Por Fernando Martínez Martí

Se equivocaron los autores materiales e intelectuales del sabotaje al avión de Cubana, pensando que iban a atemorizar a un pueblo. Se equivocaron, si creyeron que le pondrían de rodillas a llorar, que desistiríamos de un propósito a través del Terror.

Fallaron.

Se equivocaron creyendo que una bala eliminaba la Revolución, pensando que era el capricho de un líder. Yerran por desconocimiento, fracasan hasta por temor, observan incrédulos que se agiganta en la Historia un barbudo de futuro.

Se equivocaron con cinco cubanos, que no pudieron doblegar ni chantajear.  Se equivocaron porque no hay terror bueno y malo; fallaron porque los Cinco combatieron contra todos los terrores en todos los espacios posibles.

Se equivocaron porque  el terrorismo atacó a los padres que le criaron, el 11 de septiembre de 2001, o porque los mismos padres fabricaron un pretexto universal de amenaza. Graves errores.

Se equivocan de nuevo si pretenden provocar el miedo de René González, con una libertad supervisada en el hostil Miami. Se equivocan, porque René levantará el dedo en medio de su puño en alto, y sin temor les repetirá una frase de Silvio: “¡Yo me muero como viví!”.

¡¡Y una buena palabrota, René, una que les demuestre que con los cubanos no se pueden equivocar!!.