Veran;No me presento por que no tengo ya nombre, solo soy un número pero si me describiera, soy de alto como... 55 cm mas o menos, vengo pesando más o menos 25 kilos mi pelo es entre rubio /gris con mi parte mas alta de color negro, mi cara expresa, ternura cariño, miedo, tristeza etc., enumeraría tantas cosas que dedicaría todo el folio a describir lo que mi rostro dice de mí.
Perdónenme queridos lectores pero con su permiso voy a contarle un poco mi vida, no es importante, es muy común como la de muchos, pero estoy pasando una etapa que no entiendo y a ver si escribiéndola puedo comprender porque.
Nací en una casa acogedora de humanos, y conmigo ocho hermanos, ¡ qué bonitos todos!, Parecíamos peluches, los había con los ojos azules, del color de la miel, y también con un ojo de cada color, mamá los tenía azules era... muy tierna, muy buena con nosotros, tenía una paciencia infinita, con la de guerra que le dábamos todos ( la echo mucho de menos).
Ella, nos hablaba que pronto nos independizaríamos, que teníamos la misión de cuidar y proteger a los humanos y cada uno de nosotros iríamos a un buen hogar con una buena familia, nos cuidarían con la condición de protegerles y nosotros, que tuviéramos mucho cuidado con no hacer daño a los niños al jugar, ella nos daba lecciones de cómo teníamos que ser y de cómo deberíamos comportarnos. Yo escuchaba atentamente pues quería ser el mejor, quería hacerlo todo tan bien que mis amos estuvieran contentos conmigo, orgullosos de mí.
Y llego el gran día, la casa se lleno de humanos grandes y pequeños que nos iban cogiendo en brazos diciendo; ¡¡este para mi! ¡este para mi! Así cada uno de nosotros dejamos a mamá y nos fuimos a cumplir con nuestro trabajo. Cuidar de los humanos que nos acogieran.
Entre a formar parte de una familia que tenia cuatro humanos, dos grandes y dos pequeños, uno de ellos era muy pequeño y yo lo lamía con mucho cariño como me hacía mamá, a lo que los humanos me riñeron pues según ellos eso está mal, comprendí en seguida que sus afectos son diferentes, nunca más volví a mostrar mi cariño de esa manera, movía el rabo, saltaba y expresaba mi alegría de otra manera diferente.
La verdad, ¡que bien estaba!. No me faltaba de nada, tenia mi comida, mis juguetes, mi rincón donde yo reposaba , ‘diíta sea’ estaba fenomenal.
Pero ese año oía decir,¡no podemos irnos de vacaciones, que rabia no coincidimos los dos a la vez, bueno menos mal porque sino, no sé que podríamos hacer con el perro( eso lo hablaban los mayores) y al escucharlos, no entendía lo que querían decir, pero como a mi me seguían queriendo mucho pues se me olvido esa conversación y seguí con la vida cotidiana.
Así pasaron varias etapas de calor y frió , hasta que volvió el calor y además los humanos mayores estaban contentos porque las vacaciones les coincidían a los dos ¿qué sería eso de las vacaciones? Por lo contentos que se ponían debía de ser algo muy bonito pero había algo que no me gustaba, de alguna manera esa lucecita de alarma que se despierta a mi se me encendía cuando escuchaba, ¿que haremos con el perro?. Como la vida continuaba igual dejé de pensar en ello, hasta que un día:
Me llamaron para que montara en el coche porque íbamos de viaje, bueno era como ir a casa de los abuelos al pueblo pero en esta ocasión los humanos pequeños no venían, me extraño aunque como los humanos son tan impredecibles acepte ir con ellos.
Caminábamos por unas carreteras que estaban llenas de baches, me daba golpes en la cabeza en mi jaula, pero simplemente formaba parte del viaje.
Llegamos a un lugar que había árboles y me mandaron bajar, iríamos seguramente a dar un paseo,tranquilamente me puse a oler por allí, y aproveche para hacer mis ‘necesidades’ ( ya sabéis) cuando estaba más distraído ellos volvieron al coche, arrancaron y se fueron sin mí, me dejan aquí, Corrí y corrí detrás de ellos diciéndoles ¡eh! ¡eh ¡ esperarme que ya voy, pero el coche corría más que yo y tuve que parar la carrera, pensé bueno a lo mejor vienen luego a buscarme, (eso no lo habían hecho nunca) me dedique a conocer el entorno sin separarme mucho del lugar en el que me dejaron , no quería que al volver a buscarme no me encontraran, me eche, estuve un rato echado y empezaba a sentir hambre, un poco de frió y sobre todo estaba sintiendo una punzada de dolor, ese dolor de no entender porque yo estaba allí, separado de los míos, solo en medio del monte, sin comida ni agua, no entendía porque el tiempo pasaba y ellos no volvían a buscarme.
Esperé hasta que el hambre era insoportable y la sed aún más, no sabía que hacer ni donde ir, ni ... me eche a llorar porque no comprendía nada, aullé al cielo con todas mis fuerzas para llamarles y nada.
Decidí volver por el mismo camino que habían echo con el coche, las particular de olor que flotaban en el aire me guiaban y llegué dónde vivía con mis humanos, allí no había nadie, no encontré a nadie estaba cansado, me dolían las patas, sentía el estomago hecho un nudo pues no había comido nada en varios días simplemente bebía agua de las fuentes, me sentía agotado, no sabía que hacer, no sabía donde ir, no sabía que pensar, no entendía nada, ¡ que pasó! ¡ que hice mal!.
Pedía mi muerte, casi lo consigo un coche al cruzar la calle me dio un buen golpe en la pata de atrás y me duele, pero me dolía más lo que no entendía no podía comprender como me veía así sin haber echo nada malo.
Mi aspecto fue cambiando ya no estaba tan limpio, ni cepillado, y los humanos me echaban de su lado e incluso corrían de mi, un chico me tiró una piedra a la cabeza, no sabía como encontrar comida, donde poder asearme y estar bonito para que no asustara a los humanos.
Corría por las calles, empezaba a temer de ellos, todo me asustaba, comía lo que encontraba en unas cajas grandes que me costaba mucho entrar y cogerlo , pues tenían tapa y era difícil, en algunos sitios unas humanas ponen comida para los gatos y yo se la robaba, ( que me perdonen) tenía mucha hambre y no podía hacer otra cosa.
Un día que estaba paseando por la calle, unas humanas se acercaron a mi entre ellas había una con un palo largo y una cuerda, me cogió, ¡me pilló! Chillé, gruñí, le enseñe los dientes, pero al oír su voz percibí que no me haría daño, me acariciaba la cabeza y me hablaba con palabras suaves, tiernas y tranquilizadoras.
Me subió a un furgón que me llevó donde había más colegas como yo que habían sido abandonados, me curó las heridas y me dejo en un lugar con comida y agua, por el pasillo fue saludando a todos los demás y se ponían locos de contentos al verla, saltaban de alegría a su alrededor, la lamían, jugaban con ella, mordían sus pies lo mas pequeños y no se enfadaba.
Hoy vivo en ese lugar, veo venir humanos que se llevan colegas míos, veo que aquí me dan comida y estoy cuidado. Esa humana viene y nos saluda, nos acaricia, me encanta estar a su lado ¡tiene una pinta de buena!, aunque; no me fío mucho, los otros humanos con los que viví también parecían buenos.
Perdónenme señores lectores que le cuente mis penas, son las de muchos de mis compañeros que como yo, han sido abandonados por algo que se llama ‘vacaciones’ debe ser muy malo eso, pues el sufrimiento que tenemos es inconmensurable.
Me gustaría que esta carta se leyera, que los humanos supieran como nos sentimos cuando nos abandonan, cuando nos dan la espalda al no comprender el daño que nos pueden hacer, no lo merecemos porque les damos todo nuestro ser e incluso daríamos nuestra vida por ellos.
Hoy solo me queda la compañía de mis colegas, las caricias de unos pocos humanos con compasión y esa humana que la llaman ‘loca’.
Que triste vida de perros, aunque algunos sean afortunados.
Espero que por el bien de los animales seamos capaces de llegar al corazón de los humanos.
Un saludo esperando su publicación
Un perro más de los abandonados por las ‘vacaciones’
d/a
FELIZ FIN DE SEMANA PARA TOD@ S
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