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General: Ahora los K van por la mentira que les faltaba: la Historia.
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Respuesta  Mensaje 1 de 21 en el tema 
De: Anti-gusano  (Mensaje original) Enviado: 30/11/2011 03:26
Ahora Cristina y los suyos van a completar la mentira que faltaba: un instituto de revisionismo histórico encabezado por el ex funcionario menemista Pacho O'Donnell. a través de este intituto van a contar la historia "verdadera" a la sociedad. Cualquier persona sabe que la historia sólo puede ser verdad o mentira en cuanto a datos concretos, no en cuanto a las interpretaciones, que están teñidas de las ideologías de cada historiador. Teniendo en cuenta el antecedente del Indec, podemos imaginar cuál es su concepción de "verdadero".
Seguramente el apoyo de Pacho O Donnel, Nestor y Cristina al gobierno más vendepatria, ultraderechista y prooligarca de los últimos años va a ser censurado o maquillado por los historiadores Nac and Pop rentados por el gobierno.  Patético.


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Respuesta  Mensaje 7 de 21 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 30/11/2011 13:56
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CAPITULO IV - "EL ESTADISTA ENCLAVADO EN EL PORVENIR" (1827-1828)

 
La mera exposición del estado de los problemas particu­lares del gobierno bonaerense , más los de interrelación con los otros Estados integrantes, además de los emergentes del encargo de las Relaciones Exteriores, liberan a DORREGO, de una supuesta complicidad con los caudillos del interior para hacer fracasar el Congreso y así alcanzar el poder.

A ello se suma, que la toma del gobierno en tales condicio­nes, revelaría una falta del sentido de oportunidad política, elemento del cual, nuestro evocado se hallaba dotado en muy buen grado.

El propio y flamante gobernador se refirió a las especiales circunstancias en que le tocaba en suerte gobernar en su Mensaje a la Honorable Legislatura del 14 de setiembre de 1827. Allí destacó que "en tiempos comunes, al principio de una Legislatura que aparece en el período de la ley, este acto lleva consigo la ventaja de poner en correspondencia las ideas; y de excitar la atención de los Legisladores sobre objetos especiales de su instituto; de dar movimiento a su acción; y de inclinar su patriotismo hacia los puntos que con más urgencia reclama las necesidades del Estado.

Hay entonces una habitud en los consejos; un enlace tan suave y natural en las leyes, que esta tarea viene a ser el sumario de los principios, y la expresión del sentimiento. Pero cuando, sucede hoy día, los trabajos de los Legisladores han sido interrumpidos por un espacio considerable, esta franca comunicación, cuya utilidad es de suyo aún más evidente, y cuya trascendencia es inmensa, ofrece muchas dificultades. De estas circunstancias proviene que el gobierno haya tenido que insumir algunos días en reunir los datos necesarios para poder desempeñarse, mostrando a la Honorable Sala del bosquejo de lo que ha pasado en su ausencia, y juntando esos instantes desgraciados en que un delirio de política le quitó su administración, con estos días memorables que le vuelven su dignidad y sus derechos".

Luego pasó revista a las calamidades institucionales, económicas, al abandono del ejército comprometido en la lucha contra el Imperio, el peligroso desentenderse de las líneas de frontera con el aborigen, para culminar brindando un panorama numérico del déficit que por sí sólo habla al respec­to.

Finalizaba sosteniendo que "el gobierno no puede cerrar su exposición, sin llevar una mirada dolorosa a los estragos que la guerra civil había causado en las Provincias, y la pérdida de consideración en el Estado, que circunstancias tan fatales debían producir, en su actual importante lucha contra la usurpación del Emperador del Brasil. En semejante situación era absurdo esperar justicia; eran inútiles los triunfos. Había de hecho desaparecido la República; porque no puede serlo un país donde la autoridad se entrega al ejército de la fuerza, de la corrupción y de la intriga. Cargos terribles tienen pronuncia­dos los pueblos a este respecto contra la administración anterior. Más la época de entenderse ha sido la era de la restauración de esta Provincia. El sentimiento de la uniformidad de causa, había referido a este suceso la tranquilidad de las Provincias hermanas; y las aberturas más dulces para una buena inteligencia, y a concurrencia de acción le fueron presentadas desde los primeros instantes en que recuperó su existencia. Vamos Señores -coronaba optimistamente- a lle­nar grandes esperanzas, a conciliar y defender los intereses más preciosos, y a reorganizar una Nación, que es digna de serlo, fundando su ser en las bases de la equidad y la justicia".

Eligió un gabinete acorde con las dificultades a asu­mir. Todas figuras probadas en el Federalismo Doctrinal Dorreguiano. Así se desempeñaron: MANUEL MORENO en la cartera de Gobierno y Relaciones Exteriores; MANUEL HERMENEGILDO DE AGUIRRE en el Ministerio de Hacienda y JUAN RAMÓN BALCARCE en el área de Guerra y Marina.

Luego de acordada la paz con el Imperio, el gobernador reorganizaría parcialmente su cuadro de colaboradores más directos y en su directa consecuencia MANUEL MORENO dejaría su cargo a TOMAS GUIDO, en tanto MANUEL HERMENEGILDO DE AGUIRRE haría lo propio en favor de JOSÉ MARÍA ROXAS Y PATRÓN.

De esta forma e "inmediatamente -nos dice FUERTES-, DORREGO se puso en la tarea de organizar la Provincia de Buenos Aires como paso previo a la gran organización nacio­nal".

Ya fue dicho que nuestro hombre asumió el poder rodea­do de un sin fin de problemas. Veamos el derroche de talento y coraje que puso en juego para superarlos. Entre tales cuestiones se destacaban:

A) Una campaña periodística y de otros órdenes -incluso de libelo- de la oposición elitista unitaria que lo consideraba poco menos que un usurpador. Pese a ello fue fiel al ideario de toda su vida, reflejado en los conceptos cristalinos que expresara poco después de recibir­se del cargo, cuando señaló: "Para separarme del puesto que me había encargado, no sólo será suficiente la sanción vues­tra, sino que, idólatra de la opinión pública, si no soy bastante feliz para obtenerla, no aumentaré mi desgracia empleando la fuerza para repelerla o la intriga y la temeridad para adormecerla".

Amparada en el ideario romántico del gobernador, "la prensa llegó al desenfreno", relata JOSÉ MARÍA ROSA para seguidamente agregar: "El tiempo de JUAN CRUZ y FLORENCIO VÁRELA, El Constitucional de MORA, El Duende donde escribía AGÜERO, el Porteño de GALLARDO, El Grani­zo, El Liberal, El Diablo Rosado de LASSERRE, seguido después por e! Hijo Mayor del Diablo Rosado, el Hijo Menor del Diablo Rosado, El Hijo Negro del Diablo Rosario, atacaban con más violencia que gracia al gobierno de la "chusma" Pese a la bajeza de la prédica, el gobernador se mantuvo por encima de tales miserabilidades e hizo honor desde el poder a su calidad de "hombre apasionado por sus ideales, pero tolerante y culto", tal como lo reconoce la alta autoridad de RICARDO LEVENE.

B) Sus inteligentes esfuerzos por limar desconfianzas con los pueblos del interior fructificaron en un evidente estado de concordia nacional, base indispensable para apuntar de allí a la atención de grave conflicto con el Imperio.

Así lo puntualiza GERMÁN JOSÉ BIDART CAMPOS cuan­do escribe que con DORREGO "el proceso de pactos se intensifica".

No era más que la consecuencia de la restauración del respeto pleno a las AUTONOMÍAS ESTADUALES inaugurado por el gobierno de nuestro héroe. Así es como florecieron el Trabajo de Huanacache, signado por Mendoza, San Juan y San Luis, lo que estatuía la unidad y la armonía en Cuyo.

Luego, la sucesión es vertiginosa, a saber: a) El 21 de setiembre de 1827, la unión se dio entre Buenos Aires -conducida por DORREGO- y Córdoba -orientada por JUAN BAUTISTA BUSTOS- a los fines de "formar Nación" y sumar esfuerzos para reencausar la guerra contra el Imperio, además de alentar la inmediata instalación de la Convención Nacional, a los efectos de ungir un Poder Ejecutivo Nacional Provisorio y dar los basamentos para el llamado a Congreso General Constituyente, el que estaría presidido por la adopción de! Sistema Federal; b) En 24 de setiembre de 1827, son Corrien­tes y Entre Ríos los que sellaron una unión ofensiva y defensiva con las miras puestas en el acuerdo nacional totalizador que agruparía a todos los Estados integrantes en una Confederación; c) El 2 de octubre de 1827, tocó a Buenos Aires -orientada por nuestro evocado- y a Santa Fe -conducida por "El Patriarca de la Federación", Don ESTANISLAO LÓPEZ- el arribar a un convenio que estatuía la convocatoria a una Convención Nacional y la delegación santafesina en favor de su contratante del manejo de las Relaciones Exteriores y de la guerra; d) En fecha 29 de octubre de 1927, son Buenos Aires y Entre Ríos los que firmaron un tratado similar al inmediato anterior tratado; e) La situación se reproduce entre Buenos Aires y Corrientes, en fecha 11 de diciembre de 1827. Bajo todos estos acuerdos subyacía la suprema voluntad dorreguiana -patriótica e inteli­gentemente manifestada- en aras de producir una unión en libertad igualitaria para asegurar la instalación de la ansiada Convención Nacional, la prosecución en términos favorables de la guerra contra el Imperio y el triunfo de la causa de los pueblos por vía de la adopción del Sistema Federal.

C) Todos los esfuerzos de acercamiento con los herma­nos del interior descritos, motivaron reacciones en contrario del círculo portuario, empeñado todavía en imponer su tutoría. Así fue como manipuleando la opinión pública lograron hacer decaer en parte el prestigio de! gobernador en el seno porteño. Por contrapartida, el mismo aumentaba incesantemente en el interior.

A pesar de lo expuesto, DORREGO llevó su administra­ción por el camino de la concordia y la moderación.

Escribe al respecto ERNESTO PALACIO que "por primera vez en la historia de nuestras discordias civiles, no se inician persecuciones, no se aprisiona ni se destierra a los adversa­rios, ni se suprime la libertad de prensa... el gobernador, que ha sufrido prisiones y destierros en su carrera de opositor y conspirador, tiene a gala no incurrir en las faltas de quienes a él lo persiguieron, y se resiste a convertirse en opresor de sus compatriotas... influye en su ánimo no sólo la conciencia de su poder, sino también su liberalismo principista y su innata y proverbial generosidad".

D) La situación económica en crisis total -tal como el gobernador lo dejara expresado transparentemente en su Mensaje a la Honorable Legislatura del 14 de setiembre de 1827 era manifestación evidente de tantos años de descontrol y de luchas externas e internas. Además, sufría las consecuencias del reciente y desmedido esfuerzo de la guerra con el Imperio. Producto de todo ello era el acrecentamiento de la deuda pública y la desvalorización de la moneda.

Según JORGE CALDAS VILLAR, “la crisis financiera que se abatió sobre el gobierno de DORREGO era herencia del régimen rivadaviano”.

Cualquiera fuera la causa o causas de estas dificultades -todas heredadas, sin duda- el gobernador no se engañaba sobre su seriedad. Así fue que a poco de prestar juramento, pronunció un discurso afirmando que "la época es terrible, la
senda está sembrada de espinas. No es, pues, posible allanar­la sin que cada cual concurra con el contingente de conoci­mientos y recursos contenidos en la esfera de su poder".

Pese a todos los signos desfavorables, en el corto tiempo de su gestión nuestro evocado logró -mediante un enérgico empeño en la contrac­ción del gasto público- poner en línea a las finanzas públicas.

E) La división del mismo Partido Federal Bonaerense conspiraba también contra DORREGO. Si bien en la ciudad porteña, el pueblo humilde lo reconocía como a su caudillo natural, en la campaña se seguían los lineamientos trazados por ANCHORENA y fundamentalmente por ROSAS.

En tanto, los pueblos del interior miraban con confiada simpatía al tribuno coronel pero no le prestaban ningún apoyo efectivo para su lucha interna bonaerense.

Es de hacer notar el grave error político de nuestro evocado al juzgar su popularidad conforme el prisma engaño­so del fervor de las clases más desheredadas de la capital.

Las conclusiones dorreguianas sobre la evolución de la situación que venimos describiendo se tornan más increíbles al tenerse presentes las opiniones adversas que las intencio­nes y la persona de ROSAS le merecían. Son de recordar las frases que destinaba al futuro gobernante, tales como "mien­tras yo esté en el gobierno, ese gaucho pícaro no clavará su asador en el Fuerte" o aquella que advierte que "siga enredan­do, y el día menos pensado lo fusilo". Estas expresiones airadas pero certeras no pasaron de tal por su bonomía humana y su profunda fe democrática.

Por ese tiempo, ROSAS abandonaba despaciosamente la nave dorreguiana, convencido de su naufragio: el tiempo, maestro supremo en política, jugaba sólo en su favor.

Desde la óptica rosista, la visión expuesta sobre nuestro hombre libera de mayores comentarios. Así, para PALACIO su fracaso se debió a "su liberalismo doctrinario", en tanto para ROSAS, la clave estuvo en su fatídica creencia en la libertad, también "para los enemigos". Filosofando estas opiniones, debemos inferir que para toda esta corriente de pensamiento la frustración dorreguiana se debió a sus calidades de GO­BERNANTE REPUBLICANO Y DEMOCRÁTICO. Si el pago a estas inspiraciones de elevado tono fue la injusticia de Nava­rro, entonces debemos convenir que el 13 de diciembre de 1828 feneció con DORREGO el FEDERALISMO DE DOCTRINA Y CUÑO REPUBLICANO-DEMOCRÁTICO.

Recordemos que poco tiempo antes de desencadenarse los sucesos que venimos narrando, al pretender ROSAS el dar consejos a nuestro prócer, recibió por toda respuesta un irónico y cortante: "Don JUAN MANUEL, que Usted quiera darme lecciones de política es tan avanzado como si yo me propusiera enseñar a Usted cómo se gobierna una estancia". Así comenzaba el Señor de los Cerrillos a "notificarse que no podía contar con ese hombre de gobierno como testaferro".

Lo expuesto sirve para reubicar las relaciones de ambos personajes, necesidad sostenida por sus más adictos biógra­fos, entre ellos JUAN BAUTISTA TONELLI, ALVARO RICAR­DO FUERTES y FEDERICO MANUEL JULIÁN GAMAS, a la vez que implica un ajuste sobre la personalidad de ROSAS.

F) Consecuentemente con la idea de quitar poder a la campaña bonaerense y fundamentalmente disminuir la gravi­tación rosista, nuestro evocado estableció la supresión de las incorporaciones por la fuerza de gauchos al ejército. Como medida complementaria se fijó, en otra disposición, la repre­sión de la vagancia y otras formas del mal vivir.

Estas medidas tendían a terminar con el poder militar de la campaña pastora bonaerense, basado principalmente en las levas forzosas.

No en vano, FUERTES anota que "existen serios indicios acerca de discrepancias ideológicas y políticas entre DORREGO y ROSAS, agudizadas cuando se trataba de métodos y procedimientos a emplear", luego de haber señalado que "diversas disposiciones como la formación de levas le provo­caron (se refiere a nuestro prócer) algunos rozamientos con Don Juan Manuel de Rosas".

G) Pese a toda la vorágine de acontecimientos que se precipitaban, el progresista gobernador no se daba pausa en la tarea de generar nuevas iniciativas de superación del co­mún. Ello como para dar razón a JOSÉ RAFAEL LÓPEZ ROSAS cuando, con justicia, lo califica de "esforzado... pala­dín de su causa". En el caso se trataba de la creación de la Academia de Artillería.

H) El ensayo fallido que supuso la Enfiteusis Rivadaviana tomó, con las reformas introducidas por la concepción propia de MANUEL DORREGO y MANUEL MORENO, un giro auténti­camente positivo.

La administración dorreguiana comenzó por desconocer la Ley de Enfiteusis Nacional, en razón de haber sido sancio­nada por el Congreso de 1824-26, de la que no participó el Estado bonaerense.

Lo indudable era que el preocupante panorama descrito en la Memoria bajo estudio imponía una reforma con cabal sentido de apego a la realidad. Ese sentido de la realidad que hace a la sólida base de un gran político era tan natural en MANUEL DORREGO como ausente en BERNARDINO RIVADAVIA.

Por su parte, MANUEL MORENO, aportaría a la reforma las ideas, truncas en su desarrollo práctico, de MA­NUEL BELGRANO y del Secretario de Mayo sobre tierras públicas. Así, la del 28 de febrero de 1828, sobre Enfiteusis en tierras públicas destinadas a pastoreo y su similar de fecha 18 de julio del mismo año, sobre la aplicación de la institución a las tierras públicas de pan llevar.

Existían puntos notables de diferenciación entre este tipo de Enfiteusis y su antecedente rívadaviano.

Bien puede afirmarse que "las bases del nuevo sistema aseguraban un cambio positivo de la situación".

Con razón escribe ANTONIO VIVANCO -aunque en otro sentido- que “en 1828 comenzó el cambio”.

El Hecho Histórico no pudo cumplirse. Su generoso inspirador debió hacer al país la definitiva ofrenda: SU VIDA.

J) Sin embargo, toda esta gestión bienhechora se jugaría y perdería tras la visión unilateral de la cuestionada Paz con el Brasil.

Nadie podía discutir el empeño dorreguiano en el tema, expresado mucho antes desde la tribuna, la banca, la hoja periodística y la correspondencia epistolar. Baste recordar sus esfuerzos de todo orden en pro de la lucha artiguista contra el invasor lusitano que le valiera un injusto destierro, su prédica en contra de la anexión de la Banda Oriental al Imperio Brasileño, sus contribuciones a la formación y ejecutoria de la cruzada de los 33 orientales. Sin embargo, por sobre todo ello luce su pedido al ilustre general SAN MARTIN para que abandonara el injusto exilio a que lo obligara la incomprensión de sus compatriotas y retornara para conducir nuestras fuer­zas en la guerra declarada.

Por entonces, gobernaba el país el Presidente RIVADAVIA -notorio enemigo del Libertador- situa­ción que llevó al glorioso expatriado a pensar en la inutilidad de cualquier esfuerzo de su parte al respecto. Es así como supo escribir a su antiguo Ayudante de Campo el General inglés GUILLERMO MILLER que "con un hombre como éste al frente de la administración (se refiere a RIVADAVIA, natural­mente), no creí necesario ofrecer mis servicios en la actual guerra con el Brasil por el convencimiento en que estaba de que hubieran sido despreciados".

Lo cierto fue que desaparecido RIVADAVIA del primer plano político, el gran Capitán ofreció su espada al Presidente Provisorio Doctor VICENTE LÓPEZ Y PLANES y al poco tiempo embarcó para el Río de la Plata, ya sabedor del acceso dorreguiano al poder y debido a una especial invitación de nuestro evocado, según lo dejara testimoniado el vencedor del Ande en carta de 1848 al gobernante peruano y benefactor sanmartiniano Mariscal Ramón Castilla. Todo lo descrito, prueba de forma inalterable la irreductible voluntad dorreguiana de encarar con toda decisión la continuidad de una guerra que nos había sido enteramente favorable en el plano bélico.

Fue así que frente a la vacancia en el comando de las tropas por renuncia del ex ministro de guerra general CARLOS MARÍA DE ALVEAR, el gobernador designó al antiguo Jefe de los 33 orientales General JUAN ANTONIO LAVALLEJA.

Cabe inquirir frente a todos estos antecedentes, que primó para que los deseos del gobernador DORREGO no se plasmaran en la continuidad efectiva de las hostilidades.

Aquí tomó primacía la actividad constante y solapada de las sutiles diplomacias inglesa y brasileña, coaligadas tras el designio británico de impedir la consagración de la soberanía argentina en las dos márgenes del Plata para evitar así que el gran río fuera tenido como de aguas interiores y el añejo sueño de Río de Janeiro de incorporar la llamada Provincia Cisplatina. Este enjambre de intereses fue manejado con supremas habilidades e imposturas por el diplomático inglés LORD PONSOMBY.

El sarcásticamente llamado LORD PONZOÑA, jugó en todos los planos posibles como destreza suprema. Así, no trepitó en presionar deliberadamente tanto al gobierno porte­ño cuando a la Corte Carioca, en enconar a los jefes militares argentinos contra el gobierno de DORREGO y con oficiales orientales, en tanto disponía a estos últimos contra los prime­ros en alimentar las ambiciones presidenciales de LAVALLEJA por vía de promesas reiteradas de la creación de un estado Independiente con la Banda Oriental con el apoyo británico y también con permanentes bloqueos de fondos, pertrechos y municiones de boca sobre nuestro debilitado ejército.

En suma, se buscaba llevar a DORREGO a un punto límite que le hiciera comprender la inutilidad de todo esfuerzo bélico. Nuestro hombre se resistió de todos modos pero la situación generada lo superaba, como hubiera superado a cualquier jefe de Estado que hubiera debido luchar contra la más grande potencia mundial de su hora, unida a un Imperio creciente y con un frente interno que apenas regresaba de la anarquía generalizada provocada por la Élite Unitaria. Fue así como debió dar por concluida la lucha, NO por su voluntad -como le reprochaban los jefes del ejército expedicionario- sino por la sumatoria de todas las poderosas causales reseñadas.

Un negro día 27 de agosto de 1828 nuestros delegados BALCARCE Y GUIDO debieron firmar en Río de Janeiro, bajo la forma de Convención Preliminar de Paz, una nueva y dolorosa amputación del territorio nacional. Puede que fuera una de las más traumáticas: LA PATRIA VIEJA ESTABA DEFI­NITIVAMENTE DISGREGADA. NUESTRA BANDA ORIENTAL SERIA EN LO SUCESIVO LA REPÚBLICA ORIENTAL DEL URUGUAY.

El designio inglés estaba cumplido: El Río de la Plata sería de aguas internacionales y la existencia del nuevo Estado -bajo garantía de ambas potencias contratantes- era una su­puesta valla a las tendencias expansionistas de los dos colo­sos de la América Sureña.

En fecha 26 de setiembre, la Convención Nacional remitió al gobernador DORREGO una minuta de comunicación me­diante la cual le anexaba la autorización "para ratificar la Convención Preliminar de Paz ajustada entre la República y el Imperio del Brasil".

A partir de allí, los sucesos se precipitaron. Se comisionó a AZCUENAGA, BROWN y GUIDO para proceder a la ratifica­ción en la Ciudad de Montevideo. Finalmente, el Trabajo fue aprobado por la Convención Nacional de Santa Fe, en fecha 25 de noviembre de 1828.

DORREGO intentó hasta último momento revertir esta situación aciaga y así fue como signó junto a FEDERICO BAWH -delegado de los contingentes alemanes mercenarios al servicio del Imperio- un acuerdo para capitalizar en favor de nuestra causa con el apoyo de tales tropas, los trabajos revolucionarios de los republicanos de Río Grande do Sul.

Todo fue en vano y el hecho infausto pasó al terreno irrevocable de cumplido. La culpabilidad era masiva y general de los argentinos todos y significó abandonar la Banda Orien­tal como derrotados de la diplomacia, habiendo sido antiguos vencedores del campo de batalla.

En tanto, en fecha 10 de octubre de 1828, el gobernador DORREGO se presentó ante la Honorable Legislatura Bonae­rense para darle muestras de su agradecimiento por el apoyo legislativo prestado ante sus intentos de reiniciar el esfuerzo bélico. Recordemos que tiempo antes la Sala había querido producir su ascenso al grado de Coronel Mayor -en el presente General de Brigada- siendo la iniciativa declinada por el beneficiario en Carta admirable, fechada el 6 de agosto de 1828. Sus conceptos son de elevado tono ético al decir: "El que suscribe ha leído con sentimiento la moción presentada ante V.E. relativa a que se le expida el despacho de Coronel Mayor del Ejército permanente de la Provincia, y se recabe del Ejecutivo General de la República, cuando se instale, la reva­lidación del expresado empleo. Esta distinción -continuaba nuestro prócer - con que ha querido honrarlo el autor de la moción, es por él apreciada en su justo valor, pero ella lo obliga a exponer a V.E. que se cree suficientemente condecorado en la clase de Coronel que obtiene; que ha tenido por principio constante en su carrera, no aceptar grado alguno que no le fuese conferido en predio de acción de guerra, o algún suceso marcable, y que firme en este propósito, rehusó en los años 1816 y 1820, aceptar el empleo con que hoy se pretende distinguirlo y aún el último en la clase militar, porque eran en retribución de servicios que aunque importantes a la Provincia, pero hechos contra enemigos hermanos. Hoy -culminaba- no les es dado presentar ninguno extraordinario, antes por el contrario, con este motivo exige indulgencia ante los represen­tantes del pueblo, porque a pesar de los mejores deseos, no le es dado hacer más en el desempeño de las altas funciones que se le han confiado".

Esta página estupenda, junto a la nobleza de toda su trayectoria y la gestión de elevado tono concretada en el sillón de gobierno bonaerense, convertían a DORREGO en la figura indicada para presidir al país, no bien producida su por entonces inminente organización. Tal vez por ello se abatieron sobre su vida y su destino las sinrazones de los cuatro jinetes del Apocalipsis político: LA ENVIDIA, LA TRAICIÓN, LA INJUS­TICIA Y LA BARBARIE. No escapó al talento bravío y directo, pero sutil de TOMAS DE IRIARTE -en sus célebres "MEMO­RIAS"- la conjunción de circunstancias aludidas y fue así como supo dejar escrito que la marcha política y administrativa del gobernador "por más que vociferasen sus contrarios, fue constantemente liberal y hábil, y esto preparó su ruina, porque los unitarios no podían ser indiferentes al crédito progresivo que DORREGO adquiría con su manejo circunspecto y hábil­mente calculado".

FUERTES no deja de advertir que "en Noviembre de 1828 se encuentran en camino dos conspiraciones. Por un lado -aclara- la que organizan los Unitarios y por otro, la de ROSAS y el grupo de retrógrados que actúan por resentimiento.

En fin, tan sólo nuestro hombre -confiado ciegamente a sus fuerzas, como si estuviera al frente de un regimiento- no creía en la sublevación que ya caminaba en las pisadas de cada vecino de Buenos Aires.

Pero ello es otra historia, triste y lamentable historia que por fuerza nos toca narrar.

 

CAPITULO V - "DEL DERROCAMIENTO INJUSTO AL MARTIRIO BÁRBARO E IRRACIONAL" (1° al 13 de diciembre de 1828


Respuesta  Mensaje 8 de 21 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 30/11/2011 13:59
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Publicado por GARABATO en 12/06/2008 11:27:00 AM 0 comentarios  

CAPITULO V - "DEL DERROCAMIENTO INJUSTO AL MARTIRIO BÁRBARO E IRRACIONAL" (1° al 13 de diciembre de 1828)

 
Ya hemos indicado que nuestro evocado no creía en un alzamiento en contra del orden constituido.

PALACIO ha dejado escrito que la incredulidad dorreguiana se generaba en su "concepción romántica de la camaradería militar", la que lo llevaba a estimar "absurdo que se alzaran contra él sus compañeros de armas y de gloria, entre quienes contaba innumerables amigos", convencimien­to erróneo que se adentró aún más en su espíritu "cuando se le anunció que el jefe de la revolución sería el general don JUAN LAVALLE".

Sólo tardía y malamente, ante evidencias muy plenas cambió su convencimiento. Fue entonces que intentó un plan desesperado que los conjurados no secundaron.

DORREGO pretendió que el ejército expedicionario pasara en forma directa desde la nueva República Oriental del Uruguay a la zona de la actual ciudad de Bahía Blanca -poco antes fundada por el Coronel ESTOMBA, en el marco del progresista plan dorreguiano de extensión de la frontera interior bajo el pretexto de una presun­ta campaña contra el aborigen.

El resultado fue El motín decembrista.

Captando que la defensa de la ciudad era utópica, dejó en manos de sus ministros BALCARCE y GUIDO y salió a la campaña rosista, Antes de salir envió un emisario a ROSAS -en aquel momento en San José de Flores- para que rápidamente convocara a las milicias rurales y más luego se uniera a su persona en la campaña pastora bonaerense.

En tanto, en la ciudad porteña, sus ministros debieron entregar la situación por la fuerza de los hechos generados por una tropa veterana y aguerrida que rápidamente ocupó los pocos centros vitales de la hoy capital del Plata.

El Doctor JULIÁN SEGUNDO DE AGÜERO desa­rrolló en el atrio de la capilla de San Roque la famosa ELECCIÓN DE LOS SOMBREROS donde un torbellino general de sombreros consagró al General LAVALLE, gobernador y capi­tán General de la Provincia de Buenos Aires".

LAVALLE, rápidamente disolvió la Sala de Representantes y delegando el mando en el Almirante GUILLERMO BROWN salió al frente de un regimien­to de caballería veterana de quinientas plazas a la búsqueda de DORREGO (7 de diciembre).

DORREGO en tanto, luego de pasar escondido el día 1º en la propia ciudad se había dirigido a Cañuelas en la espera de ROSAS. Ambos se encontrarían el día 6.

ROSAS reunió un grupo de 2000 hombres que el día 9 se enfrentaron en campos de Navarro con los 500 granaderos Lavallistas, donde el primero pese a su superioridad numérica resultó derrotado.

DORREGO decidió no abandonar el territorio bonaerense para intentar una unión de fuerzas con el entonces Coronel ÁNGEL PACHECO. Con el fin de producir un levantamiento general contra los rebeldes, llegó hasta San Antonio de Areco, donde éste último lo recibió y se puso a sus órdenes. Desgraciadamente para DORREGO, las tropas fueron sublevadas a favor de LAVALLE por el Comandante BERNARDINO ESCRIBANO y el Mayor MARIANO ACHA. Quienes lo entre­garon a merced del General unitario.

En principio, parecía que DORREGO sería condu­cido a Buenos Aires, donde lo aguardaban el almirante GUILLERMO BROWN y el Ministro Doctor JOSÉ MIGUEL DÍAZ VELEZ, quienes le ofrecían la expatriación junto a su familia.

Lo cierto fue que repentinamente la columna que enfilaba a Buenos Aires, torció su rumbo y se encaminó al campamento unitario en Navarro.

Llegado DORREGO al campamento lavallista de Navarro, el 13 de diciembre, el jefe unitario se negó rotunda y reite­radamente a una entrevista con él y lo colocó bajo la custo­dia del Coronel prusiano FEDERICO RAUCH. Acto seguido, le hizo saber, que en el término de una hora sería fusilado.

La Convención Nacional de Santa Fe calificó este hecho como "un crimen de alta traición contra el Estado" (Declara­ción de fecha 20 de febrero de 1829). Subsiguientemente comenzaron las hostilidades contra LAVALLE. Finalizando en Puente de Márquez, el 26 de abril de 1829, donde fue derrotado por LÓPEZ.

Luego cayó en el sutil manejo político de ROSAS, claramente visible en las convenciones de Cañuelas (24-VI-1829) y Barracas (24-VII-1829).

Posteriormente el breve interinato del general JUAN JOSÉ VIAMONTE dio paso al advenimiento de ROSAS al poder.

 

CAPITULO VI - "DE UNA POSTERIDAD AUN RENUENTE A LA MÁS ESTRICTA JUSTICIA" (Desde 1828 hasta nuestros días)

 
El final de este trabajo nos enfrenta a desarrollar los múltiples aspectos de la posteridad dorreguiana lo cual nos exige una sistematización de conteni­dos.

Conforme a ello, trataremos: A) La posteridad de los sucesos, comprendida de: a) Destino último de la herencia ideológica dorreguiana; b) Tardía comprensión lavallista del suceso y de sus hombres intervinientes; c) Des­tino sorprendente de las cartas instigadoras de la inmolación dorreguiana. B) Posteridad de DORREGO en las opiniones de los estudiosos.

A) LA POSTERIDAD DE LOS SUCESOS.

a) DESTINO ULTIMO DE LA HERENCIA IDEOLÓGICA DORREGUIANA.

Un lector desprevenido puede llegar a caer en la mayor confusión. Es que puede creer, honestamente, que el arrogarse rosista de la herencia ideológica dorreguiana representa la verdad de la cuestión, cuando en realidad no es más que su tergiversación.

Para evitar esta errónea concepción hay que ubicarse más allá de las palabras.

El juego político de ROSAS ha movido a una polémica inacabada a inacabable.

Su formación fue típicamente abso­lutista. Todo contribuyó a ello: las calidades y condición social de su familia, el hecho de recibir instrucción en forma particular que lo alejó de los jóvenes intelectuales de su tiempo; sus lecturas en especial las de GASPARD DE REAL DE CURSAN y, fundamentalmente, de adolescencia y juventud, pasadas en las posesiones rurales de sus mayores en un medio de típico cuño feudal.

Todo ello definiría a la postre su estilo autocrático y dotado de seguridad en el mandar.

Los primeros tiempos de su actuación personal, le brindaron éxitos significativos que lo convirtieron en uno de los voceros más visibles de los pensamientos e intereses de los grandes hacendados de la campaña bonaerense.

Desde allí se tornaría insensible y rápido su acceso al plano político. Sus primeros pasos, apoyando a la administra­ción de Martín Rodríguez le permitieron reparar en las dos falencias básicas del sistema rivadaviano, las mismas que impedirían su expansión a nivel nacional.

La primera falla era su carencia de sustento popular masivo; elemento este irremplazable para el desarrollo de cualquier programa políti­co, incluso de aquellos que pudieran representar la defensa de sectores, sean ellos los comerciantes porteños (Rivadavia) o los estancieros bonaerenses (Rosas).

El segundo punto crítico advertido en el esquema rivada­viano era su falta total de flexibilidad expuesta en su trato con los pueblos del interior; situación que lo llevaba a mostrarse con un ideario centralista y unitario desembozado, además de adoptar -en nombre de Buenos Aires- una postura de tutor del resto de los Estados integrantes inadmisibles para estos últimos.

Pronto advirtió Rosas que esa política tenía el mismo final catastrófico de los ensayos de la Junta Grande (Saavedra y Funes), del Primer Triunvirato (Rivadavia), de los Directorales (Posadas, Alvear, Pueyrredon y Rondeau).

Entendió lúcida­mente que para defender un interés sectorial porteñista con perspectivas de éxito en el plano nacional había que lograr consenso popular real en la parcialidad bonaerense en primer término y luego elaborar una propuesta basada en un federa­lismo formal, para introducir sutilmente tras el un centralismo sustancial.

Desde 1820 a 1829 trabajó en tal sentido. Es así como ha dejado confesado en su correspondencia el haberse propues­to deliberadamente lograr predicamento entre los gauchos "A toda costa", aún haciéndose "gaucho como ellos, hablar como ellos y hacer cuanto ellos hacían".

Posteriormente comenzó con una prédica federalista sustentada esencialmente, en las formas, situación que lo llevó a no concordar con la propuesta esencial de DORREGO, visiblemente encaminada a un federalismo de sustancia.

Pese a ello, bien se cuidó de no discrepar públicamente con el tribuno coronel, en tanto se preocupaba por el acrecen­tamiento de su prestigio, el que subía notoriamente al punto de presentar a los capitales que en un principio habían acompa­ñado el proyecto rivadaviano, como pensamos seriamente en su persona como figura de recambio en la conducción de los intereses portuarios.

La situación de disidencia latente con el ideario dorreguiano había sido sutilmente captada por el evocado de estas páginas, según hemos dejado testimonio con anteriori­dad.

La estrella política que siempre acompaña a los triunfado­res le dio a Rosas la gran oportunidad de pasar al primer plano cuando la ceguera de fanatismo de la logia unitaria inmoló a DORREGO.

Comenzaba así la tergiversación del federalismo doctri­nal impulsado por DORREGO por vía de un manejo que iba mucho más allá de una prédica formal en las palabras.

Vale a esta altura preguntarse, qué pasó con el ideario dorreguiano. Lo cierto es que a posteriori del abrupto deceso de su ideólogo mayor sólo reaparecía esporádica, sectorizada y fugazmente en la defensa del autonomismo bonaerense que ejercitó ADOLFO ALSINA o en la revitalización de la tradicional corriente del federalismo histórico que se observa primero en el pequeño partido republicano -desprendimiento del citado autonomismo alsinista- y luego en la época inicial del radica­lismo, tiempo del ideario propio de LEANDRO ALEM y ARISTOBULO DEL VALLE.

Al presente y con notoria vocación de futuro, tal como lo hemos desarrollado en estas páginas, el pensamiento dorreguiano es una verdadera idea fuerte para la revitalización doctrinaria, moderna y estructural del federalismo.

b) TARDÍA COMPRENSIÓN LAVALLISTA DEL SUCESO Y DE SUS HOMBRES ÍNTERVINIENTES: SU ARREPENTIMIEN­TO.

Todo lo historiado en el libro inmediato anterior de esta obra en lo que hace al Jerusalén y Gólgota de la vida de LAVALLE a partir de Navarro en adelante, produjo en el infortunado General una honda sensación de desengaño con referencia a los hombres que lo habían alentado para efectivizar la trágica inmolación del 13 de diciembre.

Sus propias palabras eximen de mayores comentarios cuando de manera terminante supo decir: "¿ellos callan?, déjenlos callar ... ¡iré sólo a la historia con mi tremenda responsabilidad!", para agregar luego: "Si llego a Buenos Aires, haré una expiación inaudita".

Estas expresiones han hecho escribir a FUERTES que "Lavalle reconoció su grave error, en un arrepentimiento pro­longado y veraz".

c) DESTINO SORPRENDENTE DE LAS CARTAS INSTIGADORAS DE LA INMOLACIÓN DORREGUIANA.

Pese a que como hemos visto LAVALLE quiso presentar­se ante la historia como único responsable del fusilamiento de Navarro, lo cierto es que las cartas ya transcritas de SALVA­DOR MARÍA DEL CARRIL y JUAN CRUZ VÁRELA fueron conservadas por su parte.

Ya ROSAS había dejado testimonio de su existencia al referir en su epistolario que en las famosas entrevistas de Cañuelas el héroe de Río Bamba le había exhibido las citadas misivas y el borrador del Parte de fusilamiento que había preparado JULIÁN SEGUNDO DE AGÜERO .

Lo cierto es que hacia 1881, el prestigioso historiógrafo ÁNGEL JUSTINIANO CARRANZA encontró las citadas Cartas en el Archivo dejado por LAVALLE a su mujer DOLORES CORREA. El investigador las publicó en el diario "LA NACIÓN" de Buenos Aires en el citado año y las utilizó como centro de su libro "El General LAVALLE ante la justicia póstuma", publicado en la ciudad porteña cinco años después.

La no aparición del borrador del famoso Parte del fusila­miento es hasta hoy un enigma no definitivamente aclarado, aunque JOSÉ MARÍA ROSA se arriesga a conjeturar que "tal vez LAVALLE lo destruyó, por el carácter sacerdotal del remi­tente", refiriéndose al presunto autor del mismo Doctor JULIÁN SEGUNDO DE AGÜERO.

Las cartas produjeron al ser publicadas una profunda consternación pública, natural a tantos años del suceso origi­nal y fundamentalmente porque uno de sus remitentes -el Doctor SALVADOR MARÍA DEL CARRIL- era por entonces el presidente de la Corte Suprema de Justicia luego de una relevante carrera pública que lo habían llevado entre 1854 y 1860 a ser Vicepresidente de la República junto a JUSTO LÓPEZ DE URQUIZA en el llamado gobierno de Paraná.

Finalmente, cabe pensar que pudo existir en LAVALLE una sensación última de desligar responsabilidades, en la medida que más allá de sus palabras no se hizo eco de la directa sugerencia de JUAN CRUZ VÁRELA en su misiva del 10 de diciembre de 1828 cuando decía al infortunado general "Car­tas como estas se rompen".

B) POSTERIDAD DE DORREGO EN LAS OPINIONES DE LOS ESTUDIOSOS.

Representa un válido colofón la visión que los investigadores nos han querido dejar de nuestro evocado, cual suerte de bosquejo final en torno a su persona­lidad, trayectoria, obra y mensaje al porvenir.

Comenzamos este raconto final con la posición de un autor que como hemos visto a lo largo de todas sus transcripciones que nos hemos permitido efectuar no es espe­cíficamente un adherente de nuestro evocado. Se trata del Doctor MARIANO DE VEDIA Y MITRE quien al culminar su análisis sobre DORREGO dice que se trataba de un "patriota ante todo, valiente y capaz, a quien persiguió casi constante­mente la desgracia, de la que no logró desasirse ni en el momento decisivo" .

En una obra clásica sobre el tema afirma JUAN BAUTIS­TA TONELLI "que la verdad de la vida de nuestro prócer se da en su triste destino pues parecía nacido para que la injusticia de los hombres, cegados por odios particulares, se ensañaran con él".

Es el turno de mencionar, aquí, la posición sostenida por la alta autoridad del Doctor RICARDO LEVENE, quien lo señala certeramente como prototipo de un "demócrata federal".

ALVARO RICARDO FUERTES, en un excelente trabajo sobre nuestro historiado, entiende a DORREGO como auténtico "intérprete de los sinceros sentimientos autonómicos de las Provincias Argentinas y mártir de sus propias ideas".

JOSÉ MARÍA ROSA lo define como personalidad con "condiciones para ser caudillo sin dejar de ser un estadista, pa­ra agregar seguidamente que "unía la sensibilidad al racioci­nio".

Más recientemente ARMANDO ALONSO PIÑEIRO ha escrito a propósito de nuestro evocado que llenó la figura de un "brillante militar y frustrado estadista".

ANTONIO CAFIERO caracteriza a nuestro evocado como al continuador de "la tesis ideológica e institucional del gran Artigas que procuraba establecer la unidad de la Nación Rioplatense bajo el sistema federal", para luego entender a DORREGO como un verdadero "titán de la historia general de los argentinos, cuya mención continúa todavía erizando la piel de quienes gustan conservar y defender los privilegios. Por lo que alguna vez DORREGO fue capaz de preguntar ¿qué país quieren ustedes? cuando un proyecto rivadaviano pretendía eliminar el voto de los soldados de línea, los criados y los peones a sueldo. Todavía hoy esas palabras suyas podrían conmover a los argentinos de bien que se mortifican ante las injusticias: ¿qué país queremos?, deberíamos preguntarnos todos en homenaje a las sagradas rebeldías de este bonaeren­se genuino, de este federal auténtico, de este demócrata sin tachas, mártir en el largo, traumático proceso de alumbramien­to nacional".

RENE SAÚL ORSI entiende a DORREGO como "hombre virtuoso, de una vida privada y pública irreprochable" que "luchó siempre de frente, con benevolencia y generosidad para sus detractores y adversarios, estimándolo además como "un creyente genuino" y exaltándolo como "prócer de la nacionalidad".

Finalmente FEDERICO GAMAS, en un completo trabajo dedicado a esta personalidad lo exhibe como ideólogo de "sólida formación doctrinaria" y político de encomiable "des­interés".

Luego de toda esta reseña de virtudes, historiógrafos de las escuelas más diversas y contrapuestas, aparece como grandemente injustificada la calificación que otorga a DORRE­GO el pensador uruguayo JORGE CHACAS al tenerlo como un mero "porteño", cuando fue justamente DORREGO, quien levantó y enalteció la bande­ra federal originaria de ARTIGAS.

Por nuestra parte, con un visible espíritu de proyección presente y futura de las ideas de DORREGO, queremos repa­rar en la escasa vigencia actual del auténtico federalismo por el que vivió, luchó y murió nuestro héroe.

Las últimas décadas muestran la realidad de un país dependiente de Buenos Aires en todos sus aspectos funda­mentales y contra ello clama esa columna tendida al cielo en campos de Navarro, que semeja el brazo-puño en alto del ciudadano MANUEL DORREGO, que impone, que manda a cumplir, por el pueblo argentino todo -cual gigantesco albacea- que su legado se concrete en los hechos, que su verdad se practique, que su empeño fructifique, que el destino del Estado Federal Argentino sea una realidad basada en la aplicación actual y vigente de sus pensamientos, resultantes de la mejor idea fuerza a brindarse al Federalismo Argentino.



FUSILAMIENTO DE MANUEL DORREGO
 

VIDEO: 13 de Diciembre de 1828 es asesinado el Coronel Dorrego

 



Gentileza:

RAICES FOLKLORE Y ALGO MÁS

 

Respuesta  Mensaje 9 de 21 en el tema 
De: Anti-gusano Enviado: 30/11/2011 22:15
Obviamente que escriben la historia con hechos: destruir las estadísticas públicas, asesinar a Mariano Ferreyra, asesinar a los indios Qon, asesinar a Carballo, asesinar a los ocupas del indoamericano, enriquecerse en 50 millones de pesos durante su gobierno, mantener el IVA al 21% (al igual que Menem), permitir el saqueo del petroleo por Repsol y de los minerales por la Barrick Gold, y llenar la Argentina de casinos parásitos que provocan el sufrimiento de miles de personas y familias para enriquecer a su amigo (y probablemente testaferro) Cristobal Lopez.
No obstante, la historia que narró la oligarquía ¿es la que se narraba en la década del 90 cuando Filmus y Tedesco impulsaban la ley Federal de educación? Teniendo en cuenta que ambos continúan siendo funcionarios o partidarios del actual gobierno, no creo que cambie mucho la visión de la historia.  Además teniendo en cuenta que esta gente miente en forma sistemática (como en el Indec), lo que va a pasar de última es que reemplacen una mentira por otra.  Nada más lejos de la verdad que los neomenemistas k.

Respuesta  Mensaje 10 de 21 en el tema 
De: Margarita Enviado: 01/12/2011 00:22
Yo siempre he opinado que los argentinos tienen empacho de peronismo.
 
¿No se les ocurre pensar en gobiernos verdaderamente de izquierdas, manejando términos como "socialismo", "comunismo" o "anticapitalismo", "gobierno de los trabajadores" y romper el círculo vicioso de peronistas-radicales-militares?
 
Perón, a fin de cuentas, fue un perseguidor de los comunistas y un amigo de Franco, y de hecho se exilió en la España de Franco.
 
Si en España elegimos PP por mayoría absoluta, y en el mejor de los casos algún día volvemos a votar PSOE, y en Argentina no son capaces de ir más allá de peronismos "de izquierda", es que no queremos aprender.
 
 
 
 
 

Respuesta  Mensaje 11 de 21 en el tema 
De: Anti-gusano Enviado: 01/12/2011 04:42
Margarita el peronismo es un movimiento complejo que incluye dentro de su seno tanto a militantes de extrema izquierda (como John Willian Cooke, Vaca Narvaja o Patricia Walsh) como de extrema derecha (como Lopez Rega, Isabelita y muchos neonazis que se autoproclaman peronistas).  El hecho de que algunos partidos usen la palabra Socialismo o Trabajadores no asegura nada, como lo prueban los partidos socialistas europeos, que están mucho más a la derecha que el kirchnerismo en Argentina.
Lo que muchos acá no se han dado cuenta es que este gobierno de Cristina es más maquillaje y bla bla bla, que cambios concretos (como lo demuestra la baja disminución del índice de pobreza, la intangibilidad de los intereses de las multinacionales petroleras, o la inexistencia de una reforma impositiva que distribuya la riqueza). 
Por si fuera poco Cristina quiere construir un "capitalismo serio", intercambia elogios con Obama y Sarkozy (los genocidas de Libia y terroristas de Estado), le miente al pueblo y se enriquece en forma descarada.  Por todos estos motivos me parece un error que alguien que se autodefina progresista o de izquierda los apoye.

Respuesta  Mensaje 12 de 21 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 01/12/2011 12:04
Ya se pueden dar la mano el o  la antigusano y Margarita  jajjajajajaaaaaaaaa  ???????.-

Respuesta  Mensaje 13 de 21 en el tema 
De: albi Enviado: 01/12/2011 14:15
"Los hermanos sean unidos,
porque esa es la ley primera,
es que si entre ellos pelean,
 los devoran los de ajuera!"
 
qué pena que en este país sigamos teniendo un numerito ruidoso de cipayos, que nacieron  "dentro", pero se sienten de afuera no?. Viéndolos me pregunto, ¿ con qué oscuras intenciones estos vendepatria seguirán adentro si es que tanto les gusta afuera?
 
Revolución internacionalista?... con qué apoyos? con gente que piensa como vos? como el bariloche, como el "anti"gusano? con personas que  pretenden destruir  las conquistas del campo popular y dicen que lo "defienden"?.....jajaj hacéme el favor margarita, sacate la careeta y vos también gusano.... empiecen por casa a ver si pueden y después vengan a dar clases si logran algo  ahi donde viven...al perecer han logrado todo lo contrario con sus "efectivas" "luchas internacionalistas obreras".
No es tiempo de discursos bien redactados,  es tiempo de hechos concretados a favor del campo popular. a ver qué tienen para mostrarnos en todos estos años ....rajoy? jaja
 
y hay que ver cómo les gusta nuestro sur!

Respuesta  Mensaje 14 de 21 en el tema 
De: albi Enviado: 01/12/2011 14:18
Si Rubén, a la antigusana se le nota demasiado el barrio....si no son la misma....no sé jejej

Respuesta  Mensaje 15 de 21 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 01/12/2011 14:23
Esa albi es como juguetona jajajajajajajajja  .- Me pones a pensar seriamente que con " izquierdistas " así ...la extrema derecha no necesita  fascistas ...... jajajaaa

Respuesta  Mensaje 16 de 21 en el tema 
De: albi Enviado: 01/12/2011 14:41

En los años setenta la ultraizquierda argentina construyó lo que se puede denominar “Teoría del Desvío”. Esta teoría pretendía explicar el regreso de Perón al gobierno, después de 18 años de exilio y proscripción, como resultado de la voluntad política de la oligarquía que había dado el golpe en 1955, y no como resultado de las luchas obreras y populares. La teoría afirmaba que los mismos que echaron a Perón decidieron años más tarde ir a buscarlo. ¿Y por qué razón lo habrían hecho? Para que Perón apagara el incendio de la revolución socialista que se encontraba -supuestamente- a la vuelta de la esquina.

Esta teoría contenía un elemento de verdad, pero era unilateral (y por eso mismo era falsa): el fracaso del régimen de la “revolución libertadora” (o “revolución argentina”) había generado tal estado de efervescencia política y social que en la clase obrera se advertían signos de querer superar los límites inherentes al Frente Nacional del 45. Llevadas por la dinámica misma de la lucha de clases, las masas populares tendían a manifestarse por fuera de las estructuras burocráticas sindicales y políticas del “justicialismo del 45”. Y a las nuevas formas de manifestación les correspondían definiciones ideológicas y objetivos programáticos que empezaban a entrelazar, no sin cierta dosis de vaguedad, el nacionalismo popular con el socialismo antiimperialista. La “unión democrática” que había hecho posible el golpe del 55 se desarticulaba a pasos acelerados, y el Frente Nacional se reconfiguraba con la presencia de sectores medios que contribuían a dinamizarlo. En este contexto, las corrientes más lúcidas del régimen militar (el lanussismo) optaron por un repliegue transitorio y se resignaron al regreso de Perón. La ultraizquierda, con un sorprendente grado de simplificación analítica, concluye que fue el propio régimen militar el que recurrió a Perón para “desviar” el inexorable rumbo de la lucha popular hacia el socialismo. Se trata de una estupidez de proporciones colosales cuyas consecuencias políticas, como veremos, son calamitosas. ¡La salida electoral de 1973 no fue una concesión graciosa de la dictadura, sino que fue una conquista obtenida luego de más de tres lustros de resistencia popular! ¡A Perón no lo devolvieron al gobierno ni la UIA ni la Sociedad Rural, sino la lucha de la clase obrera y sus aliados “plebeyos”!

Perón y el Cordobazo

En el libro Qué es y qué fue el peronismo, escrito por Ernesto González, un dirigente de la línea de Nahuel Moreno que militó sucesivamente en el PRT-LV, el PST, el MAS, el MST y, poco antes de fallecer, en IS, se afirma: “La posibilidad que tuvo el peronismo de presentarse a elecciones y ganarlas se debió al acuerdo entre toda la burguesía y el Ejército, quienes aterrorizados por el ascenso del movimiento obrero no encontraron otra vía más efectiva que volver a llamar a Perón para que desviase el proceso iniciado a partir del Cordobazo”. La idea de González -que es común a todo el arco político de la pequeña burguesía ultraizquierdista- es que el peronismo constituyó desde sus orígenes algo así como una anomalía histórica, que había impedido a la clase obrera encolumnarse detrás de las organizaciones que supuestamente debían representarla. En vez de partir de la realidad existente (la irrupción de la moderna clase obrera conformando un Frente Nacional bajo la conducción de un jefe bonapartista y un programa de capitalismo nacional) y, a partir de ella, construir una estrategia de poder desde la perspectiva emancipatoria del socialismo, la ultraizquierda parte de un preconcepto según el cual la norma del comportamiento de la clase obrera ha sido apriorísticamente establecida en otro tiempo y lugar; al no coincidir la realidad con la norma, entonces se declara equivocada a la realidad introduciendo la noción del “desvío”. Así, González dice que el regreso de Perón en 1973 “desvió” el proceso iniciado a partir del Cordobazo, del mismo modo que un trauma infantil puede “desviar” el desarrollo psíquico de su curso natural. Pero, ¿qué justifica tal apreciación de González? Sin duda, la creencia infundada de que “a partir del Cordobazo” estaba superada la adscripción del proletariado al peronismo.  Esto le permite concluir a González que “Perón llega al poder no para profundizar la brecha abierta con el Cordobazo, sino para tratar de cerrarla en un acuerdo con todas las fuerzas patronales, incluido el Ejército”. Aunque pocos meses después de estas palabras de González “todas las fuerzas patronales, incluido el Ejército” volvieron a derribar al gobierno peronista, la ultraizquierda no ha revisado su caracterización y todavía hoy la repite, transmitiendo a las nuevas generaciones un inmenso error fáctico y conceptual. Para comprobarlo, basta con leer el libro de Alejandro Guerrero, de PO (“El peronismo armado”), o el de Ruth Werner y Facundo Aguirre, del PTS (“Insurgencia obrera en la Argentina. 1969-1976”), o el de Daniel De Santis (“La historia del PRT-ERP por sus protagonistas”). Inclusive una prestigiosa académica como Inés Izaguirre es tributaria de este error ultraizquierdista (ver “Lucha de clases, guerra civil y genocidio en la Argentina”).

Si Perón expresaba ”el frente único de casi toda la patronal para frenar el movimiento de masas” -como afirma González-, su significación era entonces obviamente contrarrevolucionaria. La lucha contra Perón y el peronismo se convertía, así, en un deber para los “auténticos revolucionarios”. No extraña, entonces, que toda la ultraizquierda de la época, desde el PST hasta el PRT, pasando por PO, OCPO y grupos semejantes, se haya pronunciado en favor del derrocamiento del gobierno peronista en 1976. No era un hecho novedoso, por otra parte. En Argentina, la izquierda cipaya ya había participado activamente en los derrocamientos de los gobiernos populares en 1930 y en 1955. En 1946 también dio la espalda a la clase obrera acompañando al imperialismo yanqui en la “unión democrática” o asumiendo posturas “neutrales” entre la “burguesía proyanqui” y la “burguesía proinglesa” (el morenista Milcíades Peña estuvo a la vanguardia de quienes calificaron al peronismo como agencia del imperialismo británico).

La teoría de la revolución permanente y el Frente Nacional

La Teoría del Desvío constituye la contrafigura de la Teoría de la Revolución Permanente. Desde la perspectiva de esta última, la participación de la clase obrera en el “frente único antiimperialista” o Frente Nacional no es el resultado de una maquinación diabólica de “todas las fuerzas patronales”, ni tampoco un hecho excepcional o un accidente de la historia. Es, por el contrario, la lógica manifestación en el plano político-estratégico de las determinaciones estructurales de un país semicolonial. La clase obrera no se “desvía” al formar parte de un Frente Nacional, aun cuando sea conducido por un líder bonapartista (Perón), sino que ingresa por esa vía en el único camino históricamente posible que puede conducir a su propia emancipación a través de un proceso ininterrumpido que entrelace los objetivos de la revolución democrático-burguesa (independencia económica, soberanía política, justicia social) con los del socialismo (expropiación de la burguesía, poder obrero y creación del “hombre nuevo”). Pero para que esto sea posible, la clase obrera, con su partido, sus métodos y su programa, debe poder constituirse en la cabeza conductora del Frente Nacional.

La ultraizquierda, por el contrario, directamente ignora el significado de los frentes nacionales antiimperialistas. Uno de sus primeros ideólogos -convertido hoy en un autor de culto en la Universidad semicolonial- fue el mencionado Milcíades Peña. Escribía en 1957, prologando un texto de su jefe político Nahuel Moreno: “Rodolfo Puiggrós, Jorge Abelardo Ramos, Eduardo Astesano, Enrique Rivera alias Peñaloza, y otros que giraban en torno a ellos, sostenían que el gobierno peronista realizaba una Revolución Nacional y la clase obrera debía apoyarlo mediante la estrategia del Frente Nacional, o sea, mediante la colaboración entre los obreros y los patrones que apoyaban al peronismo. Según esta corriente la clase obrera tenía que apoyar al peronismo hasta que Perón hubiera realizado la industrialización del país. Recién entonces, sólo después de eso, la clase obrera podía pensar en gobernar el país”. Es difícil entender cómo una persona capaz de decir de modo simultáneo tantos disparates pueda ser tomada en serio por presuntos “académicos” y aspirantes a “dirigentes del proletariado”.

En primer término, como nadie que esté medianamente informado ignora, los autores nombrados por Peña tenían opiniones diferentes respecto del peronismo y de la estrategia a seguir frente a él: Puiggrós, por ejemplo, terminó militando en Montoneros, es decir, asumiendo una identidad peronista; Abelardo Ramos, por el contrario, en todo momento subrayó las diferencias entre el peronismo y el socialismo. En segundo lugar, ¿a quién sino a un muchacho atolondrado como Peña —-cuyo suicidio tal vez simbolizara su impotencia teórico-política— se le podía ocurrir que la izquierda debatía sobre si la clase obrera debía o no debía apoyar al peronismo? ¡La clase obrera de hecho apoyaba al peronismo! Guste o no guste, así era. Más aún: la clase obrera era parte constitutiva del peronismo. Es a partir de este hecho irrefutable que se debatía cuál debía ser la línea político-estratégica, no “de la clase obrera”, sino de las organizaciones políticas que aspiraban a que en un momento se canalizaran a través de ellas los intereses históricos del proletariado. Para Peña, esas organizaciones debían asumir una postura francamente antiperonista, puesto que “la Revolución Nacional de que se hablaba sólo existe en las palabras porque ni la independencia económica, ni la industrialización del país, ni la soberanía política pueden lograrse sin que la clase obrera tome el poder en sus manos y liquide a la patronal nativa, que es socia y agente del imperialismo”.

Ahora bien, de la imposibilidad del peronismo —es decir, del Frente Nacional con conducción nacional-burguesa— para llevar a su término la Revolución Nacional, no se sigue que haya que asumir una postura antiperonista. Tal cosa significaría confundir el punto de llegada de un proceso revolucionario con su punto de partida. Significaría negarse a acompañar la experiencia política concreta de las masas populares para encerrarse en el gabinete de estudio a enunciar profecías de corte sociológico. Para Peña, “la estrategia del Frente Nacional” implicaba “apoyar al gobierno peronista”, a diferencia de “la táctica marxista revolucionaria del Frente Unico Antiimperialista” que suponía “luchar junto al peronismo contra los golpes de Estado pero sin depositar ninguna confianza en la política de la dirección peronista y explicando constantemente a la clase obrera que sólo ella, armada, confiando en sus propias fuerzas, actuando independientemente de la Presidencia de la Nación y del Ministerio de Guerra, sólo ella, podría aplastar las intentonas patronal-imperialistas y defender las conquistas logradas por Perón”.

El proletariado en la revolución nacional-democrática

¿No es un disparate? ¿De qué “frente único antiimperialista” está hablando Peña cuando ese Frente ya existía en su modalidad peronista? Peña parece estar pensando en un “frente único antiimperialista” establecido entre el peronismo por un lado, y… ¡el grupo de Nahuel Moreno por el otro! Pero los frentes antiimperialistas los conforman básicamente las clases sociales y las franjas sociales, o los partidos de masas, y no los grupos numéricamente insignificantes. El peronismo había irrumpido en 1945/46 como un Frente entre la clase obrera, las franjas nacionalistas de las Fuerzas Armadas y de la Iglesia, las franjas más plebeyas de la pequeña burguesía y la incipiente burguesía nacional. A la cabeza de ese Frente estaba Perón, un líder bonapartista que imponía un método y un programa nacional-burgueses a ese Frente. Lo que la Teoría de la Revolución Permanente enseña es que en la medida que la clase obrera no se coloque a la cabeza del Frente Nacional (o Frente Unico Antiimperialista), la Revolución Nacional (el programa nacional-democrático) no podrá llevarse a feliz término. Pero —sigue enseñando Trotsky—, si la clase obrera se convierte en la clase hegemónica dentro del Frente —lo cual sólo puede suceder si tiene un partido templado que la represente—, su marcha no se detendrá en los límites nacional-democráticos sino que avanzará ininterrumpidamente hacia el socialismo.

No se trataba, entonces, de decidir si la clase obrera debía o no debía apoyar al peronismo. Había que partir del hecho de que la clase obrera efectivamente apoyaba al peronismo. A partir de esto, lo que debía decidirse era si se acompañaba la experiencia política de la clase obrera procurando que su natural desenvolvimiento condujera a la reconfiguración del Frente Nacional en una perspectiva superadora de los límites del 45, o si, como aconsejaban Peña y demás ultraizquierdistas, había que oponerse al peronismo acusándolo de “conciliar con la oligarquía y con el imperialismo”. El primer camino es el de la Revolución Permanente. El segundo camino, en cambio, es el que conduce a la “Teoría del Desvío” de la izquierda cipaya en los setenta


Respuesta  Mensaje 17 de 21 en el tema 
De: Matilda Enviado: 01/12/2011 16:03
Como historiadora,investigadora y docente de historia, me "encanta" que el Instituto y el proyecto esté a cargo de tan distinguido personaje, que será psiquiatra,pero no historiador, novelista, pero no historiador, berreta,pero no historiador.Y que nunca formó ni formará parte de la carrera oficial de historia de la universidad pública,porque,como es sabido, no es historiador.
Que siga haciendo best sellers que la historia no es uno.Y es sabido que el revisionismo histórico,siempre fué utilizado con fines políticos, del mismo se sirvió Perón, aunque después lo rechazara, que la historia real coloca como sujeto de la misma al hombre concreto y real, al pueblo como protagonista, deseca héroes y se abstiene de juzgar las consecuencias sin investigar las causas.
Un poco de honestidad,please!!

Respuesta  Mensaje 18 de 21 en el tema 
De: albi Enviado: 01/12/2011 17:32
"
Perón, a fin de cuentas, fue un perseguidor de los comunistas y un amigo de Franco, y de hecho se exilió en la España de Franco.
 
Si en España elegimos PP por mayoría absoluta, y en el mejor de los casos algún día volvemos a votar PSOE, y en Argentina no son capaces de ir más allá de peronismos "de izquierda", es que no queremos aprender."
margarita  dixit
 
si esta es una manera cuasi-perfecta de argumentar  un discurso....entonces yo debo  ser  margarita gautier
albi  opinixit
 
 

Respuesta  Mensaje 19 de 21 en el tema 
De: Anti-gusano Enviado: 02/12/2011 06:34
Ruben, ya te aclaré que soy hombre así que no sé porque me colocas el artículo femenino, salvo que haya mala intención.
Albi, no sé en que momento expresé algo así como "me siento de afuera", ni defendí aningún imperialismo, al contrario critiqué a las empresas imperialistas Repsol y la Barrick Gold que este gobierno defiende, por lo que no corresponden tus comentarios ni que me llames cipayo.
Como es típico de los K, critican en el otro lo que ven bien en ellos, así como critican la mentira de Clarin, defienden a Moreno y su mentira del Indec, ahora resulta que no es tiempo de discursos bien redactados pero constantemente elogian la coherencia y elaboración del discurso de Cristina.
Mi nombre es antigusano y no gusano albi.
Después de todas estas aclaraciones, si releen mis comentarios van a ver que critico muchas políticas concretas del gobierno cristinista, en lugar de defender a su gobierno ustedes se dedicaron a ofender por custiones de género, descalificar como cipayo u ofender con cambios de nombre.  Por lo que doy por sentado que fue la única alternativa que les quedó ante la imposibilidad de defender lo indefendible.

Respuesta  Mensaje 20 de 21 en el tema 
De: Anti-gusano Enviado: 02/12/2011 06:39
Matilda, coincido con el análisis de Pacho o Donnel y los k de este foro tampoco salieron a desmentir que este defensor de la patria "nacional y popular" haya sido funcionario del gobierno más entreguista, derechista y neoliberal que tuvimos: el de Carlos Saul Menem.

Respuesta  Mensaje 21 de 21 en el tema 
De: Matilda Enviado: 02/12/2011 15:56
Es que vos no sabés lo que significa para cualquiera de nosotros ,que honestamente hemos dedicado nuestra vida a la historia, los que con mucho sacrificio y esfuerzo personal,hemos  publicado investigaciones o participado de escuelas de investigación y congresos, sin ningún tipo de subsidio (ni siquiera el de los bingos),no sólo sin subsidio, sin apoyo alguno. Los que no negociamos con la historia escribiendo novelas Best Sellers, ni comercializándola como yogurth light,para ganar dinero o prestigio. Los que nos hemos comprometido con el verdadero sujeto de la historia, con las luchas sociales, con los revolucionarios de antes y con las causas populares, a cambio de persecusiones,bajadas de dedo y "olvidos involuntarios".
Significa, que el poder ,una vez más, como a lo largo de nuestra historia, se hará cargo de la misma . Es ofensivo y demuestra un gran desprecio por la historia.


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