Para algunos, la paz es cuando tus interlocutores no te insultan ni se muestran traidores y rastreros, ni en público por lucirse hacen lo que no hacen en la conversación privada. ¡Pero eso no es la paz!
Para otros, la paz cuando se concuerda un diálogo hiócrita con concesiones que ninguna de las partes cree, dando la falsa impresión de progreso. ¡Tampoco eso es la paz!
La paz es para mí, cuando sabemos que tenemos la razón de modo claro, y que todos sus ladridos se deben a la rabia de saber que están equivocados. Como Mierdarita. La paz es pues ese estadio que se alcanza de ver que tienes razón, y que todos tus enemigos dan patadas de ahogados, porque ellos no la tienen.
¿ Y a qué compararemos a Mierdarita? A una vieja amargada que se pasó la vida esperando su Príncipe Azul, y cuando llegó la boda resultó que era maricón, y aunque sus vecinas y vecinos se lo dijeron, Mierdarita se negó a creerlo y lo siguió defendiendo. Hablando sola con las paredes, y fundando un club de viejas taradas compuestas y sin marido, rememorando los palos que no echaron y las caricias que no recibieron
Aaaaaaaaaaaméeeeeeeeeeeeeeeeeeeen.
Por eso las mierdaeritas de este foro, machas y hembros, son todas tan lastímeras que un solo soplo las derriba y llena de mierda. ¡Siete veces patéticos!
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