Es muy difícil que en el campo de la opinión pública internacional se acepte la tesis que emite y trata de sostener desde Caracas el gobierno de Venezuela con respecto a una supuesta no gravedad de la salud del gobernante Hugo Rafael Chávez Frías. La realidad es que han transcurrido diecisiete días desde que fue intervenido quirúrgicamente en La Habana –no en Caracas– en forma excepcionalmente seria y misteriosa por lo que se dijo era un absceso pélvico. Importantes médicos de distintos países tratan de explicar todo el proceso que determinó la intervención quirúrgica y dicen claramente, o lo insinúan, que se trata en realidad de una enfermedad grave que explica por qué el gobernante autoritario no ha regresado a su país, y se dice que se mantiene dando instrucciones permanentes a sus subalternos, especialmente a sus ministros y jefes militares desde La Habana.
Si se toma en consideración la desproporcionada influencia o vinculaciones de Chávez en la política no sólo de varios países del Hemisferio Occidental sino también del Medio Oriente, todo lo que gira alrededor de su estado de salud y de su persona es objeto de múltiples conjeturas vinculadas a la suerte de Venezuela y de los países de la región.
En la historia de personajes de esta naturaleza no se registra un caso parecido al de Chávez, supuestamente ejerciendo la jefatura del estado venezolano desde su lecho de enfermo. La delegación de poderes dentro del sistema constitucional en una república bien formada no puede llegar a los extremos de gobernar a “control remoto”, sobre todo si se toman en cuenta las características dictatoriales del régimen de Chávez.
Los venezolanos que tienen capacidad para observar y analizar lo que está ocurriendo alrededor de la salud y manera de gobernar de Chávez, deben estar –o están ya– seriamente preocupados sabiendo que la república, o lo que fue república, está “al garete”, para usar una expresión náutica que tiene alguna similitud con algo que ocurre en tierra firme.
Los que se preocupan por la suerte de Venezuela y de América están siguiendo de cerca, día a día, lo que está ocurriendo en torno al estado de salud del gobernante venezolano que tiene su escritorio de presidente en La Habana, a la orilla de Fidel y de Raúl Castro.
http://www.diariolasamericas.com/noticia/124047/44/la-realidad-sobrela-salud-de-ch%C3%A1vez
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