En un intento por romper la coalición y provocar la salida de Egipto, Siria, Irán y otras naciones árabes del conflicto, Saddam Hussein dio la orden de bombardear Israel usando misiles Scud-B para obligar al estado hebreo a entrar en la guerra. La táctica no funcionó y los israelíes se abstuvieron de realizar represalias, pero estos ataques obligaron a la coalición a modificar sus planes. A partir de ese momento, las plataformas móviles con las cuales los iraquíes disparaban contra Israel serían el objetivo principal de los ataques. Para ello se destinaron gran cantidad de F-15 E que gracias a su muy perfeccionado radar APG-70, cumplían con los requisitos para rastrear y destruír las tan escurridizas plataformas de lanzamiento de Scud. En total unos 41 misiles Scud con carga convencional impactarían sobre las ciudades israelíes de Tel-Aviv y Haifa.
El pánico se apoderó de los habitantes de Israel, pues temían que Saddam Hussein decidiera lanzar un ataque químico o biológico en cualquier momento. Debido a esto, el gobierno de Israel distribuyó máscaras antigás. El día 19 un bombardeo iraquí causó la muerte de 3 personas y dejó heridas otras 16. Para evitar esto, el ejército de Estados Unidos dispuso la instalación de 6 baterías de misiles Patriot, anti-misiles Scud, en territorio israelí, 2 en Turquía y 21 en Arabia Saudita. A pesar del despliegue de la defensa anti misil, esto no impidió que 46 misiles Scud cayeran sobre territorio saudita, la mayoría en la capital, Riyad. De hecho todavía, hasta el día de hoy, la efectividad de los anti misiles Patriot durante la Guerra del Golfo es objeto de debate.
[editar] La campaña aérea
[editar] Preparativos
La campaña aérea comenzó casi inmediatamente después de la invasión de Kuwait el 2 de agosto de 1990. Apenas cinco días después de este hecho, el presidente George Bush anunció que EE.UU. enviaría fuerzas armadas a Arabia Saudí. La 1ª TFW (ala táctica de caza) del mando táctico aéreo de la base aérea de Langley, Virginia, había sido notificada 36 horas antes acerca del despliegue de sus 3 escuadrones, como primera fase de la Operación Escudo del Desierto. Al día siguiente del discurso del presidente, los cazas comenzaron a llegar a Arabia Saudí (a la base aérea de Dhahran), y a su segundo día en el país árabe, comenzaron las misiones CAP (patrulla aérea de combate), junto con aviones F-15C y Tornado ADV de la Real Fuerza Aérea Saudí.
Las directivas de combate de lo que sería la guerra aérea en 1991, fueron dadas a conocer en septiembre de 1990, en una conferencia de prensa dada por el general Michael J. Dugan, que por entonces era Jefe del Estado Mayor de la USAF. Según él, los principales blancos de ataque serían los sistemas de defensa aérea, los campos de aviación y los aviones, los centros de control, cualquier instalación de producción de armas, y finalmente las unidades blindadas de Irak, con lo cual se alcanzaría un equilibrio "aceptable" de tropas. También dijo el general, que los ataques se centrarían en conseguir la "decapitación", buscando y atacando a Sadam Hussein, su familia, y sus altos oficiales. Esto último desobedecía totalmente las órdenes presidenciales que prohibían el asesinato de líderes extranjeros; el general Dugan fue destituido por está clara falta de sentido común.
Por su parte, la IAF no tuvo mucho que hacer antes del inicio de las hostilidades, se enfrentaban a fuerzas aereas muy superiores en todos los aspectos, y lo único que hicieron a conciencia fué poner a punto su sistema de defensa antiaérea, que comprendía una red semicentralizada que abarcaba todo el país.
Luego, ya en 1991, y apenas iniciada las hostilidades, los italianos lanzaron ocho aviones Tornado para atacar blancos dentro de Kuwait. Siete de estos aviones debieron abortar la misión debido a problemas logísticos y sólo uno se internó en Kuwait de donde nunca más volvió. El piloto y el navegante fueron declarados desaparecidos. La Fuerza Aérea Británica , por su parte, experimentó serios problemas en sus ataques. El objetivo de los británicos era dejar caer bombas JP-233 para inutilizar las pistas, aunque para esto los aviones debían volar a no más de veinte metros de altura para evitar los radares o de lo contrario serían detectados con antelación. Así, de este modo, los británicos perdieron cinco aviones Tornado en las primeras 400 misiones, lo cual constituyó un récord en la historia de la aviación militar ya que el promedio de aviones perdidos por la Fuerza Aérea de los Estados Unidos era, hasta ese momento, de un avión por cada 750 misiones. Debido a este incidente, los británicos suspendieron los ataques a baja altura.
La Fuerza Aérea Iraquí efectuó algunas salidas en un intento por defender al país, pero no había mucho que pudiera hacer ya que la coalición contaba con aviones de última generación como el F-15 Eagle, el F-16 Falcon, el F-14 Tomcat, el Panavia Tornado, el F-117 Nighthawk y otros más que eran apoyados por aviones de contramedidas electrónicas como el E-3 Prowler de la armada estadounidense y el EF-111A de la USAF (por aquella fecha, considerado como probablemente el mejor avión de guerra electrónica del mundo), además del E-3 AWACS, al que se le debe gran parte del éxito de la campaña aérea. De hecho nunca hubo propiamente una batalla aérea, salvo algunos encuentros esporádicos y la mayoría de los aviones de Iraq fueron destruidos en los búnkers donde se encontraban o en las pistas (el combate aéreo más largo duró casi 10 minutos). En los combates aéreos, los iraquíes perdieron 39 aviones de los cuales 30 derribos fueron causados por los F-15 Eagle. Se cálcula que unos 127 aviones de Iraq fueron destruidos durante el conflicto, entre estos se contaban cinco de los seis bombarderos Tupolev Tu-22K con que contaba la nación árabe.
Aun así, un MiG-25 Iraquí logró derribar un F/A-18 Hornet del escuadrón VFA-81 Sunline durante una escaramuza. A su vez, los F-15 Eagle de la Fuerza Aérea Real Saudí se encargaron de dos Mirage F-1 iraquíes. Más adelante, un escuadrón de MiG-25 localizó e interceptó a un grupo de F-111 y F-15C. La actuación de los aviones iraquíes logró que los misiles SAM en tierra pudieran derribar uno de los F-15C Eagle. Así mismo, tres F-16 Falcon estadounidenses fueron destruidos por fuego antiaéreo durante una misión de ataque y otros tres más serían abatidos en distintos eventos. Sin embargo, pese a los esfuerzos de los iraquíes, la superioridad de la coalición se fue imponiendo rápidamente y una patrulla de F-15 Eagle abatió dos MiG-25. Durante los encuentros sucesivos sobre los cielos de Iraq, los F-15 Eagle estadounidenses lograron abatir 5 MiG-29, 8 MiG-21, 2 Su-25, 4 Su-22, 1 Su-7 y 8 Mirage F-1. Todavía el 19 de enero un MiG-29 consiguió derribar un Tornado británico, pero pronto se hizo evidente que no había forma de competir con el poderío de la coalición y los mejores pilotos iraquíes decidieron huir en sus aviones hacia Irán. Se estima que un total de 115 aviones militares y 33 aparatos civiles hallaron refugio en suelo iraní. Al final del conflicto se reportó la pérdida de 38 aviones de la coalición, la mayoría abatidos por fuego antiaéreo (esta cifra luego aumentaría).
Privados de fuerza aérea y acosados por intensos bombardeos, las fuerzas terrestres de Iraq optaron por proteger sus tropas y su equipo blindado bajo tierra con lo que perdieron toda movilidad. En esta fase se destinaron gran cantidad de F-16C a destruir blindados cuyos chasis se encontraban enterrados en posición de tiro. El objetivo era, una vez alcanzada la supremacía aérea, obtener un equilibrio de fuerzas aceptable para el futuro ataque por tierra. Con el dominio del aire, la coalición incrementó sus ataques a fin de que Saddam Hussein diera la orden de retirarse de Kuwait y aceptara rendirse. Todas las ciudades de Iraq fueron blanco de bombardeos y sufrieron severos daños; murieron decenas de miles, ya que lo que los aliados arrojaron sobre todo Iraq tuvo una inmesa capacidad destructiva equiparable a unas ocho veces la bomba de Hiroshima. En la historia, y comparado con el suceso de Guernica en España, quedarán la ciudades de Amiriya y Fallouja, que fueron escenario de continuos errores en la localización de objetivos por parte de la coalición y fallas en el armamento, y por lo tanto de muchas bajas colaterales. Uno de los incidentes más sonados ocurrió el 13 de febrero cuando dos misiles impactaron un refugio antiaéreo en Badgdad llamado Al-Ameria y provocaron la muerte de 1.200 civiles.
Los resultados de la campaña aérea fueron abrumadores para las fuerzas Iraquíes y mermaron terriblemente su capacidad de combate por no hablar de su moral. Se estima que al terminar la guerra unos 2.435 tanques, 1.443 blindados y 1.649 piezas de artillería fueron destruidos o inutilizados como consecuencia directa de los demoledores ataques aéreos. Cabe destacar que el A-10A Thunderbolt II estadounidense dio buenos resultados en sus acciones contra los blindados Iraquíes.
Según informes de 1991, las fuerzas aéreas de la coalición perdieron en unas 110.000 salidas, un total de 68 aparatos, en misiones de combate, sin contar las 22 aeronaves perdidas en accidentes. Las pérdidas reportadas son:
U.S.A.
1 F-14;
7 F-16;
6 AV-8B;
5 UH-60, A-10, OA-10;
4 A-6E, AH-64, AH-1J;
3 F/A-18, UH-1;
2 F-15E, OV-10D, OH-58;
1 AC-130H, B-52G, EF-111A, F-4G, OV-1D, CH-46E, H-46, SH-60B.
En total, 56 aeronaves estadounidenses.
Otras fuerzas aéreas aliadas.
7 Tornado GR.1 británicos;
2 F-5 saudíes;
1 Tornado IDS saudí;
1 Tornado IDS italiano;
1 A-4KU kuwaití;
En total, 12 aviones no estadounidenses.
[editar] Luego del conflicto
La campaña aérea en términos de días fue corta, pero una de las más intensas que jamás se haya realizado antes. De los reportes estadísticos de la guerra, de los cuales muchos aparecieron casi inmediatamente, se dejó en claro el enorme esfuerzo de las fuerzas aéreas de la coalición. La mayoría de las misiones fueron planificadas por el Templar, un super ordenador experto en tácticas, perteneciente al Mando Central de la USAF y ubicado en la base aérea MacDill, en Florida. Este proporcionaba planificación muy detallada para una ofensiva coordinada en masa que implicaría hasta 3000 salidas de aparatos aliados por día.
Se demostró la efectividad y se justifico la enorme inversión hecha en aparatos como el F-117A, y el E-3 Sentry. Si bién el caza stealth ya había sido puesto a prueba en Panamá, este fue su exámen de graduación, en el que no sufrió daño alguno, y sin embargo produjo grandes estragos en puntos vitales de comunicación e inteligencia iraquies donde ningún sistema antiaéreo pudo detectarlo.
Otros aviones como el C-5 Galaxy y el C-130 Hércules demostraron su incalculable valor para la USAF al transportar un porcentaje considerable de la carga bélica necesaria en el teatro de operaciones. Cabe destacar que el C-5 fue el que transportó la mayoría de los misiles Patriot en su despliegue inicial.
Por otro lado, según reportes, las fuerzas armadas rusas prestaron especial atención a este conflicto y comenzaron una evaluación autocrítica de sus propios sistemas de defensa antiaérea, al ver el completo fracaso de los iraquies cuya defensa se basaba en el modelo ruso. Para ello, Iraq contaba con sistemas tanto de la ex Unión Soviética y franceses. Sin embargo no pudieron hacer frente a aviones como el F-16 y el F-4G Phantom, que iban armados con misiles como el AGM-88 HARM, para la supresión de defensas antiaéreas, y el ALARM de British Aerospace, de idéntica función, que iba montado en los Tornado de las fuerzas aéreas europeas. Se ha dicho que sólo el anticuado carro antiaéreo soviético ZSU-23-4 Shilka, salió con algún honor de la guerra.
Otros aspectos de la campaña aérea también salieron a la luz. Temas tales como la evaluación de antiguos aviones, como el A-10A, acerca de si lograron sobrevivir razonablemente bién en sus operaciones sobre Iraq y el Kuwait ocupado, considerando la pobre respuesta de la fuerza aérea iraqui. El uso de armamento inteligente lanzado desde el aire por parte de la Fuerza Aerea y Ejercito estadounidenses, fué otro tema de cierta polémica. Se dejó ver que, por ejemplo, los helicópteros AH-64 del ejército estadounidense habían usado seguidamente misiles RP Hellfire, de 60.000 dólares por unidad contra objetivos que sólo requerían armamento no dirigido.
Finalmente, se esclareció el que posiblemente fué el tema más polémico luego de la guerra, dado el enorme número de bajas civiles que se produjeron; esto es, las operaciones de bombardeo de establecimientos de producción de armas NBQ. Se confirmó al término del conflicto que las fuerzas aéreas aliadas habían bombardeado en su mayoría a ciegas, con fuentes de información de dudosa credibilidad, que afirmaban que en tales lugares se guardaban o producían armas químicas o biológicas. Los inspectores enviados a los supuestos centros de producción, confirmaron que en muchos de los lugares que habían sido bombardeados nunca se habían guardado armas NBQ.
[editar] La campaña terrestre
Mapa del plan de invasión terrestre.
El 13 de febrero de 1991, algunas unidades de la 1ª y 2ª División de Marines desplegadas en la frontera con Árabia Saudita realizaron algunas incursiones de tanteo dentro de Kuwait con el objetivo de medir el peligro con vistas a iniciar un ataque por tierra. Lo cierto es que los Iraquíes habían comenzado a replegarse desde principios de febrero y la moral de las tropas era baja. De las 42 divisiones desplegadas en Kuwait, al menos 14 habían sido desbandadas y sólo 19 conservaban entre un 60% y un 70% de sus capacidades de combate. El resto de las fuerzas Iraquíes se hallaba en una situación precaria y comenzaron las deserciones en masa.
El plan del general Norman Schwarzkopf dependía de mantener una fuerza significativa de marines frente a las costas de la capital de Kuwait, lo cual hizo creer a los Iraquíes que las fuerzas estadounidenses efectuarían un desembarco y los obligó a concentrar sus tropas en esa zona. El siguiente paso de la coalición fue movilizar el grueso de sus fuerzas hacia el Oeste, en dirección a la línea Wadin al Batin donde las defensas Iraquíes consistían en meros montículos de arena, dispersos y no guarnecidos además de zanjas y campos minados. Las fuerzas estadounidenses estuvieron acompañadas por la 6ª División acorazada, Daguet francesa, y la 1ª británica, con las célebres Desert Rats. Los franceses ocuparon todo el tiempo la posición más occidental funcionando como un escudo protector para el resto de las fuerzas aliadas. El plan recibió el nombre de Hail Mary y consistía en rodear a las fuerzas enemigas a través de un flanco para envolverlas, sorprenderlas y al mismo tiempo cortarles la retirada.
A los dos días de haber iniciado el asalto terrestre, unos cien mil soldados iraquíes se rindieron en masa ante las fuerzas de la coalición que avanzaban sin ningún problema. Incluso uno de los oficiales estadounidenses mencionó que atravesaban las pocas líneas iraquíes que encontraban como "cuchillo en mantequilla". La única batalla por tierra de cierta importancia fue denominada "73 Easting" en la que carros de combate del séptimo cuerpo se toparon con la división Tawakalna de la Guardia Republicana que se retiraban y comenzaron un enfrentamiento que duró seis horas.
El 25 de febrero un misil Scud impactó contra un cuartel estadounidense ubicado en Arabia Saudita y causó la muerte inmediata de 25 soldados y 50 más resultaron gravemente heridos. El 28 de febrero de 1991 Irak se rindió y aceptó las condiciones impuestas por las Naciones Unidas. En ese momento las fuerzas francesas de la 6ª División acorazada se hallaban a sólo 150 kilómetros de Bagdad. Al final del conflicto, la coalición internacional informó de la pérdida de 378 soldados y unos 1.000 resultaron heridos. Los iraquíes se llevaron la peor parte ya que sus bajas ocilaron entre los 25.000 y 30.000 muertos. Mientras los iraquíes se retiraban incendiaban los pozos de petroleo de Kuwait.
Un accidente a bordo de la fragata española 'Numancia' originó el 5 de diciembre de 1990 la muerte de un marinero español, el cabo primero Ignacio Romero Romero, de 22 años, mientras participaba en el bloqueo a Irak en aguas del estrecho de Ormuz. [2]
[editar] La posguerra
Tras el conflicto, la ONU impuso a Iraq un severo embargo que produjo gravísimos trastornos sociales y económicos en el país.
En julio de 1992, aviones británicos y estadounidenses despegaron desde Turquía y quemaron cultivos en Iraq.
El 30 de junio de 1993, Estados Unidos bombardeó Iraq en represalia por una supuesta conspiración para asesinar a George Bush.
Del 16 de diciembre al 19 de diciembre de 1998, mientras en EE.UU. arreciaba el "escándalo Lewinsky", EE.UU. y Gran Bretaña llevaron a cabo sobre Iraq una serie de bombardeos a la que llamaron «Operación Zorro del Desierto».
En el año 2002 George W. Bush acusa a Iraq de constituir un «eje del mal», junto con Corea del Norte e Irán, desencadenando la Invasión de Iraq de 2003 bajo pretexto de tener gran cantidad de armas de destrucción masiva, las cuales nunca fueron encontradas, y de tener vínculos con Al Qaeda.
El 5 de noviembre de 2006, tras dos años de juicio, Husein fue condenado, junto con otros dos acusados, "a morir en la horca" por el Alto Tribunal Penal iraquí, que lo encontró culpable de haber cometido un crimen contra la Humanidad, por la ejecución de 148 chiítas de la aldea de Duyail en 1982. También se le atribuye a su responsabilidad el ataque químico a Halabja (1988), el aplastamiento de la rebelión chiíta (1991), las fosas comunes (1991), la guerra contra Irán (1980-88) y la invasión de Kuwait (1990).
La ejecución de Saddam Husein tuvo lugar el día 30 de diciembre de 2006, aproximadamente a las 06:05 hora local (03:05 GMT), como sentencia del juicio, el ex dictador fue condenado a la horca. Se le ejecutó en presencia de un clérigo, un médico y un juez. Su cuerpo fue entregado a sus familiares para ser enterrado en su ciudad natal de Tikrit.
http://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_del_Golfo