Los dos candidatos a la presidencia haitiana rechazaron afirmaciones de funcionarios estadounidenses de que el regreso del expresidente Jean Bertrand Aristide, previo a las elecciones, podría desestabilizar los comicios.
Ambos respondieron de esa manera a comentarios realizados la víspera por Mark Toner, portavoz del Departamento de Estado, quien aseguró que un regreso esta semana sólo puede ser tomado como una decisión consciente de tener un impacto en las elecciones en Haití.
Según declaraciones a la prensa de Michel Martelly, uno de los contendientes, es improbable que el retorno de Aristide influya en la votación.
No obstante, el aspirante a dignatario consideró apropiado que el exgobernante regrese a Puerto Príncipe dos o tres días después de los comicios, fijados para el venidero 20 de marzo.
"Aristide es bienvenido. Espero que su llegada no genere inestabilidad para los sufragios", afirmó el candidato.
Por su parte Mirlande Manigat, quien opta por ser la primera mujer electa presidenta en la historia haitiana, coincidió con su contrincante.
"El presidente Aristide será bienvenido para que colabore conmigo en temas educativos", sentenció la exsenadora.
La entrada de Aristide a este país caribeño ha sido motivo de constantes rumores en las últimas semanas, desde que las autoridades haitianas concedieron su pasaporte actualizado al abogado del expresidente.
Desde entonces sus seguidores han realizado varias manifestaciones en demanda del retorno de su líder y de realizar unos comicios en los cuales se incluyan a todos los partidos, incluido Familia Lavalás, que dirigía el exdignatario.
Mientras esperan su regreso, los votantes de este empobrecido territorio se preparan para acudir a las urnas en segunda ronda de comicios en los cuales definirán el próximo gobierno, que tendrá sobre sus hombros la responsabilidad de agilizar la reconstrucción nacional.
El dignatario electo deberá guiar la recuperación del estado, devastado parcialmente por un terremoto en enero de 2010, afectado por una epidemia de cólera desde octubre pasado y con una contracción económica importante, que lo mantiene desde hace años como el país más empobrecido del Hemisferio Occidental