Bolivia: rebelión frente a la dictadura
La capital de Bolivia, Sucre, está en situación de guerra. En la tarde de ayer, Evo Morales y su partido, el Movimiento Al Socialismo (MAS), aprobaban una nueva Constitución para el país “en una asamblea antidemocrática” celebrada “en una guarnición militar” (como apunta el bloguero boliviano Ermapelo), con el único apoyo del MAS -136 de los 255 asambleístas- y en ausencia de la oposición.
La votación se ha hecho incumpliendo el Reglamento de Debates de la cámara, a puerta cerrada, impidiendo el acceso a la prensa y desoyendo las peticiones de suspender la sesión hechas por representantes de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos, el Defensor del Pueblo y la Iglesia, según denuncia la prensa local.
En el exterior de la guarnición, las protestas estudiantiles contra este golpe antidemocrático eran reprimidas de forma brutal por la Policía, que ha lanzado gas y ha disparado contra la multitud, cargado contra los manifestantes con “patadas en el estómago” y “rodillazos en las costillas”, como apunta el Correo del Sur: “golpes de culata en la frente comenzaron a teñir de rojo sangre la jornada”.
El resultado: “Muertos, heridos y mucha sangre derramada”, apunta Ermapelo. Ya hay dos muertos: un abogado de 29 años que recibió un disparo en el tórax y un joven de 20 años alcanzado “por el impacto de granada de gas en el pecho”, que fue “disparada a 4 metros y que le provoco un paro cardiaco”, informa este bloguero. Según la prensa hay más de 100 heridos, pero blogs como Bolivia Confidencial elevan la cifra a “más de 500 heridos”, y advierte del riesgo sanitario, señalando que los hospitales de Sucre están “abarrotados” y en ellos “faltan remedios y medicinas”.
“Desde los cerros bajaban jóvenes y adultos sangrantes, la mayoría de balines y otros con munición de guerra”, apunta la prensa de Sucre. El Coronel Mario Tanaka, comandante del Regimiento II de Infantería, ha asegurado que sus hombres no hicieron esos disparos y culpó de ello a la Unidad Especial Antiterrorismo de la Policía, que visten uniformes camuflados y usan los casquillos disparados.
En este vídeo se puede ver a francotiradores masistas disparando desde las alturas, orientados por instructores venezolanos enviados por Hugo Chávez y apoyados por los “ponchos rojos” del MAS