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General: Felipe Gonzalez " un miserable prisionero del poder "
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Respuesta  Mensaje 1 de 4 en el tema 
De: Ruben1919  (Mensaje original) Enviado: 16/11/2010 15:16
  Miguel Romero
Viento Sur
 
 
 
En un artículo escrito hace algunos años en homenaje a Ernest Mandel, el historiador y politólogo Robin Blackburn –miembro del Comité Editorial de la New Left Review , de la que fue editor en la década de los 90- recordaba un debate sobre el futuro del socialismo en Madrid, a finales de 1991, entre Mandel y Felipe González. Blackburn concluía su comentario diciendo: “Sin duda hubo muy poca gente en la sala, o entre los que siguieron los debates por la televisión, que no reconocieran en ese frágil septuagenario que era Ernest Mandel a un hombre de principios y un vigoroso defensor del socialismo, mientras que González aparecía como un hombre de componendas y un miserable prisionero del poder”. La larguísima entrevista con González que ha publicado El País el pasado domingo día 7 -dedicada “a su mayor gloria”, con la colaboración del entrevistador, Juan José Millás- confirma veinte años después el juicio de Blackburn.

La entrevista ha provocado una tormenta político-mediática, que dura aún unos días después. No vale la pena dedicar atención a los comentarios de políticos y periodistas de la derecha, disfrazados para la ocasión de escandalizados defensores del Estado de Derecho frente a González; no cabe duda que cualquiera de ellos: Fraga, Aznar, Rajoy, Mayor Oreja, Trillo,…, habrían hecho, han hecho o harán, si pueden, operativos tipo GAL como los que, obviamente, organizó González.

En realidad, el contenido concreto de la entrevista no tiene mayor interés. Sobre la situación internacional, tema en el que González pasa por ser un “sabio”, sus opiniones son una colección de tópicos del discurso social-liberal al uso ( “De la libertad económica surge el mercado. Si cercenas la libertad de iniciativa económica, estás cercenando una de las libertades –no sé cuán importante es- del ser humano” , o “Estamos ante una crisis sistémica y global. No hay alternativa al sistema, afortunadamente, porque las utopías regresivas son peores”, o “Creo que la corrupción es inherente al funcionamiento del sistema, como lo es a la condición humana” …). En lo que se refiere a su experiencia como presidente del Gobierno, el entrevistador le ahorra a González temas espinosos (la entrada en la OTAN y la consiguiente represión del movimiento pacifista y antimilitarista; la brutalidad de la “modernización” económica española, acorde con la ortodoxia de lo que se llamaría después neoliberalismo; la “cultura del pelotazo” enaltecida por su ministro de Economía Carlos Solchaga con su inolvidable “España es el país del mundo en el que es posible enriquecerse más rápidamente”, etc.). Por cierto: González nombra una sola vez a la palabra “socialismo” y es para alejarse de ella ( “Mi posición no era ideológica repito, era antidictaduras. Por exclusión llegué a la opción socialista” ).

El tema estrella de la entrevista es la política “antiterrorista”. Aquí González sigue defendiendo sin dejar ni un resquicio los episodios más tenebrosos de su gestión – bajo el lema: “hay que defender al Estado hasta en las alcantarillas” - incluyendo despropósitos tan cínicos como continuar exculpando a Galindo de los asesinatos de Lasa y Zabala. Para compensar el esfuerzo editorial de diez páginas en la edición dominical, González ha regalado a El País un titular de impacto seguro: “Tuve que decidir si se volaba a la cúpula de ETA. Dije no. Y no sé si hice lo correcto”. Para que nadie se llame a engaño, González rechaza que estas supuestas dudas sobre si encargar o no a los GAL un atentado más de gama alta , tuvieran para él el carácter de un dilema moral; se trataría de un cálculo pragmático sobre los “asesinatos de personas inocentes” que se podrían haber ahorrado. Parece que Bush acaba de hacer un argumentación parecida, en este caso para defender la barbarie de Guantánamo, Abu Graib, etc. González dijo no; Bush dijo sí. Pero la concepción de la política es idéntica.

Y así llegamos al único aspecto interesante de la entrevista. González lleva años construyéndose una imagen de político de grandeza shakesperiana. No puede faltar en esa imagen la exhibición del poder sobre vidas y haciendas, el sacrificio de la vida familiar (otro titular elaborado a conciencia, sobre el que sería interesante conocer la opinión de un psicoanalista: “ser hijo mío debe ser una putada sangrienta” ), el desprecio por los “bajos” intereses materiales ( “Sé cuáles son todos los mecanismos para obtener dinero, pero jamás se me ha ocurrido” ), el conocimiento de los arcanos del poder que ignoran el común de los mortales ( “En las luchas de poder las relaciones son subterráneas: la cuatro quintas partes, como en el iceberg, no se ven” ), etc. En realidad, González es un personaje sin ninguna grandeza. Su mayor servicio a la causa es haber dado una contribución decisiva a la destrucción de la fuerza moral de la izquierda que creyó en su propuesta de “cambio” . El único papel que se le ajusta en la obra de Shakespeare sería el de una de las brujas de Macbeth empujando con sus “profecías” al pusilánime “Macbeth-Zapatero” para que utilice todos los medios necesarios para conseguir sus fines.

Realmente, González es un personaje de thriller: un jefe de “familia” ambicioso, astuto y sin escrúpulos, un tipo de personaje que en nuestra época es intercambiable entre el mundo de la mafia y el mundo de la política. Pero desgraciadamente no tenemos aquí a un David Simon, el creador de The Wire, capaz de desvelar las tramas en que se entrecruzan los poderes visibles y ocultos, económicos y políticos, que oprimen nuestras vidas. González es finalmente un paradigma de “hombre de Estado” . Una calificación que en el lenguaje político establecido se considera un elogio, especialmente cuando se le adjudica a personas de la izquierda que se sometieron a los intereses de la burguesía y el capitalismo; recordemos que en los momentos en que se fraguaba la Transición a golpes de renuncias del movimiento obrero, Santiago Carrillo era ensalzado por sus camaradas precisamente como un “hombre de Estado”. Y nada hay más incompatible con la condición de militante de la izquierda que ser “hombre (o mujer) de Estado”. De cualquier Estado. Siempre terminan siendo “miserables prisioneros del poder”. En este punto, la experiencia histórica ha dado totalmente la razón al pensamiento libertario.

Miguel Romero es editor de VIENTO SUR.

Rubén .

Sobre la entrevista a Felipe González en El País
Un miserable prisionero del poder
 
 


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Respuesta  Mensaje 2 de 4 en el tema 
De: residente Enviado: 16/11/2010 19:31
General: Fidel Castro " un miserable prisionero del poder "

Respuesta  Mensaje 3 de 4 en el tema 
De: residente Enviado: 16/11/2010 19:40
General: El verdadero poder de Fidel Castro
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De: residente  (Mensaje original) Enviado: 16/11/2010 11:39

El verdadero poder de Fidel Castro


“Todos los días me matan. El día que me muera de verdad nadie lo va a creer. Podría andar como el Cid Campeador, ganando batallas después de muerto.”

Fidel Castro


Hay pocos analistas del entramado político cubano a los que yo doy siempre crédito respecto al tema de Cuba. Varios de ellos son personas mayores, la mayoría, ex-miembros de grupos anticastristas que sí combatieron con las armas a Fidel desde los mismísimos inicios de su dictadura. Uno de ellos, en particular, pertenece a la Brigada 2506. Pero para hacer la necesaria salvedad, no comulga con los tontos inútiles que apoyan a la disidencia interna cubana, sino que es de los que no cree en ninguno de los chismes que desde Cuba se dan a la publicidad.

Si usted es un lector interesado en el tema de Cuba y gusta además, de algunas lecturas inteligentes en el ámbito político cubano, no tiene más que visitar el sitio de Internet llamado Guaracabuya (www.amigospais-guaracabuya.org). Busque entre su nutrido grupo de colaboradores un poco de información sensata y necesaria. Estoy seguro que la encontrará. No por gusto son la CIA y el MININT cubano sus más asiduos visitantes. Según ellos, y yo lo creo firmemente, hace rato que Fidel no detenta el poder en Cuba. A no ser, claro está, el poder de tomar el pelo a los demás.

A las 4:44 de esta mañana sonaba el teléfono en mi casa. Era uno de mis hermanos que quería ser el primero en darme la buena noticia de que Fidel se había visto obligado a pasar el poder a su hermano. A las 5:00, ya mirando la televisión con una taza de café humeante en las manos, era un amigo entrañable el que lo hacía con alegría. Ambos saben que el día que Fidel Castro guinde el piojo, los cubalibres que se preparen en mi casa van a alcanzar para regar los bosques al Este de este pueblito llamado Bienne. Más, no tan rápido.

El verdadero poder de Fidel Castro en los últimos 47 años ha sido justamente el de engañar a medio mundo. Y no me refiero aquí a sus engaños diplomáticos que ya son notorios y escandalosos a todos los niveles de la comunidad internacional, sino a los engaños diseñados para el pueblo, que además de notorios, siempre han sido de una perversión inigualable. Si hay una frase que yo deba creer de Fidel Castro, esa frase lapidaria la encontrarán ustedes en el exergo. No hay nada que le de más placer al dictador que ver las esperanzas de su pueblo hechas añico a cada rato.

Pero no todo es tristeza cada vez que veo a esa masa de cubanos ovejunos y tontos celebrar en la Calle 8 una muerte que nunca acaba de llegar. También hay algo que me da alegría al mirar ese patético espectáculo: es imaginarme la cara de todos esos escritores pro-castristas que hay en Miami y que, al servicio de régimen, no paran de decir que el exilio anticastrista está sólo y formado por viejitos barrigones. Son los que nos aseguran qué en Miami, esos viejos roñosos son los únicos que están contra de Castro. Entonces, cada vez que veo tanta gente joven bailando y celebrando, ya compenso mi disgusto.

Y es que hay ciertos cubanos varones por allá por la Florida que necesitan de un pene ajeno para sentir un poco su propia virilidad. No son muchos, pero siempre son los mismos. Son los que cada día entrevistan, o publican en el Nuevo Herald, el canal 51, o Radio y TV Martí. Allí siempre están, en todas esas emisoras en las que las opiniones sobre y para la comunidad exiliada es pura propaganda originada en el Comité Central del PCC en La Habana. Son de los que piensan ¡si Fidel eyacula, yo soy hombre!

Entre estos eunucos castristas tenemos al puerco ilustrado de Alejandro Armengol (analista estrella del Nuevo Herald y Encuentro en la Red). Contamos además con un impotente con gafas Ray-Ban nombrado Norberto Fuentes. Con un balsero sin quemaduras de sol apodado (pues eso no parece un nombre) Alcibíades Hidalgo. Los hay invitados como Rafael Rojas (historiador cuya musa se llama Tequila) y otros tantos “altos ex-funcionarios” del régimen de Cuba que gozan, no sólo de la miopía política de sus entrevistadores, sino también del engaño generado por el portador de su testosterona prestada.

Así que hoy, queridos amiguitos, es 1° de Agoto y voy a celebrar como es debido el Día Nacional de Suiza, que para eso he comprado un camión de cerveza. Pero dejaré para otra fecha, por conveniencia y deseos de divertirme un poco más, eso de la muerte y los problemas de trasero que atañen al intestino de Fidel Castro. No sean tontos. No crean ni un ápice de lo que la televisión les dice. El verdadero poder de Fidel Castro es y ha sido siempre el de engañar a medio mundo. No sean reincidentes.

Este artículo va enteramente dedicado a Miguel Uría, miembro de la Brigada 2506 (de la parte de esa Brigada que aún no se ha podrido junto a los descarados disidentes cubanos) y una referencia patriótica y moral que el pueblo cubano debiera tomar en cuenta.


Carlos Wotzkow
Bienne, Agosto 1, 2006



http://www.amigospais-guaracabuya.org/oagcw185.php

Respuesta  Mensaje 4 de 4 en el tema 
De: residente Enviado: 17/11/2010 00:38
General: JEAN GUY ALLARD: MERCENARIO DE LA PLUMA AL SERVICIO DEL CASTRISMO
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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: residente  (Mensaje original) Enviado: 16/11/2010 11:27

JEAN GUY ALLARD: MERCENARIO DE LA PLUMA AL SERVICIO DEL CASTRISMO

viernes 21 de mayo de 2010

JEAN GUY ALLARD: MERCENARIO DE LA PLUMA AL SERVICIO DEL CASTRISMO
(5-31-10-5:30PM)

Aquí le tienen. Si la cara es el espejo del alma, el rostro de este mercenario franco canadiense es la viva estampa del descarado y taimado vendido al mejor postor. Y en este caso, el mejor postor resultó ser la tiranía sanguinaria de los Castro y sus viejos cómplices que por 51 años han encadenado al pueblo cubano y han gastado millones de pesos para mantener engañado al mundo acerca de la naturaleza de ese sanguinario y ladrón régimen.
Este sujeto tiene la cara dura de acusar de mercenario al servicio del extranjero a cuanto cubano enemigo del castrismo trabaja por el derrocamiento de la tiranía o por desmontar las mentiras difundidas por él y gentes como él. Según una de las  definiciones del diccionario--la que más le encaja a este francocanadiense de Quebec-- es la que dice: "Mercenario: el que sirve a un príncipe extranjero por cierto estipendio".
¿Cómo puede un canadiense trabajando en la maquinaria de inventar mentiras de una tiranía extranjera, calificar de mercenarios a los cubanos que luchan por la libertad de su patria? Aquí, el verdadero mercenario es él, que no es cubano y vive en Cuba como un potentado, gracias a que se ha prestado a ser el "novelista" oficial de la oprobiosa tiranía. Sus libros y artículos son verdaderos culebrones aderezados con los más estrafalarios ingredientes que se le ocurra mezclar a este mercenario de la pluma, que bien podría dedicarse (seguramente que con más éxito literario que el que obtiene ahora con sus inventos de complots y complicidades fabulosas) a escribir telenovelas, donde se pueden inventar todas las situaciones que el autor quiera sin necesidad de aportar pruebas o atenerse al más elemental sentido del buen juicio del espectador.
Jean Guy Allard, como buen mercenario extranjero, vive en Cuba rodeado de lujos, gozando de todos los privilegios de la Nueva Clase y los "pinchos" y "mayimbes' servidores de la tiranía. No compra sus alimentos por la libreta de racionamiento, no tiene las resctricciones  que padecen los cubanos de a pie. Entra y sale de Cuba cuando quiere y cobra muy bien por sus infames acusaciones sin fundamento. Todo estos privilegios los obtiene en su condición de mercenario que se presenta como "Experto en la mafia de Miami".
JEAN GUY ALLARD, HASTA NAUSEAS PRODUCE PRONUNCIAR SU NOMBRE.


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