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General: " Los cafeteros de Colombia estamos pidiendo limosna " : Juan Escobar ..
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من: Ruben1919  (الرسالة الأصلية) مبعوث: 27/02/2013 11:21

“Los cafeteros de Colombia estamos pidiendo limosna”: Juan Escobar

Por:
Julián Pérez Mujica
21 de Febrero 2013
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Movilización cafetera
Un hombre analiza los granos de café. © AFP Orlando Sierra
CONtexto ganadero habló con Juan Carlos Escobar, uno de los productores cafeteros más emblemáticos del departamento de Caldas.
Sin aspiraciones políticas ni gremiales, Escobar explicó en qué consiste el descontento actual de los cafeteros con el Gobierno y con su federación, trató de exponer posibles soluciones y evidenció su descontento con una situación que tiene en vilo a quienes como él han vivido del café toda su vida.
 
Señor Escobar, explíquenos brevemente en qué consiste la actual crisis del sector cafetero
 
La crisis del sector cafetero viene generada por una descolgada inusual en los precios internos del café. Veníamos con unos precios, no muy buenos desde 2011, pero que en los años anteriores no habían sido tan bajos como los de ahora, pero que alguna rentabilidad generaban; pero nos encontramos con unos precios en 2012 que dejaron a todo el mundo perplejo, nadie supo qué había pasado. Llegamos a unos precios tales que la caficultura se hizo insostenible.
 
Esto es pues un desbalance total, unas carteras vencidas, unos créditos que no se han podido suplir y la banca hoy en día no perdona.
 
Hay dos escollos grandes, primero que el precio no está ayudando para nada porque estamos perdiendo plata y segundo que nos quedamos sin capital de trabajo, sin capital de trabajo no pudimos pagar las deudas adquiridas el año pasado. Hasta la fecha tampoco hemos podido abonar nuestros cafetales como se debe y hasta ahora no tenemos claro cómo podremos hacer para recoger la cosecha de este año. (Lea: Café Mesa de los Santos se vendió a altos precios)
 
Concretamente, ¿qué es lo que ustedes le están pidiendo al Gobierno?
 
Quiero aclarar que lo nuestro no se trata de un paro como tal, es más una movilización cafetera en la que pediremos cuatro cosas: Un precio de sustentación de 80 mil pesos por arroba, unos subsidios sobre el abono y sobre los químicos que estamos utilizando para las cada vez más ferecuentes plagas que nos afectan los cultivos, tercero una prórroga de las deudas de los cafeteros, pero que no seamos reportados a la central de riesgos y por último estamos pidiendo que nos frenen las importaciones de café. No hay derecho que Colombia esté invadida de café peruano y que todo el café que nos estemos tomando nosotros sea de allá.
 
Estamos pidiendo que nos ayuden, que nos den subsidios como se los dan a todo el mundo en todos los países agroindustriales. Esos son los cuatro puntos pilares que le vamos a pedir al Gobierno que tenga consideración con todos nosotros.
 
Y qué le piden a la Federación Nacional de Cafeteros?
 
La federación se apartó mucho de los cafeteros. La federación cumplía un papel excelente, pero en los últimos años la federación se volvió más política. La opinión pública bien sabe que el gerente general ya ni siquiera lo nombran los mismo comités municipales o departamentales, simplemente el señor presidente de turno dice, yo quiero que este allá no se quien y punto y entonces la federación lo único que hace es transmitir unas peticiones de unos cafeteros y ejecutar unas ordenes que da el Gobierno. Eso es lo que más o menos hace la federación fuera del manejo ya de la comercialización.
 
El ministro de Agricultura dice que ustedes son el sector que más ayudas recibe, ¿Por qué creen ustedes que son insuficientes?
 
Son insuficientes porque estamos muy por debajo del promedio de los costos de producción. Ni siquiera los mismos comités y el mismo Gobierno desconocen que están por debajo. (Lea: Cafeteros piden garantía en el precio del producto)
 
El Gobierno insiste que nos ha dado más de lo que nosotros pedimos. Nosotros hemos pedido, pero es que se le olvido al Gobierno que durante 30 años nos pidó recursos y nosotros 30 años le dimos y cuanta empresa se quebró en este país, cuanta empresa salió adelante con el Fondo Nacional del Café, cuanta responsabilidad tenía el país con alguna entidad crediticia a nivel internacional, el respaldo era el Fondo Nacional del Café. Gracias a Dios teníamos nosotros los cafeteros todo ese dinero disponible para ayudar al país en el cual vivimos y trabajamos todos, porque para eso es el dinero, para colaborar y hacernos todos en un mejor vivir.

Entonces cuando el Gobierno nos dice que a nosotros nos ha dejado mucho, pues la respuesta de nosotros es pero cómo es que nos ha dejado mucho si nosotros dimos 30 años seguidos, ¿por qué no nos ayudan un poquito más? ¿por qué no nos dan? Somos 560 mil familias las que estamos padeciendo, las que estamos llevando la agonía de nuestro trabajo a límites que no sabemos para donde vamos y lo peor de todo esto es la parte social y eso es lo que no ha querido ver el Gobierno, pedir limosna es muy maluco y eso es lo que estamos haciendo nosotros los cafeteros, pidiendo limosna.
 
Pero y entonces, puntualmente, qué es lo que solicitan?
 
Lo que estamos pidiendo es que la Federación Nacional de Cafeteros haga un alto en el camino y haga un replanteamiento como se debe hacer, como se trabaja hoy en el mundo globalizado, un mundo de oferta y de demanda, que gana el mejor postor, con un producto excelente como el colombiano, pero que se venda sin mentiras, sin engaños ante los compradores internacionales porque eso es lo que ha hecho que nuestro precio y nuestros compradores internacionales estén decayendo y obteniendo productos de otros países
 
Colombia está quedando mal tanto en la calidad como en la cantidad de lo que se produce, entonces que la federación, que es que quien tiene esa autonomía y que es la del monopolio, decida a quién y dónde vende el café o que se trabaje como se trabaja en países suramericanos. (Lea: Nos cayó la roya)
 
Que nos dejen trabajar, que dejen de negociar y hacer esas cábalas de predicciones de 2011, diciéndole al mundo que íbamos a producir 10 millones de sacos, porque luego no se se logra y toca, como en este caso, llenar el país con café peruano para suplir unas faltas de producción y eso no es justo. La federación se ha equivocado en los últimos años, se quedó atrás, se quedó en un manejo diferente, cuando todas las empresas están a punto de lograr su máxima tecnología por medio de los TLC y aperturas económicas, la federación sigue trabajando como lo hacía quince o veinte años atrás.
 
Por sus afirmaciones se puede entender entonces que el Gobierno no le ha cumplido al gremio cafetero lo que ha prometido?
 
No, no ha cumplido. La federación y el Gobierno dijeron: señores productores necesitamos volver a producir 14 millones de sacos, necesitamos que cojan sus cafetales, los renueven, hagamos siembras nuevas, hagamos todo lo que tengamos que hacer a nivel tecnológico para poder salir de este escollo y poder producir 14 millones de sacos, aunque el señor Genaro (Pdte de la federación) mencionó que hasta 17 eran posibles, y nos metieron el cuento que teníamos que cambiar toda nuestra caficultura y poner unas líneas nuevas, con unas variedades excelentes y aquí estamos, con unos cambios a unos costos súper altos, pero altísimos y con unos precios de miseria, entonces dígame cómo hacemos si la situación nos ha llevado a estar así.
 
Nosotros no somos improductivos, nosotros sí somos competitivos. El Gobierno y la federación dicen que la culpa es de nosotros los cafeteros. Que pena me da contradecirlos, pero nosotros los cafeteros sabemos producir café y en grandes volúmenes, es la Federación Nacional de Cafeteros la que se equivocó en sus predicciones y en su comercialización a nivel internacional, la que llevó a que los precios del mercado interno se bajaran a lo que están hoy.
 
¿Qué medidas considera usted que deben aplicarse, no solamente para salvaguardar el sector sino por ejemplo llegar a levantar la orden de paro para el próximo 25 de febrero?
 
La orden de paro no se levanta sino se logra un mejoramiento de los cuatro puntos principales que mencioné. Si esos cuatro puntos no son abiertamente debatidos, y se logran consenso en la mayoría de puntos pendientes seguiremos adelante con nuestra iniciativa de movilización.
 
Lo otro es plantear una solución viable para el agro colombiano, la que hemos visto siempre es la de tener un dólar preferencial para el agro colombiano. La reevaluación según se ha dicho siempre nuestro mayor escollo en nuestra caficultura, pero también lo es en la ganadería, para los cacaoteros, arroceros; pues colóquenos un dólar preferencial para que salgamos todos de este apuro y que al Gobierno tampoco le toque hacer maromas porque no debe ser así tampoco. Pero tenemos que encontrar soluciones.
 
Los TLC los afectan o les ayudan con el producto?
 
Mire los TLC afectan a toda la caficultura, no solamente la colombiana, sino aquella caficultura a la que llegue un TLC de cualquier país. Pero no podemos parar porque esto es algo por lo cual se mueve el mundo, nosotros no nos podemos quedar atrás. Desafortunadamente tenemos que estar en esos TLC, porque o si no estamos condenados a morir agrícola y tecnológicamente, hay que hacerlo, lo que pasa es que son unos esfuerzos muy grandes para poder salvaguardar pequeñas y medianas industrias que están en peligro de desaparición por culpa de un TLC y esas medidas las tiene que tomar el Gobierno.
 
Yo pienso que los TLC son el apoyo y el pilar de lo que serán nuestras economías dentro de 15 o 20 años. Si nosotros no nos metemos ahí quedaremos bien fregados y llegará un punto donde no tendremos a quien venderle ni el café, ni la leche, ni el arroz, ni el azúcar. El país se inundará de estos productos y nos quedaremos con ellos; los demas países nos van cerrar las puertas, si no estamos en ese grupo de países con tratados de libre comercio.
 
¿Se ha empobrecido el sector cafetero y qué tanto?
 
La cantidad no lo podría decir pero está empobrecido, claro, todo. En su gran mayoría, yo no podría decir cuanto, pero en su gran mayoría las fincas están hipotecadas a los bancos.
 
La infraestructura de muchas fincas se destinó a ejecutar lo que había propuesto la federación. Ellos nos pidieron cambiar nuestros cultivos por líneas resistentes a la roya y en ello se invirtieron todos nuestros capitales y una vez hecho esto no pasó nada, y las mejoras ahí quedaron. (Lea: Ministros de Agricultura de Centroamérica analizarán plaga de roya)
 
Estamos empobrecidos por cuenta del café, ese café que nos ha dado tanto durante muchos años, por eso no queremos salirnos, por eso queremos seguir siendo cafeteros porque nuestro gremio es importante, porque nuestro café a nivel internacional es insignia, porque en todas partes conocen el café colombiano.
 
Eso es lo que queremos volver a recuperar, queremos volver a tener 560 mil familias produciendo café y que seamos nuevamente un pilar en el mundo cafetero. Hoy en día lo que hay es una gran cantidad de países dándonos garrote por cuenta de que unos señores que se han montado en la federación, que se han dedicado a realizar otras labores o equivocadamente se han ido por otros rumbos.
 
¿Cómo vislumbra el panorama cafetero para los próximos años?
 
Muy difícil, si este Gobierno actual no hace los cambios necesarios yo creo que la caficultura aguanta hasta diciembre de este año o enero de 2014. Ya es el colapso, a los que no tenemos posibilidad de acceder a otros créditos nos tocará cerrar las fincas. Tocará decir hasta aquí llegamos, no hay trabajo para nadie, que se acaben los cafetales y fuera todo el mundo.
 
Llegará también el que tiene un poder económico fuerte, y que dice yo no pierdo más plata, yo no tengo porque perderla, harán otra cosa, pero no más café. Otras tendrán que esperar a que el banco les diga “que pena pero necesito que se salga de su finca porque usted incumplió en los pagos y tengo que llegar a cobro jurídico y a una expropiación”.
 
 
Retomando un poco el tema de la movilización del próximo 25, cómo está la planeación de eso?
 
La movilización es el día lunes a las 8 AM, en diferentes regiones del país, por sectores nos vamos a reunir, en paz. Yo no conozco ningún cafetero que haya salido a hacer una manifestación tirando piedra, no somos violentos. Esta es la primera vez en 85 años que salimos a hacer una reclamación de esta naturaleza a la federación y al Gobierno Nacional.
 
Vamos a salir en paz, a conversar, a charlar en los sitios de encuentro de nosotros los cafeteros. Es importante aclarar que allá no se van a reunir ni productores de papa, ni de arroz; solo cafeteros que mediante la movilización queremos mostrarle al Gobierno, de forma pacífica, que estamos exigiendo una mejora en los precios para salvaguardar la caficultura nacional.
 
¿De qué partes del país saldrán a manifestarse este lunes?
 
Los 14 departamentos cafeteros de Colombia están apoyando el paro, o mejor, la movilización cafetera. Ningún municipio en el país está recibiendo más de 50 mil pesos por arroba, porque ese es el precio nacional.
 
Productores de Nariño, del Magdalena, Cesar, Caldas, de todo el país, están apoyando, todos estamos juntos por la misma causa. Como no quisieron por otros medios, entonces nos va a tocar salir a la calle, como lo vamos a hacer, y sentarnos a conversar para que el Gobierno se de cuenta de la importancia de lo que reclamamos. (Lea: Tres negociaciones y el mismo perdedor)
 
Usted no se imagina el ridículo que hizo el señor Presidente de la República aquí en Chinchiná. No es posible que un presidente de la República venga con el más alto funcionario de la Federación Nacional de Cafeteros, el señor Luis Genaro Pérez, y no sepan ni siquiera de lo que están hablando el uno ni el otro. Cuando pregunta el señor presidente de la República. Oiga y ¿cómo es que se reparten estos subsidios? El señor Luis Genaro tampoco sabía. No hay derecho. (Lea: Cafeteros recibirán $150 mil millones más en subsidios del Gobierno)
 
Que lo diga un campesino, pero un tipo que se vino a hacer campaña como lo vino a hacer este señor, que se venga indocumentado, usted no se imagina la rechifla que se ganó ese señor aquí en Chinchiná porque él creyó que le iban a aplaudir y salió abucheado. Se fue con rabia y con toda razón, porque el señor Luis Genaro tampoco le supo responder y lo puso contra la espada y la pared. Entonces como dice el cuento vino por lana y salió trasquilado.
 
Saben de otros sectores que estén pensando en unirse a su movilización?
 
Claro se han tratado de unir, el sector lechero, el ganadero, se quiso vincular a la movilización cafetera. Nosotros en una reunión que tuvimos en Ibagué, muy respetuosamente les dijimos que no, porque la movilización era eminetemente cafetera.
 
Cada productor vela por los intereses de su producto. Nosotros lo que dijimos es que lo mejor es que cada sector haga sus propias movilizaciones, eso le demostrara al país quién es cada cual.
 
Queremos apoyo, apoyo incondicional, mostrar que es posible; manifestarnos, algo que es un derecho constitucional y del ciudadano, y así como lo hagan con nosotros esta vez, lo haremos nosotros con los demás gremios en el momento que salgan a la calle a hacer sus peticiones. (Lea: Fedecafé proyecta renovar el 80% de los cafetales del país)
 
Esta vez vamos solos, si fuéramos todos después dicen que es que hay mucho revuelto y ‘no hay tanta mermelada para tanta gente’ como dice el señor presidente. Entonces preferimos estar solos en la movilización pero con el apoyo de todos.


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من: Ruben1919 مبعوث: 27/02/2013 12:04

La Justeza del Paro Cafetero del 25 de Febrero

Juan Carlos Martínez Botero, Chinchiná, febrero 24 de 2013

El próximo 25 de febrero miles de cafeteros se expresaran de nuevo en poblaciones y carreteras del país ante el abandono al que los tiene sometidos el gobierno nacional. La nueva protesta es una más, en la carrera iniciada desde el año pasado, con la masiva movilización a Manizales, para buscar una respuesta del gobierno nacional ante la dura crisis que vive la caficultura colombiana. Hasta el momento las ayudas ofrecidas por el presidente Juan Manuel Santos han sido inocuas y mantienen intacta la columna vertebral de la crisis que azota a los cafeteros.

Mucho le debe el país a la caficultura colombiana, desde importantes vías de acceso, acueductos y centros de formación, hasta mantener un nivel socioeconómico que no permitió mayores degradaciones sociales en las poblaciones cafeteras, tales como las que viven otras zonas del país. Por eso y con toda razón, a instancias del Movimiento por la Dignidad Cafetera, empresarios, caficultores y obreros agrícolas se aprestan a utilizar nuevamente el mecanismo de la protesta social, para reclamar la atención de un gobierno de oídos sordos, de frases rimbombantes, pero que con su peculiar demagogia no ofrece soluciones de fondo a una crisis que amenaza con alterar la relativa estabilidad social de los campos y poblados cafeteros.

Cinco reclamos le están haciendo al gobierno nacional mediante un pliego de peticiones, ellos son: Parar las importaciones de café al país; no permitir mega minería en zonas de cultivo del grano; solución al problema de las deudas; control al precio de los agros insumos; y un precio mínimo de sustentación que permita recuperar los costos de producción. De manera inconsecuente la burocracia de la Federación se ha puesto de espaldas a sus cafeteros y replica las posiciones del gobierno nacional frente al paro, conminando a los cafeteros a quedarse en sus casas mientras la crisis hace agua y caminan rumbo a la ruina definitiva.

El fin de semana se vendió café por debajo de los quinientos mil pesos la carga, volviendo el Apoyo de Ingreso a la Caficultura, AIC, de sesenta mil pesos, inane para recuperar los costos de producción, que están en alrededor de setecientos mil pesos la carga. Mientras esto pasa, uno de los problemas principales, tal y como lo es la revaluación del peso frente al dólar y del que depende directamente el precio interno, es un asunto al que el gobierno nacional no le mete la mano por mantenerse en la ortodoxia neoliberal de la liberación de la tasa cambiaria.

De nada le sirven al sector los anuncios de Santos quien, en tono proselitista, señala que tiene corazón cafetero, o que se ponga sombrero aguadeño o que, aparentando ser lo que no es, llegue a las poblaciones manejando Jeepao, cuando no hay soluciones de fondo al problema cafetero. Tales hechos confirman que la movilización democrática y civilista es la única esperanza que les queda a los cafeteros, ojalá el gobierno nacional tome atenta nota de ello y adopte las correcciones del caso.


جواب  رسائل 3 من 6 في الفقرة 
من: Ruben1919 مبعوث: 28/02/2013 14:10

جواب  رسائل 4 من 6 في الفقرة 
من: Ruben1919 مبعوث: 01/03/2013 20:05

El Polo llama a rodear el Paro Cafetero

 
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Cafeteros y cacaoteros en un gran ejemplo de unidad y de dignidad completan hoy viernes cinco días de Paro. Sus justos reclamos no han sido resueltos por el gobierno nacional y, por el contrario, la Policía Nacional los ha tratado con fuerza y brutalidad, mientras el presidente Santos y el ministro Restrepo ridiculizan, deforman y subestiman sus peticiones. En la madrugada de hoy, y luego de 12 horas de negociaciones de los representantes de Dignidad Cafetera y los Ministros, se interrumpió el diálogo sin alcanzar acuerdos, a pesar de que los manifestantes han flexibilizado las actividades de bloqueo de vías y sus representantes han fundamentado con suficiencia las peticiones en la mesa.

 

Es necesario redoblar nuestras expresiones de apoyo. Que todos los y las dirigentes, militantes y simpatizantes del Polo Democrático Alternativo vayan hasta los puntos de concentración del paro en las respectivas regiones, les lleven a los campesinos solidaridad material y les den una gran voz de aliento para su justa, digna y valiente protesta.

 

Participemos en sus marchas, mítines, plantones, ruedas de prensa y demás actividades que programen; trabajemos para que las organizaciones sociales y políticas de las que hacemos parte brinden también su respaldo; aprovechemos todas las posibilidades que tengamos para explicar cuáles son los problemas que tienen los productores y exijamos al gobierno nacional la solución positiva a las peticiones de estos compatriotas que ante la gravedad de su situación debieron ir al paro y, ahora, ante la intransigencia del gobierno deben mantenerse en él.

 

El Polo Democrático Alternativo, PDA, respalda la justa protesta de este sector emblemático del campesinado colombiano y base fundamental de la creación de la riqueza nacional.

 

Comité Ejecutivo Nacional Polo Democrático Alternativo



Clara López Obregón
Presidenta



Gustavo Triana Suárez
Secretario General



Bogotá, 1 de marzo de 2013.


جواب  رسائل 5 من 6 في الفقرة 
من: Ruben1919 مبعوث: 04/03/2013 12:37

Delegación de paz FARC-EP_Declaración de prensa

 
 
DECLARACIÓN

Terminamos este ciclo de conversaciones con avances que hablan bien de nuestra voluntad de paz, a pesar de las infundadas afirmaciones del Presidente Juan Manuel Santos en un evento mediático, el pasado 20 de febrero en San Vicente del Caguán; Avanzamos a pesar del dolor que nos inflige a todos los colombianos el trato represivo y desproporcionado que el gobierno está dispensando a través del ESMAD a las justas protestas de los caficultores y los cacaoteros, causando muertes, decenas de heridos y capturados. Avanzamos a pesar de la sordera estatal frente a las reclamaciones de los trabajadores del Cerrejón y de los que se oponen a la privatización de la salud, y en general, a las consecuencias antipopulares y antipatrióticas de la política neoliberal. Para ese pueblo en pie de lucha, nuestra solidaridad; y al gobierno, un ¡Dialogue con el pueblo, escúchelo, deje la soberbia!

Con artificios como el de San Vicente, no podrá Santos ocultar la progresiva entrega del territorio nacional, de nuestras riquezas minero-energéticas, a la voracidad de las trasnacionales. No podrá tapar los nuevos planes de despojo y de extranjerización de la tierra, ni el propósito avieso de feriar las 15 millones de hectáreas de nuestra altillanura, entre los ríos Guaviare y Meta, rica en petróleo, uranio, coltán y litio; tierras miradas con ojos de agronegocios y ganancias, y con los hombros encogidos, frente al terrible impacto socio-ambiental.

Detrás de la humareda de las declaraciones de San Vicente, está el latifundio que ningún gobierno ha querido tocar. Ha regresado el fantasma de Chicoral a impedir que se toque el sacrosanto latifundio y a perseguir nuevamente a los campesinos que desterró a las fronteras para que no siguieran ocupando, machete en mano, las grandes propiedades. Desde la época de la violencia de los años 50, no han tenido paz los campesinos, se les ha arrebatado la tierra y expulsado con violencia de su entorno natural. El vergonzoso Pacto de Chicoral fue firmado por las élites de los partidos tradicionales, los terratenientes y el Estado, jamás por Manuel Marulanda Vélez. Pero hasta esas fronteras remotas donde fueron arrojados, les enviaron a los paramilitares para masacrarlos y desplazarlos nuevamente. No es justo, no es justo, que ahora se pretenda expulsar al resto con violencia y ley.

Las tierras del comandante Jorge Briceño no eran las mencionadas en las falaces cifras del Presidente, sino 114 millones de hectáreas que tiene país, las que quería produciendo, para dignificar la vida de todos los colombianos.

Pensábamos que Juan Manuel Santos se iba a referir en San Vicente a las 17 mil hectáreas de palma africana que el jefe paramilitar “Don Berna” transfirió al Estado para que fueran entregadas a los campesinos, sus verdaderos dueños, tierras que no han llegado aún a sus destinatarios; pero nada dijo el presidente.

Pensábamos que tal vez aludiría a las 14 mil hectáreas que el mismo paramilitar pusiera en manos del Estado en los Llanos Orientales, con 4 mil de ellas sembradas de palma aceitera, a fin de que fueran restituidas a sus propietarios originales, y a pesar que esto no se ha cumplido, nada dijo el presidente.

Pensábamos que le entraría duro en su discurso a su amigo Víctor Carranza, quien recientemente celebrara con bombos y platillos su primer millón de hectáreas de tierra. Pero nada dijo el presidente.

Es mucho lo que hay que decir y denunciar en torno a la actual política agraria del gobierno. La supuesta titulación y entrega de tierras en Urabá, es una farsa triste. Allí lo que hay es un carrusel de tierras, en el que a través de poseedores de mala fe, se entregan títulos con relumbre mediático, pero al final esos predios vuelven a manos de bananeros y palmicultores despojadores. A los “urabeños” les han asignado la tarea de revictimizar para facilitar el despojo con apariencia legal.

La entrega de tierras que proyectan en Urabá y Chocó los paramilitares El Alemán y Hasbún, es para echarle tierra al engaño de la entrega de tierras que está haciendo el gobierno en Urabá.

En las Tangas asignaron 192 parcelas, pero se las arrendaron a precios irrisorios a unas empresas ganaderas, que todo indica, son del mismo dueño.

Este gobierno, en apariencia, les tiene miedo a los terratenientes, y con ese presupuesto difunde que si se tocan esos intereses criminales se despertará el demonio del paramilitarismo, como si en algún momento lo hubiesen desmantelado. Su determinación es no afectar el latifundio improductivo, ocioso y evasor de impuestos. Por lo visto, ni siquiera se le dará un pellizco. Ahora los latifundistas están esperando a las trasnacionales para vender o arrendar. En lugar de castigo, recibirán un premio.

Esa tierra fue amasada con sangre campesina, masacres paramilitares, fosas comunes, más de 5 millones de desplazados, falsos positivos, y por lo tanto, ¿por qué no llamarlos delincuentes y aplicarles sin tantas vueltas la extinción de dominio reservada a los grupos delincuenciales?

Un tercio del territorio del país está manos de los ganaderos… ¿Quiénes son entonces los latifundistas despojadores?

¿Quiénes son los responsables del índice GINI del 0.87 referido a la desigualdad en el campo?

Que alguien del gobierno le explique al país cómo fue posible que el INCODER le entregara 315 mil hectáreas de tierra a testaferros de los señores del despojo.

¿Por qué el INCODER intentó eliminar los resguardos indígenas coloniales?

El escándalo de Agro Ingreso Seguro pretendió descargarse contra la modelo, Valery Domínguez, mientras que beneficiarios poderosos pasaban de agache: “El programa Agro Ingreso Seguro, creado por la ley 1113 de 2007, otorgó en los primeros dos meses de 2009, bajo una línea especial de crédito, 27.600 millones de pesos, de los cuales una sola compañía, Palmeros del Pacífico Sur, recibió más dinero que todos los beneficiarios en cualquier otro departamento del país, pues obtuvo 4.321 millones (más del 15% del total). De igual forma, tres empresas palmicultoras pertenecientes a la familia Sarmiento Angulo (Palmas Pororó, Palmas Sicarare, Palmas Tamacá) recibieron 3.950 millones (14,27% del total de los créditos). Si se suman dos palmicultores más –Asociación de Agricultores Palma de Caunapí y Palmar El Diamante–, los palmicultores recibieron casi el 40% de los dineros entregados”. No solamente entonces, es el despojo de la tierra, sino el de los recursos públicos, usurpados para entregárselos a los más ricos, a gente como Sarmiento Angulo, ranqueado por la revista Forbes como uno de los más ricos del mundo.

Pareciera que el alzhéimer se ha apoderado de algunos altos funcionarios del Estado, y ya no saben de dónde proviene ni dónde está el latifundio. No hay catastro confiable, no hay estadísticas rigurosas. Engordan tierras, no tributan, todo está en el cajón del olvido, resguardado por la complicidad. No se puede atacar a los gamonales y caciques de la tierra, porque las elecciones están cerca.

Se necesita un catastro alternativo en el que participen organizaciones agrarias y sociales, las víctimas, los desplazados, con veeduría internacional, para no dejar que esta tarea, tan trascendental para la paz, sea asumida por la desprestigiada y parcializada oficina de “restitución” de los victimarios.

Que no nos vaya a tragar la geofagia de las trasnacionales. Colombia no es de Cargill, Pacific Rubiales, corficolombiana, Mavalle, Pajonales, Valorem, Refocosta, Riopaila, Bioenergy, Mónica, Firmenish, Amaggi, Merhav, Aliar, Anglo Gold Ashanti, Billiton, Anglo American, Xstrata, Efromovich, Eike Batista y demás usurpadores que pretenden despojarnos el territorio que nos pertenece a todos.

Llamamos a los colombianos, a sus organizaciones sociales, políticas y gremiales, a las Fuerzas Armadas con

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من: Ruben1919 مبعوث: 04/03/2013 12:41
La tierra y la paz en Colombia PDF Imprimir E-Mail
Escrito por Odalys Troya Flores *

01 de marzo de 2013, 01:04Por Odalys Troya Flores *
Imagen activaLa Habana (PL) La tierra, uno de los bienes comunes, de producción y de vida más importantes, en Colombia es parte esencial del conflicto armado, político y social que sufre el país desde hace más de medio siglo, y que tiene sus raíces en el colonialismo.

Otros Exclusivos:

Solucionar los graves problemas en la nación suramericana a raíz de su uso y tenencia es una prioridad en el diálogo de paz entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia- Ejército del Pueblo (FARC-EP) y el Gobierno de Juan Manuel Santos.

Desde el 19 de noviembre último, ambas partes platican en La Habana, Cuba, acerca de los caminos para poner fin a la guerra que aqueja a la nación suramericana y que pasa inexorablemente por el tema de la tierra.

¿Cómo redistribuirla con justicia, cómo trabajarla, quiénes la administrarán, cómo poner fin al latifundio o a la explotación irracional de las transnacionales mineras? Son algunos de los cuestionamientos de los colombianos en este proceso de paz.

La solución sin dudas es muy compleja porque, según datos del Instituto Geográfico Agustín Codazzi, el uno por ciento de los propietarios es el dueño de casi el 60 por ciento de unos 45 millones de hectáreas.

Se estima que Colombia tiene 21,5 millones de hectáreas con vocación agrícola, pero sólo se usan 3,7 millones. En cambio, 38,7 millones se emplean para la ganadería.

Otro reto es la entrega de al menos dos millones de hectáreas a los desplazados, con lo cual el Gobierno se comprometió a pesar de que no habla de expropiar los latifundios, como plantean las FARC-EP.

La tierra de los desplazados "esté hoy en manos de quien esté, se le va a devolver a sus dueños originales", ofreció el jefe de Estado recientemente.

El número prometido parece insignificante pues diversas fuentes aseguran que a este segmento de la población le han quitado al menos 10 millones de hectáreas.

Las dudas vagan en el aire: ¿Cómo será esa devolución, cederán los actuales dueños quienes, parafraseando al periodista y escritor Antonio Caballero, son los "narcoparamilitaroterratenientes", un nombre que por sí solo "estremece"?

¿Se van a dejar quitar mansamente esas fincas que tanta sangre les costó ganar? ¿O empezará otra guerra, esta vez con otras alianzas y el gobierno ��?, se pregunta Caballero, al tiempo que ironiza.

Son numerosas las causas del desplazamiento en Colombia. Para unos es la violencia bipartidista desde inicios del siglo XX, para otros es el conflicto armado o la irrupción de las transnacionales, los carteles de la droga y los grupos paramilitares. En los últimos días, el Gobierno acusó a las FARC-EP de arrebatar abundantes terrenos a los campesinos e indígenas durante estos años de guerra.

Tales acusaciones -asegura el alto mando de la insurgencia- forman parte de una "mendaz campaña mediática del gobierno Santos" para "escamotear la necesaria reforma agraria, ocultando y protegiendo a los victimarios latifundistas".

Las FARC-EP reiteraron la propuesta del comandante Timoléon Jiménez de conformar una comisión de alto nivel, integrada por delegados de las dos partes, con participación de gremios y organizaciones sociales, para que, en condiciones de seguridad, se encargue de visitar y verificar la situación real de los predios que se dicen arrebatados por la guerrilla.

Lo cierto es que no existen datos exactos que indiquen la distribución real de la tierra en Colombia, un país que importa más del 50 por ciento de los alimentos requeridos.

Con el fin de contribuir a superar este déficit en materia estadística, la guerrilla presentó a la opinión pública 10 propuestas mínimas para un catastro al servicio de la soberanía alimentaria, los desposeídos del campo y las víctimas del desplazamiento forzado y el despojo.

Para Andrés París, miembro de la delegación de paz de los insurgentes, la violencia en Colombia iniciada por grupos de poder económico hace más de 60 años tiene un carácter anticampesino muy fuerte y está dirigida a la expropiación de los terrenos y contra los pequeños propietarios, de ahí que la paz dependa en extraordinaria medida de la solución a los problemas con la tierra.

Luego de más de tres meses de diálogos, aunque ambas partes coinciden en asegurar que "avanzan", aún no se conocen detalles de asuntos pactados -si es que hubiere- en este primer tema, pues el Gobierno y las FARC-EP acordaron mantener la mayor discreción.

La tierra para los colombianos es quizás su principal problema, lo que nos hace releer el artículo de William Ospina "Instrucciones para robar un diamante", publicado hace tres años en el diario colombiano El Espectador:

"En un país donde la más antigua tradición es el despojo de tierras, resulta asombroso oír hablar de la intención de devolver la tierra a sus propietarios", dice.

"La generosa intención no puede olvidar que estamos en un país donde la voluntad de los terratenientes se confundió siempre con la ley", señala el escritor.

La mesa de diálogo en La Habana intentará dar solución a este nudo gordiano que vio sus primeros atisbos de esperanzas en la Ley de Tierras de Alfonso López Pumarejo, presidente durante los períodos 1934-1938 y 1942-1945, aunque ya se habían hecho intentos desde los años 20 de esa centuria.

La legislación incluyó normas sobre la explotación de la tierra, los derechos de los arrendatarios y colonos sobre las tierras de los patronos y las condiciones laborales óptimas para los jornaleros.

Su frenazo por las clases adineradas del país, en particular por los terratenientes, contribuyó al llamado período de violencia de los años 50.

Más tarde, en 1961 en el gobierno de Alberto Lleras Camargo se expidió la Ley de Reforma Social Agraria impulsada por Carlos Lleras Restrepo, en ese momento senador de la República.

Entre 1971 y 1972 el denominado Pacto de Chicoral acabó con la iniciativa de los campesinos para hacer viable la anhelada reforma agraria.

El polémico acuerdo entre terratenientes y políticos institucionalizó la ganadería extensiva como la forma más adecuada para explotar la tierra y, según analistas, propició la guerra de las drogas que pervive en esta nación suramericana.

Ahora, el pueblo colombiano cifra sus anhelos en estas conversaciones, en las que tanto el Gobierno como la guerrilla han insistido en la participación popular para llegar a acuerdos concretos.

*Jefa de la redacción Suramérica de Prensa Latina.

arb/otf


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