El 8 de junio de 1099, los ejércitos de la Primera Cruzada, al mando del Conde Raimundo de Tolosa y de Godofredo de Bouillón, pusieron sitio a la ciudad de Jerusalén (Israel-Palestina). Los cruzados usaron torres de asedio equipadas con catapultas. A pesar de la resistencia de los árabes, que contraatacaron con piedras, flechas, lanzas y fuego, las torres con ruedas llegaron a las murallas y se infiltraron hasta tomar la ciudad. El día 18 de junio terminó el sitio y los cruzados masacraron a la población árabe. La Primera Cruzada fue iniciada por el Papa Urbano II quien ofreció a los cristianos de Occidente, indulgencias, perdón a los pecados y un lugar en el cielo si se alistaban en los ejércitos para expulsar, por medio de las armas, a los árabes de Jerusalén.
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