Nelson Mandela se encuentra en estado crítico, según ha confirmado la presidencia sudafricana esta noche. El presidente, Jacob Zuma, ha visitado esta noche a la familia en el hospital de Pretoria donde  Madiba, como se le conoce popularmente por su pertenencia a la etnia  xhosa, está ingresado desde hace 16 días. Según la misma fuente, Madiba  lleva 24 horas en situación crítica por lo que las alarmas sobre su  estado de salud se han disparado en todo el país.
Zuma se ha reunido con el equipo médico que trata a Mandela y con su  mujer, Graça Machel, para enterarse de primera mano de que la salud del  viejo expresidente se ha deteriorado en las últimas horas. "Los médicos  están haciendo todo lo posible para mejorar su estado y se aseguran de  que Madiba está bien cuidado y se encuentra cómodo", dijo Zuma, a través  del comunicado presidencial. "Está en buenas manos", apuntó el jefe de  Estado. El viernes, un bisnieto del Premio Nobel de la Paz llegó a  afirmar que su abuelo estaba evolucionando bien y apuntó que podría  recibir el alta “muy pronto”.
La cadena de televisión CBS informó ayer de que la salud de Mandela era mucho más precaria de lo  que afirmaba su familia y en una exclusiva aseguró que la madrugada en  que fue ingresado estuvo 40 minutos dentro de una ambulancia, en el  arcén de una autopista esperando que llegara un segundo vehículo médico  porque el que le conducía se había estropeado. Además, este medio  aseguró que los riñones y el hígado del paciente funcionaban al 50% y  que hacía días incluso que no abría los ojos.
“Madiba no se merece morir entre tubos”, aseguraba Martin, un joven afrikáner al conocer el último parte oficial sobre el estado de salud. “No  entiendo por qué no le dejan morir en su casa, tranquilamente, sin  médicos, sólo con su familia”.
Seguramente que hoy, este es el sentir mayoritario de un país que lleva más de 15 días pendiente del estado de salud del que fue su primer presidente negro, en 1994. Dos semanas en las que  se han oído voces partidarias de “dejarlo ir” para no alargar más la  agonía a un hombre que en julio cumplirá 95 años.
Las esperanzas de que Mandela se recupere de esta recaída de su  neumonía (la cuarta en lo que va de año) se apagan. Incluso los medios  internacionales que durante toda su hospitalización han estado ante el  domicilio de Madiba en Johannesburgo han abandonado las guardias. Ayer,  sin ir más lejos, el personal que salía de la mansión se extrañaba de  esta soledad. “Confiamos en que el señor Mandela vuelva a casa pero no  sé por qué hoy no hay periodistas grabando. Serán que saben más que  nosotros", comentó una mujer.
Zuma ha vuelto a pedir a los sudafricanos que sigan rezando por la  salud de Madiba. Sin embargo, como el joven Martin, la sociedad  sudafricana se prepara para lo peor. “No hay otro como él. Es nuestro  referente. Será un drama pero tenemos que dejarlo morir en paz”, afirma  el afrikáner.