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General: El Congreso de yanquilandia se vendió a Wall Street
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Da: Quico º  (Messaggio originale) Inviato: 28/01/2011 21:10

Corrupción gubernamental. Proyecto Censurado


Cómo el Congreso de Estados Unidos se ha vendido a Wall Street
por Greg Gordon*

Senadores y diputados responsables de supervisar la economía de EEUU han recibido millones de dólares de las empresas de Wall Street.
Desde 2001, ocho de las empresas indicadas como siendo las más debilitadas por la crisis han donado 64.2 millones de dólares a los candidatos del Congreso, a los candidatos presidenciales y a los partidos Republicano y Demócrata. Senadores como Barack Obama y JohnMcCain recibieron entre ellos dos un total de 3.1 millones de dólares.

Los donantes son bancos de inversión como:
 Bear Stearns,
 Goldman Sachs,
 Lehman Brothers,
 Merrill Lynch,
 Morgan Stanley,
 la aseguradora American International Group y los gigantes hipotecarios
 Fannie Mae y
 FreddieMac.

Algunos de los beneficiarios más relevantes recibieron contribuciones de compañías que a su vez recibieron dinero fiscal aprobado en el paquete gubernamental de ayuda financiera conocido como TARP (por su sigla en inglés) aprobado por los mismos miembros del Congreso que ocupaban cargos en los comités encargados de regular al sector financiero y de supervisar la eficacia de este programa de apoyo gubernamental sin precedentes.

En total, los miembros del Comité del Senado sobre Actividades Bancarias, Vivienda y Asuntos Urbanos, Comité de Finanzas del Senado y Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes recibieron 5.2 millones de beneficiarios del TARP en el ciclo electoral 2007-2008.

El Presidente Obama recogió por lo menos 4.3 millones de la parte de estas compañías para su campaña presidencial. Casi todos los miembros del Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes, que en febrero de 2009 supervisaron en audiencias públicas cómo serían gastados los 700 mil millones de dólares del TARP aprobado con urgencia, recibieron contribuciones asociadas a estas corporaciones financieras durante el ciclo de elecciones de 2008.
«Podría decirse que la industria de las finanzas consiguió su dinero con el apoyo de los miembros del Congreso que estuvieron dispuestos a mirar hacia otro lado», dijo Lawrence Jacobs, director del Centro de Estudios Políticos y Gobernabilidad de la Universidad de Minnesota.

 

Por ejemplo, en 2004, cuando la Comisión de Bolsa y Valores adoptó un cambio importante de la regla permitiendo a los bancos invertir decenas de billones de dólares en dinero prestado en hipotecas desvalorizadas («subprime») y otros juegos aventurados, los comités de actividades bancarias del Congreso no llevaron a cabo ninguna audiencia sobre este descuido.
La inactividad del Congreso impidió regulaciones para prevenir prácticas depredadoras de los prestamistas y también permitió que los agentes de hipotecas ganaran elevadas comisiones por la venta de préstamos hipotecarios de puerta en puerta a compradores de viviendas insolventes.

El periodista Matt Taibbi, escribió (en su nota en la revista Rolling Stone) que parte de la venta más notoria del gobierno de EEUU a Wall Street se concretó a fines de los años noventa, cuando «los demócratas, cansados de morir barridos por los republicanos en la arena de la recolección de fondos, decidieron zafarse de su vieja dependencia de las uniones corporativas y grupos de interés y hacerse más «amistosos hacia los negocios».

Wall Street respondió inundando Washington con dinero, comprando aliados en ambos partidos». En el período de diez años que comenzó en 1998, las compañías financieras gastaron 1.7 mil millones de dólares en contribuciones para campañas federales y otros 3.4 mil millones dólares en pagos a cabilderos o miembros de grupos de presión. Las sabias inversiones políticas de los grandes banqueros de EEUU les permitieron desechar con eficacia cualquier control parlamentario significativo de la industria financiera.

En 1999, el senador republicano por Texas Phil Gramm copatrocinó una iniciativa que revocó los aspectos claves de la ley Glass-Steagall Act, que desde la Gran Depresión impedía que los bancos ingresaran al negocio de los seguros.
Al año siguiente, Gramm redactó una nueva legislación arrolladora llamada Commodity Futures Modernization Act, que hizo imposible regular los intercambios de créditos «swaps» [permuta financiera] y otras jugadas poco seguras.

Así se abrió la puerta para que el aventurismo entre en los intercambios y negociados de títulos de crédito a alto riesgo se impongan como cosa corriente. En 1997 y 1998 –los años iniciales de la reforma de Phil Gramm que destripó la ley Glass-Steagall– las industrias bancarias, de agentes de bolsa y aseguradoras gastaron 350 millones de dólares en contribuciones políticas y en cabildeo.

Gramm, entonces presidente del Comité de Actividades Bancarias del Senado, recogió 2.6 millones de dólares en solamente cinco años. La ley 90-8 fue aprobada en el Senado con el apoyo de 38 demócratas, incluyendo a Joe Biden [1], John Kerry, Tom Daschle, Dick Durbin y John Edwards.
La ley ayudó a crear los fracasados grandes monstruos financieros del tamaño del Citigroup, de AIG y del Bank of América, y a la vez ayudó a esas compañías a demoler lentamente a sus competidores más pequeños, dejando a las principales empresas de Wall Street con aún más dinero y poder para cabildear en favor de más desregulación adicional.

A comienzos de 2009, se inventó toda una nueva serie de operaciones del gobierno para inyectar dinero en efectivo a la economía, la mayoría de ellas bajo control totalmente reservado al sector financiero. Taibbi señaló que «mientras el resto de EEUU y la mayor parte del Congreso han estado alardeando sobre el programa urgente de 700 mil millones de dólares de ayuda denominado TARP, los nuevos organismos recientemente creados en el «zoológico» de la Reserva Federal (FED, por su sigla en inglés) han estado bombeando discretamente, no miles de millones, sino millones de millones de dólares, a favor de las empresas privadas (por lo menos 3 millones de millones de dólares hasta ahora en préstamos, con otros tantos 5.7 billones adicionales en garantías de inversiones privadas)».

Taibbi continúa: «Esta nueva y secreta actividad de la FED eclipsa totalmente el programa TARP en términos de su influencia en la economía… Nadie sabe quién se está llevando ese dinero o exactamente cuánto está desapareciendo a través de estos nuevos agujeros en el deteriorado casco de la solvencia de EEUU.

Por otra parte, nadie puede estar seguro de que estas nuevas instituciones sean realmente temporales, o si las están poniendo como muletas permanentes del Estado para ayudar aWall Street, diseñadas para chupar sistemáticamente malas inversiones desde los libros de prestamistas irresponsables»

Taibbi concluyó: «La realidad es que la fusión económica mundial y el vaciamiento que le siguió fueron juntos una suerte de revolución, un golpe de estado. Solidificaron y formalizaron una tendencia política que se ha estado manifestando por décadas: se trata de la toma de posesión gradual del gobierno por parte de una pequeña clase de iniciados conectados, quienes utilizaron el dinero para controlar las elecciones, comprar influencia y debilitar sistemáticamente las regulaciones financieras».

El fraude y la crisis continúan profundizándose y se expanden con conflictos de intereses significativos en el Congreso, en el Poder Ejecutivo y gobierno, de EEUU. Simon Johnson, economista, ex jefe del FMI, dijo: «La industria de las finanzas ha capturado con eficacia a nuestro gobierno».

 

Actualización de Lindsay Renick Myer (de Capitol Eye)

Incluso, mientras el gobierno federal continúa inventando fórmulas para salvar al sector financiero y dar un impulso a la economía, el gobierno recibe consejos y recomendaciones de las mismas compañías que aceptaron dólares de los contribuyentes y que son, en parte, las principales responsables de la crisis actual.

Pero esto no es todo con respecto a las colectas del Congreso, que ha estado ocupado en obtener fondos del sector financiero, incluyendo a esas compañías que recibieron miles de millones de dólares en ayuda del gobierno a través del programa TARP.

Desde que se escribió este artículo en febrero, el sector financiero, por supuesto, ha continuado dando dinero a candidatos, a los comités de partidos y a los comités de acción política. Desde que comenzó el año 2009, Wall Street ha donado 12.6 millones de dólares, más que cualquier otro sector este año. Y el 58% de ese dinero ha ido a los demócratas, marcando quizás un cambio de estrategia política, pues desde el ciclo electoral de 1990, el mundo financiero, los seguros y las inmobiliarias no habían destinado más del 52% de sus donaciones totales a los demócratas, y desde 1991 a 2006, el sector financiero dio la mayor parte de su dinero a los republicanos.

Muchas de las compañías involucradas en este artículo que escribimos han enviado a sus altos ejecutivos a atestiguar ante el Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes y, sin embargo, realmente han superado sus donaciones totales en el primer trimestre de 2009 en comparación a los primeros trimestres de 2007 y 2005.

Esto incluye a JP Morgan Chase, Bank of América, Goldman Sachs (que este año ha sido la número uno en disminuir sus contribuciones, en comparación con el comienzo de 2008),Morgan Stanley, Citigroup y Wells Fargo.
Sin embargo, es importante recordar que todavía es muy temprano para el ciclo [del Congreso] y que las contribuciones para campañas generalmente comienzan a fluir con más intensidad en fecha más cercana a una elección. Al igual que el resto de la industria, ahora estas compañías también apuntaron mayoritariamente a los demócratas como recipiendarios de sus donaciones políticas.

Por supuesto, una gran historia para conocer este año será si los legisladores sufrieron algún golpe en sus finanzas personales, como el común de los mortales de EEUU, o si se beneficiaron personalmente tras sostener a las compañías de Wall Street con dinero en efectivo del contribuyente, los casos más interesantes serán sin dudas, aquellos concernientes a los miembros de las comisiones encargadas de controlar las actividades bancarias y financieras.
Las declaraciones financieras personales correspondientes a 2008 se encuentran disponibles con sus respuestas en OpenSecrets.org en:

http://www.opensecrets.org/pfds/search_cid.php

Para leer más sobre cómo legislan el lobby y el tráfico de influencia, continúen consultando el blog de CRP en:
http://www.opensecrets.org/news/

Y para hacer investigar usted mismo, revise nuestros perfiles de la industria:
http://www.opensecrets.org/industries/index.php.
También vigilamos el flujo de liquidez de los comités. Verifiquen los datos del Comité de Finanzas del Senado aquí:
http://www.opensecrets.org/cmteprofiles/index.php

 



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Da: Ruben1919 Inviato: 29/01/2011 13:21
LOS JUDÍOS GOBIERNAN POR OBAMA ....LOS CLINTON ...
 
Los judios sionistas ya son multitud en el gabinete Obama
La mayoría de los funcionarios que van a integrar el gabinete de Obama son operadores del lobby sionista judío financiero de Nueva York y pertenecieron al gobierno del ex presidente Bill Clinton.
IAR Noticias | Kaos. Internacional | 29-11-2008 a las 0:17 | 3465 lecturas | 11 comentarios
www.kaosenlared.net/noticia/judios-sionistas-ya-son-multitud-gabinete-obama
 

Menuda sorpresa se va a llevar una parte del electorado norteamericano cuando descubra que en vez de a un negro (en realidad, mulato) votó a un blanco rubio que nada tiene que ver con el "cambio histórico" prometido en la campaña, sino todo lo contrario.

A su vez, el cambio del negro (Obama, el presidente títere elegido en las urnas) por el rubio (Clinton, el poder político en las sombras) , ya se está convirtiendo en una instancia histórica reveladora inédita de la composición netamente "judeo-sionista" del poder imperial que hasta ahora estuvo siendo disimulada por una falsa alternancia de demócratas y republicanos en la gerencia de la Casa Blanca imperial.

La realidad es contundente: La mayoría de los funcionarios que van a integrar el gabinete de Obama son reconocidos operadores del lobby sionista judío financiero de Nueva York y  pertenecieron al gobierno del ex presidente Bill Clinton.

Por estas horas, la composición exclusivamente  "clintoniana" del equipo de Obama ya suena a escándalo en los círculos de poder en Washington, aunque la prensa norteamericana se hace la "desentendida" y prefiere hablar del "desafío" que deberá enfrentar el presidente electo con la crisis recesiva-financiera. 

Con sabor a Clinton

Al filtrarse poco a poco la lista de los integrantes del equipo de gobierno del presidente electo de EEUU, Barack Obama, se comprueba casi todos los nominados tienen una relación con la administración del ex-presidente Bill Clinton.(1993-2001), afirma la cadena británica BBC, el primer medio internacional que señala la futura presidencia de Obama como un "reciclado" de la era "clintoniana".

La conformación del equipo de gobierno de Barack Obama ya es percibido en la usinas y en los centros del poder norteamericano como una "vuelta" de la ex administración de Bill Clinton que gobernó EEUU durante dos periodos cruciales identificados con la "burbuja" financiera y la expansión del "libre comercio" a escala global.

"Desde el jefe de gabinete de Obama, Rahm Emanuel, ex-asesor de la Casa Blanca durante el último mandato demócrata, hasta la misma ex-primera dama y senadora por Nueva York, Hillary Clinton, mencionada para ser secretaria de Estado, la mayoría del dream team Obama tiene a Bill Clinton estampado en sus carreras políticas", sostiene la BBC.

Eric Holder, en trámite para ser fiscal general, fue sub-secretario de Justicia bajo Bill Clinton, Larry Summers operó como secretario del Tesoro bajo el mismo presidente y ahora es parte clave del clan económico de Obama. John Podesta, director de su equipo de transición, fue jefe de personal de la Casa Blanca y asesor de Clinton por más de una década, puntualiza la cadena.

Bill Richardson, secretario de Energía y embajador ante la o­nU en la administración Clinton, también está bajo consideración para el puesto de secretario de Comercio.

Janet Napolitano (una sionista pro-Israel de la estirpe de Nancy Peloso, la presidenta de la Cámara de Representantes), gobernadora de Arizona, posible reemplazo de Michael Chertoff en el Departamento de Seguridad Nacional, fue nombrada por Clinton a su primer puesto político en 1993 y Greg Craig, próximo abogado de la Casa Blanca, defendió con éxito al ex-presidente durante su proceso de destitución por el escándalo de Mónica Lewinsky.

Uno de los principales consejeros de Clinton, David Axelrod, ocupará el mismo puesto que tuvo hasta hace algunos meses Karl Rove en la administración republicana y por el que fuera apodado "el cerebro" de Bush.

En una rueda de prensa en Chicago, Obama anunció el nombramiento de Peter Orszag como director de la Oficina de Presupuestos de la Casa Blanca. Orszag, de 39 años, era hasta ahora el director de la Oficina de Gestión del Presupuesto del Congreso y fue asesor del ex presidente Bill Clinton.

La BBC dice que  muchos se preguntan por que Obama busca a tanto "clintonista reciclado", e incluso a una Clinton de carne y hueso, luego de dos años de campaña contra "la cultura política de Washington" y tras una feroz batalla contra la senadora Hillary Clinton por la nominación de su partido.

En realidad -y según se desprende de la información que circula en Washington- Obama no lo eligió a Clinton (el marido de su rival en la interna presidencial) sino que está haciendo lo que quiere el lobby sionista liberal que financió su campaña y lo convirtió en el "fenómeno Obama".

Hillary Clinton fue la "candidata presidencial" original del lobby, que solo optó por Obama cuando la senadora comenzó a caer en las encuestas. Si ganaba Hillary, Bill Clinton iba a tomar el poder.

El triunfo de Obama no modificó la estrategia central: Bill Clinton, el presidente más exitoso del lobby bancario de Nueva York, proyectará su influencia y presionará decisiones en el nuevo gabinete compuesto mayoritariamente por sus ex funcionarios.

Bill Clinton fue el arquitecto de la "burbuja financiera", piloteó la expansión de los negocios en la ex "cortina de hierro", y le dejó expedito el camino a Bush para que iniciara la era de la "guerra contraterrorista" y de las guerras de conquista  petrolera en Medio Oriente y Eurasia.

Durante la era Clinton se consolidó la "apertura de mercados" en el ex espacio soviético: Los bancos y corporaciones capitalistas se expandieron por las ex repúblicas socialistas y se apoderaron de sus mercados y de sus recursos naturales (incluidos redes de oleoductos petroleros y gasíferos)  desmembrando el poder económico de la Federación Rusa.

La administración Clinton, en alianza con la UE-OTAN, complementó la estrategia de "toma de mercados" con una política de ocupación de los ex espacios soviéticos mediante conspiraciones golpistas que instalaron gobiernos "prooccidentales" en las ex repúblicas socialistas. Además, consolidó su estrategia geopolítica militar en la región a partir del bombardeo y desmembramiento de la ex Yugoslavia, y sentó las bases para la expansión en Medio Oriente a partir de los bombardeos preventivos en Irak.

Todo el mundo se pregunta -señala la cadena BBC- cual será el papel de Bill Clinton, quien sin ningún cargo oficial y con bastante tiempo libre, ya le ha generado dolores de cabeza a Obama con sus comentarios. Además será el principal asesor de Hillary Clinton si llega a ser secretaria de Estado.

"La nueva administración Clinton de Obama", "La era Clinton: ¿Segunda parte?", "Se vuelve a lanzar la banda Clinton", "Clinton + Obama = mucho drama", son algunos de los titulares que empiezan a circular en Washington.

En la blogósfera, una fuente clave de apoyo para Obama, los comentaristas se quejan de que si hubieran querido el regreso de "Clinton" a la Casa Blanca hubieran votado por Hillary.

"Al parecer, los nuevos rostros no tienen ninguna oportunidad de integrar el gabinete de Obama", señaló el portavoz del Comité nacional del Partido Republicano, Alex Conant.

"El gabinete de Barack Obama empieza a parecerse a un encuentro de "clintonianos", añadió.

En un editorial, el diario conservador The New York Post baraja asimismo las ironía: "Felicitaciones a Hillary (y Bill) Clinton, que parecen haber ganado las elecciones presidenciales, a pesar de los resultados oficiales del 4 de noviembre".

El reciclamiento del lobby sionista.

Pero si bien la prensa europea y norteamericana, incluidas las usinas republicanas, ya deslizan con "ironía" la indisimulable influencia de Bill Clinton en el gobierno de Obama, omiten decir (por razones de sus pertenencias al sistema) que los puestos claves del gabinete serán ocupados por reconocidos operadores del lobby sionista que controla el Tesoro, la Reserva Federal y todo los resortes estratégicos del poder imperial norteamericano

La prueba contundente de los hechos es más fuerte que la manipulación mediática para generar expectativa de "cambio" en la política imperial.

La realidad indica que  Obama finalmente terminó aprisionado por la lógica del poder sionista: Joshep Biden, Vicepresidente (control del lobby sobre la Casa Blanca), Rahm Emanuel, jefe de Gabinete (control del lobby sobre el entorno de Obama), Timothy Geithner, secretario del Tesoro (control de lobby sobre el Sistema de la Reserva Federal), e  Hillary Clinton, secretaria de Estado (control del lobby sobre la política Exterior).

El máximo nivel de decisión política, las áreas de ejecución presidencial y el entorno del presidente, el máximo nivel de decisión económica financiera,  y el diseño y la ejecución de la política exterior (el corazón del Imperio) van a estar en manos de operadores del lobby judío sionista (en versión liberal) de la "gran manzana" bancaria de Nueva York.

En síntesis, la Casa Blanca (el poder político), el Tesoro (el poder financiero), el  departamento de Estado (el poder imperial) y el Pentágono (el poder militar que seguirá en manos de Robert Gates) responderán a los intereses estratégicos del lobby judío que gobernará EEUU con Obama como la "frutilla de la torta".

Otro "peso pesado" del lobby, el ex jefe de la Reserva Federal estadounidense Paul Volcker se encargará de dirigir en la futura Administración de Barack Obama un nuevo consejo asesor en materia económica creado especialmente para estabilizar los mercados financieros en plena crisis internacional, según informó el martes The Wall Street Journal.

El diario consultó a fuentes demócratas y señaló, además, que el economista de la Universidad de Chicago y asesor de campaña Austan Goolsbee, otro operador relevante del lobby, se convertirá en director ejecutivo de esta comisión.

Además,  el presidente electo de EEUU, Barack Obama, confirmó este lunes el secreto a voces que circulaba desde hace días: Tim Geithner (el futuro secretario del Tesoro)   y Larry Summers liderarán el equipo que deberá hacer frente a una crisis económica "de proporciones históricas".

El nombre de Summers, de 53 años y ex presidente de la Universidad de Harvard, se baraja también para reemplazar a Ben Bernanke cuando éste finalice su mandato en la Reserva Federal en enero de 2010. A diferencia de Geithner, Summers no deberá afrontar el proceso de confirmación en el Senado antes de convertirse oficialmente en asesor del presidente.

"El vicepresidente electo, Joe Biden, y yo hemos formado un equipo con visión y habilidad para estabilizar nuestra economía, crear puestos de trabajo y llevar de nuevo a América por el buen camino", aseguró Obama durante su segunda presentación ante los medios en Chicago desde la noche electoral del 4 de noviembre.

Obama anunció además que la profesora de Berkeley Christina Romer, otra sionista del círculo demócrata,  encabezará el Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca, mientras que otra operadora del lobby, Melody Barnes, ex vicepresidenta del "think tank" liberal Center for American Progress, será la directora del Consejo de Política Doméstica.

Además, Warren Buffet y George Soros,  operadores históricos y gurúes emblemáticos del lobby judío sionista neoyorquino ocupan lugares de "asesores estrellas" en el círculo que rodea a Obama.

Un operador del sionismo mediático,   el presidente de Time-Warner, Richard Parsons (calificado como el contacto de Obama con la CNN), figura con características  relevantes en el equipo de estrategas del presidente electo.

Parsons, el presidente de Times-Warner Inc., propietaria de la cadena televisiva CNN, es  también director de Citigroup, uno de los grandes beneficiarios del rescate financiero que continuará con la administración de Obama.

Pero la "gran trilogía" del lobby financiero que controla a Obama está compuesta  por Timothy Geithner, Lawrence Summers y Robert Rubin, el estratega favorito de Bill Clinton.

El Tesoro, la columna vertebral del sionismo financiero que (junto a la Reserva Federal) controla al Imperio estadounidense, será ocupado  (no por casualidad) por Timothy Geithner, actual presidente de la estratégica Reserva Federal de Nueva York donde se encuentran las casas centrales de los 100 principales bancos y entidades financieras de EEUU.

Obama ya tiene decidido nombrar a Geithner, de 47 años, como secretario del Tesoro, mientras que Lawrence Summers, de 53, será el director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca, según dijo el sábado un miembro de su equipo de transición.

Ambos fueron miembros del gobierno de Bill Clinton, e integraron, junto con Robert Rubin, las líneas estratégicas del plan de "apertura económica y "libre mercado" que terminó configurando el reinado de la especulación financiera a escala global.

Tanto Geithner, como Summers  y Rubin, representan el más alto nivel de decisión del lobby sionista bancario con central en Nueva York, y su nombramiento al lado de Obama es la señal más clara de que el lobby apunta a privilegiar el sector financiero en crisis como centro de su gestión.

Summers, quien fue secretario del Tesoro con Clinton, diseñó para Obama su estrategia de "respuesta a la crisis financiera" durante la campaña, y jugará un destacado papel al elaborar la política económica y coordinar a los asesores de su Gobierno.

Geithner, el actual presidente de la Reserva Federal de Nueva York donde se encuentran los pulpos gigantes beneficiados con el plan de rescate financiero de US$ 700.000 millones de Bush, será el sucesor de Paulson.

La Reserva Federal de Estados Unidos y el Departamento del Tesoro acaban de aprobar un segundo plan de rescate financiera por un monto de US$  800.000 millones con destino a la compra de activos hipotecarios y para reactivar los mercados de crédito al consumo que "heredará" Obama.

Este plan de rescate, el segundo aprobado por la administración del presidente George W. Bush tras un primer paquete de US$ 700.000 millones, se divide en dos partidas: US$ 600.000 millones para comprar activos hipotecarios y otros US$ 200.000 millones para avalar créditos al consumo.

En este escenario, Timothy Geithner, será el continuador del plan de "crisis"  de Bush para rescatar a las entidades quebradas y que dio curso a un formidable negocio financiero de los bancos privados del Sistema de la Reserva Federal (liderado por la Reserva de Nueva York).

La presencia de Geithner como nuevo secretario del Tesoro es la prueba más contundente de la continuidad del plan de rescate financiero de Bush (y del macro negocio financiero que conlleva) durante la gestión de Obama.

Geithner, como secretario del Tesoro, posibilita que, y con garantía del Estado norteamericano, el conjunto de bancos privados que conforman la Reserva Federal seguirán actuando en la práctica (y dentro del esquema funcional del "súper-rescate" emprendido por el Gobierno federal) como una supra-entidad prestataria que manejará un fondo billonario orientado a hacer negocios (también billonarios) con los cadáveres dejados por el colapso financiero en EEUU.

Pero, y tal como lo resalta la prensa norteamericana, Obama planea elevar aún más el monto del "rescate" (o sea del negocio).

Según The Wall Street Journal, congresistas del partido Demócrata estadounidense estudian dar su respaldo a un billonario plan de "estímulo económico" diseñado por Geithner y Summer   con el que el gobierno de Obama intentará "salir de la recesión" por la que atraviesa ese país.

Como ya viene sucediendo con el plan de Bush-Paulson, el "plan de estímulo" de Obama centra su eje funcional en la normalización del sector financiero como meta para restaurar a la economía real en crisis .

La presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, indicó que los economistas del equipo de Obama sugirieron la necesidad de adoptar un plan valorado en "cientos de miles de millones" de dólares.

Por supuesto que, ni la prensa conservadora ni las usinas republicanas, revelan este "detalle" (del macro negocio capitalista con la crisis)  cuando critican a Obama por haber convertido su gabinete en el "regreso de Bill Clinton".





 
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