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General: POR LA EDUCACIÓN POLÍTICA DE LOS OPRIMIDOS EN EL PERÚ ...
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Da: Ruben1919  (Messaggio originale) Inviato: 08/08/2011 12:04
EDUCACIÓN CIUDADANA PARA LA DIGNIFICACIÓN HUMANA DE LOS OPRIMIDOS PDF Imprimir E-mail
 
EDUCACIÓN CIUDADANA PARA LA DIGNIFICACIÓN HUMANA DE LOS OPRIMIDOS
Por Reynaldo Robles Aroste

Los grandes problemas nacionales, jamás resueltos por las clases dominantes durante la falsa república desde 1821, siguen siendo las grandes dificultades que impiden el desarrollo nacional. La dependencia nacional, la marginación de las mayorías, la fragmentación social, la carencia de un proyecto nacional, la sobreexplotación de la mayorías, la ausencia de una clase dirigente,

entre otros problemas generales que a su vez son causantes del subdesarrollo, el atraso, la miseria, el hambre, la delincuencia, la corrupción, la inseguridad, el caos, el analfabetismo, el desempleo, el subempleo, la prostitución, el pandillaje, etc. Lo peor de todo está en que mucha gente ha perdido la esperanza de solución a estos problemas, la desconfianza en la política y políticos, y la conclusión final que tienen es que cada quien a su manera resuelva su problema y punto, el del prójimo no importa.

Las clases dominantes parasitarias, la burguesía antiperuana y los herederos de la oligarquía terrateniente han logrado sus objetivos estratégicos: mantener a raya la plebe, resultado de todo un proceso sistemático de exclusión, analfabetización, alienación, apolitización, desideologización, a través de sus medios poderosos como la televisión, la prensa escrita y la internet que consolidan la “fuerte dependencia ideológico-cultural del exterior”.  Los contenidos de estos medios sin control son casi la totalidad de violencia, pornografía, farándula, chisme, las peores lacras del sistema capitalista. “La penetración e intensificación ideológica a través del control mediático, las sectas religiosas y el macartismo, la formación de intelectuales y profesionales adictos al sistema, son parte de (su) estrategia” (XVII Pleno del CC. 2007, p. 7). El Amauta José Carlos Mariátegui generaliza de manera genial la época en la siguiente afirmación: “La aristocracia y la burguesía criollas no se sienten solidarizadas con el pueblo por el lazo de una historia y de una cultura comunes. En el Perú, el aristócrata y el burgués blancos, desprecian lo popular, lo nacional. Se sienten, ante todo, blancos. El pequeño burgués mestizo imita este ejemplo” (Mariátegui, J.C. Ideología y política, p. 88)

Siglos de ignominia. ¿Quién podrá salvarnos de esta realidad dramática? Las respuestas en la calle en gran parte son desalentadoras como las siguientes: ¡nadie! ¡Sólo dios sabe lo que hace! ¡Todos los políticos son iguales, rateros, mentirosos! Y hay también respuestas como estas, ¡tiene que ser alguien que ponga orden militar! ¡Yo ya no creo en nadie todos son iguales! ¡Yo, nada de política, vivo de mi trabajo! ¡Pero, si me das aunque sea una cajita de fósforo, o algún otro regalito, voto por ustedes! Esta es la idiosincrasia y la mentalidad de un sector considerable de la población arruinada, expoliada por los que siempre miraron al país como emporio de riquezas para saquear. La aristocracia, la oligarquía y la burguesía parasitarias y antinacionales que tanto se ha enriquecido nos han convertido en seres desmemoriados, individualistas, pragmáticos, egoístas hasta irracionales, como marionetas, zombis, manipulables y apolíticos.  Hasta hoy sin derecho de ciudadanía. Es que la ciudadanía no consiste solamente en emitir voto cada cierto tiempo, luego para padecer la fatalidad de la demagogia, del engaño, de las políticas pro imperialistas irracionales y autoritarias, hoy neoliberales, todas en conjunto versiones del capitalismo salvaje. El capitalista tiene como finalidad el lucro y la ganancia, no el servicio.

El diagnóstico de Barrenechea se resume en que: “Los problemas del Perú no están en el campo de la macroeconomía. Ni en el del comercio. Están en la política, en la justicia y en la educación” (Barrenechea, A. Revista Domingo de La Rep. 24-07-05). De acuerdo a la cita el Nuevo Curso encaja plenamente como estrategia del periodo actual para la aplicación de grandes reformas nacionales, en el proceso de la construcción de la unidad para la nueva correlación de fuerzas y avanzar en la lucha por el cambio social.

Nuestra actuación política ha tenido muchos vacíos y debilidades de los cuales “debemos imputar la culpa a nosotros mismos, a nuestro atraso con respecto al movimiento de las masas, a no haber sabido aún organizar denuncias suficientemente amplias, resonantes y rápidas contra todas esas ignominias” (Lenin. ¿Qué hacer?, p. 70). Cuando tuvimos la gran oportunidad histórica de consolidar con IU un poderoso movimiento político para el cambio social, “en lugar de mostrarle al país una salida y organizar al pueblo peruano para ella, se prefirió una confrontación inútil cuyo costo final fue su propia liquidación. En este vacío se instala como pensamiento dominante y como alternativa económica el neoliberalismo, y también se abre paso el senderismo” (VII Congreso Nacional del PC del P patria roja, p. 44-45).

Entonces, ¿qué hacer hoy? La única manera de continuar construyendo la salida a esta crisis sistémica de la sociedad peruana es haciendo política. El asunto está en distinguir que significa hacer política para nosotros los de izquierda y qué significa hacer política para la derecha. Para la derecha hacer política es hacer todo para preservar el sistema capitalista, el sistema injusto y caduco pero que a ellos les da grandes privilegios, en el que tienen mucha riqueza, donde son dueños de los medios de producción como las minas, los bosques, las tierras incluso de poblaciones humanas, por eso la derecha, los ricos serán capaz de acudir a todo tipo de medio, desde los programas asistencialistas hasta las represiones más brutales como lo que ocurrió en Bagua, maquillar el sistema dominante para no alterar este estado de cosas extremadamente  desiguales, contra las grandes mayorías, pero estas oligarquías cuando se sientan perdidas llamarán a su amo, a las fuerzas militares yanquis para mantenerse en el poder, cuantas veces sea necesario, similares a las últimas  intentonas golpistas en Bolivia, en Venezuela y en muchos otros países. Estamos avisados. La clase dominante peruana, la derecha retrógrada, maneja el Estado de acuerdo a los intereses del capital privado y transnacional, “es indiferente a toda visión nacional de nuestro desarrollo. Sólo pretende usar al Estado, o para acrecentar fortunas familiares o para satisfacer las exigencias y pretensiones del capital internacional. Su sentido pragmático, la lleva a desbordar permanentemente el orden establecido” (Matos Mar. 1988: 54). Los promotores de las dictaduras con botas y sin botas siempre han sido la oligarquía y la gran burguesía.

Luchar por transformar el sistema caduco implica hacer política. Señala el Gran Amauta que la política se ennoblece y se dignifica cuando es revolucionaria, cuando expresa los ideales de cambio, cuando se pone al servicio del progreso de la historia y al servicio del pueblo. Nuestro gran error está en que hemos esperado que otros lo hagan por nosotros, en que venga un salvador, un mesías, o simplemente un caudillo. ¡No! No debe ser así. Nosotros mismos tenemos que protagonizar los cambios sociales, esto está históricamente demostrado, los pueblos hacen la historia. Si queremos cambiar el mundo tenemos que prepararnos. Prepararse significa estudiar, investigar, conocer nuestra realidad, construir estrategias. Prepararse implica saber tener las armas fundamentales como la información y el conocimiento, los cuales sirven para la elevación de la conciencia social a la conciencia política, la asunción de la ideología del proletariado. Deviene importantísimo reto, la educación del pueblo, la educación política, tarea descuidada por los partidos políticos de la izquierda, porque aparecer cada vez que hay carnaval electoral es actuar como partido de la derecha. Si no veamos las lecciones de la historia. Sin educación política no hubiera sido posible la revolución rusa, la revolución china, la revolución cubana y hoy los procesos de cambios en América Latina. “He aquí por qué debemos realizar constantemente una educación política viva y eficaz entre las masas, decirles siempre la verdad sobre la dificultades que surjan y estudiar con ellas la manera de resolverlas” (Mao Tsetung. Cinco tesis filosóficas, 1975, p.224).

Para la izquierda hacer política es desarrollar las diferentes formas de lucha: económica, social, ideológica, política, que no se contraponen, más se complementan, unas formas responden a las necesidades inmediatas y otras tienen carácter histórico y estratégico. Hacer política es seguir construyendo los instrumentos de lucha como son el partido político, movimientos políticos, frente de alianza electoral local, regional y/o nacional. Hacer política es elaborar la plataforma reivindicativa, el programa político, sobre la base del conocimiento de la estrategia del enemigo, sobre la base del conocimiento de la situación concreta, expresando en orden prioritario las necesidades, los problemas, los intereses y las aspiraciones de las grandes mayorías. Hacer política es desarrollar la lucha ideológica, la confrontación de ideas tanto en el escenario interno y externo, es combatir la ideología de la burguesía en forma abierta y constante. Retomemos los puntos esenciales y vigentes de la VI Conferencia refundacional del Partido de Mariátegui: la lucha interna en el Partido es el reflejo de la lucha de clases que se da en la sociedad; las luchas internas conducen a la depuración, desarrollo y consolidación del Partido; la lucha ideológica entre la concepción revolucionaria y las concepciones burguesa y pequeño burguesas; ser comunista es asumir la ideología del proletariado y combatir otras ideologías; una democracia dentro del Partido basada en centralismo democrático; la vigilancia y combatividad contra el oportunismo de derecha y de izquierda.

“¿Y qué son las ideas? El reflejo (de la realidad objetiva en el pensamiento del hombre) que, a su vez, influye sobre el desarrollo de la realidad material. En términos más generales, se trata de los criterios políticos, jurídicos, morales, religiosos, estéticos, filosóficos, que en las sociedades de antagonismo de clase expresan los intereses de determinadas clases sociales. No existen ideologías ni ideas neutras, incoloras, aunque esa sea el pensamiento que difunden los representantes del capitalismo” (PC del P, patria roja. VIII Congreso Nacional, p.52).

En este escenario de caos, confusión y deformación de mentes que es el reino del capitalismo salvaje es importantísima la lucidez mental. Requerimos la iluminación y la ilustración de las mentes humanas alienadas, domesticadas, degradadas. Esta gran misión de educar está en las manos de los militantes y los cuadros del Partido. Por eso, la necesidad de institucionalizar la escuela de capacitación ideológica y política partidaria para cubrir la apremiante prioridad de contar con militantes lúcidos, poseedores integrales de la cultura universal, la filosofía, la política, la ideología, la ciencia, la técnica y el arte.

La lucha ideológica y política es inherente a la naturaleza humana. Acertada o erradamente, consciente o inconscientemente el hombre hace política, defiende una posición. Pero también hay gente a sueldo que hace mal llamada política, son los políticos rentados, son los mercenarios del capitalismo que abundan hoy. Persistir en la política como vía para liberarnos de la dominación del capitalismo, de la explotación brutal de los capitalistas usureros que en los trabajadores sólo ven máquinas de producción. Es la única vía para resolver los grandes problemas que afectan a los pueblos y para construir una nueva sociedad. Se trata de la política noble y constructiva, una política consciente, solidaria y revolucionaria. Desde el momento que actuamos consciente y lúcidamente habremos empezado a subvertir el orden, habremos empezado a derruir al sistema injusto y caduco, habremos empezado a construir, a la vez, un nuevo sistema humanizante y justo.

La práctica social humana es eminentemente política. No hay una sola actividad desafectada por la política, todo, todo es política. Toda actividad humana está atravesada por el quehacer político. Las personas que se consideran apolíticos en la práctica están asumiendo la política cómplice de la derecha, la posición reaccionaria defendiendo inconscientemente al sistema salvaje y putrefacto. La persona que niega o rechaza la política está negando uno de sus derechos fundamentales, el derecho a decidir el tipo de sociedad que aspiramos, el modelo educativo que queremos, en conjunto las políticas relacionadas con los distintos aspectos de la vida: el empleo digno, la salud, la cultura, la vivienda, producción, el tipo de propiedad. Nuestro gran error está en que dejamos que otros decidan por nosotros, que otros planifiquen y nos gobiernen, ser dependientes. Aquí está nuestra gran debilidad. El día que seamos ciudadanos lúcidos, informados, conscientes, cultos, será el día que empecemos a sentirnos libres y con capacidad para autogobernarnos. La oligarquía esto es lo que jamás ha querido que ocurra. El día en que declaremos nuestra ciudadanía culta y libre, tendremos la profunda sensibilidad social, la gran capacidad de indignación y despliegue a la protesta social, será el día en que se vendrán abajo los privilegios, las desigualdades, la corrupción y todas las lacras capitalistas que caracterizan al Perú actual. Hoy comprendemos el por qué siempre para el pueblo dan lo peor, educación, salud, empleo de malísima calidad, niños hambrientos, tuberculosos y sobrecarga docente en las aulas de la escuela pública, con profesores malpagados y agotados en otras ocupaciones por cubrir su canasta familiar, enfermeras y médicos obligados a salir a las calles por sus reivindicaciones y con hospitales públicos abandonados por el Estado, y la absoluta mayoría de la población económicamente activa desempleada y subempleada con sueldo mínimo de quinientos cincuenta soles, esto es criminal, doblemente criminal, está prácticamente matando con el hambre a los peruanos y peruanas, especialmente a niños y niñas.

Dignidad e indignación parecen ser dos lados de la misma moneda. Hace doscientos años la relación entre los ingresos de pobres y ricos era de 9 a 1; ahora, es de 60 a 1. ¿Qué significa en buena cuenta eso? Que, por ejemplo, tres de los multimillonarios de la revista Forbes son dueños de la misma cantidad de dinero que el PBI de los cuarenta y ocho países más pobres. La fortuna de Bill Gates, nomás –por nombrar a uno de los “ricos buenos”–  es igual a la suma de la fortuna de 106 millones de estadounidenses. ¿Qué hacen con esa cantidad de dinero? La reinvierten, pierden y ganan, la juegan en Wall Street casi como si fuera Las Vegas y a veces producen terremotos económicos que pueden llevar a la pobreza, precisamente, a esos 106 millones mencionados” (Silva S., R. Revista Domingo de la República, 03-01-10) esto es lo que ocurre en el mundo. “En la región de América Latina, la diferencia entre los sectores de la población más favorecida y los de menos ingresos es hoy la mayor del mundo” (Castro, Fidel. Reflexiones de Fidel. Tomo I, p.56).

En el Perú. ¡Enormísima injusticia! Mientras tanto la burocracia dorada, altos funcionarios públicos y privados se la embolsican mensualmente la suma promedio equivalente a lo que perciben medio centenar de subempleados sin ninguna protección legal. Lo que está pasando en el Perú es algo muy grave, por lo mismo estamos tipificados uno de los países más desiguales de Latinoamérica. “…algo de tiempo podemos poner en marcha el pensamiento crítico, la conciencia sobre los discursos autoritarios, la indignación ante actos tan indignos y viles como esos vergonzosos indultos, esos vergonzosos archivamientos de pruebas en los Petroaudios, esos silencios cómplices, o ante la ignominia de las universidades chicha” (Silva S. R. Ibid). Definitivamente, no hay otra salida, caminamos hacia la desobediencia y resistencia contra el gobierno ilegítimo que gobierna incumpliendo sus promesas, más que gobernar desgobierna contra las grandes mayorías, con mecanismos autoritarios, represivos y corruptos. Parecemos todavía adormecidos, porque la protesta, la indignación y la lucha organizada aun no se expresa en forma decidida y contundente.

El capitalismo mata a los pobres con bala y con hambre. Si no hay trabajo, si los salarios son miserables, los servicios son pésimos, la gente se muere de hambre, los niños lloran de hambre en un proceso de muerte lenta, hay graves problemas irresueltos en la familia por falta de ingresos económicos, mucha gente no tiene vivienda, la juventud no tiene acceso a estudios superiores, privatizan los servicios, venden o regalan los territorios amazónicos, reprimen a los indígenas y campesinos que defienden la vida y sus fuentes de vida, todo ello es consecuencia de las políticas impuestas por las grandes mafias bancarias como el BM y FMI, aplicadas de manera autoritaria por los gobiernos de turno, todos desde 1821 hasta hoy han sido dependientes del capital imperialista, gobernaron al servicio de las clases dominantes y contra los pueblos. Esta es la república criolla hecha contra el indio, contra la independencia, contra la integración nacional, sin proyecto del país para todos. Esta falsa república erigida sobre las estructuras económicas coloniales tiene que ser cambiada, es deber histórico de los pueblos abrir el Nuevo Curso en la historia nacional, un nuevo rumbo hacia el desarrollo armónico del Perú. La estrategia del Nuevo Curso es la respuesta integral a la visión de conjunto, abarca los ejes medulares de la sociedad peruana, responde a las grandes políticas que debemos desarrollar en este periodo, la revolución peruana por etapas y en forma ininterrumpida rumbo al socialismo

.Es deber ciudadano asumir la lucha política, por la Nueva Constitución Política del Perú, el marco jurídico de las grandes reformas que requieren ser implementadas en nuestro país; el Proyecto Nacional el norte hacia donde debemos caminar, el tipo de sociedad que queremos construir; la Nueva República sobre la base de la integración nacional, una república democrática, conducido por un Gobierno Democrático Popular. Es deber ciudadano elevar la conciencia social a la conciencia política, asumir la tarea de luchar por la gran unidad para el cambio social.

El deber ciudadano se refleja en la práctica de lucha constante, en la lucha sostenida en sus diferentes formas, en la lucha política por buen gobierno y en la construcción del poder popular, la transformación revolucionaria del sistema caduco. La conciencia política proletaria nos permite acelerar los procesos de cambio, nos permite comprender que a la derecha se le agotó sus maquillajes y sus parches y nosotros cada vez más estamos en condiciones de no permitir que nos sigan imponiendo sus políticas de hambre, miseria y masacre. El ciudadano, la ciudadana con conciencia de clase, con alto espíritu solidario, convicción y constancia a prueba, será capaz de contribuir en el impulso de la educación política del pueblo, a la organización política y desarrollo de tareas políticas, rumbo a la sociedad con características humanas.

San Juan de Lurigancho, enero, 2010.




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Da: algoporalgo Inviato: 08/08/2011 19:11


 
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