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Se ha hablado más de la pista azul que de tenis en la Caja Mágica. Ion Tiriac, asesor en permantente búsqueda de innovaciones, habla en la víspera de un domingo que ofrece dos finales interesantísimas. Azarenka y Serena Williams abren la jornada (13.30 horas) y luego se miden Roger Federer y Tomas Berdych (16.30). Si gana el suizo, arrebatará el número dos de la ATP a Rafa Nadal, que perdió en octavos y aseguró que no vuelve si no cambian en 2013.
—No debe de ser un buen negocio tener a Nadal descontento en un torneo que se juega en España.
—Es la vida. ¿Qué quiere que haga con Nadal para que no se enfade? Siempre se le ha dado todo lo que ha pedido. Yo no puedo jugar por Nadal porque nunca jugué tan bien como él. Siento que perdiera, la verdad. Respeto que no quieran azul, pero no lo puedo aceptar. Que me den alguna razón. Que no me hablen de tradición, insisto que en América hay gris o verde, en India hay marrón... Se cambio el cemento al azul, en atletismo el tartán es azul, en los Juegos de Londres el hockey se jugará en azul... No se gastan miles de euros sin testar y sin probar. Para hacer una pista de tierra azul hay que invertir cinco veces más que por una normal, así que no es cuestión de tirar el dinero. Yo estoy convencido, aunque no importa, yo no soy el que juego.
—¿Puede vivir Madrid sin Nadal y sin Djokovic?
—El deporte del tenis sigue más allá de las personas. Yo he visto a Laver, Emerson, Newcombe, Connors, Nastase, Borg, Agassi, McEnroe, los españoles... El jugador viene y va, el deporte se queda. Hay dos o tres jugadores en estos momentos que son muy importantes, es verdad. Pero un promotor, que yo no soy el de este torneo, sabe que no se puede construir un gran evento sobre un solo tenista. De lo contrario, no sabe lo que dice. Este evento es muy grande, en diez años ha progresado más que nadie. España se merece este torneo y que se quede. España tendrá cinco Nadales más en el futuro, aunque no será fácil porque no se compran en los supermercados. Un Nadal nace. Considero a Nadal una persona magnífica, lo admiro por el tenis y mucho más porque mantuvo los pies en la tierra con todo lo que ha ganado y el dinero que ha acumulado. Es una persona normal, muy importante para España y para este torneo.
—¿Entonces?
—Si no viene, le prometo que no me voy a dar con una pala en la cabeza, si no viene no me voy a suicidar. Más no puedo hacer. Nadal también está muy influenciado por su entorno. Habló en caliente después de una derrota. Yo no cambiaré su forma de pensar, no puedo decidir si viene o no viene. Es muy importante en el deporte mundial y en España. También Federer o Djokovic.
—Usted que es hombre de negocios, entenderá lo que tira de Nadal. Sólo hace falta ver los escenarios de la Copa Davis cuando él no juega.
—Es muy triste. Se debería crear un sentimiento nacional por el equipo. España ha ganado la Copa Davis sin Nadal, quiero recordar. En Argentina. España tiene un potencial enorme. El señor Nadal nació en el tenis, me acuerdo cuando Manolo Santana me pidió una invitación para un chico que me dijo que iba a ser muy bueno. Fue en 2002. Nadal nació y morirá en el tenis. La gente siempre le recordará como un gran campeón de tenis. Estoy seguro que el señor Nadal, que es muy solidario y caritativo, va a devolver al tenis una parte de lo que le habrá dado.
—Estaban preparados para las críticas, ¿pero tan contundentes?
—Desde el primer día, cuando vi que la pista patinaba, lo intuí. Por miedo a hacerlo como los otros años, en los que la pelota botaba aquí y luego allá, los especialistas apretaron tanto que parece cemento. Y si pones tierra sobre cemento, pues patina. Sabía que se iban a quejar. Pero son pocos los que han dicho no al azul. Hay quien dice absurdamente que la tradición es tierra roja, pero en América es gris o verde, por ejemplo. Lo que me molesta es que ningún periodista no haya dicho que el color azul es mejor que el rojo. Se ve mejor la pelota y el espectador está encantado, que me interesaba muchísimo.
—Entonces, ¿las acepta?
—Asumo la crítica. Pero yo no hago la pista. No soy nadie aquí, no tengo ninguna función, no tengo nada. Estoy convencido de que el azul da un plus de visibildiad, se ve la pelota todo el tiempo.
—Rafa Nadal y Novak Djokovic sí se han quejado del azul, del color.
—No tengo una idea precisa. Creo que tienen un problema de afección política al decir que la ATP no se dirigió a ellos personalmente, pretendían que les pidieran permiso para la tierra azul. Los administradores del tenis valoraron la situación y la estudiaron. Mandaron personas a probar la tierra, hicieron pruebas químicas para confirmar que no había nada nocivo... Han sido cinco años de probaturas. Yo no estoy dentro, no puedo decir nada más. De mi tiempo no gasto más del 2 por ciento por el deporte porque tengo otros trabajos.
—¿Y cuántos jugadores le han dicho que están contentos con el azul?
—No he hablado con casi ninguno, pero me comunican que la gran mayoría están de acuerdo con el azul, que está bien. Yo no sé qué dijo Nadal. Vi su primer set contra Verdasco, que no jugó muy bien. Por televisión vi el tercero e iba 5-2 y saque, con dos breaks. Era impensable que perdiera...
—¿Usted está convencido de que seguirá la pista azul?
—No lo sé. Decide la ATP. Yo no mando. Pero el azul no tiene nada que ver con la pista. A mí nadie me tiene que decir nada, para eso hay un director del torneo. Yo puedo decir lo que pienso porque he vivido en el tenis los últimos 55 años, porque he creado con seis campeones del mundo, porque he educado a chicos de 14 años hasta que han llegado a la cima como Vilas, Nastase, Leconte, Becker, Ivanisevic, Safin... Sé un poquito de tenis y pienso que debe progresar. Cada vez que cambiamos hay problemas. El tie break primero, la pelota amarilla después, el ojo de halcón... Siempre ha habido reacciones.

