Nelson Mandela, un cumpleaños para el mundo
							
			
			
				
 Por Fausto Triana
Por Fausto Triana
Nelson Mandela, un cumpleaños para el 
mundoPretoria, 18 jul (PL) Madiba tiene ya hoy 95 años y el mundo busca 
las mil maneras de agradecer su ejemplo, entereza y consagración a la 
justa causa de la libertad en Sudáfrica: Nelson Mandela, todavía.
Tal vez por el símbolo y también en 
virtud de su resistencia a las infrahumanas condiciones carcelarias 
durante casi tres décadas, Mandela es más que nunca venerado mientras 
permanece ingresado en un hospital de Pretoria desde el pasado 8 de 
junio.
Los detalles en el tributo enorme que se
 le rinde en Sudáfrica son de altos valores. Una comunidad cercana a 
Ciudad del Cabo por fin inauguró viajes en bote a través del río que 
separaba a los niños de su escuela. Antes debían hacerlo a nado.
El presidente sudafricano, Jacob Zuma, 
conmemora el cumpleaños de Madiba, como llaman cariñosamente al líder 
antiapartheid, con la supervisión de viviendas donadas a las familias 
pobres en la zona de Pretoria.
Los coros de la inmensa mayoría de las 
escuelas de la Nación Arco Iris cantaron a las ocho de la mañana el 
“Happy Birthday Mandela” y en murales habilitados pintaron su rostro y 
consignas alegóricas a su vida.
El reverendo Desmond Tutu, Premio Nobel 
de la Paz, subrayó que el legado de Madiba no es sólo una bendición para
 los sudafricanos, sino un camino que reclama la continuidad y el 
desarrollo. Recemos por él como guía y esperanza, acotó.
Ser libre no es solamente desamarrarse 
las propias cadenas, sino vivir en una forma que respete y mejore la 
libertad de los demás, reflexionaba Mandela en una de sus frases más 
famosas.
Numerosas asociaciones sociales 
convocaron a la labora voluntaria de la gente en obras comunitarias 
durante 67 minutos, para honrar los 67 años dedicados por Mandela al 
servicio de la humanidad.
Una Asamblea General de la ONU será 
dedicada al primer presidente negro de Sudáfrica (1994-1999), Nobel de 
la Paz y con más de 250 lauros internacionales. En Nueva York se 
reunirán Harry Belafonte, Bill Clinton y otras personalidades para 
felicitarlo.
Sin embargo, tampoco la jornada se 
antoja un mar de rosas. Por un lado su ingreso de más de 30 días y la 
incertidumbre de su estado real de salud -grave pero estable, lo más 
socorrido- , enrarecieron el ambiente.
Disputas familiares respecto al lugar de
 su sepultura, críticas a la prensa por capitalizar la situación y 
opiniones divergentes acerca del futuro de una eventual Sudáfrica sin 
Mandela, abrieron interrogantes.
Con alrededor de 50 millones de 
habitantes y cuantiosos recursos naturales, la nación sudafricana se 
resiente bastante de las disparidades sociales y la mala distribución de
 la riqueza, pese a lograr notables avances en su desarrollo.
El desempleo, que afecta a casi un 
tercio de la población activa, y el impacto del SIDA (12 por ciento) son
 dos de los flagelos que atentan contra el desenvolvimiento del país.
Ban Ki-moon, secretario general de la 
ONU, razonó sobre el particular en varios sentidos. El homenaje de este 
año llega en un momento difícil para Mandela y su familia, hay que 
honrarlo con buenos actos, anotó.
Nacido en Mvezo, El Cabo, el 18 de julio
 de 1918, estudió Derecho en la Universidad de Witwatersrand, y se 
graduó en 1942 como abogado. La gran cruzada de su vida fue acabar con 
la discriminación racial y las asimetrías sociales de su Patria.
Sus 27 años de cárcel lo obligaron a 
cambiar los tiempos de su vida y las celebraciones de los 70, 80 y 90 
aniversarios marcaron distintas etapas.
Hoy Madiba o Tata, Invictus, una vez más.