El ministro de Asuntos Exteriores de
Rusia, Serguei Lavrov, afirmó este viernes que dotar a los grupos
terroristas en Siria con armamento de última generación va en contra de
las leyes internacionales.
Lavrov aseguró que entregar armas a los grupos
opositores sirios es contribuir a la guerra en vez de intentar
solucionar los problemas.
Asimismo, insistió en que es el deber de todos los
gobiernos cumplir con el Acuerdo de Ginebra, firmado el 30 de enero de
2012, que consiste en la detención de la violencia, el diálogo entre
Gobierno y oposición y el apoyo a las personas desplazadas.
En ese contexto, el jefe de la Diplomacia rusa
destacó que su país está dispuesto a participar en las conversaciones
entre el Gobierno sirio y los grupos opositores.
Rusia, al contrario que el resto de los países
occidentales que aprovechan la situación actual de Siria para
entrometerse en los asuntos internos del país árabe, desde un principio
ha intentado solucionar el problema y detener la violencia.
Por ello, Lavrov ha criticado duramente el comportamiento de Occidente sobre la situación en ese país.
La víspera, el portavoz de la Casa Blanca, Jay
Carney, no descartó la posibilidad de que el Gobierno de los Estados
Unidos (EE.UU.) esté evaluando nuevas estrategias para dotar de
armamento a los grupos terroristas en Siria que luchan por derrocar al
presidente constitucional Bashar Al Assad.
“Hemos estado aumentando nuestra ayuda a la oposición de
manera significativa, y estamos revisando constantemente nuestros
programas de ayuda para determinar qué tipo de ayuda le proporcionaremos
en los próximos meses”, adelantó Carney.
El funcionario manifestó que, hasta la fecha, no le han proporcionado
armas a la oposición siria, “pero seguimos revisando nuestras opciones y
no descartamos ni confirmamos” la posibilidad de armar a los grupos
terroristas enfrentados desde hace dos años contra el Gobierno de
Damasco.
Carney agregó que también han estado comprometidos con sus aliados y
socios de Medio Oriente (Turquía, Qatar, Israel y Arabia Saudita) “en un
esfuerzo por apuntalar a la oposición y brindar ayuda a aquellos
elementos en los que confiamos para llevar a Siria hacia una transición
democrática, que no se oponga a los intereses de Estados Unidos”.
Las declaraciones de Carney se dieron un día después de que el diario
“The Washington Post” revelara que la administración del presidente
estadounidense, Barack Obama, “está preparándose para enviar ayuda
armamentística a la oposición siria”, un tema que primero quiere
“consultar bilateralmente con Moscú”.
El presidente Obama señaló este martes que hay evidencias de que
armas químicas han sido usadas en Siria. Sin embargo, al igual que Gran
Bretaña y Francia, emite sus señalamientos sin presentar prueba alguna.
En ese sentido, advirtió que el conflicto en Siria podría
desencadenar una intervención militar extranjera (tal como en Irak o
Libia) pero “aún son necesarias más pruebas para determinar si las
fuerzas de Al Assad han utilizado ese tipo de armamento”.
La víspera, el jefe militar del Ejército Libre de Siria (ELS), Salim
Idris, envió una carta a Obama para pedirle "desesperadamente ayuda"
ante los ataques con armas químicas de Asad, que aseguró "ha cruzado ya
la línea roja".
Desde hace semana, Damasco ha denunciado ante la comunidad
internacional una estrategia internacional de los “países enemigos de
Siria” que busca hacerle creer al mundo que el Gobierno utiliza armas
químicas, una información que ha sido desmentida en reiteradas
ocasiones.