Obama urge a tomar medidas radicales para evitar el triunfo de Nicolás Maduro

Resulta obvio recordar que el gobierno estadounidense, tanto bajo la presidencia del genocida George W.Bush, como de Barack Obama, desarrollaron a través de su agencia terrorista NED (National Endowment for Democracy), antes y ahora, estrategias encaminadas a interferir todos los procesos de liberación en el mundo, especialmente en Latinoamérica, donde desde 1959 han invertido miles de millones de dólares para intentar el magnicidio de Fidel Castro y de todos los líderes antiimperialistas. 

Desde 2002, la NED ha venido implementando planes para matar a Hugo Chávez (ahora se investiga la posibilidad de que el comandante contrajera el cáncer que acabó con su vida, a través de minúsculas partículas de material radiactivo colocadas en lugares precisos), a Rafael Correa, Fernando Lugo, Luís Inacio Lula (los dos últimos padecieron sendos tumores, que por fortuna no llegaron a ser fatales), aunque parece que para ese organismo terrorista ha llegado el momento de intentarlo con Nicolás Maduro, presidente provisional de Venezuela y candidato a las anunciadas elecciones del 14 de Abril.

Para ello, la NED ya ha establecido contactos con los principales capos del narcotráfico colombiano (Álvaro Uribe ha sido el informante más preparado para ello) incluyendo a los México, Miami y Panamá, para que financien al líder opositor, Henrique Capriles, convencidos de que el dinero es el secreto de una victoria electoral.

La NED no excluye el boicot en todas sus formas a los actos de campaña del PSUV, en forma de ataques armados a la población, secuestros rápidos, algaradas con elementos infiltrados y distribución de droga entre la ciudadanía para culpabilizar al gobierno de conexiones con los cárteles latinoamericanos.

Primero Justicia, partido co-fundado por Leopoldo López y Julio Borges, quien al igual Radonski, han sido respaldados durante más de 10 años por el Departamento de Estado de EE.UU., se haintegrado en la coalición MUD (Mesa por la Unidad Democrática), mientras toda una red de ONG distribuidas por territorio venezolano que trabajan para esa oposición, también han sido receptoras de apoyo financiero extranjero, no específicamente estadounidense (desde bancos españoles, británicos y franceses, a empresas mediáticas de implantación global), que estas semanas alcanza dimensiones considerables.

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