Vos decis que la pobreza se produce por falta de preparacion.(Mati) una persona que se prepara hace dinero, la causa por la que hace dinero es la preparación
Yo te digo que la falta de preparación se produce por la pobreza pues los tiempos en que las universidades eran solo para los ricos ya pasaron a la historia, claro que si un matrimonio se llena de hijos no les puede dar educacion
Escapar de Cuba: en julio de 2003, un grupo de cubanos intentó alcanzar la costa de EE.UU. en un camión balsa . Foto Reuters
CIUDAD DE MEXICO.– En los últimos 25 años, los cubanos, carentes de medios autónomos de comunicación y de recursos económicos, políticos e ideológicos para oponerse al gobierno de Fidel Castro, han aprendido a transmitir su incertidumbre y su angustia de otras maneras. Casi dos millones se han marchado del país como han podido –en balsas, camiones flotantes, cajas de correo aéreo, trenes de aterrizaje– y alrededor de 70.000 se han suicidado, también de las más diversas formas: incinerados, ahorcados, desangrados, apuñalados, atropellados en la carretera, precipitados al vacío o, simplemente, de un tiro en la sien. En el último medio siglo, 100.000 cubanos podrían haberse quitado la vida.
A principios de los años 80, el Ministerio de Salud Pública de la isla dio a conocer que la tasa de suicidios en Cuba había rebasado los 20 por cada 100.000 habitantes. Aquellas cifras revelaban que, en menos de una década, el índice de muertes por esa causa se había duplicado –en 1969 sólo morían así 8 entre 100.000- y que Cuba no era uno de los países latinoamericanos donde más personas se mataban al año, sino la nación con más suicidios per cápita del hemisferio occidental. Los cubanos, según esa estadística infernal, se mataban más que los norteamericanos y que la mayoría de los europeos, los asiáticos y los africanos. La isla caribeña se acercaba a las tasas de suicidio de países nórdicos como Dinamarca, Finlandia y Suecia, y de algunos de sus aliados en Europa del Este, como Hungría, Rusia y las repúblicas del Báltico.
Un estudio realizado a mediados de los noventa en Miami, por Maida Donate y Zoila Macías, dos antiguas investigadoras del Ministerio de Salud Pública, cuestionaba las estadísticas dadas a conocer por la Organización Mundial de la Salud, en 1995 y 1996, según las cuales el gobierno cubano había logrado contener aquella tendencia creciente con tasas de alrededor de 2000 suicidas al año. Según las especialistas, a mediados de la década pasada el índice de suicidios debió estar cercano a los 30 por cada 100.000; esta cifra mantenía a Cuba entre las cinco naciones más suicidas del mundo.
Donate y Macías, sin embargo, demostraban que esa tendencia, acentuada entre los habitantes de la isla, también caracterizaba a los cubanos de Miami, cuyas tasas de suicidio eran superiores a las de otras comunidades hispanas en Estados Unidos.
El tema ha llamado la atención de novelistas, historiadores y sociólogos. Guillermo Cabrera Infante le dedicó uno de los mejores ensayos de su libro "Mea Cuba" (1993), titulado "Entre la Historia y la Nada", y publicado originalmente en la revista Escandalar.
Allí se contaba la historia de los grandes suicidios políticos del siglo XX cubano: desde los de personalidades de la vida pública republicana, como el alcalde habanero Manuel Fernández Supervielle, el líder populista Eduardo Chibás, el ex presidente Carlos Prío Socarrás o el director de la revista Bohemia, Miguel Angel Quevedo, hasta los de importantes dirigentes de la Revolución, como la heroína Haydée Santamaría, el magistrado Osvaldo Dorticós y varios ministros revolucionarios: Augusto Martínez Sánchez, Alberto Mora, Rodrigo García...
Otro novelista, Eliseo Alberto, en una de las crónicas de su libro "Dos cubalibres" (2005), habla de escritores y artistas suicidas más recientes, como los poetas Raúl Hernández Novás y Angel Escobar, los narradores Guillermo Rosales y Miguel Collazo, la pintora Belkis Ayón y la historiadora Raquel Mendieta.
Al lector europeo o norteamericano puede resultarle tediosa o extravagante, por trivial o desconocida, tan larga lista de trasnochados románticos y tropicales, nacidos en las Antillas de fines del siglo XX y, a pesar de ello, resueltos a quitarse la vida ante el infortunio de la historia. Pero, en todos los casos, se trata de protagonistas de la vida cultural cubana, precisamente en sus décadas de mayor apogeo utópico y aclamación occidental. El último libro del más laborioso historiador de temas cubanos, el profesor Louis A. Pérez Jr., de la Universidad de North Carolina, en Chapel Hill, se titula "To Die in Cuba. Suicide and Society" (2005) y versa sobre la vocación suicida de los habitantes de la isla.
Experiencia trágica
La investigación de Pérez viene a confirmar algo que ya se desprendía del estudio de Donate y Macías y que desarrolla también Damián Fernández en su ensayo "Cuba and the Politics of Passion" (2000): a saber, que, entre cubanos, ese impulso de aniquilación no es atribuible únicamente al establecimiento de un orden comunista en el Caribe, sino a una experiencia traumática de la historia y a un ejercicio patológicamente afectivo de la vida social y política.
Desde fines del siglo XIX y, sobre todo, desde las primeras décadas del XX, ya los índices de suicidio en Cuba estaban por encima de los de la mayoría de los países latinoamericanos. En 1907, por ejemplo, el médico legal Jorge Le Roy Cassá publicó un estudio, titulado "Qou Tendimus?", en el que daba a conocer que entre 1890 y los primeros años de la república, es decir, en poco más de una década, se habían matado 764 hombres y 355 mujeres.
Entonces, la población insular, cercana a los dos millones de habitantes, acababa de sufrir una guerra en dos actos, la de los cubanos por su independencia y la de los Estados Unidos contra España, y un nacimiento como nación moderna constantemente alterado por tensiones raciales y guerra civiles.
Un siglo después, la proporción de muertes por suicidio en Cuba parece confirmar esa tendencia a la automutilación de una ciudadanía capaz de soportar la más larga dictadura de la historia occidental, pero incapaz de hacerlo sin dejar un testimonio perturbador. Psiquiatras, filósofos y escritores piensan que un acto tan misterioso como el suicidio es inexplicable.
Inexplicable, piensan algunos, como la locura y el amor, los milagros y las alucinaciones. El estudio de un historiador tan autorizado como Louis Pérez demuestra que, en el caso cubano, esa inveterada disposición al suicidio tiene que ver con la historia o, más específicamente, con el devenir político de la isla. Toda experiencia autoritaria, como la que se vivió en Cuba antes de 1959, y toda experiencia totalitaria, como la que ha tenido que soportar la población cubana desde 1959, es transmisora de esa "sombra" de muerte que, al decir de Eugenio Trías, deja a su paso cualquier gobierno tiránico.
Las fantasías occidentales establecen a Cuba como una isla caribeña, con fuertes tradiciones de alegría y comunitarismo, capaces de movilizarse contra la racionalidad moderna. La vocación suicida de los cubanos, sin embargo, describe a una ciudadanía atormentada, incapaz de liberar frustraciones históricas, reacia a superar traumas nacionales y demasiado proclive a la experiencia afectiva de los conflictos políticos. No hay estadística más reveladora del carácter sombrío del socialismo cubano que esos 100.000 suicidas en medio siglo.
El autor es escritor y ensayista cubano, codirector de la revista Encuentro.
Temor por un periodista
MIAMI (AP).- La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) responsabilizó a las autoridades de Cuba por el deterioro de la salud de Víctor Rolando Arroyo, en huelga de hambre en la Prisión Provincial de Guantánamo, uno de los centros carcelarios del país en los que 25 periodistas independientes cumplen sentencias.
Arroyo, condenado a 26 años de cárcel el 4 de abril de 2004, inició hace 15 días su huelga de hambre en la Prisión Provincial de Guantánamo, en el sudeste de la isla, en protesta y rechazo por el maltrato de las autoridades penitenciarias, en especial el capitán Armesto, asignado como su carcelero.
"Responsabilizamos a las autoridades cubanas por la integridad física de Arroyo. Lamentamos que además de condenar por más de dos décadas a un periodista por el delito de escribir, los carceleros sumen el maltrato a la injusta sanción del gobierno", expresó Gonzalo Marroquín, presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información.
Según la agencia Nueva Prensa Cubana, Arroyo, de 53 años, fue hospitalizado el 17 de septiembre en estado crítico y se rehúsa a ser alimentado a la fuerza. El periodista dirigía la Unión de Periodistas y Escritores Cubanos Independientes (Upeci) y también una de las bibliotecas independientes de Cuba.
Otro prisionero, el opositor Félix Navarro Rodríguez, condenado a 25 años, también se sumó a la huelga de hambre.
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22 Feb 2011 ...Cuba tiene una alarmante tasa de suicidios | Por Rafael Rojas El País - lanacion .com. www.lanacion.com.ar/742076-cuba-tiene-una-alarmante-tasa-de-suicidios - En caché
8 May 2006 ...LLEVA A LOS CUBANOS AL SUICIDIO Según los Indicadores Básicos de la...Las estadísticas del suicidio en Cuba parecen estar vinculadas al... www.lanuevacuba.com/nuevacuba/notic-06-05-802.htm - En caché - Similares
18 Jun 1998 ... Los cubanos en la isla tienen la tasa de suicidio más grande de América Latina. Pero los que viven en el Condado de Miami-Dade se suicidan... www.cubanet.org/CNews/y98/jun98/19o7.htm - En caché - Similares
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Tasa de suicidios es la más alta de América Latina
JUAN O. TAMAYO Publicado el jueves, 18 de junio de 1998 en El Nuevo Herald
Un estudio revela que la tasa de suicidio en la isla casi se triplicó desde 1969, al punto de convertirse en el país con más suicidios en América Latina, mientras que los cubanos en Miami se suicidan menos que el miamense medio.
Los cubanos en la isla tienen la tasa de suicidio más grande de América Latina. Pero los que viven en el Condado de Miami-Dade se suicidan con menos frecuencia que otros miamenses y las cubanas de Miami mucho menos que todos.
Y aunque el promedio entre los cubanos de la isla es de una muerte por cada tres intentos serios que requieren hospitalización, los miembros del Partido Comunista que se suicidan mueren en el primer intento.
Si el suicidio es ciertamente un acto de desesperación, entonces un estudio que acaba de publicarse, Suicide in Cuba and Miami, muestra que los cubanos sufren desesperadamente en un lugar y mucho menos en el otro.
``La diferencia entre los dos lugares refleja los diferentes puntos de vista sociales, políticos y económicos'', dijo Maida Donate-Armada, una de las dos académicas educadas en Cuba que ahora viven en Miami y que escribieron el estudio publicado por el Consejo Nacional Cubano Americano.
Mediante estadísticas del Ministerio de Salud de Cuba y los propios estudios de suicidios hechos por Donate en 1984, cuando trabajaba para esa institución, el estudio sostiene que la gente en la isla ha sufrido un severo impacto emocional desde el fracaso del plan del gobernante Fidel Castro para lograr una cifra récord de 10 millones de toneladas de azúcar en la zafra de 1970.
``Fue la primera grieta en la conciencia colectiva en cuanto a la habilidad de la revolución de proveer soluciones coherentes a los problemas económicos'', manifestó Donate, una sicóloga que se fue de Cuba en 1993.
El estudio indicó que la tasa de suicidio en la isla casi se triplicó entre 1969 y 1982, de 8 por a 23.2 por cada 100,000 personas.
Tan mala fue la crisis, que en 1979 el gobierno clasificó las estadísticas de suicidio como secreto de estado, agregó el estudio, y comenzó a ocultarlas bajo otras categorías como ``muertes violentas'' u ``otras enfermedades fisiológicas no clasificadas''.
Donate estima que la tasa actual de suicidios en Cuba es de más de 20 por 100,000, lo que representa unas 2,500 muertes anuales entre 11 millones de habitantes. Eso pondría a la isla muy por delante del promedio en América Latina, donde las tasas de suicidio están entre el 8 y el 12 por ciento por cada 100,000 personas, dijo la experta.
``Un promedio de 20 ya es considerado una epidemia. En Cuba cualquier cifra mayor casi sería un suicidio en masa'', continuó Donate.
La coautora del estudio de 1984 fue Zoila Macías, una médico que fue directora de estadísticas nacionales en el Ministerio de Salud cubano entre 1991 y 1994.
El estudio Donate-Macías mostró que los suicidios en Cuba, al igual que en la mayoría de los países, frecuentemente involucran a gente con problemas familiares, bajos niveles de educación y bajos o ningún ingreso. Pero las similitudes parecen terminar ahí.
La mujer cubana comete suicidio más frecuentemente que las que viven en el extranjero. Aunque el promedio mundial es de una mujer por cada tres hombres, el porcentaje de la isla es casi igual al de los hombres.
Eso probablemente significa que las mujeres cubanas tienen la tasa de suicidios más alta en el mundo, según el estudio.
Los intentos de suicidio por cubanos también resultan mortales con más frecuencia. El promedio mundial es de 10 intentos por cada muerte, pero en Cuba es de 3 por cada muerte. Y Donate agregó que los miembros del Partido Comunista consiguen su propósito en casi cada intento serio de suicidio que requiere la notificación a un hospital.
El estudio dijo que la tasa más alta de muerte por cada intento mostró no sólo una desesperación más profunda, sino quizá la falta de tratamiento médico efectivo para aquéllos que intentaron suicidarse.
La tasa de suicidios en Cuba ha variado claramente con su historia: de 2.2 por cada 100,000 personas en 1907, poco después de la independencia de España, a 13.1 en 1957, en medio de la guerra de guerrilla de Castro contra el presidente Fulgencio Batista.
En los años 60, con las esperanzas vinculadas al inicio de la revolución de Castro, los suicidios bajaron a un promedio de 8 a 10 por 100,000 personas. Pero el fracaso de la zafra de 1970 disparó el promedio a 23.2 en 1982, dos años después de la crisis provocada por el éxodo de Mariel.
Ese sombrío cuadro contrasta dramáticamente con los resultados del estudio sobre los suicidios entre los cubanos residentes en el Condado de Miami-Dade, según informaron los funcionarios de salud pública en 1980, 1989, 1990 y 1991.
En lo que se considera como la estadística más significativa, las mujeres cubanas en Miami se suicidan con menos frecuencia que sus contrapartes masculinos. En Miami hay un suicidio femenino por cada cinco masculinos, comparado con casi uno por uno en Cuba.
``Parece que la mujer cubana se adapta y asimila más rápidamente los nuevos valores de la cultura norteamericana'', dijo el estudio. Y aunque los cubanos de Miami siguen al frente de otros grupos hispanos en cuanto al suicidio, lo hacen con menos frecuencia que el miamense promedio: conforman un 29.1 por ciento de la población de Miami-Dade, pero sólo 25 por ciento de los aproximadamente 300 miamenses que se suicidan todos los años.
La tasa total del condado fue de 16.2 suicidios por 100,000 personas en 1991 y esa tasa ha tenido la tendencia a bajar en los últimos dos años, tanto para los cubanos como para el resto de la población.
``Los cubanos son muy normales en Miami, en lo que se refiere a patrones de suicidio'', apuntó Donate. ``Eso pudiera ser que les agrada su situación social, económica y política aquí''.
CUBA PRIMER LUGAR MUNDIAL EN SUICIDIOS Amigo Rochín, Amigo José Luis, flaco pitagórico/ buscador de cifras musicales en la bóveda mas alta de tus noches/ amigo Rochín, pálido por eufóricos desvelos ángel andante sobre cuerdas crepusculares/ nunca fuiste de este mundo, ni le perteneciste al mar, ni al ave, ni a la tierra. Salvador Mancillas
Según cifras oficiales Cuba se alinea con los países del grupo número 1 en relación a los suicidios y México es parte del quinto grupo o sea el último con menos de 5 suicidios por cien mil habitantes y en el primer grupo están por encima de los 26x100000
Un millón de personas pone fin a su vida todos los años, lo que equivale a una muerte cada 40 segundos, y “en los Estados Unidos, Inglaterra, Suiza y Cuba, se producen entre 10 y 15 intentos suicidas por cada suicidio que ocurre”. Por razones de espacio citaré sólo 3 de 16 mitos sobre el suicidio y sus correspondientes verdades científicas según las investigaciones del autor Wilfredo Guibert Reyes. Mito: El suicidio se comete sin previo aviso. Lo cierto es que frecuentemente dan indicios o advertencias claras de sus intenciones suicidas. Mito: Todo el que se suicida es porque está deprimido. La verdad es que las mayoría de las personas que se suicidan no estaban deprimidas ni la mayoría de los deprimidos se suicidan, aunque la psicodinámica del suicidio se parece a la de la depresión. Mito: Alcohol y suicidio no tienen relación. La verdad es que personas con alto consumo de alcohol siempre están autodestruyéndose indirectamente, y muchos que lo intentan están bajo la influencia del alcohol o de otras drogas. El autor cita entre varias causas del suicidio en Cuba, “La monotonía de la vida diaria con MUCHAS OBLIGACIONES Y POCAS GRATIFICACIONES” (las mayúsculas son mías). Imagine usted lo que es ganar el equivalente a diez pesos mexicanos y que la hora de internet (concesión otorgada hace unas semanas apenas, cueste de 60 a 90 pesos mexicanos pero eso sí, con candados y extrema vigilancia. Respecto a una causa frecuente del suicidio en México, el doctor Enrique Camarena, Subdirector médico de un Hospital Psiquiátrico del IMSS publicó el 06.01.10: “debido a la falta de oportunidades laborales y profesionales así como el alto consumo de alcohol y de drogas, el número de suicidios entre los jóvenes se ha incrementado” .
En el libro De Mea Cuba, autoría de Guillermo Cabrera Infante, desertor del sistema castrista, viene el capítulo Nota sobre una ideología` del suicidio con el epígrafe “Que morir por la patria es vivir”, tomado del Himno nacional de Cuba y afirma: “No se puede entender la Revolución cubana si no ser considera como uno de sus elementos integrales, casi esencial, al suicidio”. Luego documenta cuando menos 15 personajes de las altas esferas de la vida cubana que se suicidaron como Raúl Chirinos (1959) en el momento de ser interrogado por Fidel; Augusto Martínez, ministro del trabajo (1960); Nilsa Espín en el propio despacho de su cuñado, Raúl Castro, cuando le avisaron que su marido se había suicidado; Miguel A. de Quevedo, editor de la revista Bohemia; dejando el mensaje: “me mato porque Fidel me engañó”. También se suicidó Prío Socarrás, ex presidente de Cuba, y viviendo en la isla, lo mismo hicieron una hija y una hermana de Salvador Allende, ex presidente de Chile. Los escritores cubanos suicidas suman la docena y los conocidos mundialmente fueron Reinaldo Arenas quien por un descuido burocrático pudo salir del puerto de Mariel. Su nota suicida 1990, en Nueva York dijo: “Cuba será libre. Yo ya lo soy”. Calvert Casey Hernández (a) La Calvita, estando en Roma no pudo soportar que las autoridades no le autorizaran su regreso a La Habana, su entrañable nacencia y tampoco aceptó ser abandonado por su amante, el Matteo de sus entrañas. También los cubanos se distinguen por la forma de suicidarse: Desde el disparo al vientre, el modelo concertado (Nilsa Espin), el anunciado por la radio (Chibás) y ahora por la red todo mundo se enteró del suicidio por huelga de hambre del albañil Orlando Zapata Tamayo de 42 años alegando que no merecía tantos años de cárcel por la acusación en su contra “DESACATO AL COMANDANTE”. Es de justicia aclarar que el mérito del martirio no es solo de este disidente pues el director del penal, como medida disciplinaria ordenó le fuera retirado todo tipo de líquidos. Hoy está en huelga de hambre el excombatiente y periodista Guillermo Fariñas Hernández hasta que no salgan de las cárceles de Cuba 26 presos políticos. Cuando perdió 18 kilos de peso fue internado al servicio de terapia intensiva para rehidratarlo y no convertirlo en otra bandera de insurrección. El 22-03-10 España le ofreció asilo pero Fariñas persiste en su intento de suicidarse para haber si en algo se ablanda la dictadura castrista. En la semana del 5 al 10 abril 2010 seguía moribundo, pero otros seres anónimos se suicidan cada semana en las cárceles de Cuba, el paraíso que creí en mi lejana juventud. Lo increíble es que aun tenga creyentes el sistema de gobernar castrista.
Libros consultados para este artículo: “El Suicidio Un tema complejo e íntimo”, obra del licenciado en psicología clínica Wilfredo Guibert Reyes y editada en La Habana por el Instituto Cubano del Libro en el 2002. Escritores Suicidas del nayarita Héctor Gamboa Quintero, El Club de los Suicidas de Robert Louis Stevenson; De Mea Cuba de Guillermo Cabrera Infante. Adalia, de Salvador Mancillas. Miembro de la Asociación de Periodistas y Escritores de Nayarit, A C (APENAC) Correo: arturocamarena1@hotmail.com http://hetairos-sapereaude.blogspot.com/2010/04/arturo-camarena-cuba-primer-lugar-en.html