Por Yndamiro Restano

El “Socialismo Filantrópico” o el “Socialismo Universal” fue llamado peyorativamente “Socialismo Utópico” por los pensadores del llamado “Socialismo Científico”. Por supuesto, esta fue una manera de descalificar a los pensadores universales que crearon el Socialismo tanto franceses como ingleses. Desde su nacimiento, las ideas socialistas se originaron de la ineludible condición social del ser humano y de su necesidad de amar y ser amado. El proyecto socialista en sus inicios no fue un simple proyecto de sobrevivencia , siempre fue algo más profundo. Rosa Luxemburgo, a este respecto, expresó que el Socialismo no era solamente un problema de tenedor y cuchillo.

Por nuestra parte, en Cuba, el Movimiento Revolucionario, ha intentado combinar los dos socialismos; tanto el llamado científico como el calificado como utópico. Basta recordar aquella etapa en que quisimos construir conjuntamente el Socialismo y el Comunismo. De cualquier manera, lo cierto es que dentro del pensamiento del Movimiento Revolucionario Cubano, cuyo centro de gravedad es José Martí, el “Socialismo Cubano” desde muy temprano se emancipó del estrecho socialismo clasista. La Revolución Permanente Cubana que comienza con Hatuey y aún hoy sigue obstinadamente persistiendo en la necesidad de construir un mundo más humano, siempre fue una Revolución de los Humildes, por los Humildes y para los Humildes, como recientemente proclamara el líder actual del Movimiento Revolucionario Cubano, Raúl Castro.

Es decir, hay una categoría moral en el centro de nuestra obra revolucionaria y es precisamente la humildad que es la antítesis del egoismo. Por supuesto, el sentido moral de la Revolución Cubana cobra valor universal con el pensamiento martiano. Fue nuestro filósofo y poeta mayor, José Martí, quien elevó el patriotismo cubano a categoría universal: Patria es Humanidad. Fue además, nuestro poeta cumbre, quien nos dió en sus versos libres, nuestro Destino Manifiesto de Defensores de la Humildad frente al egoismo.

Es importante aclarar, retomando la cuestión de los términos y sus connotaciones, que esto de llamar peyorativamente a los “Socialistas Universales”, “utópicos”; no es algo exclusivo de este caso: con los terminos anarquía y anarquistas, los opositores de este pensamiento socialista y libertario, han hecho lo mismo. Para el común de la gente, los anarquistas son gente caótica, desordenada, y además, ilusos. Desde luego, tenemos que empezar por admitir que la mayoría de la gente no ha leído a Owen ni saben quien fue Sant Simon ni Fourier y desconocen olimpicamente las obras de Marx o de Lenin o de Proudhon. Esto es cierto, incluso aunque se trate de graduados universitarios.

De cualquier manera, a partir de esta sinopsis de las ideas socialistas, queda demostrado que la Izquierda Revolucionaria siempre ha estado marcada por la herejía, por la heterodoxía, por la crítica permanente a los dogmas. Precisamente por esa característica de autocrearse y autorenovarse, el Movimiento Revolucionario a nivel planetario continua vivo y se nutre y se renueva en el seno de la historia. Pues bien, en el caso de nuestro Movimiento Resvolucionario Cubano sucede de la misma forma. La condición sine qua non de la continuidad viva del Movimiento Revolucionario Cubano, que es en definitiva la continuidad de la Revolución, es la Democracia Interna dentro de nuestro Movimiento Revolucionario. Sin Democracía Interna dentro del Movimiento Revolucionario, sencillamente no hay relevos sucesivos de Vanguardias Revolucionarias y el proceso degenera en entreguismo y en codicia.

El proyecto socialista se mueve por dos vectores principales: La desalienación del Espíritu, de las ideas, del arte. Y la desalienación de la dimension material, de lo empírico-sensible, de la vida económica de la raza humana. Estos dos lados dialécticos del ángulo socialista, por decirlo de alguna manera, se tocan y se separan nuevamente en infinitos rombos. Las Vanguardias Revolucionarias Críticas son las que descubren los “disfuncionamientos estructurales” de la gestión, al mismo tiempo, que los contextualizan con su fuerza centrípeta. Por su parte, la Creatividad Popular, entra en síntesis dialéctica con el pensamiento crítico de las vanguardias y proyecto y gestión se interrelacionan, avanzan y se purifican.

Sin Democracía Interna dentro del Movimiento Revolucionario, que va más allá del partido, por supuesto; y sin liberar la creatividad popular, se podrá construir otra cosa, pero no el Socialismo. El cooperativismo de Owen es tan importante para el Socialismo como el concepto de plusvalía en Marx. La carta de Lenin al Comité Central del Partido, alertando a los comunistas rusos sobre la inclinación al despotismo de Stalin; es tan vital para el Socialismo como la economía “autogestionaria” de Tito. La Izquierda Revolucionaria es un brillante de mil facetas, no una secta dogmática, clasista e igualitarista, que termina usurpando el proyecto del pueblo en alianza con la BUROCRACIA.

Raúl Castro sabe todo lo que llevo dicho y pienso que está propiciando el surgimiento de la Nueva Vanguardia Generacional. Hay que apoyarlo sin sumisión y sin dejar de ser consecuentes con nuestras ideas martianas, socialistas y revolucionarias.