
Hay días en que muero
en silencio, sin rezos,
mi cuerpo a la deriva
como un pájaro herido,
con las alas desplegadas al viento
sin rumbo, sin tiempo...
Hay días que muero
por la tristeza ajena
y despeino mis cabellos
con ayeres de recuerdos
Y en la soledad de la noche
me duelen los versos en el alma
siento cómo llama en las persianas
la melancolía gris, inmensamente gris..
Hay días en que muero
para renacer en remolinos de palabras,
porque la poesía que no he escrito
la busco, dentro del corazón,
en el espacio azul del universo
y en cada instante de mis días,
la necesito ¡ como la necesito¡
La poesía que no he escrito todavía



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