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General: Palabras escritas en una tarde gris el 18 de Septiembre del 2011
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من: Ruben1919  (الرسالة الأصلية) مبعوث: 03/10/2012 12:01

Palabras escritas en una tarde gris el 18 de Septiembre del 2011

Hector Cediel
 
 

Palabras escritas en una tarde gris el 18 de Septiembre del 2011

¡Quiero amarte! ¡Simplemente quiero amarte! Sin promesas, ni mentiras, sin mirar hacia nuestros pasados, sin evaluar demasiado nuestras circunstancias presentes. ¡Quiero amarte! ¡Simplemente quiero amarte! Si que renuncies a tus sueños, sin que tenga que abandonar los míos, sin que dejes de ser tu misma y sin pedirme que cambie. Quiero las y el cielo como Peter Max, quiero pintar tu cuerpo desnudo como Calder o Miró, desde cubrirte con besos y envenenar tu cordura con la psicodelia de los polvos enamoradores. Deja que llueva el amor, para que broten flores de alegría, de tu sarcófago.

Dicen que el caminar por la vida encanece, pero a mí me ha nevado ¡la tristeza!. Me cansé de gritar para que regresara la sensualidad del amor a mis versos, me cansé de susurrar nombres imaginarios en silencio. No me importa regalar en pedazos mi alma o jugar mi corazón al azar. Al final: ¿a quién ilusionaría un corazón, muerto? Me cansé de seguir como un perro fiel, a que nunca puede volver a dar alcance. Me cansé de eclipsarme en tardes grises como ésta, sin respuestas, ni ilusiones, ni viviendo otro de esos amores que nos enseñan a ilusionarnos de nuevo, a resucitar viviendo la magia del aroma de la piel, mientras deshojamos con besos los pétalos del pubis, o nos sumergimos el uno dentro del otro, enseñando un infinito por recorrer y divagando dentro de una fabulosa nebulosa de ilusiones y delirios.

Somos como el vino del cielo y la sangre de la tierra. Pienso como muchos, que nacimos o estamos hechos el uno para el otro, porque en nada nos parecemos. Simplemente avanzamos como los salmones río arriba, como un simple para sobrevivir o dejar una estela de recuerdos. ¡Distintos! Más que una palabra, puede ser el incentivo preciso para ignorar el abismo difundirlos en un solo cuerpo y en una sola alma, para enfrentarnos desnudos a las gigantescas olas de las tempestades.

Nunca he sabido que nos separa en realidad, a las personas: puede ser un recuerdo, un remordimiento, la sombra de un celo, una hoja en blanco, un beso, un deseo insatisfecho, el celofán de unos silencios, el miedo a despertar y ver la realidad, el miedo al frío... es como una gota de rocío, pero eres el mar que anhelo. ¿Serás la orilla que anhela, el náufrago? La vida es absurda y se comporta como una necia, cuándo patear las fichas del juego. Hay personas como tú, que jamás se deben recordar o concebir como una flor inmortalizada. Quiero revivir contigo los mejores y los más impuros pensamientos, con mis besos, con esos te quieros que son letales para la cordura y que mutan en te amos, más pronto de lo imaginado.

No sé por qué a veces pienso que muchas personas, viven huyendo sin hacer maletas, que simplemente intentan desaparecer de los recuerdos, y viven rebuscando con desespero a un amor que parece que las o nos esperara desde siempre. Todo permanece por lo general tal cual lo dejamos, porque nunca se pierde la esperanza de un regreso. Es natural el regresar a contemplar como un náufrago al mar, que nos quiso devorar. Todos aprendemos a soñar en silencio, para que no nos tilden de locos cuando hablamos en voz alta con nosotros mismos. Es natural que nos sintamos intoxicados, después de beber tanta amargura, sumergidos en esa absurda y negra soledad. No es bueno el intentar encontrar motivos, razones o explicaciones, para justificar una relación amorosa. A veces simplemente basta el regresar, o responder a una cita a ciegas con el destino, y secarnos las lágrimas con besos, sin cuestionamientos necios.

Mi imaginación es frágil y no me gusta que me atropellen o me griten las ideas. A veces pienso que ellas pululan como luciérnagas, versos esquizoides y descarnados, que brotan como aventuras de un barril de recuerdos. El amor es mucho se parece a la economía, a esos intentos por rediseñar el mundo después de una crisis, porque es imposible separar lo social que lo económico. No es fácil sanar las heridas de los atropellos. La oscuridad envejece y entierra a los corazones en imágenes huracanadas, así intentemos conservar una equidistancia entre las realidades y las fantasías. En tardes oscuras y frías como la de hoy, vivo un tempestuoso despertar que me arrastra como a un cadáver contra los espolones de las espinas, que atrapan y hacen jirones a los cristales de mis ilusiones. ¡No soporto un naufragio más, ni otro suicidio en vida!

¡Eres salvaje y despiadada! ¡Como toda ladrona de besos, para saciar el ardor de sus pasiones! Es importante y natural el eyacular todos nuestros deseos, el uno sobre el otro. Deja que fluya la locura, como la magia de una noche de enamorados, por entre los colores de tus piernas. Es como si el humo del cigarrillo hubiese dibujado un corazón y tu nombre sobre el viento. Amé y compartí secretos que pudieron costarle la vida hasta a mi alma, y por eso no es fácil que vuelva confiar otra vez, como muchos enamorados. He amado y siento que a un amo y sé que tendré que llevar mis recuerdos hasta el día en que me entierren, como cualquier otro enamorado. La primavera es una quimera sin ansias ni sueños, cuando actuamos no como un solo satélite, sino como dos estrellas que giran en lados opuestos alrededor de un sentimiento absurdo. Jamás volvamos a intentar cortarle las venas a nuestros corazones, con el filo invisible del silencio.

 

 

Como un andante vagabundo sobre el fuego de los tejados de barro, observó desde la ventana de esta mansarda, la somnolencia de una ciudad que se quedó anclada en el pasado. Me encanta observar cuando pasa la luz por los vitrales, y patina con colores algunas esculturas y algunos cuadros, que me recuerdan que la belleza no es eterna, pero que se puede inmortalizar. Observo a las luces de los carros, y recuerdo cuando me sentaba a la orilla de un río a ver fluir sus aguas, e intentaba pescar respuestas escuchando su murmullo. He visto desfilar millones hormigas por las calles... pero no estabas entre ellas… terminé haciendo un trío con la soledad y las tristeza.

Mójate con la sed de mi cuerpo, mientras te secuestro al infierno, durante toda esta agonía noctambula. Vive el reflujo de mi cintura, sobre la boca de tu bahía. Sé que por culpa del amor, perdemos la cordura y no vemos lo que otros ven, porque nos enceguecemos. No es bueno el trapear con nadie, ni él sólo buscar caricias perversas. No es bueno perder la cordura, ni abandonarlos desnudo sobre la nieve, por culpa de los silencios amorosos. Sé que es una necedad el intentar luchar contra el destino, cuando se desliza como un ladrón nocturno o una caricia a medianoche, un adiós. Ahora entiendo mejor a esas mujeres que luchan como gladiadoras mitológicas, hasta liberar la última de sus ansias.

No deseo que las ráfagas del viento me arranquen a martillazos, los recuerdos de otros aromas, ni el tuyo. Hay noches en las que deliro confundido y no distingo si eres el boleto para el cielo o para el infierno. Entre ráfagas de vientos y sudores misteriosos, te imagino con aroma a sábila y molienda de caña. No te imagino escondida tras espinas de maguey, como esas hembras asesinas que persiguen al macho, después de fecundarlas. ¿Vale la pena el guardar en secreto, a nuestros recuerdos? A veces pienso que la oscuridad de muchos de mis escritos, no son más que el testimonio de un suicidio incompleto. ¡Cuántos golpes amorosos de martillo he recibido! La vida me ha horadado como la pica al morrillo del toro, como el arado a la tierra.

La poesía es un arma amorosa, para desarmar a las barbaries de la muerte, con versos que brotan desde las tinieblas, como poderosas armas invisibles. ¿Será que para que existan esperanzas, hay que bajar más bajo del fondo? Es inútil el intentar sobrevivir como parásitos de los sueños y las ilusiones. Tenemos que aprender a desarmar el orgullo. La amargura sólo engendra monstruos dentro de los vientres. Sería hermoso el sólo hablar de ilusiones, estrellas y sueños; sería bello el poder borrar algunos capítulos del pasado y embellecer a nuestro destino con una hermosa primavera y con amores dorados.

Héctor Cediel hcediel2@hotmail.com



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