La indigencia adquiere un rostro juvenil
Cada año duermen en las calles de Los Ángeles unos 9500 adolescentes y jóvenes que no han cumplido los 24 años. En algunos casos, tomaron la decisión propia de marcharse de casa. En otros, fueron sus propios padres o tutores los que les obligaron a irse.
Es la otra cara del desamparo. Una cara que habla de jóvenes con todo un futuro por delante pero que, una vez se ven solos en la calle, no encuentran siquiera la ayuda necesaria para salir adelante. En promedio pasan 2.8 años antes de volver a estabilizarse y muchos quedan a la intemperie a la temprana edad de 14 años.
Son algunos de los datos que se dan hoy a conocer en un reporte elaborado por la Alianza de la Juventud Desamparada de Hollywood (HHYA) con el que se busca llamar la atención sobre la falta de recursos disponibles para asistirlos.
En una noche cualquiera pernoctan en las calles de Los Ángeles cerca de 4200 jóvenes, pero apenas hay 468 camas en albergues en todo el condado destinadas específicamente para ellos. "Lo primero para salir del desamparo es tener un trabajo. Pero es difícil encontrarlo cuando no tienen un diploma y ninguna experiencia laboral", dijo Matthew Schliesman, coordinador del programa de empleo en el albergue. "El que quiere estudiar, le ayudamos para que lo haga, pero el que quiere trabajar tiene que promoverse a sí mismo con buena actitud, mostrando confianza y con el pensamiento de que es el mejor candidato para el puesto".
Aunque Jevon Wilkes se marchó de casa a los 14 años, porque según cuenta no aguantaba que su tutor lo maltratara verbal y físicamente, nunca dejó de estudiar. Pasó dos meses en la calle antes de encontrar ayuda en un albergue y ahora está en su cuarto año de universidad.
"Robaba comida y dinero", reconoce el joven de ahora 21 años cuando se le pregunta cómo se mantenía. "Cuando estás solo en la calle no piensas, sólo actúas. Por suerte nunca me atrapó la policía".
Del otro lado están quienes, por vivir en la calle, se ven más vulnerables. El 25% de los jóvenes, señala el estudio, han sido asaltados con arma, e incluso el 13% han sido víctimas de abuso o intento de abuso sexual.
"Necesitamos que se abran más albergues para ellos y haya proyectos de vivienda permanente, porque mientras vivan en la calle los jóvenes desamparados van a seguir expuestos a la violencia", dijo Schneir. "Tenemos muchos más jóvenes indigentes que la ayuda que se les puede dar. Los recursos simplemente no son los suficientes".
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