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 Mi novio me lo buscaba, desde que lo conocí. Y el pobre no lo encontraba. Y loquito lo volví, Buscaba por los rincones de mi cuerpo sabrozón. Pero un día el muy ladino, al final ya lo encontró. ¡¡Pegó un grito de alegría,  que creí volverme loca!! ¡¡Yo el punto G lo tenía  en el cielo de la boca!!   A. Medina   |