Uruguay conmemora este jueves el aniversario 
número 40 del golpe de Estado de 1973, encabezado por el entonces 
presidente Juan María Bordaberry (1972-1976), un hecho que dio pasó a 
una férrea dictadura durante los siguientes 12 años, hasta 1985, 
caracterizada por la persecución política y desapariciones de personas 
que pensaran distinto al régimen militar.
Diferentes movimientos sociales, organizaciones defensoras de los 
derechos humanos y familiares de víctimas de la dictadura marcharán por 
las calles de Montevideo, para exigir “cero impunidad” con los 
responsables de los crímenes cometidos durante esa época.
Las actividades programadas para este jueves se llevarán a cabo en 
memoria de la huelga general decretada por los sindicatos uruguayos el 
mismo día del golpe, la cual duró quince días y fue seriamente reprimida
 y condenada por el Gobierno de facto.
Al final de la tarde, en la puerta del Teatro Solís, aledaño a la 
sede de la Presidencia uruguaya, se estrenará la serie de documentales: 
"Huellas. A 40 años del golpe", realizados por diversos cineastas 
uruguayos. La proyección será simultánea en otros auditorios de la 
capital.
En tanto, la Televisión Nacional de Uruguay lanzará un ciclo de 
documentales sobre el tema, así como también se reestrenará la obra 
teatral "Antígona Oriental", protagonizada por expresas políticas y que 
intercala el texto clásico de Sófocles con testimonios de víctimas de la
 dictadura y sus familiares.
Durante las últimas semanas se han realizado numerosas conferencias y
 mesas redondas, donde se ha analizado el golpe impulsado por 
Bordaberry, que suprimió las dos cámaras del Parlamento, dando paso a la
 dictadura militar y a la persecución política, asesinato y 
desapariciones de opositores.
Hasta la fecha, solamente 15 personas han sido procesadas por 
crímenes cometidos durante la dictadura, mientras los abogados de las 
víctimas rechazan e intentan revertir una reciente decisión de la 
Suprema Corte de Justicia (SCJ), que considera que “esos delitos 
prescribieron”.
El Parlamento aprobó en 1989 la Ley de Caducidad, una especie de ley 
de amnistía para los que cometieron crímenes en aquella época. La norma 
fue ratificada por la población en dos referendos, en 1989 y 2009.
A inicios de este año, la SCJ declaró inconstitucional esa ley, pero 
solamente para un caso concreto, afirmando que viola el principio de no 
retroactividad establecido en la Constitución, pues el delito de lesa 
humanidad fue incorporado a la legislación uruguaya recién en 2006.
Desde entonces, en la mayoría de los casos pendientes, la defensa de 
los militares acusados ha presentado recursos ante la SCJ para que se 
pronuncie de la misma forma, hecho que ha retrasado las investigaciones 
en curso.
En 2011, la Corte Interamericana de Derechos Humanos ordenó a Uruguay
 investigar y juzgar los delitos de la dictadura, cuestionando la 
reciente decisión de la SCJ uruguaya.
La dictadura
La dictadura uruguaya se extendió desde el 27 de junio de 1973 hasta 
el 28 de febrero de 1985, con un Gobierno de facto que decretó la 
prohibición de los partidos políticos, la ilegalidad de los sindicatos y
 la persecución y encarcelamiento de los opositores.
Entre 2000 y 2003, la Comisión para la Paz investigó los crímenes de 
la dictadura y determinó que la dictadura dejó 38 desaparecidos, aunque 
en Argentina se denunciaron otras 182 desapariciones de ciudadanos 
uruguayos; en Chile ocho más; en Paraguay otras dos, y en Brasil una.
Asimismo, la Comisión reveló que la mayoría de los crímenes iban 
ligados a detenciones masivas y prolongadas de miles de opositores, pues
 se contabilizaron al menos seis mil presos políticos.