ALEXANDER CAMBERO |  EL UNIVERSAL
miércoles 31 de julio de 2013  12:00 AM
 
 El presidente ilegítimo es el  tembloroso capitán de un barco a la deriva. Su pulso debilitado por sus  múltiples carencias y debilidades, lo hacen que sea presa fácil de la  desesperación. Las tempestuosas aguas del poder político, van  transformándolo en un hombre que no saber qué hacer en los momentos  cruciales. Las piernas se tambalean ante la dificultad, la escasa  reserva intelectual se sumerge en su poca profundidad, haciendo que la  lengua desvaríe. Un verdadero suplicio para quien disfrazarse de  presidente debe costarle un montón.   
A veces juega el papel de  creerse un estadista que el mundo admira por el poder de su cerebro.  Hace algunos días la presidente de Argentina Cristina Fernández de  Kirchner, en la reunión de Mercosur escenificada en Montevideo, en donde  Venezuela asumió la conducción pro témpore del organismo multilateral,  indicó que quien ha debido presidir el ente regional era Hugo Chávez.  Prácticamente le dijo en su cara que estaba allí por un golpe de suerte  del destino. Solo la muerte de su mentor y el posterior fraude electoral  montado con la anuencia del oficialista CNE, lo han convertido en el  primer magistrado nacional. Son tan ineficaces quienes conducen la  política informativa oficial, que trasmitieron en horario estelar el  momento en que la líder sureña dejaba en ridículo al asustadizo  usurpador criollo. Creemos que la falta de tino es tan contagiante que  funcionarios inteligentes rodaron. Mostrar que el actual mandatario solo  es una circunstancia, refleja que hasta su propio equipo reconoce su  incapacidad. 
Ahora lo vemos diariamente como un simple imitador.  No existe en él algún rasgo de originalidad, siempre es la copia al  carbón de las que cosas que le resultaron a su antiguo preceptor. Trata  de engolar la voz para mostrar fortaleza ante el reclamo general de un  pueblo que siente como su esperanza se esfuma. Son por demás elocuentes  sus discusiones con personas humildes que le increpan su incapacidad  para asumir la solución de los problemas.
Otra muestra de  debilidad ha sido sus apreciaciones con respecto a la gira de Henrique  Capriles por Chile y Perú. En sus patéticas intervenciones habló pestes  de las actividades del entusiasta líder democrático. Si la gira fue tan  improductiva y con poco relieve para nuestro devenir político ¿cuál es  la mortificación? , si Capriles hizo el ridículo ¿por qué tanto dolor?
En  Miraflores debe contar con un amplio armario en donde guarda sus  disfraces del día. En cada evento posturas diferentes para buscar el  liderazgo que no tiene, cuando las cosas aprietan saca de la galera a  Hugo Chávez para llorar sobre su rostro y de esa forma buscar una  conexión espiritual que lo haga tomar un poco de oxigeno de ultratumba.  Una opereta bufa en donde el usurpador representa el triste papel de ser  el telonero de tercera del régimen cubano, copiosas lágrimas y nuevas  directrices para abastecer las arcas cubanas. Es lamentable que alguien  sin definiciones claras nos lance al despeñadero. Que sus incontables  carencias arrastren también al futuro del país, poniendo en la orca a  millones de venezolanos que padecen la despiadada acción de esta crisis  originada por el gobierno boliburgués. Un hombre que juega con las armas  cortas del mandatario sin talento. Las confusiones abundan hasta  terminar escuchando ciegamente a quien lo dirige. Nicolás Maduro es  simplemente un hombre que carga una banda presidencial que nació de un  descomunal fraude. Aparece en actos oficiales y hasta se muestra con  cierta magnificencia, sin embargo detrás de la escena teatral, están los  verdaderos amos de quien ni siquiera se sabe su lugar de nacimiento.
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