuanto llegaba a la cárcel me volvían a llevar al G-2 para seguir el interrogatorio. Esto continuó por espacio de un mes.

19. Una señora, que sufrió prisión en la Provincia de Las Villas, en denuncia presentada con fecha 20 de enero de 1963,82 expresó lo siguiente:

... y la comida, la poca que daban, estaba la mayoría de las veces en mal estado. En muchas ocasiones encontramos dentro de ella “bichos” como gusanos y cucarachas. Debido a la mala alimentación se desató una epidemia de gastroenteritis.

20. La abogada citada en el inciso 6, de este Capítulo IV, denunció en forma oral ante la Comisión lo siguiente:

Las madres presas no pueden ver a sus hijos mayores de siete años, pues sus carceleros consideran que los niños que pasen de esa edad son ya hombres. Por lo tanto, la madre cubana mientras permanezca en prisión no puede recibir la visita de sus hijos que hayan cumplido dicha edad.

21. El esposo y un hermano de una presa política, en escrito de fecha 22 de enero de 1963,83 hicieron constar lo siguiente:

La situación actual de las prisiones es desesperante y las condiciones en que se encuentran las mujeres encarceladas no podrán extenderse por mucho más tiempo, ya que además de que son privadas de la visita de sus familiares, se ven imposibilitadas de recibir alimentos y medicinas que podrían enviarse desde afuera. Muchas presas, entre ellas la esposa y hermana de los firmantes, se hallan enfermas y no reciben atención médica.

22. Una señora joven de 22 años, en testimonio escrito fechado el 19 de enero de 1963,84 relató el siguiente hecho:

Me llevaron a un lugar donde únicamente había árboles y muy oscuro. Era de noche. Allí amarradas las manos, estaba F.G.C. Me dijeron que no hablara. Alguien en la oscuridad se dirigió a F.G.C. y le preguntó que si quería vendarse los ojos o no. Él respondió que no. Dieron una orden y sonó una descarga cerrada. Él se desmayó. Yo comencé a dar gritos como loca. Creí que lo habían fusilado ante mis ojos. Hoy F.G.C. está en New York, y no doy los nombres de los otros que estuvieron presos conmigo porque aún están en Cuba.

Cárceles antihigiénicas

Se transcriben a continuación, algunas de las denuncias sobre el estado higiénico de las cárceles.

23. Una señora, que sufrió prisión durante los meses de abril y mayo de 1961, denunció en escrito de fecha 20 de enero de 1963,85 lo siguiente:

Nos pusieron en una galera como del tamaño y forma de un vagón de ferrocarril, sin más ventilación que una claraboya cerca del techo en uno de los extremos. En vez de servicios sanitarios lo que había era un agujero en el piso, separado del resto de la habitación por un murito que no llegaba a la altura de una persona y sin puertas. Había tantos ratones que logramos que nos dieran una ratonera. En los días que pasé allí cayeron en ella 21 ratones.

24. La joven mencionada en el inciso 10) de este Capítulo IV, en su escrito de denuncia hizo constar lo siguiente:

No teníamos patio, por lo cual nunca recibíamos el sol, no podíamos salir de la celda. El lugar estaba lleno de grandes ratas, ratones, mosquitos, moscas, cucarachas y ranas. La cantidad de mosquitos era enorme y el tamaño sorprendente. Durante los primeros tiempos de mi estancia allí amanecía con todo el cuerpo tan lleno de ronchas, debido a las picadas, que parecía que tenía una erupción y los párpados se me hinchaban a tal extremo que no podía abrir los ojos.

25. Una estudiante del segundo año de ciencias físico-químicas, hizo el siguiente relato en escrito de fecha 19 de enero de 1963:86

Nos llevaron a un cuarto donde había 17 presas hacinadas. Ni camas, ni una colchoneta en el suelo donde tirarse, ni una almohada. Allí había una madre guajira con su bebita de 6 meses –hacía cuatro que estaba encarcelada—y también otra madre con una niña de 7 años, y asimismo una niña de 14 años. Entre las presas se encontraba una doctora en Filosofía y otra en Pedagogía. Allí no había jabón, ni se conocía la limpieza. En aquel piso sucio de meses teníamos que sentarnos y dormir. No había ni una silla siquiera. Y así días y días sin saber nada del exterior. Lo único que oíamos eran unos gritos continuos. Decían que era una pobre loca que estaba en una habitación cercana. Nunca la vimos, ni supimos quién era: sólo conocimos sus gritos constantes. Aquello era un horror y un asco, que solamente de recordarlo me estremezco.

26. Una reclusa en carta dirigida a una amiga, y cuya copia fotostática87 ha sido remitida a la Comisión, dijo lo siguiente:

Para mí cualquier lugar donde me lleven es igual, pues soy una presa. Nada ni nadie puede hacerme desfallecer, y mi espíritu y corazón permanecerán inalterables. Más lejos no podemos estar; pero la distancia y las dificultades no han impedido que nos lleguen palabras de aliento... Yo acabo de pasar una gripe muy fuerte con varios días de fiebre. Ha sido una epidemia dentro de las reclusas, pues el lugar donde estamos es pequeño y nos encontramos muy apretadas en las galeras... De aquí no puedo decirte cómo es el lugar, debido a que no hay ventanas, y lo que tenemos para ventilación son unos pequeños boquetes con rejas y están muy altos. Dicen que hay un mar precioso y vistas muy lindas...


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65 Doc. No. 20 en los Archivos de la Comisión.

66 Doc. No. 21 en los Archivos de la Comisión.

67 Doc. No. 14 en los Archivos de la Comisión.

68 Doc. No. 27 en los Archivos de la Comisión.

69 Doc. No. 22 en los Archivos de la Comisión.

70 Doc. No. 57 en los Archivos de la Comisión.

71 Doc. No. 47 en los Archivos de la Comisión.

72 Doc. No. 19 en los Archivos de la Comisión.

73 Doc. No. 56-V en los Archivos de la Comisión.

74 Doc. No. 17 en los Archivos de la Comisión.

75 Doc. No. 16 en los Archivos de la Comisión.

76 Doc. No. 17 en los Archivos de la Comisión.

77 El caso de esta joven es denunciado también en otro escrito presentado a la Comisión (Doc. No. 19), en el cual se agrega que dicha joven “fue violada en la cárcel en más de una ocasión por distintas personas e inyectada con drogas para que hablara”, y que “después que se le pasaba el efecto de las drogas sus interrogadores le contaban lo mucho que se habían divertido con ella la noche anterior”.

78 Doc. No. 17 en los Archivos de la Comisión.

79 Doc. No. 18 en los Archivos de la Comisión.

80 Doc. No. 27 en los Archivos de la Comisión.

81 Doc. No. 56-V en los Archivos de la Comisión.

82 Doc. No. 19 en los Archivos de la Comisión.

83 Doc. No. 31 en los Archivos de la Comisión.

84 Doc. No. 17 en los Archivos de la Comisión.

85 Doc. No. 21 en los Archivos de la Comisión.

86 Doc. No. 19 en los Archivos de la Comisión.

87 Doc. No. 46 en los Archivos de la Comisión.


Resposta  Mensagem 15 de 72 no assunto 
De: SadCHARLOTE Enviado: 02/12/2008 08:38


Comisión Interamericana de Derechos Humanos

OEA-1976: SITUACION DE LA MUJER EN EL PRESIDIO POLITICO EN CUBA

CAPÍTULO II

SITUACIÓN DE LA MUJER EN EL PRESIDIO POLÍTICO EN CUBA

En el “Informe sobre la Situación de los Presos Políticos y sus Familiares en Cuba”, publicado en mayo de 1963, la Comisión examinó especialmente el problema de la mujer en el presidio político en ese país dejando constancia de que, conforme con las denuncias, las presas políticas en Cuba han experimentado un “trato extremadamente humillante, encaminado a destruir su resistencia moral y a degradar su dignidad de mujer”.37

A partir de entonces la Comisión ha continuado recibiendo comunicaciones o reclamaciones en las cuales se hace especial mención de la situación en que se encuentra la mujer en el presidio político en Cuba.

Del contenido de tales denuncias se ha llegado al conocimiento de que las presas políticas en Cuba continuarían siendo sometidas a tratos crueles, inhumanos y degradantes y estarían siendo víctimas de un régimen carcelario incompatible con su sexo, en el cual se las trata con extremado rigor sin tener en cuenta edad, estado de salud, estado civil ni condición pre o post maternal.

A continuación se transcriben las partes pertinentes de las denuncias en las que se hace referencia a esta situación:

1. En un aparte de la comunicación de 3 de marzo de 1971, se expresa:38

Las tapiadas. Este nombre lo reciben las presas políticas cubanas que introducidas en unas celdas, donde son recluidas por haber transgredido la férrea disciplina del penal. En esas celdas no hay luz, ni casi agua. Las presas permanecen desnudas en un espacio reducidísimo. El alimento se les sirve, a horas diferentes, para que no tengan noción del tiempo. No pueden recibir visitas ni correspondencia. Allí permanecen, en estado de promiscuidad, por semanas enteras.

2. En parte del memorial de 16 de abril, se denuncia lo siguiente:39

Comencemos por el relato cronológico en esquema de dos expresas políticas cuyos nombres y direcciones serán suministrados al final de este informe por si Su Excelencia, el señor Presidente de esta Comisión o sus Miembros desean una testificación personal de ellas:

a. 20 de mayo de 1961 – Día de las Madres

Éramos cien mujeres presas en Guanabacoa y querían trasladarnos para Guanajay, donde las condiciones eran insoportables. Tratamos de resistirnos y tomaron veinte de las mujeres llevándolas a una celda, de donde las sacaron unos 60 guardas y comenzaron a golpearlas. Toda la prisión estaba cercada por unos 600 hombres y mujeres armados. Al fin lograron llevarse en el camión-jaula a esas veinte mujeres. A las ochenta restantes nos pusieron mangueras de agua con una presión de 200 a 300 libras que nos hacía rodar por el piso. Había una presa que tenía seis meses de embarazo y le apuntaban la manguera directamente al vientre para hacerla abortar. Muchas corrimos a protegerla y cubrirla con nuestros cuerpos. El agua a presión dejó una fuerte marca en nuestra piel por unos meses. Después del agua, volvieron los hombres a golpearnos.

b. Junio a diciembre de 1961

Guanajay. Las condiciones eran terribles. No había atención médica de clase alguna. En enero, muere de parto Lydia Pérez, de 21 años, por falta de asistencia médica. Su esposo, preso en otra cárcel, al saber de la muerte, se suicida. Durante julio, agosto y septiembre fuimos sometidas a fuertes requisas y nos quitaron todas nuestras pertenencias. Estas requisas siempre terminaban con golpizas y castigos. Una noche, una mujer se puso muy enferma y vomitaba constantemente. Comenzamos a gritar pidiendo un médico pero ignoraban nuestros gritos. Así continuamos hasta hacernos oír, y nos contestaron –comenzando a disparar contra nosotras. Las marcas de los tiros cubrían las paredes. Entonces entraron a las galeras y nos golpearon inmisericordemente. Más de 50 mujeres quedaron heridas.

En diciembre de 1961, muere Julia González-Roquete, de 50 años. Tenía un fuerte dolor de muelas, pero no se le dio atención médica. Cuando se agravó la sacaron de la celda para que muriera afuera. Murió de septicemia. Su esposo estaba preso y sus hijos en Estados Unidos. La enterraron apenas 12 horas después de muerta.

c. 4 de julio de 1962

Se implantó un nuevo sistema de disciplina férrea. El castigo sin razón era constante. Más de la mitad de las presas no tenían visitas. Al mediodía del 4 de julio llamaron a cuatro mujeres a la oficina y las metieron en un camión que decía “Muebles” completamente cerrado. Una logró escapar y salió al patio gritando avisos del traslado. Enseguida 4 o 5 hombres la cogieron y comenzaron a golpearla. Mientras tanto, unos 150 hombres y mujeres armados entraron al patio, caminando adonde estábamos las “engaleradas” (Nota: engaleradas éramos las encerradas en las celdas sin poder salir al pasillo) y llamaron a 25 por sus nombres, diciendo luego: “Traslado”.

El patio se convirtió en una arena de lucha. Gritos, insultos, amenazas, golpes, malas palabras, blasfemias, el ruido de los cráneos rotos, sangre. Dentro de los pabellones quedábamos muchas “engaleradas”... nada podíamos hacer por ellas sino desesperarnos y gritar. Una joven negra, Juana Drake, fue sacada de la celda y golpeada durante todo el camino mientras el miliciano le gritaba, “camina, negra de m ...”. Esta joven, después de cumplir una sentencia de 3 años, fue resentenciada a otros 3 años con las presas criminales, por escribir en la pared en inglés, español y francés un letrero diciendo “Tenemos el derecho a ser libres”.

Se llevaron un total de 65 presas en camiones totalmente cerrados sin ventilación y las llevaron a un aeropuerto militar, diciéndoles que iban para Rusia e insultándolas durante todo el camino. Las llevaban para Oriente, la provincia en el otro extremo de la isla. Otra vez las metieron en camiones-jaulas e iniciaron el viaje de todo un día y toda una noche sin darles agua ni comida en camino a la cárcel de Baracoa. En esta odisea iba una bebita nacida en prisión, de sólo 23 días de nacida, a quien tampoco dieron ni agua, y cuando lograron darle alguna era agua salobre, lo cual la puso tan grave que al salvarse le dieron el nombre de “Milagritos”, pues sólo un milagro pudo evitar su muerte. En Baracoa el castigo fue muy fuerte. Seis meses sin atención médica, sin agua apenas y comida infra-humana hasta el retorno a Guanajay el 13 de enero de 1963. Al llegar aquí, trataron de desnudar a todas para hacer “un buen registro” a mujeres que durante seis meses no habían podido cambiar las ropas que aún llevaban puestas!!... Igual trataron de hacernos a las que habíamos permanecido “engaleradas”. Cuando nos resistimos a dejarnos desnudar, nos golpearon salvajemente.

Una de nosotras, Sylvia Perdomo, ahora residente en Miami, fue halada por el pelo tan violentamente, que le arrancaron por completo su “cola de caballo” o “pony-tail”. Nos golpearon en los senos y en vientre dándonos fuertes patadas. A una de mis mejores amigas le separaron las piernas entre dos, mientras un tercero la pateaba en sus partes íntimas. Esto duró hasta las cinco de la mañana, y cuando nos dejaron, tras ellos quedaba un rastro de mujeres que durante días no pudimos ni comer, adoloridas, sangrantes, y con frío, pues había 5 grados y sólo teníamos puesta una pijama. Nos mantuvieron “engaleradas” por más de seis meses, sin visitas ni jabas de comida, que cuando llegaban, traían varias libras de azúcar, leche, chocolate y algún dulce casero.

d. Julio de 1963

Estábamos aún “engaleradas” cuando una noche nos visitó el Jefe de Prisiones, Manolo Martínez. Sabíamos que como siempre, iba a crear problemas, porque él es un caso mental. Desde que nuestro castigo estaba casi finalizando (enero a julio), acordamos no hacer nada que pudiera provocar su ira. Nos mantuvimos calladas para evitar problemas y al notar nuestro silencio se puso histérico y comenzó a mandar mujeres a las “tapiadas”. Éstas son celdas con planchas de acero sobre puertas y ventanas donde no entra claridad alguna, y como facilidad sanitaria sólo hay un hoyo en el piso. Llamó nombres al azar, indiscriminadamente, hasta contar cuarenta. Las mantuvo tapiadas, sin ventilación y en total oscuridad, sin cama ni agua para lavarse, con el mismo uniforme durante 40 días. Sólo hacían una comida de harina hervida y dos pequeños vasitos de agua al día. Muchas fueron mordidas por arañas y ratas. Al salir, no pudieron abrir los ojos a la luz durante varios días.

e. Febrero de 1964

Nuevamente enviaron presas a las tapiadas durante seis meses, 64 presas esta vez.

f. Noviembre de 1964

Dos meses después de soltar el segundo grupo de “tapiadas”, el Capitán San Luis, del Departamento de Prisiones, borracho habitual, entró al pabellón completamente ebrio y armado, comenzando a insultarnos. Nos asustamos y le pedimos que se fuera porque estaba borracho y comenzó a disparar contra el techo. Vinieron unos milicianos y se lo llevaron pero tomó venganza más tarde, llevando otras 60 presas a las “tapiadas”, esta vez por cuatro meses. Casi todas estaban cubiertas de hongos, pie de atleta y otras ulceraciones, y una de ellas cayó en coma hiplogicémico porque le negaron una cucharita de azúcar que necesitaba. Muchas contrajeron enfermedades del hígado y la vesícula así como úlceras.

g. Enero de 1965

Cada 10 o 16 meses nos sacaban para interrogarnos qué pensábamos de Dios, de la revolución, de Cuba, de los Estados Unidos, los programas de rehabilitación (adoctrinamiento), qué nos gustaría hacer si fuésemos libres, etc. Era una comprobación anual de nuestras mentes. En esta ocasión, 60 mujeres se negaron a someterse nuevamente a este tipo de tortura mental, pero fueron llevadas a la fuerza, por hombres que les llevaban torcidos los brazos hacia atrás durante los 250 metros desde las “tapiadas” hasta la oficina. Otras fueron golpeadas con palos y llevadas en los carros-jaulas. Al llegar todas eran golpeadas en el vientre y pateadas. Si se negaban al interrogatorio, las seguían golpeando en la oficina.

Durante estas golpizas, las “engaleradas” sólo podíamos gritarles “cobardes y asesinos” mientras llegaba nuestro turno de ser golpeadas. Una presa, que aún guarda prisión, resultó tan dañada que durante cinco días estuvo tirada en el suelo, incapaz de moverse o emitir palabra alguna. Nuestras súplicas no lograron que le dieran asistencia médica. Durante meses sólo orinaba sangre.

h. Noviembre de 1966

Se implementó el trabajo forzado. Nos resistimos. Nuevas golpizas, nuevas “tapiadas”, nuevos confinamientos. Nos trajeron mujeres del presidio criminal –mujeres enfermas mentalmente, degeneradas física y moralmente—y las situaron sobre nuestras celdas. Durante 30 días y noches consecutivos, sin descansar un minuto, efectuaron un "toque de lata”, golpeando los barrotes de las celdas con platos de lata. El ruido era infernal. Los nervios alcanzan un punto en que parece que la cabeza va a reventar. Uno no puede descansar ni dormir. No contentos con esto, ponían amplificadores a todo volumen con sonidos estáticos del himno comunista “La Internacional”. A los 30 días de esto, habíamos llegado al máximo de nuestra resistencia. De pronto paró el ruido y durante 3 días yo lo seguía oyendo en mi mente. Ahora, el silencio tampoco nos dejaba dormir. Era una experiencia demoledora de nervios. El ruido se había incrustado en nuestro cerebro.

i. 14 de febrero de 1965

Nos dieron un ultimátum: O íbamos al trabajo forzado o nos traían a las presas “comunes” a nuestros pabellones. Esto nos hubiera matado a todas. Salíamos a trabajar de 7 a 11:30 y 1:30 a 5, cortando hierba en el campo con guatacas. Al regresar a los pabellones, nos encerraban hasta el día siguiente. La comida seguía siendo infame. Durante cuatro meses sólo comimos huevos hervidos y picadillo de carne rusa. Al tercer mes, yo vomitaba de sólo verla. Contraje una hepatitis de tres XXX. Durante más de 15 días sólo ingerí pan, agua, azúcar y un pedazo de tomate y lechuga que logré robarme del campo. Desde el 8 de noviembre de 1965 al 18 de abril de 1967 nos mantuvieron “engaleradas”. Exactamente 17 meses.

El 18 de abril nos sacaron de Guanajay porque necesitaron más espacio para los hombres que no cabían en otras prisiones, y nos retuvieron en la cárcel de Guanabacoa antes de llevarnos para el Campo de Concentración irónicamente llamado “América Libre”. Éramos unas 400 mujeres, aproximadamente 45 por celda, con apenas espacio para movernos, “engaleradas” durante un mes entero.

En el Campo de Concentración (una especie de hacienda confiscada a sus dueños verdaderos) se intensificaron la disciplina, el trabajo y el castigo. Había dos largos pasillos que fueron convertidos en galeras. En uno (50 x 70 pies) mantenían 350 mujeres, en el otro (12 x 34 pies), las 50 restantes. Armaron una “Corte” para juicios, con un jurado formado por tres o cuatro milicianos que nos castigaban por casi cualquier cosa, cancelando nuestras visitas, correspondencia, y jabas o paquetes con comidas.

Cada lunes había “Corte”; siempre con un promedio de 25 condenadas. A mí me suspendieron las visitas, el correo y las jabas durante tres meses porque tomé una fruta, un mango, del suelo, que se había caído del árbol.

Una muchacha, cuyos padres estaban próximos a salir del país y ella cuidaba mucho que no le fueran a cancelar la última visita, fue acusada de “mirar con odio a una miliciana” y fue castigada durante seis meses.

Otra fue castigada tres meses por no ir a trabajar bajo un fuerte ataque de asma que casi le impedía respirar.

No teníamos ropa de abrigo alguna. Sólo dos uniformes de mezclilla y dos piezas de ropa interior y una sábana para taparnos. Tratábamos de conseguir papel de periódicos para cortarlos en tiras y ponerlos entre las ropas y nuestros cuerpos y dentro de las medias. Después de dos meses de intenso invierno, le dieron una camiseta enhuatada a las mujeres de más de 60 años de edad.

Nuestra comida: el desayuno era a las 6 a.m., agua caliente con azúcar prieta. A las 12 del día fideos hervidos o un caldo claro de frijoles, a veces del tipo “Guanina” que es alimento para cerdos, y un pedazo de pan. A las 5:30 p.m., caldo de frijoles con picadillo de carne rusa o harina, huevos o arroz hervidos, con un pedazo de pan. Sabían que durante la noche tendríamos hambre y no nos dejaban llevar el pan para la celda. Algunas veces logré esconderlo bajo mis ropas porque no podía dormirme con el estómago tan vacío. Para entonces, ya yo había contraído hipercloridia y mi vesícula apenas funcionaba (si pasaba largos períodos sin comer me daban agudos dolores), todavía tenía la hepatitis y los nervios que me producían fuerte taquicardia. De 140 bajé a 102 libras. Una vez me agravé a un serio extremo, me dieron dos sueros intravenosos y caldo vegetal. Eso fue suficiente atención. Al día siguiente volví a la carne rusa con gran cantidad de grasa y los huevos hervidos que para entonces ya no podía tragar.

Las cosas empeoraron. Las nuevas reglas disponían una visita cada 30 días y permiso para recibir o escribir una carta cada 45 días. Hacían lo indecible para que nosotras aceptáramos el Plan de Rehabilitación.

En octubre de 1969, fue el cumpleaños de una presa y quisimos festejarla, cantando y bailando para ella. A los milicianos no les gustó y de pronto irrumpieron en la celda para hacer una inspección. Rompieron todo a su paso y nos golpearon con cables eléctricos forrados, maderos y machetes. Vi como cuatro hombres y tres mujeres lanzaron al suelo y golpeaban a una compañera presa, y cuando traté de ayudarla, me dieron tres planazos en la espalda con un machete, de uno de los cuales conservo la cicatriz.

Ese día dejó un balance de brazos rotos, una cabeza con 14 puntos, tres presas con costillas fracturadas, y todas con lesiones de la golpiza. Una de las muchachas quedó tan gravemente lesionada que durante un mes se pensó que perdía un ojo.

Las mujeres que aún están presas en este Campo de Concentración América Libre, recientemente nombrado “Nuevo Amanecer”, siguen bajo las peores condiciones, sin comida, sin atención médica, casi sin visitas ni correspondencia, enfrentadas a la cruel realidad de que mientras tanto se habla de los prisioneros en otras partes del mundo, la situación de los prisioneros cubanos permanece ignorada.

3. En una comunicación de 1º de agosto de 1974, denunciando la situación de los presos políticos en “La Cabaña”, La Habana, se denunciaba, además, lo siguiente:40

Seis mujeres, prisioneras políticas, han sido transferidas a esta prisión, recluyéndolas en la sección masculina, en una celda en donde están semidesnudas bajo centinelas de vista.

Atendiendo al carácter urgente de la denuncia la Comisión, en cablegrama de 9 de agosto de 1973, solicitó del Gobierno de Cuba la información correspondiente.

El Gobierno de Cuba no ha dado respuesta.41

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37 Doc. 4-7, citado, Cap. IV, pp. 49 a 60.

38 Caso 1710, citado.

39 Caso 1805, citado.

40 Caso 1847, citado.

41 Respecto del trámite del caso véase Cap. II, B, No. 8 de este Informe.


Resposta  Mensagem 16 de 72 no assunto 
De: SadCHARLOTE Enviado: 02/12/2008 09:35
KILO 5, MAYOR RIGOR
Por: Iliana Curra
Kilo 5 es una cárcel de máximo rigor para mujeres en Cuba ubicada en la carretera que conduce a Nuevitas en la provincia de Camagüey. Es una cárcel pequeña, pero muy cerrada. Allí fui a parar después de un largo recorrido en cordillera, como castigo por haberme portado mal con el régimen que quería que fuera como el "Che". 

El sistema carcelario es de galeras cerradas. Otras prisiones abren sus puertas para salir a un pasillo, al menos, hasta la hora de dormir. En Camagüey se le conoce como Granja 5, pues en sus comienzos se trataba de algo parecido a una granja donde encarcelaban igual.

Me recibieron en la oficina del Oficial de Guardia ya casi en la madrugada. Fue un día entero de viaje desde La Habana, pasando por varias prisiones para dejar a hombres que, al parecer, también se habían portado mal. Mi expediente de CR (contrarrevolucionaria) era mi mejor identidad en un sistema que todo lo controla. Las expresiones de preocupación de quienes me recibieron, decía lo mucho que deseaban que llegara a esa prisión. En esos momentos era la única prisionera política en el lugar.

Al otro día por la mañana me condujeron a la oficina de la jefa del penal, una oficial con grados de Mayor que aparentaba casi unos 60 años de edad. Al entrar, me encontré a la Mayor sentaba detrás de su buró y a ambos lados, varias oficiales con grados de tenientes y capitán. Era el equipo compuesto por la jefa de Orden Interior, jefa de Reeducación, la Reeducadora del Destacamento, la jefa del DTI (Departamento Técnico de Investigaciones) y alguna que otra que no recuerdo. Me pararon delante de ellas, como si fuera un juicio, y la primera pregunta provino de la Mayor: "¿Por qué estás presa?" La pregunta me pareció tan absurda como inquisitiva, y sin pensarlo dos veces le respondí: "Usted tiene mi expediente ahí", le dije señalándole a sus manos". "Estoy presa por estar en contra de la revolución. Es decir, por estar en contra de todas ustedes". Ya estaba casi agresiva y en guardia cuando me di cuenta que sus rostros endurecidos empezaron a suavizarse. "Tranquila, tranquila"."Ya no estás en La Habana. Aquí las cosas son diferentes".

Y las cosas fueron diferentes. Comencé a convivir en galeras con reclusas comunes de alta peligrosidad. La convivencia con estas presas puede catalogarse como un castigo adicional al que ya existe, pues ir a la cárcel por haberte expresado es algo tan monstruoso como el propio sistema que te encarcela. Generalmente las comunes son personas en extremo conflictivas que viven una vida totalmente descarriada, especialmente en el caso de aquellas que van a la cárcel por robo, allanamiento de viviendas, prostitución, y otros tantos delitos que existen en la sociedad cubana. El ambiente de guapería presidiaria se respira en cualquier galera, cualquier pasillo, cualquier lugar de la prisión.

Hay casos de mujeres que han asesinado a sus propios hijos, otras que los torturaban, otras que los abandonaban, casos de drogadicción, muchos casos de mujeres víctimas de violencia doméstica que terminaban asesinando al marido. En fin, una cárcel es como un coctel de decadencias espirituales y morales. Un lugar donde entras y nunca estás segura si vas a salir. Es quizás, la puerta más allá del infierno, si mentalmente no te preparas para sobrevivirla.

Kilo 5 no está exenta de esta tragedia humana viviente. Todas, absolutamente todas las prisiones, son iguales o parecidas. Como si cada una fuera una llamarada de las calderas del Diablo.

Siempre me viene a la mente las situaciones que había que enfrentar a diario, aunque existían días lentos y tediosos. Pero los momentos violentos aumentaban el nivel de la adrenalina. Un día cualquiera nos dirigíamos al área del comedor, y aunque casi nunca probaba el salcocho que nos daban, salía para estirar las piernas. Hubo un encontronazo entre los dos destacamentos que no estaba previsto, pues siempre evitaban que se encontraran para que, precisamente, no hubiera problemas.

Una pareja de homosexuales fue lo que provocó un incidente desagradable al extremo. Una de ellas iba alineada en su fila para bajar a almorzar, y la otra fila subía del área de comida. No sé cómo, pero de pronto se formó tal algarabía, que lo único que pude hacer fue poner mis manos para evitar que alguien me cayera encima. La muchacha daba marcha atrás gritando aterrorizada. Su pareja, frente a ella, aparentemente le estaba dando bofetadas. Cuando me aparté pude ver algo que no pude imaginar. No eran bofetadas, estaba siendo acuchillada por la otra que, entre los dedos de su mano llevaba una hoja de afeitar partida en dos para que no se notara.

La sangre caía en el suelo y los gritos de terror ya no solo eran de la víctima, eran de otras que cayeron en pánico al ver lo que estaba sucediendo. Me parecía estar viendo una película de terror, pero era lo más cierto que había vivido en mi vida. La intervención de las guardias no se hizo esperar y la víctima fue llevada a la enfermería, mientras que su agresora fue esposada y conducida a una celda de castigo. Cuando todo se normalizó continuamos hacia el comedor donde, si me hubieran servido faisán de la India, no hubiera podido probarlo siquiera.

La gran mayoría de las riñas eran por problemas de homosexualismo. Celos, exigencias y depravaciones, son los ingredientes diarios de una vida completamente perversa y falta de escrúpulos. Si alguien me puede decir que convivir a diario con este tipo de situación no es un castigo, que venga el propio Dios y lo diga.

Tampoco olvidaría jamás una riña entre dos reclusas, esta vez por diferencias personales. Ambas eran homosexuales activas. Una de ellas salió de la galera para hacer filas y dirigirse al comedor para desayunar el mejunje con hierbas extrañas que nos daban y una ínfima porción de pan. En vez de ponerse en la fila se dirigió a la galera de la otra reclusa, sacando una vasija con orine y se la lanzó entre las rejas. La peste, los gritos y el desorden del momento no creo que nadie pudiera olvidarlo. Cosas así eran recurrentes en ese bajo mundo llamado cárcel, donde la convivencia obligada era parte de la acentuación del castigo. Nada más malo para alguien que por sus ideas de libertad cumplía una arbitraria e injusta condena.

Pero no es lo peor. Lo peor es que, todavía, continúa sucediendo.


Resposta  Mensagem 17 de 72 no assunto 
De: Azali5 Enviado: 02/12/2008 10:33
Entrevista realizada en Miami por Jacobo Machover en agosto de 2006


PARIS, Francia (Jacobo Manchover) - Son cuatro mujeres, que cumplieron penas de c?rcel que iban desde cuatro a?os a nueve a?os. Tres de ellas fueron detenidas en los primeros a?os de la revoluci?n, en 1960 y 1961, la otra en 1992. A la mayor?a les robaron su juventud. Todas se expresan sin odio, en presencia de Blanca Gonz?lez, madre de Normando Hern?ndez, uno de los setenta y cinco presos de la ? primavera negra ? de 2003. Desde principios de la revoluci?n, la represi?n fue la misma. Nunca ha habido ninguna pausa.. A trav?s de las generaciones, todas comparten la misma experiencia, el mismo dolor. El reclamo de justicia es una constante en ellas.

Lidia P?rez: En diferentes tiempos coincidimos tres de nosotras en las mismas c?rceles, y otras veces no. Cuando una llegava al G2, a Villa Marista, la sede de la Seguridad del Estado, que es el lugar de los interrogatorios, el lugar de las torturas, donde te sacan por la noche, no te dejan dormir y te presionan.

Yo ca? con varios miembros de un grupo de oposici?n al r?gimen. Nos cogieron y nos pusieron toda la noche en interrogatorios. Nos pon?an en un cuarto muy fr?o o nos pon?an una luz arriba, y nos hac?an preguntas para desquiciarnos, con una pistola en la mesa. As? eran sus m?todos de amedrantamiento, la noche entera. Casi todos fuimos condenados. Despu?s fuimos trasladados hacia el vivac de Guanabacoa. Era lo que exist?a en 1961.

Manuela Calvo: Aunque no hubo mujeres fusiladas, tuvimos compa?eras que recibieron torturas fisicas. A veces las torturas morales son m?s fuertes que los golpes: las requicias que nos hac?an, las separaciones. A cualquier hora del d?a se llenaban los pasillos de militares, y entonces nos quitaban las poquitas cosas que ten?amos, por ejemplo para cocinar. Nosotras ten?amos un ladrillo, le poniamos una resistencia y lo conect?bamos para as? poder comer algo caliente. Y esas cositas, todas, as? como los libros, se las llevaban. Y despu?s volv?an a hacer lo mismo. Pero ?sas no son las cosas peores. Las almohadillas sanitarias no nos las daban. La atencion m?dica no nos la daban. Cuando yo ten?a ataques de asma mis compa?eras comenzaban a gritar para que vinieran a atenderme. Igual era cuando pasaba con otra presas: todos los pabellones, a gritos.

Las enfermeras que ten?amos eran j?venes. Las hab?an graduado en pocos meses, sin pr?ctica alguna. Cuando ven?an a inyectarnos no sabian ni coger una vena. A una compa?era se le infect? una inyecci?n y se le pudri? una nalga, del hielo que se puso intentando remediar la infecci?n. Le cab?a una mano ah?, del hueco que se le hizo. Se salv? de milagro, porque no le daban asistencia m?dica. Despu?s de nosotras protestar por dias, vinieron a atenderla. Hoy se ha quedado con un hueco.

La Internacional y Siberia

Mar?a Cristina Oliva:-Una de las amenazas m?s grandes era ponernos con las presas comunes. A un grupo de nuestras compa?eras las pusieron de castigo en el mismo pabell?n con las comunes. Lo que nos dec?an era que nos iban a poner con las presas comunes para que nos violaran. Tambi?n nos obligaban a salir a trabajar. Pero, gracias a Dios, las presas comunes nos respetaban como pol?ticas.

Manuela Calvo: Otra de las torturas era ponernos La Internacional, ma?ana, tarde y noche. Nos la pon?an a todo volumen, tanto que a algunas de nuestras compa?eras se les reventaban los o?dos.

Un d?a, cuando est?bamos en la prisi?n de Guanajay, nos castigaron porque se fugaron seis personas. De milagro, porque de all? no hab?a quien pudiera fugarse. Cogieron a sesenta y cinco de nosotras y nos mandaron de castigo para las monta?as de Baracoa, en el Oriente de Cuba, en el otro extremo de la isla. Nos montaron en un avi?n dici?ndonos que ?bamos para Siberia. Despu?s, cuando nos bajaron en el areopuerto de Santiago de Cuba, nos esperaban militares con las bayonetas caladas.

De la prisi?n de Guanajay nos hab?an sacado a golpes. No est?bamos en el mismo pabell?n, nos encontramos en el avi?n. Nos sacaron a golpes porque como nos dijeron que ?bamos para Siberia no quer?amos salir. Nos metieron en camiones blindados del Ej?rcito y nos llevaron a un aereopuerto militar. No pod?amos ver nada desde dentro de los camiones. Cuando llegamos pusieron frente a nosotras a estudiantes de secundaria b?sica para que nos gritaran ??Pared?n!? y nos insultaran y nos tiraran papeles.

Lidia P?rez: All? nos tuvieron en pleno sol durante varias horas al mediod?a. Nos dieron golpes tambi?n y montaron a algunas en los aviones. Otras tuvimos que esperar hasta el otro dia.

Con nosotras iba una presa que hab?a parido hac?a s?lo quince d?as. La bebita reci?n nacida iba con nosotras porque la madre no tuvo tiempo de avisar a la familia para entreg?rsela.

Manuela Calvo: Cuando llegamos a Baracoa nos encontramos con una prisi?n muy antigua, construida en la ?poca colonial. Y nos metieron en cinco galeras. Como est?bamos tan lejos, la familia ven?a muy poco.

?sa fue la ?poca de la crisis de los misiles, en 1962, cuando dinamitaron las circulares en la prisi?n de Isla de Pinos. A nosotras, las sesenta y cinco, nos llevaron para Baracoa. Si pasaba algo nosotras ?ramos las escogidas para ser sacrificadas.

Despu?s, luego de muchas protestas nuestras, nos trasladaron para la prisi?n de Guanajay otra vez. Nos llevaron de regreso en camiones y de pie durante veinticuatro horas. Nos aguant?bamos y auxili?bamos unas a las otras. Cuando llegamos a la prisi?n, nos estaban esperando dos hileras de guardias, entre milicianos y reclutas del Ej?rcito. Cuando bajamos comenzaron a darnos golpes, y nos desnudaron para revisarnos. Nos tuvieron de castigo un a?o, sin visitas y sin nada.

Carmen Arias: Yo estuve en una prisi?n de mujeres llamada ?Manto negro?. Su verdadero nombre es ?Prisi?n de mujeres de Occidente?. Fue construida por las mismas presas comunes y por presos tambi?n. Son muchos edificios que est?n conectados entre s?, todos se comunican. Son muy oscuros y en la distancia se ve como un manto, es como un manto negro que lo cubre todo, por eso es el sobrenombre. As? que uno se puede imaginar c?mo es la cosa. Est? en el Wajay, cerca del Cacahual. Era una prisi?n de comunes antes. Los guardias alentaban a las comunes para que agredieran a las pol?ticas. Tambien existi? una prisi?n de mujeres en una finca que hab?a sido originalmente de una presa y que se llamaba ?Am?rica libre?.

Lidia P?rez: En el Hospital psiqui?trico de Mazorra, hab?a una sala para torturar a los presos con electroshocks y descontrolarnos a todos. En nuestro tiempo hab?a casas en el Laguito donde torturaban a los prisioneros pol?ticos antes de los juicios.

Luego, en la prisi?n, te enviaban a celdas peque?itas con cuatro personas m?s, donde ten?as que hacer tus necesidades delante de los otros, y sin agua, porque ven?a el agua una vez al d?a. Com?amos comidas podridas. Y el agua de beber ten?amos que esperar una hora a que se asentara en las vasijas de tomar los l?quidos porque sal?a tan negra que parec?a Coca Cola. Y cuando ten?amos castigos pas?bamos hasta veinte horas sin comer.

Regalos de presos a mandatarios extranjeros

Manuela Calvo: A las presas politicas nos unieron con las comunes para quitarnos el estatuto de politicas, para poder decir que en Cuba no hab?a presos politicos.

Todos los per?odos fueron malos en Cuba, hasta en la calle. Pero, cuando ellos le dicen al pueblo que se prepara una invasi?n, entonces en todas las c?rceles, en cualquier per?odo cierran las visitas, no dejan pasar nada. En todas las etapas ha habido un momento en que se ha recrudecido la vigilancia y la represi?n.

En otras ?pocas le regalan alg?n preso a alg?n mandatario que viene, para hacer ver que todo est? bien.

Carmen Arias: Yo fui uno de esos regalos a Bill Richardson, un congresista del Partido Dem?crata de Estados Unidos. Richardson pidi? una lista de quince presos y le dieron tres. Y en esos tres estaba yo. Me sacaron de la prisi?n directo para el avi?n tres oficiales de la Seguridad del Estado.Yo no s? por donde sal?. Era una pista, s? que hab?a una barrera donde hab?a un miliciano que la levantaba y bajaba.

Anteriormente, varias comisiones de derechos humanos se hab?an interesado por m?. Una comisi?n integrada por varias organizaciones, France Libert?s, la Federaci?n Internacional de Derechos Humanos, Human Rights Watch entre otras, me vino a visitar. Yo era la ?nica mujer a quien pudieron ver. Pero sus gestiones no dieron resultado conmigo.

Lidia P?rez: Yo me iba a casar cuando fui encarcelada. As? que la vida me cambi? totalmente. Yo ten?a dieciocho a?os. ?sa es la edad en que todo el mundo quiere estar con los amigos, en fiestas y esas cosas normales de la vida. A m? no me pudieron probar nada. Yo fui presa por anticomunista, por convicci?n.

Hay personas que ten?an ni?os chiquitos cuando fueron a la c?rcel. Otras que ten?an hijos que no los conocieron durante a?os. Los hijos despu?s m?s nunca les perdonaron porque consideraban que eso era un abandono. Hay muchas situaciones de mujeres en que los maridos las dejaron.

?Se repite la misma historia?

Blanca Gonz?lez:-Es triste escuchar a estas mujeres tan valerosas que en los a?os 1960 hayan tenido que pasar estas prisiones, pero la ha continuado Carmen en los a?os 1990. A lo largo de estos a?os se repite la misma historia. Ayer fueron ellas, hoy es mi hijo. Se sigue repitiendo lo de los a?os 1960, 1990, 2000.

Lo que pedimos nosotras es la liberaci?n total de Cuba, que haya justicia, porque todo el que tenga las manos manchadas de sangre tiene que ir ante un tribunal y tiene que ser castigado como la ley lo permita. Nosotras no queremos venganza, pero s? una justicia legal ante un tribunal, que todos tengan que responder ante la ley de todos los cr?menes y de todas las atrocidades que ellos han cometido. En el pasado como ahora es el mismo tratamiento y son las mismas condiciones inhumanas.

Resentimiento contra los pa?ses de Am?rica latina

Manuela Calvo: Hay distintas generaciones de presas pero todas tenemos un mismo ideal y todas luchamos por lo mismo: la libertad de Cuba, una patria igual a la que ten?amos antes. Con todo lo que un pais debe tener, con elecciones. Venganza no queremos, pero justicia s?. Hay que llevar a los culpables a los tribunales, juzgarlos y condenarlos como corresponde. Se les podria perdonar el dia en que haya arrepentimiento, pero si no hay arrepentimiento no se les puede perdonar.

Lidia P?rez: No queremos pena de muerte. Lo que le corresponda a cada cual. De acuerdo con la ley, que se castigue al que cometi? un crimen.

Cuando esto caiga, estoy segura de que algunos de los que est?n all? van a coger la justicia por sus manos.

Mar?a Cristina Oliva: El resentimiento contra quienes lo sentimos es contra los pa?ses de Am?rica latina, que siendo nuestros hermanos, viniendo m?s o menos de la misma cultura, se desentendieron de los problemas que ten?amos en Cuba, de la falta de libertad. Debieron apoyar m?s al pueblo cubano en sus ansias de democracia.

Pero con el pueblo cubano no tenemos resentimiento, porque ha sido la v?ctima. Los ?nicos culpables son Fidel Castro y su camarilla.

Carmen Arias: Los victimarios se han convertido en v?ctimas. Porque los hemos visto aqu?, en Miami, los mismos generales y oficiales de ellos que han tenido que salir huyendo antes de terminar en el pared?n de fusilamiento.

Cuando llegue el momento nadie sabe lo que va a pasar, porque cada persona es un mundo y no se sabe c?mo va a reaccionar la gente.

Ahora, el que tenga las manos manchadas de sangre tiene que pagarlo ante la justicia. Pero el que no las tenga tiene derecho a participar en la reconstrucci?n del pa?s.

Fuente: Cuba Net 

Resposta  Mensagem 18 de 72 no assunto 
De: SadCHARLOTE Enviado: 02/12/2008 11:30
EL PRESIDIO POLITICO FEMENINO EN EL CASTRISMO
por María Álvarez 
Publicado el jueves, 8 de marzo de 2001 en El Nuevo Herald

En 1910, Clara Zetkin, integrante del Sindicato Internacional de Obreras de la Confección, propuso el Día Internacional de la Mujer en el curso del Congreso Internacional de Mujeres Socialistas en Copenhague, Dinamarca, y en memoria de un grupo de obreras textileras masacradas en la ciudad de New York por exigir igualdad de salarios y jornada de diez horas de trabajo, en 1857. La lucha de la mujer, superior a los ochenta años, en todos los frentes, incluido el militar --revolución francesa, 1789-- y, esporádicamente, desde época inmemorial, se desdobla en un nuevo terreno, aledaño al de la igualdad, en todos los frentes: el terreno del coraje. Novedosa manifestación de civismo, moral, ética, profundamente enraizada en el amor a la patria, que traslada todas las fuerzas físicas y espirituales inimaginables a mujeres dispuestas a dar su vida por la libertad y por todos los derechos intrínsecos del ser humano.

El presidio político femenino cubano es un ejemplo supremo. A partir de 1959, obreras, profesionales empresarias, intelectuales, campesinas, artistas, educadoras, amas de casa toman conciencia de que su patria está en peligro. Que sus familias, sus tradiciones, sus patrimonios, afincados en la gesta heroica de sus antepasados, desparecen, Y deciden, valientes, sin pensar en los riesgos, luchar contra la revolución que destruye su entorno de joven república amasada con esfuerzo, dignidad, trabajo, amor. Ningún terror las paraliza. Ninguna encomienda es más peligrosa que su decisión. Se colocan en el lugar preciso, las horas precisas, echando a un lado cualquier canto de sirena enemigo, cualquier utopía, cualquier fraude histórico. Unas mueren. Otras sucumben en la cárceles. Todas se envuelven en la misma bandera del deber cumplido, a espaldas del peligro, del alto precio pagado, en los mejores años de su existencia.

El presidio femenino cubano histórico --base e inspiración del que le seguiría después-- tiene nombres de gloria: las que murieron por él y las que viven aún. Conscientes de la validez de sus ideas y sus acciones. De su razón. Mujeres con la humildad, sencillez, discreción, sabiduría e inteligencia del tiempo de su gesta. Que ocupan un espacio real, sin algarabías ni primeros planos. Sin más liderazgo que el de todas unidas en la experiencia y el sufrimiento. Donde cada historia es un ejemplo increíble de valentía, honestidad y entrega a la causa de la libertad y los derechos humanos escrito en la inmundas celdas de las prisiones castristas en la isla.

Celdas cuajadas de piojos y cucarachas. Llenas de ratas, tan rechazantes como los hombres y mujeres que, al servicio de la peor causa, olvidaron ser cubanos. Año tras año y, con énfasis en el Mes Internacional de la Mujer, envío mi abrazo más fuerte para mis hermanas de cautiverio, que esperan el regreso. Para las que se fueron, mi compromiso de colocar ``en blanco y negro'' sus nombres, destinados a las nuevas generaciones. A los que deseen conocer algun día la realidad de las bien llamadas mambisas cubanas del siglo XX.

Es por esto que, con emoción y orgullo, paso lista a los nombres de mis compañeras presas ya fallecidas: Norma Abreu, Julia Aguilar, Bebita Alonso, Hortensia Baquero, Raimunda Barrios, Cándida Berget, Catalina Bianchi, Carmen Blanco, Violeta Blanco, Flora Bosch, Maribel Bugo, Dra. Caminero, Margot Calvo, Olga Canosa, Carmelina Casanova, Pura Castellanos, Alicia Concha, Dolores Correoso, Hilda Corujo, Esther Cruz, Dora Delgado (Japón), Sarah del Toro, Nené Echenique, Victoria Elías, Hilda Feo, Magdalena Fernández, Caridad Fernández López, Irma Francois, Juana García, Juana Luz García, Yolanda García Bonet, Carmen Gil, Julita Gil, María del Carmen Gómez, Georgina González, Julia González, Mercy González, Pola Grau, Hilda Herrera, Elisa Jaimerena, Cuba León, Oristela López, Carmen Rosa Lora, Berta Machado, Etelvina Maidique, Gladys Marichal, Aida Marrero, Gladys Martínez, María Julia Martínez, Rosa Martínez, Queta Mecke, Edelmira Milián, Carola Montalván, Margarita Montalván, Pilar Mora Morales, Eligia Osorio, Hilda Pelegrín, Silvia Perdomo, Aida Pérez (religiosa), Consuelo Pérez, Hilda Pérez-Dopico, Migdalia Pérez-Poza, Anelita Prieto, Lilliam Ramírez, María Amelia Ramírez, Mercedes Ramírez, Dora Victoria Reyes, Aida Rodríguez, Blanca Rodríguez, Leopoldina Rodríguez, Mercedes Rodríguez, Lilia Romnez, Celeste Roque, Amalia Salgueiro, Dolores Sardiñas, Edmunda Serrat, Geraldine Sherman, Aida Sosa, Irma Suárez, Rebeca Suárez Fernández, Amparo Torres, Ismelia Travieso, Eulalia Turiño, María Vázquez, María Vidal, Teresita Vidal, Berta Yeste, Josefa Velozo. Para ellas y para todas las presas políticas cubanas ya fallecidas que por falta de información no aparecen en esta lista, gloria eterna.


Resposta  Mensagem 19 de 72 no assunto 
De: SadCHARLOTE Enviado: 02/12/2008 12:28
Se inició la etapa de violencia

Estas seis palabras se pronuncian muy fácilmente, pero hacer sobre ellas un análisis profundo y en correlatividad directa con los hechos, lo considero totalmente imposible. Un acendrado escritor podría hacer de ellas maravillosas- obras literarias, llevándolas, cual el Dante, en su Divi-na Comedia, a un cuadro realista de primer orden, merece-dor de ser contado épicamente. Nuestro PRESIDIO POLITICO FEMENINO podemos considerarlo epopéyico, por su trascedencia heroica; en general, actualizaría Homero y en sus cantares, iría divulgando una nueva Odisea a través de los pueblos. Tal es el respeto que tengo por ese inolvidable presidio político cubano, brutal, despótico, barbara-mente cruel, el que presenta, sin embargo, en general su ensañamiento y alevosía, la hermosura incomparable del valor humano, frente a los bestiales desmanes del enemigo.

Desde la época colonial, la mujer cubana demostró su herencia rebelde hacia las intromisiones extranjerizantes, alzándose contra sus propios progenitores hispánicos cuando ellos tiránicamente mantenían a sus hijos bajo la égida de un quijotesco dominio. Se lanzó a la manigua tomando el fusil o el machete, quemó su propio hogar, arengó a sus hijos a la lucha emancipadora, en fin, la verdadera mujer cubana, la que sabe serlo en todo momento, fue, es y será, el complemento directo del hombre en el proceso cívico-social de la patria. La lucha por la liberación de nuestro pueblo comenzó en tiempos de la colonia; a pesar de lograda ésta, fueron muy pocas las mujeres que se dedicaron a las labores fuera de su domicilio, alguna más que otra, ocupó puestos políticos, entre éstas, por necesidad económica se encuentra la madre de nuestro Apóstol, la señora Doña Leonor Pérez, quien aceptó un humilde cargo gubernamental y, paradojas de la vida, lo logra gracias a que otra patriota dama se lo cedió.

Ya por el año 18 se inauguraron las Escuelas Normales, del Hogar, etc., comenzaron a asistir a institutos, escuelas técnicas e industriales, la primera de éstas situada en Rancho Boyeros, a la que le puso por nombre el de Martha Abreu, ilustrísima patriota villareña, quien vendiera sus joyas y diera más de $100,000 para la causa libertadora. La mayoría, sin embargo, se, reintegró a su hogar, a realizar labores propias de su sexo, como se llamaba por entonces a todo lo referente al trabajo casero; no obstante, en la sombra de su intuición femenina, avalada por un gran corazón, guiaba al hombre en la mayoría de los casos, y cuando la patria fue movida por algún sismo cuyo resorte lo manejaban malos gobernantes, la mujer, enhiesta, con igual entereza que el hombre, decía presente.

En 1933, después de derrocado el gobierno despótico de Machado y habiendo tomado el poder durante 100 días el doctor Ramón Grau San Martín, asesorado de hombres como Tony Guiteras, es que le fue concedido el voto a la mujer, pudiendo aspirar a cualquier cargo público. Mas tarde la Constitución del 40 afianzó todos los derechos femeninos equiparándolos a los del hombre. Siguió su batallar cuando se conmovió toda la ciudadanía ante el golpe militar del 52; las mujeres, pristinamente, desde las universidades y otros centros educacionales, el hogar, asi como las intelectuales, obreras, campesinas, elevaron su enérgica protesta ante esta nueva violación constitucional y es, precisamente la mujer, por su estado supeditivo durante siglos quien inicialmente exalta más nuestra activa protesta cuando en el horizonte de Cuba aparece el primer signo rojo del anti-cristianismo. Unas toman las armas, otras esconden hombres y mujeres, otras queman sus hogares, entrenamos y preparamos hijos para combatir al traidor comunista, abandonamos a la vez nuestras casas y familia; para defender la patria con la vida si así fuera necesario, del pulpo que abre sus tentáculos para estrangular la moral, la economía y todo lo digno que hallaron en un país eminentemente religioso.

En ese combate desigual caímos cientos de mujeres presas. La primera recogida masiva lo fue cuando los invasores de Playa Girón; de Oriente a Occidente se desató desenfrenadamente la más brutal de las represiones; no eran hombres, eran fieras, que hambrientas se lanzaban hacia los inocentes víctimas; fusilamientos en masa, hacina- mientos en campos de concentración, allanamientos de morada, robo, pillaje, tiroteos en esos centros de acumulación, en donde fueron heridos a mansalva hombres y mujeres, no respetando ni el sagrado estado de maternidad, y así murieron varias al provocarles tales desmanes en estado de gestación, abortos sin atención médica resultaron fatales convirtiéndose en sacrificadas cual el inocente cordero que se inmola en aras de Jehová para calmar la ira por las afrentas inferidas a su sagrado nombre.

En esta etapa, o sea, el 17 de abril de 1961, se recrudece en Cuba la represión comunista, cayendo en todo su rigor el brazo armado con el mismo ensañamiento y alevosía que en el hombre. Muchas desde esa fecha, otras antes, quedaron apresadas en las ergástulas rojas, muriendo tras las rejas por falta de asistencia médica, entre ellas:

Lydia Pérez, en junio de 1961, murio de parto. Su esposo preso en otra cárcel, al saber el deceso de su amada esposa, se suicida.

En diciembre de ese año Julia González Roquete tenía un fuerte dolor de muelas, fallece de septicemia.



Resposta  Mensagem 20 de 72 no assunto 
De: SadCHARLOTE Enviado: 02/12/2008 13:26
Fue un día cualquiera en la Villa de los Maristas, antigua escuela religiosa que los castristas tenían como sede de su cuartel general de la Seguridad del Estado en La Habana. Fui sacada de mi celda tapiada que olía constantemente a picadillo de soya, el mismo que nos servían a diario con un color verdoso que revolvía el estómago a cualquiera. La celda se encontraba justamente encima de lo que podía ser la cocina del lugar. Por eso el olor constante a salcocho y un calor insoportable.

Una vez más franqueaba los lúgubres pasillos camino al interrogatorio donde me llevaban con las manos detrás y la cabeza mirando hacia abajo. Un calor insoportable en pleno verano me hacía sudar como una cortadora de caña en pleno surco. Ir al interrogatorio se convertía -a veces- en lo mejor que pudiera pasarme, ya que al entrar al frío intenso del pequeño cuartico, me aliviaba inmensamente.

El guardia que me custodiaba entraba al pasillo de los cuartos de interrogatorio y cumplía un ritual que ya me sabía de memoria. Abría una puerta hacia fuera, tocaba la otra puerta, y al recibir la orden de entrar, abría la otra puerta hacia adentro. Se ponía tieso y casi a gritos decía: "Permiso teniente para entregar la detenida". El teniente se sentía importante y la detenida no lo quedaba más remedio que entrar y sentarse en una silla atornillada al suelo. Creo que está demás explicar por qué estaba atornillada.

El primer teniente empezó a hablar sobre algo que ni recuerdo, cuando de pronto se abrió una puerta a sus espaldas. Se puso de pie a la velocidad de un misil y su cuerpo se estiró tanto que parecía partirse en dos. Su mano derecha se dobló como un resorte y realizó un saludo de corte militar tan tempestuoso que casi me asusto. Me mira azorado y me grita: "póngase de pie". Yo, impávida y serena, le pregunto con la cabeza, y me grita nuevamente: "párese y salude". Me sentí molesta en ese momento. Me encontraba muy cómoda sentada para tener que pararme y le dije: "no tengo por qué pararme. No soy militar". Un hombre de alta estatura entraba por la puerta en cuestión. Por el color de su uniforme verde olivo me di cuenta que se trataba de un oficial de rango mayor. También el susto del primer teniente lo revelaba totalmente. Se trataba del Teniente Coronel Basilio Olivera Chile.

"Quédese sentada, no se preocupe. Quédese sentada", me dijo el Coronel con una sonrisa sarcástica y divertida a la vez. Parecía un emperador romano al entrar al circo para echar su víctima a los leones. El teniente se relajó luego del permiso de su jefe, pero me miraba como queriéndome matar. Yo no había cumplido su orden, ni tenía intenciones de cumplirla. Y sobre matarme, tampoco me importaba.

El hombre vestía con traje verde olivo oscuro y sus dos grandes estrellas en el cuello de la camisa del uniforme descubrían su grado militar. Tenía una barriga prominente y su cara colorada, a pesar de ser trigueño de piel, revelaba lo bien comido que estaba, sobre todo si lo comparaba conmigo, que parecía salida de una película rusa en los campos de exterminio masivo.

El coronel Chile, como le llamaban, intentaba hacerse el gracioso. A su subalterno le daba tanta risa todo lo que decía que empecé a molestarme seriamente. Luego comprendí que no podía dejar arrastrarme por mi temperamento. Era preciso igualar su cinismo para poder defenderme de su monserga barata.

Empezó por decirme que la pureza no existía y otras tantas simplezas, hasta que dijo: "Aquí no hay nada puro en la vida. La única pura que hay eres tú. Como dice un poema de Nicolás Guillén: "lo único puro que hay en la vida es la pura mierda". Le hubiera saltado al cuello aunque luego me fusilaran, pero no lo hice. Preferí buscarle un punto débil para contra-atacarlo. Entablamos una discusión con el tono más irónico que recuerde en mi vida. Me dijo que por allí había estado el "Lezca", refiriéndose a Jorge Lezcano, quien en ese momento era el secretario general del Partido Comunista en La Habana. Al "Lezca" yo le había envíado unas cuantas proclamas que decían "Abajo Fidel", y, aparentemente no le gustaron.

Le envié saludos a "Lezca" y le dije al Coronel que le preguntara si quería más proclamas. Me respondía siempre con el mismo sarcasmo. Nos dijimos hasta botija verde, pero con la sonrisa a flor de labios. Parecíamos actores de una parodia absurda. Me confesó ser un psiquiatra y que había estudiado mi carácter y demás. Me dijo que mi inteligencia estaba por encima de la media, cosa que me dio risa de veras y le dije que estaba feliz de saber que era un genio. Me respondió sin ironías que no era un genio, pero sí estaba por encima de la media.

Trataba de elevar mi ego al máximo, pero luego continuó con su sarcasmo característico, y la guerra de palabras siguió. Me ofendía para intentar sacarme de paso. Yo lo sabía y no quería darme por vencida. Sus ofensas íban envueltas en una aparente finura, con doble sentido incluído. Yo también hacía lo mismo. Le dije que su revolución era un total fracaso y él me dijo que tenían el poder, y luego cerrando el puño artísticamente repitió: "el poder del pueblo". Le respondí que ese pueblo estaba dentro de ese puño sometido por la fuerza represiva y no le gustó mucho, pero se rió diciéndome algo. Yo trataba de no molestarme abiertamente.

Buscaba algo que me permitiera ganarle la contienda sarcástica. Le había dicho que se veía bien alimentado, mientras el pueblo se moría de hambre. Se rió alto y se tocó el vientre abultado como diciendo: "yo sí como bien gústele a quien le guste". Le respondí que era evidente, pues para eso era un alto oficial, al igual que la clake dirigente. Eso no le gustó. Me dijo que esa palabra era muy fea y vulgar y entonces le dije que cada cual recibía la palabra merecida. La bronca continuó y yo quería decir lo último para cerrar con broche de oro. Pero, el Coronel era astuto y su capacidad como psiquiatra la estaba utilizando contra mí.

Lo seguí observando. Algo me decía que encontraría como sacarlo de paso. No sabía cómo, pero lo haría. El coronel continuaba con su burla estúpida. Era una pelea de león a mono, y el mono amarrado, como dicen en Cuba.

Lo miré detenidamente, pero tan detenidamente que me percaté de algo que ni él mismo sospechaba le estaba sucediendo. El prepotente oficial, jefe de instructores de Villa Marista, tenía nada más y nada menos que la portañuela del pantalón abierta. El zíper, aparentemente, no lo subió al ir al baño antes del cuestionario zumbón que me estaba dedicando.

Lo dejé coger fuerza con su burlita tonta para que se sintiera superior. En mi mente buscaba cómo decírselo de una forma simple, pero a la vez hacerlo sentir mal. El Coronel ya se creía un gladiador vencedor en las arenas de Roma cuando le dije: "Por cierto, Coronel, cuando pueda súbase la portañuela que la tiene abierta y no me interesa ver nada". Su cara se puso tan roja, que tenía matices color púrpura. Creí que le daría un infarto, y es que, indudablemente, había sentido vergüenza. No esperó jamás que yo le dijera eso.

No sabía cómo explicar aquella situación tan embarazosa y me decía: "No creas que fue a ex profeso. Yo no me di cuenta". Titubeaba nerviosamente y yo le dije sonriendo: "No se preocupe. Yo sé que es usted incapaz de algo tan bajo, es que parece que se le olvidó, ¿verdad?" Mi burla casi lo sacó de paso. Abrió la puerta por donde había entrado y seguía diciendo: "Por favor, no vayas a pensar..." "En fin, fue sin darme cuenta…". Se despidió más rápido que como entró y desapareció para nunca más verlo en un cuarto de interrogatorio. Al pasar el tiempo me sacaron a tomar sol y lo encontré en el área, pero no era el mismo sarcástico que había conocido.

Al teniente instructor se le había congelado su risa, se había puesto muy serio. Su cara era ese mismo poema de Guillén que había mencionado el Coronel. Había apretado un botón que había debajo de su escritorio para avisarle al guardia que viniera a recogerme. En unos segundos estaba yo saliendo por la puerta del cuarto de interrogatorio con una sonrisa más sarcástica que la de Monalisa. El circo había terminado y el emperador había salido corriendo del lugar titubeando y subiéndose el zíper de su portañuela. Todo un verdadero poema de la pureza.


Resposta  Mensagem 21 de 72 no assunto 
De: SadCHARLOTE Enviado: 02/12/2008 14:23
La política penitenciaria del régimen totalitario que oprime a Cuba, especialmente en cuanto al presidio político, se ha caracterizado, desde sus inicios, por una violencia represiva sin escrúpulos. El ensañamiento y el espíritu de venganza han sobrepasado todos los parámetros de la vileza. Si esto ha sido una constante para los presos políticos, nuestras hermanas, encarceladas por sus ideas y actos por la libertad y dignidad humana y nacional, hubieron de sufrir, con mayor rigor la vesania de los abyectos carceleros de la tiranía.

En esta sección que hoy inicia nuestro boletín pretendemos asomarnos a los horrores del presidio político de mujeres, para hacer justicia histórica a esa pléyade de heroínas, con tanta frecuencia desconocidas, y denunciar las violaciones de sus derechos humanos.

Damos inicio a nuestro proyecto tomando uno de tantos ejemplos ilustrativos de esta gran tragedia que fue el presidio político cubano de mujeres, por lo peculiar de su história.

María Amalia Fernández del Cueto fue detenida en 1961 en avanzado estado de gestación. Sometida por más de cuatro meses al agresivo rigor del Departamento de la Seguridad del Estado (G-2), fue condenada a cuarenta años de prisión. Se la ubicó en la cárcel de mujeres de Guanajay, donde dio a luz a una niña.

En 1962, se produjo una fuga en dicha prisión. El régimen, furioso, como represalia envió a sesenta y seis de las reclusas castigada para la cárcel de Baracoa, en el extremo oriental de la isla. María Amalia fue de las seleccionadas, y tuvo que viajar con su pequeña hija de meses. Las presas políticas fueron trasladadas primero en camiones "rastras" y después en avión bajo fuertes medidas de seguridad con la represión acostumbrada. En la cárcel de Baracoa fueron recibidas bajo las amenazas del maltrato, los insultos y la agresividad usual. Puestas en condiciones muy precarias de higiene y habitación, prácticamentes incomunicadas y alejadas al máximo de sus familiares, las presas políticas castigadas en la prisión de Baracoa fueron sometidas a un riguroso y abusivo régimen penitenciario. Carentes de los más elementales recursos de vida, sometidas a un programa de maltratos físicos, con una alimetación de hambre y con una muy insuficiente asistencia médica, las presas políticas tuvieron que mantener un permanente enfrentamiento con la guarnición del penal. Los "toques de latas" y las "batidas de rejas" -algunas de las "armas" disponibles por los presos para la protesta- tenían que realizarse frecuentemente para reclamar los más elementales derechos. Muchas de las veces la respuesta de la dirección fuemás golpizas y castigos. Bajo tales circunstancias Amalia tuvo que desprenderse de su hija y entregarla a su hermana y a su suegra, porque en dicha situación era imposible que la criatura viviera.

Para estas sesenta y seis mujeres el castigo en la carcel de Baracoa se extendió por un año. Al regreso, brutalmente aglomeradas en "carros-jaulas", a la prisión de Guanajay, se encontraron con que su pabellón en ésta había sido convertido en celdas tapiadas. Tuvieron que pasar seis meses más allí, dende se les manipulaba hasta el agua.

El recibimiento en la prisión fue con un despliegue inmenso de fuerzas militares con arma larga y bayoneta calada. Sacadas a empujones de las "jaulas", tuvieron que enfrentarse con una violenta y frenética andanada de insultos por parte de toda la guarnición, que además les propinaba golpes a diestra y siniestra por cualquier motivo. A Gloria Rudín le propinaron una terrible golpiza, y a Reina Peñate, que fue a auxiliarla de la turba de milicianos y carceleras que la golpeaba, recibió tantos golpes que fue arrastrada sin sentido por los guardias al pabellón. Cuando volvió en sí, no podía recordar cómo había llegado hasta allí.

Otro de los procedimientos para perturbar psíquicamente a las presas era el uso de altoparlantes dirigidos hacia las galeras, que repetían continuamente todo el adoctrinamiento político del sistema. Las presas estaban obligadas a escuchar los discursos de los dirigentes del régimen.




Resposta  Mensagem 22 de 72 no assunto 
De: SadCHARLOTE Enviado: 02/12/2008 15:21
Cientos de mujeres jóvenes son condenadas en Ciudad de la Habana, de modo injusto y arbitrario, con penas hasta de cuatro años de privación de libertad, por el delito de “peligrosidad social”.

Oficiales del departamento “Lacra Social”, del ministerio del interior, se dedican a la pesca de chicas en la calle, por lo general, negras, humildes y sin influencias que las amparen; las arrestan y conducen para “Villa Delicia” (prisión depósito donde las ubican en espera de sanción ), en cuestión de pocos días las procesan en juicios sumarios y luego las confinan en los Centros de Detención y Rehabilitación de Prostitutas.

El arresto en la vía pública de muchachas se debe, entre otras razones, por vestir ropas cortas y ajustadas al cuerpo, visitar centros de consumo en moneda convertible, andar solas o sin la compañía de hombres y merodear las cercanías de lugares turísticos. En ocasiones, los del “Lacra” utilizan de señuelo supuestos extranjeros que abordan a las víctimas, entablan cualquier conversación con ellas y, acto seguido, agentes de civil las detienen por “asedio a turistas”.

Es frecuente que los oficiales negocien con las detenidas posibles soluciones para dejarlas en libertad. Las opciones consisten en propuestas sexuales o el pago de sumas de dinero, entre 100 y 150 dólares. A quienes se niegan a tener sexo bajo coacción o a pagar el soborno exigido, las instruyen de cargos o las obligan a firmar cartas de advertencias que representan pruebas incriminatorias a la hora de procesarlas.

Las recluidas en Villa Delicia son presentadas en los tribunales pocos días después del arresto y sometidas a procesos judiciales carentes de las debidas garantías. La Fiscalía basa sus condenas en informes relacionados con conducta social inadecuada de las encauzadas, elaborados por las “comisiones de prevención” (integradas por el jefe de sector de la policía y los factores de la comunidad).

Resulta difícil encontrar abogados con disposición de asumir el rol de la defensa en esas situaciones, pues como es conocido la acusación en los casos de “peligrosidad social” responde a una política represiva del gobierno dirigida a encarcelar en masas y no hay posibilidad de modificar la sentencia concebida con anterioridad a la celebración de la vista oral.

En la Habana existen dos Centros de Detención y Rehabilitación de Prostitutas, “Flor de Cuba”y “La Flora”, ubicados en la periferia de Guira de Melena y Alquizar respectivamente. Ambos albergan una población penal por encima de sus capacidades. Las precarias condiciones y el rigor disciplinario en esas cárceles adopta formas de trato cruel, inhumano y degradante.

Las reclusas son confinadas en barracas construidas con paredes de bloques y techos de fibras de asbesto cemento, que desprenden un frío intenso en el invierno y un calor excesivo durante el verano, provistas de turcos tipo letrinas como instalaciones sanitarias, y alambradas de púas en los perímetros. La alimentación que les brindan no satisface los requisitos mínimos para garantizar la conservación de la salud; la comida es escasa, mal elaborada y sin valor nutritivo, solo les aportan proteínas en dos ocasiones al mes.

Las obligan a realizar trabajos forzados, nocivos para la salud, en actividades agrícolas durante ocho horas diarias y sin remuneración económica. No disponen de programas recreativos para pasar el tiempo de ocio.

El contacto con el mundo exterior consiste en una visita familiar de tres horas quincenales, y la asignación de un pase de dos días al mes, condicionado al cumplimiento del férreo régimen establecido, así como a la acumulación de horas extras de trabajo voluntario. Además, no tienen autorizadas visitas conyugales y, por tanto, carecen de la posibilidad de algún tiempo de intimidad con sus parejas.

Los carceleros de ambos sexos acostumbran a provocarlas y ofenderlas constantemente y cuando protestan adoptan medidas de castigo que incluyen la suspensión del pase o la visita y hasta la perdida de beneficios como la libertad condicional.

En la actualidad el número de presas es alrededor de tres cientos en cada una de esas prisiones y conviven hacinadas por lo reducido del espacio. El agua disponible tiene muy mala calidad y genera frecuentes brotes de enfermedades como: cuadros diarreicos, infecciones vaginales, parasitismos, y dermatitis. También corren el riesgo de contraer otras enfermedades transmisibles por la pésima higiene y la proliferación de vectores en esos lugares.

El cuidado de la salud de las que enferman no está garantizado, en ese sentido, los puestos médicos de los penales carecen de equipos elementales y de medicamentos básicos para ofrecerles una asistencia médica adecuada.

Elia Vidal Pérez, de 34 años, es una de las jóvenes que cumplen prisión por el "delito" de peligrosidad social, separada de modo abrupto de su esposo y dos hijos menores de edad.

El día 22 de Enero de 2006, sobre las 8:00 de la noche, estaba en la parada de ómnibus de 23 y L, en el Vedado, cuando cuatro hombres con aspecto de extranjeros se le acercaron e hicieron algunas preguntas en inglés. Se marcharon y entonces aparecieron varios oficiales del Lacra, y la arrestaron por estar vestida con saya corta y conversar con "turistas".

En la unidad policial de Zapata y C la presionaron para que confesara que se dedicaba a la prostitución. Le prometieron que si colaboraba le darían la oportunidad de llamar a su casa y de ver a los niños. Como se negó la metieron en el calabozo y posteriormente la trasladaron a Villa Delicia.

La sancionaron a tres años de privación de libertad el 1 de Febrero, en el tribunal municipal de Playa. En el informe de la comisión de prevención presentado en su contra, se expuso que Vidal Pérez vive con lujos y riquezas, sus amistades son elementos antisociales, ha incurrido en escándalos y desórdenes públicos, y llega a su casa a altas horas de la noche.

Sin embargo, en verificación realizada con el presidente del comité de defensa de la revolución (CDR) y otros factores de su localidad, aseguran que la Sra. Pérez es una persona honrada y respetuosa con los vecinos, la familia vive de modo humilde por los escasos recursos conque cuentan, la casa está inhabitable por el marcado deterioro, y los únicos bienes que posee son un bombillo, tres sillas de hierro y una cama inventada, no tienen siquiera refrigerador o televisor.

Otras veinte y seis mujeres fueron procesadas ese día en el tribunal de Playa, diez y ocho resultaron sancionadas a privación de libertad y a varias de las restantes las condenaron a prisión domiciliaria.

Yosdalia Ramírez fue una de las pocas absueltas. Los del Lacra la arrestaron a la salida del Castillo de Farnet, en la Habana Vieja, donde había estado tomándose un refresco. La recluyeron en Villa Delicia por dos semanas sin tomar en consideración su niña pequeña de meses y que está casada desde hace un año con Jonathan, ciudadano inglés que, como es lógico, le da los dólares para que pueda acceder a los lugares de consumo en moneda convertible.

El miedo domina la vida de gran cantidad de mujeres en la Capital Habanera y otras provincias del país, incluso algunas se cohíben de salir de sus hogares para no ser arrestadas sin motivos. Mientras, se rumora que obreros de la construcción tienen la tarea de trabajar arduamente para entregar, a lo máximo en tres meses, una nueva prisión en el poblado de Calderón, carretera de Alquizar, con capacidad para miles de encauzadas por peligrosidad.


Resposta  Mensagem 23 de 72 no assunto 
De: SadCHARLOTE Enviado: 02/12/2008 16:18
HOLA SAD
 
AUN ESTOY ESPERANDO QUE ME DES ALGUNA INFORMACION SOBRE LAS MUJERES QUE DICE EL ARTICULO PERIODISTICO DEL NEW HERALD "DESAPARECIERON" DURANTE EL GOBIERNO REVOLUCIONARIO.
 
ME DISTES UNA LISTA OK. TE DIJE QUE SI TENIAS ALGUNAS INFORMACIONES CON BASE TESTIMONIAL O DOCUMENTAL, APARTE DE ESTA "LISTA", QUE ME LA SUMINISTRARAS ASI YO HARIA LO PROPIO Y LAS PONDRIA CON MUCHO GUSTO EN EL TRABAJO QUE AUN HAGO SOBRE:  LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES DURANTE LAS DICTADURAS MILITARES EN AMERICA LATINA.
 
JAJAJAJA, ESPERO QUE ME DES EL RAGALITO DE NAVIDAD CON ESA INFORMACION.
 
SALUDOS.
 
PANAMEÑO67
 
 
Espero que sea digno y las incluya en su "investigación".
Sad
 

Resposta  Mensagem 24 de 72 no assunto 
De: Azali5 Enviado: 02/12/2008 17:16

EL PRESIDIO POLITICO FEMENINO EN EL CASTRISMO

por María Álvarez


Publicado el jueves, 8 de marzo de 2001 en El Nuevo Herald

En 1910, Clara Zetkin, integrante del Sindicato Internacional de Obreras de la Confección, propuso el Día Internacional de la Mujer en el curso del Congreso Internacional de Mujeres Socialistas en Copenhague, Dinamarca, y en memoria de un grupo de obreras textileras masacradas en la ciudad de New York por exigir igualdad de salarios y jornada de diez horas de trabajo, en 1857. La lucha de la mujer, superior a los ochenta años, en todos los frentes, incluido el militar --revolución francesa, 1789-- y, esporádicamente, desde época inmemorial, se desdobla en un nuevo terreno, aledaño al de la igualdad, en todos los frentes: el terreno del coraje. Novedosa manifestación de civismo, moral, ética, profundamente enraizada en el amor a la patria, que traslada todas las fuerzas físicas y espirituales inimaginables a mujeres dispuestas a dar su vida por la libertad y por todos los derechos intrínsecos del ser humano. 

El presidio político femenino cubano es un ejemplo supremo. A partir de 1959, obreras, profesionales empresarias, intelectuales, campesinas, artistas, educadoras, amas de casa toman conciencia de que su patria está en peligro. Que sus familias, sus tradiciones, sus patrimonios, afincados en la gesta heroica de sus antepasados, desparecen, Y deciden, valientes, sin pensar en los riesgos, luchar contra la revolución que destruye su entorno de joven república amasada con esfuerzo, dignidad, trabajo, amor. Ningún terror las paraliza. Ninguna encomienda es más peligrosa que su decisión. Se colocan en el lugar preciso, las horas precisas, echando a un lado cualquier canto de sirena enemigo, cualquier utopía, cualquier fraude histórico. Unas mueren. Otras sucumben en la cárceles. Todas se envuelven en la misma bandera del deber cumplido, a espaldas del peligro, del alto precio pagado, en los mejores años de su existencia. 

El presidio femenino cubano histórico --base e inspiración del que le seguiría después-- tiene nombres de gloria: las que murieron por él y las que viven aún. Conscientes de la validez de sus ideas y sus acciones. De su razón. Mujeres con la humildad, sencillez, discreción, sabiduría e inteligencia del tiempo de su gesta. Que ocupan un espacio real, sin algarabías ni primeros planos. Sin más liderazgo que el de todas unidas en la experiencia y el sufrimiento. Donde cada historia es un ejemplo increíble de valentía, honestidad y entrega a la causa de la libertad y los derechos humanos escrito en la inmundas celdas de las prisiones castristas en la isla. 

Celdas cuajadas de piojos y cucarachas. Llenas de ratas, tan rechazantes como los hombres y mujeres que, al servicio de la peor causa, olvidaron ser cubanos. Año tras año y, con énfasis en el Mes Internacional de la Mujer, envío mi abrazo más fuerte para mis hermanas de cautiverio, que esperan el regreso. Para las que se fueron, mi compromiso de colocar ``en blanco y negro'' sus nombres, destinados a las nuevas generaciones. A los que deseen conocer algun día la realidad de las bien llamadas mambisas cubanas del siglo XX. 

Es por esto que, con emoción y orgullo, paso lista a los nombres de mis compañeras presas ya fallecidas: Norma Abreu, Julia Aguilar, Bebita Alonso, Hortensia Baquero, Raimunda Barrios, Cándida Berget, Catalina Bianchi, Carmen Blanco, Violeta Blanco, Flora Bosch, Maribel Bugo, Dra. Caminero, Margot Calvo, Olga Canosa, Carmelina Casanova, Pura Castellanos, Alicia Concha, Dolores Correoso, Hilda Corujo, Esther Cruz, Dora Delgado (Japón), Sarah del Toro, Nené Echenique, Victoria Elías, Hilda Feo, Magdalena Fernández, Caridad Fernández López, Irma Francois, Juana García, Juana Luz García, Yolanda García Bonet, Carmen Gil, Julita Gil, María del Carmen Gómez, Georgina González, Julia González, Mercy González, Pola Grau, Hilda Herrera, Elisa Jaimerena, Cuba León, Oristela López, Carmen Rosa Lora, Berta Machado, Etelvina Maidique, Gladys Marichal, Aida Marrero, Gladys Martínez, María Julia Martínez, Rosa Martínez, Queta Mecke, Edelmira Milián, Carola Montalván, Margarita Montalván, Pilar Mora Morales, Eligia Osorio, Hilda Pelegrín, Silvia Perdomo, Aida Pérez (religiosa), Consuelo Pérez, Hilda Pérez-Dopico, Migdalia Pérez-Poza, Anelita Prieto, Lilliam Ramírez, María Amelia Ramírez, Mercedes Ramírez, Dora Victoria Reyes, Aida Rodríguez, Blanca Rodríguez, Leopoldina Rodríguez, Mercedes Rodríguez, Lilia Romnez, Celeste Roque, Amalia Salgueiro, Dolores Sardiñas, Edmunda Serrat, Geraldine Sherman, Aida Sosa, Irma Suárez, Rebeca Suárez Fernández, Amparo Torres, Ismelia Travieso, Eulalia Turiño, María Vázquez, María Vidal, Teresita Vidal, Berta Yeste, Josefa Velozo. Para ellas y para todas las presas políticas cubanas ya fallecidas que por falta de información no aparecen en esta lista, gloria eterna.


Resposta  Mensagem 25 de 72 no assunto 
De: matilda Enviado: 02/12/2008 18:14
O sea Panameño que podés utilizar para tu trabajo, las biografías de dos señoras contrarrevolucionarias que las cuentan ellas mismas.
Dos señoras de la alta burguesía ,una de ellas asesina potencial confesa.
Espías que seguramente vendían al enemigo la información.

A su regreso a Cuba, contrae matrimonio con el joven médico Rafael Montoro y continúa una intensa vida colmada de actividades sociales y obras benéficas, pero su trayectoria anterior y carácter inquieto la mantienen al tanto de la política y los pasos de Fidel Castro. Un ex presidente colombiano y contactos diplomáticos en Washington le cuentan detalles de varios hechos de sangre relacionados con Fidel Castro, el "Bogotazo", el asesinato del líder estudiantil Manolo Castro, el asalto al Cuartel Moncada y otros. En sus frecuentes visitas a la capital de los Estados Unidos, se reúne con grupos de cubanos y americanos, alertando sobre el peligro que Fidel Castro representaría, tanto para Cuba como los Estados Unidos.

Crearon una red de espionaje que centralizaba información de toda la isla y que además escondía perseguidos, asilaba, recogía dinero, buscaba santuarios y transportaba alzados. Cada provincia tenía una mujer al frente, como las valientes Queta Meoqui y María Orta. Una distinguida dama de Matanzas, María Dolores Núñez y Núñez de Beato, encabezó su provincia. Rodeada de una amorosa familia y una vida muelle, nadie sospecharía que en la señora Beato palpitaba la sangre mambisa de su padre, Indalecio Núñez, que murió en los inicios de la Guerra de Independencia, y de su tío, el General Emilio Núñez. Como jefa de unidades, lo mismo escondía a perseguidos que se adentraba en el campo para llevarles comida y dinero a los alzados en El Escambray.

Y por mucho menos que esto ,hay 5 condenados a prisión en los EEUU,pero esta gentuza dice que se jodan por espías.

Vaya!! si que hay que tener la cara de piedra!

mati


Resposta  Mensagem 26 de 72 no assunto 
De: Azali5 Enviado: 02/12/2008 19:11
2004-11-10. 
Carmen Julia Arias Yglesias
El Curriculum Vitae de la cubana Carmen Julia Arias Yglesias está plagado de padecimientos y tormentos: 20 años de separación de su esposo, el expreso político Alfredo Mustelier Nuevo; 83 días en las celdas de Villa Marista, sede del alto mando de la policía política castrista; cuatro años de encarcelamiento en la prisión de mujeres Manto Negro...

Aquí seguido, Miscelaneas de Cuba reproduce la ponencia que la ex presa política transmitiera al auditorio del seminario Cuba y Democracia, auspiciado por la Internacional Demócrata de Centro (28 - 29 de octubre, Roma, Italia). Es la presente transcripción manera de descrubrirnos el cabello ante una dama que merece el respeto de todo ser humano.

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Buenas tardes:

Gracias por invitarme a este magno evento. Quiero agradecer también al pueblo, al parlamento, y al gobierno italiano, el exigirle al régimen cubano la libertad de mi esposo, Alfredo Mustelier Nuevo, quién tras cumplir 20 años de condena, sólo fue liberado gracias a la solidaridad y apoyo de congresos como este.

Entre los records del gobierno cubano, yo incluiría a los presos políticos; Nunca un país ha tenido tantos. Desde el año 59 han pasado por sus prisiones más de 600. 000, cifra únicamente comparable con las de los regímenes de Hitler o Stalin. Desde entonces hemos padecido tratos crueles inhumanos y degradantes, con mayor ensañamiento en las mujeres. Para mí, el conocer de la historia de nuestras heroínas como la Ñiña del Escambray, La Japonesita y otras, me sirvió de inspiración y aliento para no flaquear.

Foto: Alexis Gainza Solenzal.
Carmen Julia Arias Yglseias, ex prisionera política. Foto: Alexis Gainza Solenzal.

Las presas políticas en Cuba, cuando somos detenidas, nos llevan a los cuarteles de la policía política (G2), nos encierran en celdas tapiadas, muy iluminadas, con pequeños respiraderos y la temperatura muy elevada. Después nos llevan por unos pasillos oscuros (como los de las KGB Soviética), para llegar a las oficinas de interrogatorio. Los oficiales investigadores están con abrigos por el congelante aire acondicionado a máxima capacidad. Ahí comienzan las intimidaciones, atropellos y amenazas. En estas condiciones yo estuve 83 días. De ahí somos trasladadas a la prisión donde somos obligadas a convivir con presas comunes lo que hace mas cruel nuestras ya injustas y excesivas condenas, tenemos que soportar la compañía de lesbianas, drogadictas, asesinas que han matado a sus esposos, sus hijos y hasta sus madres, enfermas mentales como el caso de Julia Piloto Hurón, quién había asesinado a su esposo y estaba muy enferma de la mente. Yo no comía, no dormía, a cualquier hora que me despertara me encontraba con aquellos ojos que parecían los de una pantera en acecho. Al final se ahorcó, igual me pudo haber asesinado a mí. Aún como una pesadilla veo aquellos ojos en la oscuridad.

Las presas políticas de la ola represiva del 92  fueron llevadas de Villa Marista, Cuartel del G2, a las celdas de castigo y tapiadas de la Prisión de Manto Negro. Entre ellas estaba María Mendoza Marrero, cuyo único delito fue proteger a sus hijos René y Eric Salmerón Mendoza. Al primero lo fusilaron y al segundo lo sancionaron a 25 años, confinado en la prisión de Kilo 8 en la Provincia de Camagüey, por lo que su madre que además padece de epilepsia, no tenía constancia de que su hijo estuviera vivo.
Mientras las presas comunes andan sin restricciones dentro del penal, a las pesas políticas solo se nos permite visitar el botiquín acompañadas de una guardia con la intención de que no nos podamos comunicar con nadie. Según ellos si dos presas políticas hablan están conspirando; pero si hablan con una común, están haciendo proselitismo político. Si de los presos políticos se sabe poco, de las presas políticas se sabe aún menos.

Creo que por vergüenza o por pudor las mujeres nos hemos callado mucho de lo que hemos sufrido…Quizas con el silencio y el intento de olvidar, queremos borrar lo que no hubiéramos deseado vivir. Olvido que no logramos, y silencio que solo beneficia al régimen castrista, y por eso estamos aquí, como constancia de lo cruel, malvado y sanguinario que es la tiranía que nos oprime y esclaviza.

¡Con todas las fuerzas de mi corazón!... y el dolor de mi sufrimiento pido a ustedes exijan la libertad de los presos políticos y la de mi bella Cuba.

Muchas Gracias.

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Nota: Datos del quehacer cívico de Carmen Julia Arias Yglesias, expresa política cubana:

Vinculada desde muy joven a los grupos de derechos humanos, dirigía el movimiento "Luchadores Por La Libertad e Independencia de Cuba". Participó en el primer intento de unir a todos los grupos opositores en la Coalición Democrática Cubana, la cual fue destruída por los tres agentes de contrainteligencia y testigos de de la Fiscalía Castañeda, Fausto y el periodista José Antonio Fornaris Ramos (Quien continua activo dentro de los grupos opositores y de derechos humanos). Por este motivo Carmen fue a prisión, acusada de revelación de secretos concernientes a La Seguridad del Estado.

Sancionada 9 años por un consejo de guerra sumarísimo (sin ser militar), confinada a la prisión de Manto Negro donde padeció parálisis facial producto de desnutrición severa, avitaminosis y otras enfermedades. Además convivió en su celda con presas comunes y una esquizofrénica paranoica.

Gracias a la solidaridad y presión internacionales de personas como ustedes, logramos su libertad a los cuatro años de encarcelamiento.


Resposta  Mensagem 27 de 72 no assunto 
De: Azali5 Enviado: 02/12/2008 20:09

Es por esto que, con emoción y orgullo, paso lista a los nombres de mis compañeras presas ya fallecidas: Norma Abreu, Julia Aguilar, Bebita Alonso, Hortensia Baquero, Raimunda Barrios, Cándida Berget, Catalina Bianchi, Carmen Blanco, Violeta Blanco, Flora Bosch, Maribel Bugo, Dra. Caminero, Margot Calvo, Olga Canosa, Carmelina Casanova, Pura Castellanos, Alicia Concha, Dolores Correoso, Hilda Corujo, Esther Cruz, Dora Delgado (Japón), Sarah del Toro, Nené Echenique, Victoria Elías, Hilda Feo, Magdalena Fernández, Caridad Fernández López, Irma Francois, Juana García, Juana Luz García, Yolanda García Bonet, Carmen Gil, Julita Gil, María del Carmen Gómez, Georgina González, Julia González, Mercy González, Pola Grau, Hilda Herrera, Elisa Jaimerena, Cuba León, Oristela López, Carmen Rosa Lora, Berta Machado, Etelvina Maidique, Gladys Marichal, Aida Marrero, Gladys Martínez, María Julia Martínez, Rosa Martínez, Queta Mecke, Edelmira Milián, Carola Montalván, Margarita Montalván, Pilar Mora Morales, Eligia Osorio, Hilda Pelegrín, Silvia Perdomo, Aida Pérez (religiosa), Consuelo Pérez, Hilda Pérez-Dopico, Migdalia Pérez-Poza, Anelita Prieto, Lilliam Ramírez, María Amelia Ramírez, Mercedes Ramírez, Dora Victoria Reyes, Aida Rodríguez, Blanca Rodríguez, Leopoldina Rodríguez, Mercedes Rodríguez, Lilia Romnez, Celeste Roque, Amalia Salgueiro, Dolores Sardiñas, Edmunda Serrat, Geraldine Sherman, Aida Sosa, Irma Suárez, Rebeca Suárez Fernández, Amparo Torres, Ismelia Travieso, Eulalia Turiño, María Vázquez, María Vidal, Teresita Vidal, Berta Yeste, Josefa Velozo. Para ellas y para todas las presas políticas cubanas ya fallecidas que por falta de información no aparecen en esta lista, gloria eterna.



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