La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, abogó este martes por
 la necesidad de repensar el funcionamiento del Consejo de Seguridad de 
la Organización de Naciones Unidas (ONU), en el marco de "un nuevo mundo
 y una nueva realidad que exige nuevos métodos".
"Debemos repensar el funcionamiento del organismo porque tenemos un 
nuevo mundo y una nueva realidad (...) No se pueden enfrentar nuevos 
problemas con viejos métodos porque no nos van a dar respuestas", 
enfatizó Fernández.
Asimismo, urgió la importancia de que los consensos se den en la 
Asamblea General de Naciones Unidas en torno a la paz y la estabilidad y
 no hacia los intereses de algunos miembros con derecho a veto, que, a 
juicio de la mandataria, utilizan ese beneficio en contra de los demás 
países integrantes.
"La eficacia del Consejo de Seguridad para resolver cuestiones radica
 en que todos los Estados miembros den cumplimiento a las resoluciones 
de la Asamblea General, porque muchas veces quienes se sientan en este 
ámbito, y porque son miembros permanentes con derecho a veto, no las 
cumplen".
En ese sentido, también destacó que los Estados deben dar cumplimiento a los lineamientos emanados de la Asamblea.
La Resolución sobre Las Malvinas
Cristina Fernández reiteró su demanda de que "se cumpla la resolución
 de la ONU y que ambos países (Argentina y Reino Unido) nos sentemos a 
conversar sobre este hecho controversial".
"Mi país y Reino Unido deben entablar en el marco de la resolución de
 Naciones Unidas la soberanía de las Islas Malvinas", enfatizó la 
mandataria argentina.
Consideró que las naciones del mundo "pueden tener opiniones 
discordantes sobre algo que no está resuelto en la ONU, pero cuando en 
la Asamblea General emana una resolución no estamos ante opiniones 
discordantes sino ante una resolución a la que llegamos todos".
La resolución 2065 de las Naciones Unidas es todavía clave, porque 
constituye una decisión de la Asamblea General de esa organización, que 
el 16 de diciembre de 1965 votó, por 94 votos a favor, ninguno en contra
 y 14 abstenciones, el reconocimiento de la existencia de una disputa 
entre los Gobiernos de la Argentina y del Reino Unido de Gran Bretaña e 
Irlanda del Norte sobre la soberanía de las islas.
La resolución invitaba a ambos a proseguir sin demora las 
negociaciones recomendadas por el Comité Especial encargado de examinar 
la aplicación de la declaración sobre la concesión de la independencia a
 los países y pueblos coloniales a fin de encontrar soluciones pacíficas
 a los problemas existentes, teniendo debidamente en cuenta las 
disposiciones y los objetivos de la carta de las Naciones Unidas y de la
 Resolución 1514 de la Asamblea General, así como los intereses de la 
población de las islas.