Yo sé que mi cariño recriminas, es claro tú no entiendes de esas cosas, qué sabe del perfume y las espinas, quien nunca estuvo al lado de las rosas.
Tú sabes que jamás suplico nada, y me sabes cautivo de tus huellas, que vivo en la región de tu mirada, y comparto contigo las estrellas.
Un día nos veremos nuevamente, y es lógico que bajes la cabeza, tendrás muchas arrugas en la frente, y el rostro entristecido y sin belleza.
Serás menos sensual en la cadera, tus ojos no tendrán aquel hechizo, y aún murmuraré- ¡Si me quisiera! tú sólo pensarás: ¡Cuánto me quiso!


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