Pàgina principal  |  Contacte  

Correu electrònic:

Contrasenya:

Inscriviu-vos ara!

Heu oblidat la vostra contrasenya?

LA CUBA DEL GRAN PAPIYO
Per molts anys, roberto el serucho !                                                                                           Per molts anys, Matilda !
 
Novetats
  Afegeix-te ara
  Plafó de missatges 
  Galeria d’imatges 
 Arxius i documents 
 Enquestes i Tests 
  Llistat de Participants
 Conociendo Cuba 
 CANCION L..A 
 FIDEL CASTRO.. 
 Fotos de FIDEL 
 Los participantes más activos 
 PROCLAMA AL PUEBLO DE CUBA 
 
 
  Eines
 
General: Salvador Allende, toda una vida por Chile
Triar un altre plafó de missatges
Tema anterior  Tema següent
Resposta  Missatge 1 de 19 del tema 
De: Ruben1919  (Missatge original) Enviat: 10/09/2013 12:48
Salvador Allende, toda una vida por Chile PDF Imprimir E-Mail
Escrito por Enrique Torres *   

09 de septiembre de 2013, 10:31Por Enrique Torres *

 Santiago de Chile (PL) El 26 de junio de 1908, en la bella ciudad de Valparaíso, nació un niño a quien sus padres nombraron Salvador , y que 65 años más tarde, el 11 de septiembre de 1973, siendo presidente de Chile, muriera durante el bombardeo al Palacio de La Moneda.

Diversos testimonios sobre el día del golpe militar dan cuenta que el presidente Salvador Allende Gossens combatió y resistió a pesar del desigual combate con los golpistas.

La historia recoge que el estadista se quitó la vida mientras aviones de la Fuerza Aérea de Chile lanzaban sus bombas contra la mansión ejecutiva, inmolación que llevó a efecto para evitar caer en manos de los militares amotinados, al mando del general Augusto Pinochet.

Dicha versión no es aceptada por una parte de los seguidores de Allende, como el Movimiento del Socialismo Allendista, el cual intenta demostrar la participación de terceros en la muerte del mandatario.

Los padres del jefe de Estado fueron el abogado y notario Salvador Allende Castro, militante del Partido Radical, y Laura Gossens Uribe.

Allende cursa sus primeros estudios en el Liceo Eduardo de la Barra, en Valparaíso, donde obtiene excelentes calificaciones y se destaca en la práctica de deportes.

Además de la influencia recibida en el hogar, su formación ideológica tiene en los primeros momentos la incidencia de Juan Demarchi, un viejo anarquista italiano, quien le presta los primeros textos de marxismo.

En 1925 se integra como voluntario al Servicio Militar, en el Regimiento de Coraceros, del balneario de Viña del Mar, luego pide su traslado al Regimiento de Lanceros de Tacna, hasta que egresa con el rango de oficial de reserva del Ejército.

Un año después comienza sus estudios de medicina en la Universidad de Chile, donde rápidamente se convierte en presidente del Centro de Alumnos de Medicina, y fomenta el pensamiento de izquierda en muchos de sus compañeros, a partir del estudio y la lectura de libros de marxismo. Llega a ser vicepresidente de la entonces Federación de Estudiantes de Chile.

Su ingreso en la masonería se produce en 1929, a partir de tradición familiar, y en 1930 participa de manera muy activa en la lucha contra la dictadura de Carlos Ibáñez, derrotada en julio del siguiente año.

Al concluir sus estudios de medicina en 1932, retorna a Valparaíso, donde su padre permanecía enfermo. Comienza a desarrollar su actividad profesional en esa urbe.

Es llevado a prisión por primera vez en junio de ese año, luego de ser proclamada la República Socialista, que solo duró 14 días en el poder, encabezada por el militar revolucionario Marmaduke Grove.

Tras la persecución desatada contra las fuerzas progresistas luego de la caída de la República Socialista, Allende es encarcelado, y mientras permanece en prisión muere su padre.

Aunque había concluido sus estudios de medicina un año atrás, es en 1933 que obtiene su título de médico y una plaza en el servicio de anatomía patológica.

En abril de ese año participa en el nacimiento del Partido Socialista de Chile (PS), junto a Grove, Oscar Schnake y Eugenio González, entre otras figuras.

Allende integra la directiva de la Asociación Médica Chilena en 1935, y un año después toma parte en la fundación del Frente Popular, quedando bajo su liderazgo la presidencia provincial en Valparaíso. A la sazón se convierte en Subsecretario General del PS.

En Valparaíso encabeza la campaña presidencial de Pedro Aguirre Cerda en 1938, siendo ya diputado por esa ciudad, y tras la victoria del Frente Popular en las urnas, renuncia al Congreso e integra el gabinete de gobierno, en la cartera de Salud, hasta 1942. De esa época data su libro La realidad médico social de Chile.

Para inicios de los años 40 se convierte en el líder del PS, y en 1945 es electo Senador por las localidades de Valdivia, Llanquihue, Chiloe, Aysen y Magallanes. Al dividirse la organización política a la que pertenecía, se suma al Partido Socialista Popular.

Se postula para las elecciones presidenciales de 1952, 1958, 1962 y 1964, y en todas fue derrotado. En el último de estos comicios, Allende compite apoyado por los socialistas y los comunistas, con un programa de gobierno que incluía la nacionalización del cobre y una amplia reforma agraria.

Durante el gobierno de Eduardo Frei Montalva, creció la polarización en el país, que se hizo extensiva a lo interno de las filas de la Democracia Cristiana. Las divisiones se hicieron sentir con fuerza en los comicios parlamentarios de 1969.

El convulso escenario se reveló con más fuerza en las elecciones presidenciales de 1970, donde Allende logra finalmente, luego de tantos intentos, llegar al Palacio de La Moneda, al frente de la Unidad Popular, triunfo que debió ser ratificado por el Congreso, a causa del estrecho margen en las urnas frente a sus rivales.

Luego de un acuerdo con el Partido Demócrata Cristiano, que incluyó la incorporación de Estatuto de Garantías Democráticas a la Constitución, Allende fue proclamado jefe de Estado.

Desde la asunción, su Gobierno encontró el asedio de fuerzas de la derecha interna, y del gobierno de Estados Unidos y sus aparatos de espionaje, que derrocharon energías en la desestabilización del país.

Una de las primeras acciones fue el asesinato del general René Schneider a manos de un comando de la ultraderecha con el respaldo de la norteamericana Agencia Central de Inteligencia. El militar defendía la subordinación de las fuerzas castrenses al poder civil.

Allende puso en práctica el programa prometido, con medidas como la amplia reforma agraria y la nacionalización del cobre, entre muchas otras que desataron el odio de sus opositores y de Washington, odio que desembocó en el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 y en el establecimiento de la dictadura de Augusto Pinochet, la cual duraría 17 años.

*Corresponsal de Prensa Latina en Chile.

arb/et


Primer  Anterior  5 a 19 de 19  Següent   Darrer  
Resposta  Missatge 5 de 19 del tema 
De: Ruben1919 Enviat: 11/09/2013 11:43

HACE 40 AÑOS ..... ( desde otro ángulo )

El 11-S chileno

El golpe de Estado liderado por el general Pinochet acabó con la 'vía chilena al socialismo'. El bombardeo del palacio de la Moneda, donde se hallaba el presidente Salvador Allende y su decisión de morir antes que entregar el mando a los golpistas, fueron sus episodios emblemáticos.

Hemeroteca | 11/09/2013 - 00:00h

El 11-S chileno

La última imágen del presidente Salvador Allende, con casco y una metralleta AK-47, mientras el palacio de La Moneda era bombardeado ARCHIVO

Documentación

 

 
 

Chile, uno de los países de Latinoamérica con mayor tradición democrática, era sacudido el 11 de septiembre de 1973 con un golpe militar, encabezado por el general  Pinochet. Pero no fue una sorpresa. El país vivía desde hacía meses en una tensión creciente y el rumor de un inminente golpe crecía imparablemente. El pronunciamiento fue bien recibido por un amplio sector de la sociedad chilena, enemiga de las reformas y cansada de las penurias económicas. Los militares desencadenaron una furibunda represión contra los partidarios de la Unión Popular (UP), que se saldó con miles de detenidos y centenares de muertos. 

Sólo dos semanas antes del golpe, el general Augusto Pinochet había sido designado por Allende comandante en jefe del Ejército. Sustituyó al dimitido general Carlos Prats, que falto de apoyos en la cúpula y los mandos del ejército, no pudo resistir la presión social de la derecha. Posteriormente, en 1974, fue asesinado por la DINA, la policía política de la dictadura.

Augusto Pinochet era un hombre astuto, hermético y ambicioso, al que se consideraba un militar constitucionalista –Allende confió en su lealtad hasta  última hora-. No había jugado un papel relevante en la preparación del golpe, pero cuando los organizadores se lo propusieron, no dudó en aprovechar la oportunidad histórica de encabezarlo.

En la madrugada del martes 11 de septiembre –el ataque a las Torres Gemelas también fue un martes 11 de septiembre- los barcos de la Armada, que habían zarpado el día anterior para participar junto a buques estadounidenses en unas maniobras militares, regresaron a Valparaíso. Unos pocos cañonazos bastaron para ocupar las calles del puerto, la Intendencia y los centros de comunicación. Eran las 6 de la mañana.

El bombardeo del palacio de La Moneda

El presidente Allende, advertido de los primeros movimientos golpistas de la Armada en Valparaiso, había llegado a La Moneda, acompañado de su guardia personal, a las 7,30h. En los alrededores del palacio ya se apostaban tropas rebeldes. En su primera alocución por radio, Allende informó al país del levantamiento, que él suponía restringido a la Armada en Valparaíso. Quince minutos después las radios de oposición transmitieron la primera proclama de las Fuerzas Armadas.

Después de tratar inútilmente de comunicarse con los jefes de los tres ejércitos, Allende tuvo claro que los tres cuerpos estaban conjurados en el golpe. Entonces empezaron a sentirse los primeros disparos entre golpistas y francotiradores instalados en los edificios públicos próximos. A las 9,20h, Allende habló por última vez a través de Radio Magallanes. Con emotivas palabras, en el que sabe será su último discurso, se despidió del pueblo chileno.

Poco más tarde, los tanques comenzaron disparar intensamente contra La Moneda, desde donde los defensores respondieron el fuego. Allende rechazó el ofrecimiento de un avión para partir al exilio. Alrededor de las 11h, a instancias del presidente, un grupo de mujeres -entre las que se encontraban sus hijas- y funcionarios del gobierno abandonaron el palacio.

A las 12h cuatro aviones arrojaron durante quince minutos más de veinte bombas explosivas sobre el viejo edificio, que empezó a arder. El ataque a La Moneda constituyó la acción militar más emblemática del golpe, la más determinante para su éxito y un ejemplo de precisión, porque las bombas destruyeron el interior del inmueble pero no la fachada del palacio, la cual sólo quedó impactada por disparos de rifle y metralla.

Todavía hoy se desconoce la identidad de los cuatro pilotos de los Hawker Hunter que participaron en esa operación –durante años corrió el rumor de que habían sido pilotos norteamericanos-. El pacto de silencio entre pilotos y mandos de la Fuerza Aérea chilena perdura y los intentos recientes (2011) de la justicia por esclarecerlo han sido infructuosos.

La muerte de Allende

El presidente resistió los ataques aéreos y terrestres dentro de La Moneda, junto con un grupo de fieles colaboradores, hasta que efectivos militares lograron entrar en el edificio por una puerta lateral. La guardia de Carabineros, encargada de custodiarlo, ya se había pasado a los golpistas. Cuando los militares ocuparon la planta baja, Allende instó a sus colaboradores a rendirse. Eran las 13,30h.

Oscar Soto, médico personal del mandatario, que ya se había entregado, escuchó una ráfaga de metralleta y ya no volvió a ver a Allende. Cuando el comandante Roberto Sánchez - otro fiel colaborador del presidente- entró al salón donde estaba el cuerpo de Allende, lo encontró con un fusil automático AK-47 dirigido a la mandíbula, pero puesto en tiro a tiro –es una de las incógnitas que queda por aclarar: la metralleta estaba puesta tiro a tiro y lo que se escuchó fue una ráfaga-.

En los primeros momentos, persistieron varias versiones sobre su muerte: que murió combatiendo en la defensa del palacio, que fue asesinado cuando se encontraba herido y  que acabó suicidándose antes que rendirse, con la AK-47 que le había regalado Fidel Castro. Esta última hipótesis es la más aceptada después de que el mismo presidente, en su discurso radiofónico de despedida a través de Radio Magallanes, expresara: "pagaré con mi vida la lealtad del pueblo". Esta versión está avalada por el testigo presencial Patricio Guijón, un médico colaborador de Allende, y aceptada  por la familia. Fue enterrado en el cementerio de Viña del Mar y con la llegada de la democracia en 1990 fue trasladado al de Santiago.

El 23 de mayo de 2011, a petición de la fiscalía, su cadáver fue exhumado para revisar las causas del fallecimiento. El equipo internacional que examinó el cuerpo confirmó que Allende se suicidó.

Una sociedad dividida

Salvador Allende se había convertido en el líder natural de la izquierda chilena desde mediados de los años cincuenta. Impulsor de la fórmula conocida por la vía chilena al socialismo, una vía pacífica, que postulaba un socialismo democrático y pluripartidista, muy distinto al impuesto por Fidel Castro en Cuba. Fue candidato en cuatro ocasiones a la presidencia. A excepción de la primera vez (1952), donde obtuvo un testimonial 5,4% de los votos; en 1958 consiguió el 28,8% y en 1964, el 38,9 frente al 56,1 del democristiano Eduardo Frei Montalva.

Finalmente, en las elecciones del 4 de septiembre de 1970, encabezando la candidatura de la UP -coalición que integró a socialistas, comunistas, radicales y otros pequeños partidos -, recibió el 36,6 de los votos, casi dos puntos más que el derechista Jorge Alessandri y nueve más que el democristiano Radomiro Tomic, pero dos puntos menos que su propia candidatura de 1964.

A falta de una victoria por mayoría absoluta, el pleno del Congreso y el Senado debía elegir al nuevo presidente. Aunque el centro-derecha tenía mayoría, los democristianos no aceptaron las propuestas de Alessandri y, el 24 de octubre, las cámaras proclamaron presidente de la República a Salvador Allende, por 153 votos contra 35 para Alessandri. Tomó posesión el 3 de noviembre.

En las legislativas de marzo de 1973, la UP aumentó el respaldo hasta el 45 por ciento de los votos, pero fue insuficiente para conseguir la mayoría de las dos Cámaras. Allende dirigió el país durante tres años con la oposición del Congreso y una parte de la sociedad, antagónica a  sus ideas. Su voluntad de disminuir la pobreza y las desigualdades no tuvieron el suficiente apoyo social. La sociedad chilena se fue polarizando cada vez más y el centro político se hundió. Además, la misma UP, en demasiadas ocasiones, le proporcionó un apoyo político endeble y fragmentado.

La crisis económica

Los mil días de gobierno de Allende estuvieron lejos de ser la ansiada experiencia de revolución sin fusiles que proclamaba. A la creciente tensión social -avivada entre bastidores por Washington- se le sumo una política económica recibida con hostilidad y miedo por empresarios y grandes propietarios

En julio de 1971, Allende  promulgó la ley de Nacionalización del Cobre. Después llevó a cabo expropiación de haciendas, el aumento del control estatal de empresas y bancos, la nacionalización de compañías extranjeras y medidas de redistribución de la renta. Sus intentos de reestructurar la economía del país llevaron al aumento de la inflación y la escasez de alimentos. En  diciembre de 1972, Allende denunció ante la Asamblea General de la ONU la agresión internacional y el boicot económico del que era objeto su país. Finalmente, meses antes del golpe, una prolongada huelga de camioneros que se oponían a sus planes de nacionalización dejaron las tiendas desabastecidas. Los comerciantes, sin casi nada que vender, se unieron a la protesta. El malestar social era imparable.

El papel de Estados Unidos

La masiva desclasificación de documentos estadounidenses sobre el golpe de Estado en Chile en 1999 y el año 2000 confirmó la responsabilidad de Washington en el derrocamiento de Allende. Los documentos de la CIA, el Pentágono, el departamento de Estado y el FBI señalaron que desde la elección de Allende en 1970, el entonces  presidente Richard Nixon autorizó al director de la CIA, Richard Helms, a socavar al gobierno chileno por temor a que el país se convirtiera en una nueva Cuba.

De hecho, la agencia realizó operaciones encubiertas en Chile desde 1963 a 1975, primero para impedir que Allende fuera electo –sobornando a políticos y legisladores-, luego para desestabilizar su gobierno y, tras el sangriento golpe, para apoyar la dictadura de Pinochet.  Los documentos también revelaron que la CIA pagó 35.000 dólares a un grupo de militares chilenos implicados en el asesinato, en octubre de 1970, del general René Schneider, comandante en jefe del Ejército y leal a Allende.

Las víctimas

El mismo día 11, todavía vivo Allende, el comité político de la UP decidió no resistir: los trabajadores debían abandonar sus centros de trabajo y regresar a sus hogares, pero hubo enfrentamientos en la Universidad Técnica, en industrias y en otras poblaciones del país que arrojaron decenas de muertos y miles de detenidos. Las embajadas comenzaron a llenarse de asilados.

El Estadio Nacional se convirtió en el mayor campo de detención, cerca de 30.000 partidarios de la UP fueron hechos prisioneros, torturados y muchos asesinados, entre ellos el cantautor Víctor Jara. Según el informe Rettig (1991), murieron a causa de la violencia 3.196 personas, de las que 1.185 fueron detenidos políticos desaparecidos, de las que pocos han sido encontrados e identificados. Pero estas cifras son de muertos y desaparecidos comprobadas meticulosamente tras las denuncias recibidas por la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación, creada en 1990. Otras fuentes elevan las cifras significativamente.

La última víctima ilustre de aquel luctuoso septiembre chileno fue el laureado poeta Pablo Neruda. Falleció el día 23. El funeral se convirtió en la primera manifestación contra la Junta Militar. Su muerte todavía es un misterio. En febrero de este mismo año, su cadáver ha sido exhumado para intentar aclarar si falleció como consecuencia del cáncer de próstata que padecía o fue envenenado. En cualquier caso, su fallecimiento es paradigma del dolor por el golpe militar y el fracaso del socialismo a la chilena que él tanto defendió.


Resposta  Missatge 6 de 19 del tema 
De: Ruben1919 Enviat: 11/09/2013 11:45
a 40 años del golpe

El cine como denuncia y resistencia a la dictadura de Augusto Pinochet

El golpe de Estado que derrocó a Salvador Allende inspiró una fecunda obra cinematográfica en Chile, en el que se destacaron directores como Helvio Soto, Miguel Littín y Patricio Guzmán.

El sangriento golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 y la dictadura instalada a partir de entonces en Chile, bajo la rígida tutela del general Augusto Pinochet, inspiraron una fecunda obra cinematográfica tanto en el país como fuera de él.



Cuando se produjo el golpe estaba en auge el llamado Nuevo Cine Chileno, impulsado por una generación de cineastas jóvenes surgidos del programa Cine Experimental que la Universidad de Chile había puesto en marcha en 1964.

Influidos por el neorrealismo y con preferencia por el documental, varios de ellos ya habían dado testimonio en sus obras del proceso político que llevó al socialista Salvador Allende a la Presidencia en 1970.

Uno de esos directores era Helvio Soto (1930-2001), cuya película "Metamorfosis del jefe de la policía política" (1973) no llegó a estrenarse en Chile debido al golpe, y, como la mayoría de sus colegas, debió marchar al exilio.

En 1975 filmó en Francia y Bulgaria "Llueve sobre Santiago", en la que retrató la jornada del golpe y los secuestros, las torturas y las desapariciones de la dictadura.

Calificada por el mismo Soto como "una película de propaganda" y pese a las críticas a su calidad, se exhibió con éxito de público en una cincuentena de países, entre los que, por supuesto, no figuró Chile.

Con los consagrados actores franceses Annie Girardot y Jean-Louis Trintignant en el reparto, la banda de sonido fue compuesta e interpretada por Astor Piazzolla.

Soto volvería a Chile en los 90, una vez recuperada la democracia, y se dedicaría a formar a nuevas generaciones de cineastas.

Al mismo grupo pertenecía Miguel Littín (nacido en 1942), quien desde 1971 fue funcionario del gobierno de Allende como gerente general de Chile Films.

Exiliado primero en México y luego en España, en 1985 regresó clandestinamente a su país, donde, sin que el gobierno de Pinochet se enterara, filmó el documental "Acta general de Chile", que incluyó entrevistas a líderes opositores e insurgentes, y volvió a salir al exterior pese a que el régimen ya había detectado su presencia.

Todo ello está testimoniado en "La aventura de Miguel Littín clandestino en Chile", el libro que Gabriel García Márquez publicó con gran éxito en 1986.

En 1987, el Ministerio del Interior de Chile reconoció que un año antes había quemado 15.000 ejemplares de ese libro por orden de Pinochet.

El ojo, la cámara y el cuerpo

Contemporáneo de Soto y Littín, aunque no formó parte de Cine Experimental, es Patricio Guzmán (nacido en 1941), autor de filmes esenciales como "La batalla de Chile", "El caso Pinochet", "Salvador Allende" y el más reciente "Nostalgia de la luz".

"Yo quería ser escritor, pero cuando después de egresar de la escuela de cine de Madrid volví al Chile gobernado por la Unidad Popular y presidido por Allende, ya me puse a filmar la realidad que floreció y donde todo era interesante, ya que se producía una aceleración de la historia", repasó durante una entrevista con Télam en 2004.

Guzmán permaneció secuestrado en el Estadio Nacional entre 1975 y 1979, y construyó el monumental "La batalla de Chile" (de cinco horas de duración) con rollos sacados del país a través de la embajada sueca durante la dictadura.

"La batalla de Chile" fue exhibida con éxito en 35 países, ganó seis grandes premios en Europa y América latina, es considerada por muchos críticos como el mejor documental chileno de todos los tiempos y, por la revista estadounidense Cineaste como uno de los 10 mejores filmes políticos del mundo.

Al margen de las obras de realizadores chilenos, la película más recordada sobre la dictadura de Pinochet es "Missing" (1982), dirigida por el franco-griego Costa-Gavras, musicalizada por Vangelis y ganadora de la palma de oro en el Festival de Cannes y del Oscar al mejor guion adaptado, entre otros premios.

"Missing" cuenta la historia de la desaparición de Charles Horman, un periodista neoyorquino que residía en Santiago, y la búsqueda desesperada que de él hicieron su padre y su esposa, protagonizados por Jack Lemmon y Sissy Spacek.

También vale recordar a "La casa de los espíritus" (1993), la versión cinematográfica de la primera novela de Isabel Allende, dirigida por el danés Billie August, protagonizada por Jeremy Irons, Meryl Streep, Glenn Close, Winona Ryder y Antonio Banderas, y ganadora de una decena de premios.

Aunque no es documental, resulta un excelente testimonio de la ferocidad con que la dictadura de Pinochet arremetió contra los derechos cívicos y humanos no sólo de opositores, sino incluso de sectores reaccionarios que habían alentado el golpe.

Resposta  Missatge 7 de 19 del tema 
De: Ruben1919 Enviat: 11/09/2013 11:47

Los últimos años

Pablo Neruda junto a Salvador Allende

Escrito por Marisa Martínez Pérsico

En 1970 Neruda fue nominado para candidato a presidente de Chile, pero prefirió ofrecer su colaboración para la candidatura presidencial de Salvador Allende, quien triunfó en los comicios y comenzó su gobierno ese mismo año como el primer jefe de Estado socialista del país.

Poco tiempo más tarde, Allende nombró al poeta embajador chileno en Francia, cargo diplomático en el que se mantuvo desde 1970 hasta 1972. Neruda regresó a su país natal dos años y medio después, debido a sus recurrentes problemas de salud.

En 1971, Pablo Neruda fue reconocido con el Premio Nóbel de Literatura. Este reconocimiento no resultó fácil de conseguir, dado que muchos de los miembros del jurado no olvidaban la pasada admiración de Neruda por la dictadura stalinista. Pero su traductor sueco, Artur Lundkvist, hizo lo posible por asegurar el premio a su admirado autor.

Cuando se desataron los disturbios de 1973 Neruda se encontraba gravemente enfermo de cáncer de próstata, pero fue devastado por la noticia de la conspiración contra el gobierno de Allende. El último golpe militar conducido por el general Augusto Pinochet el 11 de septiembre destruyó para siempre la ilusión de Neruda de forjar un Chile socialista y democrático.

Muy poco tiempo después, durante una requisa de la casa de Isla Negra efectuada por personal de las fuerzas armadas, el poeta dijo las famosas palabras: “Miren por todas partes; sólo encontrarán una cosa peligrosa para ustedes: Poesía”.

Neruda murió de leucemia la tarde del 23 de septiembre de 1973, en la Clínica Santa María de Santiago. Luego de su muerte, sus casas de Valparaíso y Santiago fueron saqueadas y destrozadas. Su esposa, como forma de llamar la atención al resto del mundo acerca de la conducta de la junta militar, ató el cadáver de su marido a los escombros de La Chascona, la casa que la pareja había compartido en Santiago de Chile, pero el cuerpo fue violentamente retirado por las fuerzas armadas. Su entierro transcurrió ante la presencia masiva de la policía, y los opositores aprovecharon esta ocasión para protestar contra el régimen de Augusto Pinochet.

Posteriormente, Matilde Urrutia compiló y corrigió la publicación de las memorias que Neruda había estado trabajando días antes de su muerte. Éstas y otras actividades le trajeron inconvenientes con el gobierno de Pinochet, que intentó permanentemente coartar las influencias del pensamiento nerudiano sobre la ideología colectiva de los chilenos. De hecho, la poesía de Neruda fue proscrita en Chile por la junta militar hasta la restauración de la democracia, ocurrida en 1990.

Más tarde, Matilde escribió sus propias memorias bajo el título Mi vida con Pablo Neruda, que fue publicada póstumamente, en 1986.

Neruda tuvo tres casas en Chile; hoy todas se encuentran abiertas al público como museos: La Chascona en Santiago, La Sebastiana en Valparaíso y la  Casa de Isla Negra en Isla Negra, donde se encuentra enterrada la amante pareja.


Resposta  Missatge 8 de 19 del tema 
De: Ruben1919 Enviat: 11/09/2013 11:51
Otras fotos del magnicidio :
 
 
 

Se cumplen 40 años del cruento golpe de estado en Chile, liderado por Augusto Pinochet, que derrocó a Salvador Allende. (20 fotos)

1 - Soldados que apoyan el golpe de Estado encabezado por el general Augusto Pinochet se ponen a cubierto mientras la fuerza aérea bombardea el Palacio Presidencial de La Moneda, el 11 de septiembre de 1973. | Créditos: AP / Enrique Aracena / Archivo Cadena Capriles

2 - El presidente chileno Salvador Allende en Santiago unos días después de su elección el 24 de octubre de 1970. A la izquierda el general Augusto Pinochet. | Créditos: AFP / Archivo Cadena Capriles

3 - El General Augusto Pinochet y el presidente chileno Salvador Allende el 23 de agosto 1973 en Santiago, poco después de que Allende le nombró jefe del ejército, apenas tres semanas antes del golpe. | Créditos: AFP / Archivo Cadena Capriles

4 - El general Augusto Pinochet preside una reunión con su personal militar en Santiago, Chile, el 20 de septiembre de 1973, 11 días después del golpe de estado. | Créditos: AP / Archivo Cadena Capriles

5 - Salvador Allende en el Palacio de La Moneda durante el golpe de estado. | Créditos: Archivo Cadena Capriles

6 - El Palacio de la Moneda en Santiago de Chile es bombardeado por aviones militares durante el golpe de estado contra el gobierno del presidente Allende. | Créditos: AP / Archivo Cadena Capriles

7 - Un tanque en una calle de Santiago en medio de tiroteos. | Créditos: AFP / Archivo Cadena Capriles

8 - Tropas del Ejército chileno abren fuego sobre el Palacio de La Moneda el 11 de septiembre de 1973. | Créditos: AFP / Archivo Cadena Capriles

9 - El Palacio de La Moneda envuelto en llamas luego de los bombardeos el 11 de septiembre 1973. | Créditos: AP / El Mercurio / Archivo Cadena Capriles

10 - Tropas del ejército chileno se apostan en las afueras del palacio de La Moneda el 11 de septiembre 1973 durante el golpe de estado contra Allende. | Créditos: AFP / Archivo Cadena Capriles

11 - El palacio de La Moneda envuelto en llamas durante el golpe de estado que derrocó a Allende el 11 de septiembre de 1973. | Créditos: AP / Alberto Bravo / Archivo Cadena Capriles

12 - Patrulla del Ejército de Chile en los alrededores del Palacio de la Moneda, en Santiago, durante el golpe militar del 11 de septiembre de 1973 contra el presidente constitucional Salvador Allende. | Créditos: AFP / Archivo Cadena Capriles

13 - Tropas chilenas detienen a funcionarios del gobierno de Allende frente al palacio presidencial durante el golpe de estado encabezado por el general Augusto Pinochet en Santiago el 11 de septiembre de 1973. Con bata blanca puede verse a José Quiroga, uno de los médicos del Presidente y uno de los testigos directos de su suicidio. | Créditos: REUTERS / Archivo Cadena Capriles

14 - El cuerpo del presidente Salvador Allende, envuelto en un poncho boliviano, es sacado por soldados y bomberos del palacio presidencial de La Moneda el 11 de septiembre 1973 tras el golpe de Estado encabezado por el general Augusto Pinochet. | Créditos: AP / El Mercurio / Archivo Cadena Capriles

15 - Soldados chilenos queman libros marxistas en Santiago el 26 de septiembre de 1973, luego del golpe de estado contra Salvador Allende. | Créditos: AFP / Archivo Cadena Capriles

16 - La icónica imagen del general Augusto Pinochet tomada en la iglesia de la Gratitud Nacional el 19 de septiembre de 1973 por el fotógrafo holandés Chas Gerretsen. | Créditos: Chas Gerretsen / Archivo Cadena Capriles

17 - El palacio presidencial de La Moneda es custodiado por militares chilenos el día después del golpe de Estado, encabezado por el general Augusto Pinochet. | Créditos: REUTERS / Archivo Cadena Capriles

18 - El Presidente de la Corte Suprema de Justicia de Chile, coloca la banda presidencial al general Augusto Pinochet después del golpe de estado que derrocó al presidente Salvador Allende. | Créditos: Archivo Cadena Capriles

19 - Funeral de Salvador Allende en Viña del Mar. | Créditos: Archivo Cadena Capriles

20 - Miembros de la junta militar que tomó el poder en Chile luego del golpe de estado del 11 de septiembre de 1973 contra el presidente Salvador Allende, durante las celebraciones del Día de la Independencia el 18 de septiembre 1973. Desde la izquierda, el comandante de la Fuerza Aérea el general Gustavo Leigth, el jefe del Ejército y líder del golpe, el general Augusto Pinochet, el jefe de la Armada almirante José Toribio Merino, y el director de la Policía general César Mendoza. | Créditos: AP / Archivo Cadena Capriles

Resposta  Missatge 9 de 19 del tema 
De: Ruben1919 Enviat: 11/09/2013 11:56
A 40 años del golpe en Chile: la realidad de los crímenes superó la ficción
Publicado por:  

A 40 años del golpe en Chile: la realidad de los crímenes superó la ficción

60 Shares Twitter 45 Facebook 15 Google+ 0
 
Pin It Share 0 StumbleUpon 0 60 Shares ×

Roser TOLL / La Red21

Desarrolló armas químicas para exterminar a opositores, planificó el primer atentado terrorista en Washington, se alió con exnazis, montó apariciones de la virgen: los crímenes y las tretas de la dictadura de Augusto Pinochet superaron la ficción.

Transcurridos 40 años del golpe de Estado que dio inicio a su dictadura, el 11 de septiembre de 1973, asombran aún la crueldad y los crímenes de un régimen que se saldó con más de 3 mil 200 víctimas y 38 mil torturados.

“Nos quedamos cortos. Esta máquina era mucho mayor de lo que imaginábamos”, dice a la AFP la periodista Mónica González, una de las mayores investigadoras de las violaciones a los derechos humanos en la dictadura de Pinochet.

“No solamente hubo una selección y asesinatos masivos, sino que también había uso de armas químicas y del terror en diferentes áreas. Es bien impresionante y todavía no nos dejamos de sorprender”, agrega.

Un año después del golpe, Pinochet mandó asesinar a quien lo había antecedido en la jefatura del Ejército y recomendado su nombre a Salvador Allende: el general Carlos Prats, un hombre con una brillante carrera militar, que murió junto a su esposa Sofía Cuthbert al estallar una bomba adosada a su automóvil en Buenos Aires.

El doble asesinato fue la antesala de la macabra Operación Cóndor, una confabulación de las dictaduras del Cono Sur para eliminar opositores ideada por Pinochet.

Pero dos años después, fue mucho más allá: el 21 de septiembre de 1976, a pocas cuadras de la Casa Blanca, en la capital estadounidense, otro coche bomba acabó con la vida del excanciller chileno Orlando Letelier y de su secretaria estadounidense Ronnie Moffitt.

Hasta antes de los ataques al Pentágono, en Washington, y las Torres Gemelas, en Nueva York, en 2001, el atentado a Letelier era considerado el primer acto terrorista en suelo estadounidense.

Campos de concentración

Letelier había llegado a Estados Unidos tras permanecer detenido junto a otros miembros del gobierno de Allende en una remota e inhóspita isla del Estrecho de Magallanes, donde Pinochet construyó un campo de concentración similar a los usados por los nazis para mantener cautivos a prisiones políticos.

Sergio Bitar, exministro de Minería de Allende, recuerda sus días en Isla Dawson: “Yo veía la construcción que ya estaba cuidada por torretas con militares armados, alambrado, perros y cabañas para nosotros, igual que en las películas nazis”, explica a la AFP.

“Era una pesadilla horrible. No sabías cuánto iba a durar, de qué te acusaban y si te iban a matar o no“, agrega.

Con temperaturas bajo cero, los prisioneros eran sometidos a trabajos forzados y vivían hacinados.

Pero Pinochet no sólo se inspiró en los nazis para hacer sus campos de concentración, sino que recurrió a uno de ellos para encubrir torturas y desapariciones.

Paul Schafer, un ex enfermero nazi del Ejército alemán que llegó a Chile en 1961, colaboró con Pinochet para recluir, torturar y enterrar a opositores en el enclave que construyó en el sur del país, bautizado de “Colonia Dignidad”.

En este lugar, Schafer sometió por décadas a cientos de ciudadanos alemanes y a sus descendientes, y abusó sexualmente de niños.

Armas químicas

La dictadura desarrolló también armas químicas, como el gas sarín, y los perfeccionó de la mano del químico Eugenio Berríos.

Berríos fabricó sarín, soman y tabun, para ser usados en conflictos con países vecinos y contra opositores, según la investigación de Mónica González.

El químico fue asesinado en 1991 en Uruguay por militares uruguayos confabulados con la dictadura chilena para borrar los rastros de esos crímenes.

La justicia chilena encontró restos de sarín en el cuerpo del expresidente Eduardo Frei Montalva, muerto por una sorpresiva septicemia tras una operación rutinaria, en 1982, cuando empezaba a liderar una incipiente oposición.

Se investiga, además, si la muerte del poeta comunista y premio Nobel, Pablo Neruda, pocos días después del golpe y antes de partir al exilio, al ser sometido a un tratamiento contra el cáncer de próstata que sufría en el mismo hospital de Santiago, que pudo ser causada también por envenenamiento.

“En el uso de gas sarín y toxina botulínica no tenemos toda la cantidad de muertos”, dice Mónica González.

La virgen de Peñablanca

Cuando comenzaron a sentirse las primeras protestas contra su régimen, a inicios de los 80, Pinochet buscó distraer a la población con unas misteriosas apariciones de la Virgen a través de un niño vidente.

Las apariciones en el pequeño poblado de Peñablanca llegaron a congregar hasta 100 mil fieles.

El sacerdote Jaime Fernández fue designado por la Iglesia para explicar las apariciones. Al poco tiempo, descubrió que todo era una farsa de la dictadura.

Según cuenta a la AFP, el niño repetía lo que los servicios secretos le pedían -tanto mensajes católicos como críticas a la Iglesia-, mientras ellos quemaban paja y gasolina con una avioneta, formando nubes de humo.

Para el sacerdote, fue todo un “espectáculo de carácter político. Un abuso en relación a la credulidad y la fe de la gente sencilla. Perdió la cabeza Pinochet”.


Resposta  Missatge 10 de 19 del tema 
De: Ruben1919 Enviat: 11/09/2013 12:03
De la hija :
 
Santiago. AFP. “¡Llamen a Augusto, que es de los nuestros!”, gritó Salvador Allende cuando el golpe de Estado ya estaba en marcha el 11 de setiembre de 1973 , convencido de la lealtad del flamante jefe del Ejército, Augusto Pinochet.

Pero Pinochet se había puesto rápidamente al frente de las fuerzas golpistas.

Víctima y victimario, las vidas de Allende y Pinochet tenían pocos puntos en común antes de aquel día aciago.

Con 58 años, Pinochet había asumido la jefatura del Ejército apenas tres semanas antes, recomendado por su predecesor, el general Carlos Prats , quien sería asesinado junto a su esposa poco meses después del golpe en Buenos Aires, por agentes de la dictadura. Allende, un médico socialista de 65 años, lo nombró en el cargo creyendo en su lealtad.

Nadie sospechaba que sería Pinochet, considerado un general mediocre, quien derrocaría a Allende, electo presidente en su cuarto intento, el 4 de noviembre de 1970, liderando la Unidad Popular, integrada por socialistas, comunistas, radicales y otras corrientes de izquierda.

“Mi padre creyó hasta el final en él, porque se lo había recomendado el general Prats. Para él tiene que haber sido tremendo enterarse de su traición”, manifestó a la AFP su hija, la senadora Isabel Allende.

Pinochet pasó a liderar las acciones golpistas pese a que "no jugó ningún rol en la gestación del golpe y solo se subió a él 48 horas antes", afirma a la AFP la periodista Mónica González, autora del libro La conjura , que narra el complot para derribar a Allende.

 Augusto Pinochet (izq.)  con    Salvador Allende el 23  de agosto de 1973, poco después de ser nombrado comandante el Ejército.   | AFP
Augusto Pinochet (izq.) con Salvador Allende el 23 de agosto de 1973, poco después de ser nombrado comandante el Ejército. | AFP ampliar

 

Años más tarde, Pinochet le aseguró, sin embargo, a una de sus biógrafas, la periodista María Eugenia Oyarzún, que el golpe lo preparaba en secreto desde un año antes. “No cabía el error (...) teníamos que librar a la patria del caos de Allende y del cáncer marxista”, arguyó.

Allende llegó al gobierno con 36,3% de los votos, en su cuarta campaña presidencial, tras una vida dedicada a la política.

Nacido el 26 de junio de 1908 en el puerto de Valparaíso, 120 km al oeste de Santiago, Allende se recibió de médico y fue electo diputado a los 30 años. Luego fue ministro de Salud y más tarde llegó al Senado, donde permaneció por 25 años.

Pinochet, por su parte, fue rechazado dos veces en la academia militar y le costaba estudiar.

“Él mismo explicaba que era alguien que tenía dificultad para el estudio. Fue dos veces rechazado en la Escuela Militar, sufría de jaquecas severas cuando estudiaba en exceso, y tenía calificaciones regulares que estaban en la medianía”, cuenta el periodista Juan Cristóbal Peña, autor del libro La secreta vida literaria de Augusto Pinochet .


Resposta  Missatge 11 de 19 del tema 
De: Ruben1919 Enviat: 11/09/2013 12:09

Incitables:Augusto Pinochet

De Inciclopedia

 
Saltar a: navegación, buscar

< Portada Incitables

Incitables1
Incitables:Portada Pollito incitables solo
LondonClinic
El Tatita en su esplendor.

Augusto Pinoshit Pinochet, más conocido como el Tata y Viejo culiao reconchesumare, fue un milico chileno nacido el día 31 de febrero del año 2561 A.B.R.(Antes del Banco Riggs) y abducido nuevamente por aliens fallecido el dia 10 de diciembre del año 2006. Además, fue Dictador Director Supremo de Chile durante 17 años a partir de 1973, en uno de los gobiernos más fructíferos y queridos de los que se tenga memoria (después del lavado de cerebro, obviamente) en la historia de Perú.

Citas sobre Augusto Pinochet [editar]

Cita3Nunca toleraremos vergonzosas teorías de conspiración.Cita4
Cita3¡¡Cuidado con el tanque!!... no nos vaya a pisAGHHGHGHHGHG!Cita4
Persona muerta bajo el tanque de Pinocho.
Cita3Este será un general leal al Gobierno, confío plenamente en él.Cita4
Salvador Allende sobre Pinochet, dos semanas antes del golpe (lo dijo de verdad).
Cita3Pobre, debe estar preso.Cita4
Salvador Allende sobre Pinochet, durante las primeras horas del golpe (lo dijo de verdad)
Cita3@#~$%&!!Cita4
Salvador Allende sobre Pinochet, al enterarse de la verdad (lo dijo de verdad, y peor)
Cita3Debo saber cuál es su doctor.Cita4
Fidel Castro sobre el tratamiento de Pinochet.
Cita3Ese webón me enseñó to' lo que sé.Cita4
Fidel Castro sobre sus amigos de infancia.
Cita3Muere de viejo y no de sapo.Cita4
Salvador Allende sobre Pinochet.
Cita3El general Pinochet no está en condiciones para enfrentar un juicio.Cita4
El abogado del diablo mientiéndole a los tribunales por enésimasexta vez.
Cita3Buen trabajo, soldado.Cita4
Dross sobre Pinochet.
AllendePinochet
He aquí a los dos mejores amigos. Foto tomada en un carrete en casa de Allende.
Cita3¡¡QUÉ TE PASA CON MI GENERAL!!Cita4
Pinochetista cuando le insultaron a su general reculiao mientras destruía un banco.
Cita3Arde papi.Cita4
Los hijos de Pinochet en el momento de la incineración del dictador.

Citas de Augusto Pinochet [editar]

Cita3¡Los problemas se arreglan a golpes!Cita4
Pinochet sobre la crisis del gobierno de su amigo Allende.
Cita3¡Si esto es una guerra, señores!Cita4
Pinochet sobre el cáncer de próstata.
Cita3Esto no es una dictadura, es una dictablanda.Cita4
Pinochet sobre su disfunción eréctil.
Cita3El Ejército es uno sólo, el de ayer, el de hoy y el de mañana...Cita4
Pinochet con una frase existencialista.
Cita3¡¡Estábamos al borde del abismo, pero hemos dado un gran paso al frente!!Cita4
Pinochet desde el abismo.
Cita3¡¡¡Aquí no se mueve una hoja sin que yo lo sepa!!!Cita4
Pinochet hablándole a su árbol favorito.
Cita3¡Yo les di la libertad!Cita4
Pinochet sobre los milicos que lo ayudaron y se iban presos.
Cita3¡Yo les di la libertad!Cita4
Pinochet sobre el avión que debía llevar a Salvador Allende a la isla de la Fantasía.
Cita3¡¡¡Son puras novelas!!!Cita4
Pinochet a los torturados que pedían piedad.
Cita3Yo no soy político ni antipolítico, sino todo lo contrario.Cita4
Pinochet sobre su filosofía política (lo dijo de verdad).
Cita3Esta no es dictadura, es dictablanda.Cita4
Pinochet sobre su régimen (también lo dijo de verdad).
Cita3¡Pero que economía más grande!Cita4
Pinochet al saber de ejecutados en fosas comunes (lo dijo de verdad).
Cita3Y los derechos humanos... ya saben para qué sirven.Cita4
Pinochet en uno de sus discursos de conmemoración del 11 de septiembre (les juro que lo dijo de verdad).
Cita3Yo no soy ningún criminal.Cita4
Pinochet en un concurso de mentiras.
Cita3No me acuerdo.Cita4
Pinochet entre 1990 y 2006.
Cita3No me acuerdo, pero no es cierto. No es cierto, y si fue cierto no me acuerdo.Cita4
Pinochet en un interrogatorio judicial (lo dijo de verdad).
Cita3¡Como dijeron los señores Ortega y Gasset!Cita4
Pinochet sobre para parecer más educado de lo que realmente fue (lo dijo de verdad).
Cita3¡Hay un grupo de "malos chilenos" que intentan "deliberar" la patria, señores!Cita4
Pinochet refiriéndose en un discurso a los comunistas que exigían que dejara el poder (lo dijo de verdad).
Cita3Las necesidades geopolíticas de Chile llegan hasta Lima.Cita4
Augusto Pinochet sobre las relaciones entre Perú y Chile (lo dijo de verdad).
Cita3Puta que hace calor aquí...Cita4
Pinochet minutos después de morir (lo dijo de verdad).
Cita3¡¡¡El nuevo jefe acá soy yo!!!Cita4
Pinochet al diablo, apenas llegó a su nuevo hogar.
Cita3Mmmm... «Nombre»... Daniel López.Cita4
Augusto Pinochet llenando una boleta de depósito en el banco Riggs.
Cita3¡Unos dicen que hice El Cuento Del Tío, mucha gente quería que hiciera un Mea Culpa, y me fui El Día Menos Pensado, señores!Cita4
Augusto Pinochet usando la analogia de Carlos Pinto.
Cita3¡¡¡Ya ehtán hueviando los tontos útiles!!!Cita4
Pinochet a la iglesia católica, sobre su mandato.
Cita3Muy buen juego, señores. Yo tenía un Assassin Cross y era puro matar, me tomé el server y me hice GM, hasta que la DINA me borró la cuenta... por la conchetumare.Cita4
Pinochet sobre Ragnarok Online.
Cita3¡¡¡Por qué creta no lo matamo de una vez!!!Cita4
Pinochet a sus esbirros sobre el cardenal Silva Enríquez (no lo dijo, pero lo pensó).
Cita3Nunca toleraremos vergonzosas teorías de conspiración.Cita4
Pinochet hablando sobre los desaparecidos.
Cita3¿Rumores sobre desaparecidos? La Navaja de Occam demuestra que eso es falso. ¡Conspiranoicos, son unos conspiranoicos! Seguro que también piensan que Elvis Presley está muerto.Cita4
Pinochet hablando otra vez sobre los desaparecidos.

Resposta  Missatge 12 de 19 del tema 
De: Ruben1919 Enviat: 11/09/2013 12:15

Los logros de cada uno

 

Salvador Allende

1970-1973

Augusto Pinochet

 1973 hasta hoy

 

Lo que hizo:

 Reforma agraria:

Allende hace la reforma agraria y compra 5.294.750 hectáreas de tierras a los latifundistas y se las entrega a los campesinos y mapuches.

 Derecho a estudiar:

 Allende resuelve que la educación pase a del Estado

- Enseñanza Básica gratuita

- Enseñanza Media gratuita

- Enseñanza universitaria gratuita y de acuerdo al ingreso

 

Nacionalización del cobre:

 Allende deja para los chilenos nuestra principal riqueza el Cobre.

 

 

 Jubilación digna:

 

Allende resuelve que las jubilaciones sean de acuerdo a la situación del país y entrega derechos de jubilación a los artesanos, trabajadores independientes, dueñas de pues los son del Estado.

Lo que hizo:

 Reforma agraria:

Pinochet quita las tierras a los campesinos y mapuches perseguidos y se las devuelve a los latifundistas.

 

Derecho a estudiar:

Pinochet entrega la educación a manos privadas:

- Enseñanza Básica pagada

- Media pagada

- Universitaria pagada

 

 Nacionalización del cobre:

 Pinochet vende nuestra principal riqueza a los Estados Unidos, además deja establecido que el 10 % de ganancias vaya directo a las fuerzas armadas

 

Jubilación digna:

 

Pinochet vende a la banca privada y esos crean las A.F.P, con esto se limita el derecho a la jubilación digna de trabajador.

 

Ustedes juzguen y reflexionen por su cuentaPinochetAllende


Resposta  Missatge 13 de 19 del tema 
De: Ruben1919 Enviat: 11/09/2013 12:18
|10 sep 2013, 12:02 AM|3|POR AP/Por EVA VERGARA y MARIANELA JARROUD,

La resistencia final de Salvador Allende

Ver Todas las Fotos (2)
SANTIAGO, Chile.- El ataque final sobre el Palacio de la Moneda empezó hacia las 11.00 de la mañana del 11 de septiembre de 1973. El asalto fue feroz y todo presagiaba una caída rápida del gobierno de Salvador Allende.

Pero no sucedió así. Poco más de medio centenar de hombres, entre escoltas, un grupo de médicos voluntarios, funcionarios, y unos 17 jóvenes entrenados en Cuba y Bolivia, llamado 'Grupo de Amigos Personales de Allende', que lo acompañaban día y noche, resistieron el ataque por más de cinco horas.

The Associated Press habló con algunos de estos sobrevivientes, que decidieron quedarse hasta el final con el 'doctor', como con respeto aún llaman al líder socialista. Algunos salieron vivos de milagro y su testimonio de las violentas horas que cambiaron la historia chilena y latinoamericana es desgarrador.

"El GAP (grupo de amigos personales de Allende) eran los verdaderos héroes de la protección del Presidente", dijo Juan Seoane, jefe de 16 policías escoltas del Presidente, que entonces tenía 44 años. "Tenían como promedio 20 años, estaban ahí, por ideal político, no cobraban sueldo... les daban, casa y comida porque vivían ahí (con el mandatario)".

Allende llegó temprano a La Moneda el día del golpe con varios asesores y 20 de sus amigos personales.

"Llegó con Danilo Bartulín (amigo y médico personal), con el casco que le pasó el capitán José Muñoz (del grupo de escoltas de la policía uniformada) y con un AK-47", dijo Seoane que llevó pistolas, cuatro ametralladoras y una caja de balas. "Sé que era un AK exactamente igual a la que le regaló Fidel Castro, pero no me consta".

El mandatario pronunció dos cortos mensajes radiales y los jefes militares transmitieron su primer bando que lo conminaba a entregar su cargo. "El palacio era un hervidero de gente", dijo Seoane

Tras el bando, Allende pidió que se fueran unas 50 personas, incluidas dos de sus hijas, funcionarios y el alto mando de los policías carabineros, ya destituido por los generales golpistas.

Se quedó con 16 amigos personales, 17 policías escoltas, algunos asesores y ocho médicos que también lo custodiaban. Las armas de mayor calibre, en su poder, eran ametralladoras punto 30 y RPG-7 lanza morteros.

"Nos empezaron a distribuir inmediatamente los lugares de defensa que teníamos que tener", dijo Pablo Zepeda, conocido como "Ignacio", 22 años entonces y quien alcanzó a entrar a La Moneda antes de ser cercada. "A mí me tocó el segundo piso, pero yo siempre estaba al lado del 'doctor', andaba ahí, pegado".

Hacia las diez de la mañana, empezó el tiroteo entre resistencia y soldados, hasta que minutos después los tanques empezaron a disparar sus morteros, que hacían saltar las paredes en pedazos.

"El Doctor me manda a llamar al salón Toesca, en el segundo piso, estaba sentado sobre una mesa, con las piernas colgando, y me dice; 'queda liberado del servicio', a lo que respondo 'me quedo'', dijo Seoane. "Yo sabía que se iba a quedar 'porque los viejos robles mueren de pie', me respondió".

En esos momentos, Domingo Blanco, 'Bruno', jefe de seguridad personal de Allende, era detenido cerca de La Moneda junto con siete amigos personales más y la secretaria del gobernante, Miriam Contreras, 'Payita', que iba con su hijo.

Los policías cambiaron de opinión y dejaron pasar a 'Payita', que ese día vio por última vez a su hijo. Blanco, con 31 años, también desapareció.

En una carta escrita cuando estaba asilada en la embajada cubana a Beatriz, hija del mandatario, 'Payita' contó que Allende llamó a su casa poco después de que fuera bombardeada por dos aviones Hawker Hunter.

No hubo respuesta.

"Después se fue al segundo piso y desde la oficina nuestra descargó su metralleta hasta que le dio puntada (hasta que se cansó)", dice 'Payita' en su carta.

Entonces el médico y ex ministro de salud Arturo Girón quitó al mandatario de una ventana, "donde estaba tirado en el suelo disparando", dijo Seoane. "Lo pesca (atrapa) de los pies y lo saca arrastrando".

Dice Zepeda que sus disparos iban dirigidos a la Plaza de la Constitución, donde hoy se levantan estatuas de presidentes democráticos, mientras mira el monumento de Allende allí construido.

"Nos tiran gases lacrimógenos y nos hacían mucho daño, pero con las máscaras nos íbamos turnando, porque éramos como cincuenta", dijo Seoane.

A media mañana Pinochet, por intermedio del Jefe del Estado Mayor de Defensa Patricio Carvajal, ofreció a Allende un avión para sacarlo del país con su familia.

Carvajal le preguntó por radio: "¿O sea que se mantiene el ofrecimiento de sacarlo del país?".

"Se mantiene el ofrecimiento de sacarlo del país, pero el avión se cae, viejo, cuando vaya volando", dijo Pinochet. El diálogo se escucha en los audios del libro "Interferencia Secreta 11 de septiembre de 1973", de la periodista y escritora Patricia Verdugo, quien no reveló cómo obtuvo las cintas, nunca desmentidas.

Antes del mediodía, dos aviones Hawker Hunter dejaron caer una veintena de misiles sobre La Moneda.

"Allende creía mucho en esos símbolos republicanos y pensaba que los militares no se atreverían a bombardear La Moneda", dijo otro de sus amigos personales, Milton Silva, o 'Rodrigo', con 22 años entonces.

Zepeda, que aún vive en Chile, dijo que "cuando empezó (el bombardeo), eso era un infierno abajo, porque (con) cada proyectil que caía en el interior del palacio todo se remecía con la onda expansiva, nos levantaba del suelo... además empezó a quemarse todo el palacio".

El bombardeo no causó bajas pero sí gigantescos daños a La Moneda, que quedó a oscuras, y con lenguas de fuego que avanzaban rápidamente por sus cuatro costados.

"Estábamos en el segundo piso y tuvimos que bajar al primero, el incendio empezó en el segundo piso", dijo Zepeda. "La situación era insostenible".

Ante la amenaza de proseguir el bombardeo y tras hablar con un par de asesores, Allende decidió rendirse para evitar un derramamiento inútil de sangre, dijo el jefe de policías Seoane.

El mandatario ordenó a sus leales formarse en fila en un pasillo cercano a una escalera que daba a la calle Morande 80, por donde entraban y salían jefes de estado. "Da la instrucción de... llevar una bandera blanca", dijo Seoane. "El doctor va a ser el último en salir".

El médico voluntario Patricio Guijón dijo que abandonó la fila y devolverse a buscar una máscara anti gas lacrimógeno. Se asomó por una puerta y a unos cuantos metros vio a un hombre sentado sobre un sillón.

"Lo que yo vi fue la levantada del cuerpo por el impacto de la metralleta, que era un arma de guerra y corrí y vi que no había nada que hacer", dijo. El cadáver "no tenía cráneo prácticamente, estaba totalmente descubierto, la materia cerebral estaba repartida".

Luego se enteró de que era el cuerpo de Allende.

Todos fueron tomados prisioneros, salvo los médicos que fueron liberados a excepción de Guijón, que fue llevado a una isla en el estrecho de Magallanes hasta diciembre. Luego fue llevado a Santiago, dónde lo privaron del sueño por días, hasta que lo hicieron aparecer en televisión para dar testimonio del suicidio de Allende.

'Payita' huyó en una ambulancia haciéndose la muerta y dos del grupo de amigos fueron llevados a los servicios de emergencia, donde fueron secuestrados por una patrulla militar. Nunca se volvió a saber de ellos.

Seoane fue llevado a las caballerizas junto al resto de los detenidos.

"Llegaron unos soldados... y empezaron a amarrarnos los pies y las manos a la espalda, con alambre y alicate", dijo. "Llegaron dos camiones y vinieron unos soldados de mayor graduación con una lista y empezaron a llamar por nombre, al que decía 'aquí', lo iban a buscar cuatro soldados y los tiraban adentro del camión".

Él y sus policías fueron liberados posteriormente por haber mostrado lealtad a su jefe derrocado.

Zepeda se salvó porque no fue llevado a las caballerizas y Silva se puso un abrigo largo para ocultar su uniforme verde oliva, se escondió en la residencia de Allende, Luego en una de las casas de seguridad del grupo y después se asiló en la embajada de Venezuela.

El resto de los grupos de amigos personales de Allende fueron llevados a unos terrenos del ejército en Peldehue, al norte de Santiago, donde los esperaba una gigantesca fosa común. Los pararon en la orilla y los acribillaron, para enseguida dinamitarlos, según estableció una investigación judicial.

Cinco años después, algunos soldados removieron los restos y los lanzaron al mar para que no fueran encontrados. Tiempo después aparecieron unos 400 diminutos fragmentos de hueso, que fueron identificados por funcionarios del Servicio Médico Legal como de los amigos personales de Allende.

Resposta  Missatge 14 de 19 del tema 
De: Ruben1919 Enviat: 11/09/2013 12:26

la traición y el sacrificio

Así fue el último día de Salvador Allende

  • "¡Llamen a Augusto, que es de los nuestros!", gritó Salvador Allende cuando el golpe de Estado ya estaba en marcha el 11 de septiembre de 1973, convencido de la lealtad del flamante jefe del Ejército, Augusto Pinochet
     
  • El aniversario de Allende en Chile se convirte en una batalla campal
  • El aniversario de Allende en Chile se convirte en una batalla campal
  • El aniversario de Allende en Chile se convirte en una batalla campal
  • El aniversario de Allende en Chile se convirte en una batalla campal
  • El aniversario de Allende en Chile se convirte en una batalla campal
  • El aniversario de Allende en Chile se convirte en una batalla campal
  • El aniversario de Allende en Chile se convirte en una batalla campal

Suena el teléfono en la residencia presidencial de la calle Tomás Moro. El presidente Salvador Allende es alertado de que la Marina se ha sublevado en el puerto de Valparaíso.

Tras colgar, Allende avisa a su custodia y parte al palacio presidencial de La Moneda, en el centro de Santiago: después de meses de tensión ese martes 11 de septiembre de 1973 las Fuerzas Armadas finalmente se alzaron para derrocarlo.

En los principales cuarteles del país, sin embargo, la actividad comenzó poco después de la medianoche: los tanquistas calentaron los motores de los blindados, los aviadores asistieron a los "breafing" de vuelo y los generales realizaron los últimos llamados telefónicos para verificar la subordinación de sus tropas.

Mientras se trasladaba a La Moneda, Allende comprende que el Golpe se apresuró para evitar que pudiera concretar su proyecto de convocar un plebiscito, en un esfuerzo desesperado para salvar al gobierno de la Unidad Popular, la coalición izquierdista que con mil días en el poder agonizaba tras un extenuante enfrentamiento con la oposición, integrada por la derecha y la democracia cristiana.

El enfrentamiento había comenzado desde el día de su victoria electoral, el 4 de septiembre de 1970, cuando prometió una revolución socialista "a la chilena", a la que Estados Unidos se opuso ante la amenaza del surgimiento de una "segunda Cuba".

Allende ingresa al palacio de La Moneda empuñando el fusil AK-47 que le había regalado el líder cubano Fidel Castro y la convicción de que no lo sacarían vivo del edificio.

Vestido de traje y corbata, organiza de inmediato la resistencia: le entrega armas a los colaboradores que decidieron permanecer a su lado, no más de 40 personas entre ministros, amigos y su guardia privada.

En otro lugar de Santiago opera el estado mayor de la rebelión, integrado por los comandantes de las tres fuerzas militares: el general Augusto Pinochet, el almirante José Toribio Merino y el general de aviación Gustavo Leigh, más el jefe de la policía, César Mendoza.

Se difunde la primera proclama del golpe, en la que se exige la rendición a Allende, se ordena a las personas permanecer en sus casas y a la prensa "adicta a la UP" (Unidad Popular) a suspender sus actividades a riesgo de recibir "castigo aéreo y terrestre".

Al interior del palacio presidencial, Allende permanece sereno y determinado.

"Era una mezcla muy fuerte y curiosa. Es difícil ver a una persona que al mismo tiempo tuviera ese grado de serenidad y una decisión tan clara: inmediatamente se puso a organizar a la gente", relata a la AFP su hija Isabel Allende, que lo acompañaba ese día.

"Conversó con sus asesores, secretarios, ministros y ayudantes, diciéndoles que abandonaran el palacio, que él no quería muertes innecesarias y que era importante dar el testimonio de lo que estaban ocurriendo", agrega.

Comienza el ataque. El ejército sublevado abre fuego contra La Moneda.

Desde las ventanas de La Moneda y de algunos edificios cercanos, francotiradores disparan contra los soldados.

Cuando los ataques se intensifican, Allende reúne a quienes seguían combatiendo y los invita nuevamente a abandonar el palacio.

El mando militar se comunica con Allende, le exige la rendición y le ofrece un avión para abandonar el país.

"¡Rendición incondicional, nada de parlamentar. Rendición incondicional!", exige Pinochet, un diálogo captado por radioaficionados.

"Se mantiene el ofrecimiento de sacarlo del país... Y el avión se cae, viejo, cuando vaya volando", agrega, provocando risas en su interlocutor, el jefe del Estado Mayor Patricio Carvajal, que intentaba negociar con Allende.

"¡El Presidente no se rinde!", responde Allende, descolocando a los golpistas, que le dan un ultimátum: o se rinde o bombardean La Moneda a las 11 de la mañana.

Teniendo como telón de fondo los disparos de los tanques y el vuelo rasante de los dos aviones Howker Hunter, Allende comprende que el golpe avanza sin tregua y decide difundir un último mensaje al país:

"¡Yo no voy a renunciar! Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad del pueblo", dice Allende, con voz firme pero serena.

"Tengo la certeza de que la semilla que hemos entregado a la conciencia digna de miles y miles de chilenos, no podrá segada definitivamente", agrega, antes que sus palabras fueran silenciadas.

"Se estaba despidiendo, agradeciendo a los jóvenes y las mujeres y a todos aquellos que lo apoyaron, pero habló claramente y al mismo tiempo nos estaba dejando un mensaje de esperanza", dice su hija Isabel.

Comienza el bombardeo aéreo. Dos Hawker Hunter arremeten sobre el palacio.

Algunos cohetes estallan en el interior del edificio, que comienza a incendiarse y emitir gruesas columnas de humo.

Un pelotón de militares ingresa al patio central.

Cercados, los últimos combatientes bajan por la ancha escalera desde la planta alta de La Moneda para entregarse. En ese instante escuchan un disparo.

El líder socialista, de 65 años, se había suicidado de un balazo bajo la barbilla con el fusil regalado po Fidel.

Sobreviene el asalto final. Soldados avanzan hasta la planta alta y en el Salón Independencia, tumbado sobre un sofá, hallan el cadáver de Allende. "Misión cumplida. Moneda tomada. Presidente muerto", anuncia el mando golpista.

Miles de chilenos marchan a 40 años del golpe de Pinochet

Miles de chilenos marcharon este domingo en Santiago por los derechos humanos en el 40 aniversario del golpe de Augusto Pinochet ocurrido el 11 de septiembre de 1973, constató.

La manifestación, que convoca cada año la Asamblea Nacional de Los Derechos Humanos, comenzó en la emblemática avenida Alameda de la capital chilena. Los familiares de la represión portaban unas dos mil fotografías de detenidos y desaparecidos.

Pancartas con leyendas como: "a 40 años del golpe, nada ni nadie está olvidado", banderas y gritos en contra de Pinochet los manifestantes marcharon al ritmo de tambores en una verdadera fiesta por casi dos horas hasta el cementerio general de Santiago.

La marcha, en la que participaron unas 60.000 personas según los organizadores, concluyó con incidentes en los que cerca de un centenar de manifestantes encapuchados destrozaron mobiliario público, encendieron barricadas y se enfrentaron con piedras y palos a la Policía que los dispersó con carros lanza agua y gases lacrimógenos.

En el cementerio se encuentra un memorial que recuerda a las víctimas del régimen de Pinochet.

"Después de 40 años, esta marcha demuestra que nosotros no vamos a descansar en saber qué pasó con nuestros detenidos y desaparecidos, exigimos verdad y justicia", dijo a la AFP, Lorena Pizarro, presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos.

Durante la dictadura de Pinochet (1973-1990) se registró una cruenta represión que dejó más de 3.200 muertos, además de 38.000 personas que sufrieron torturas, según datos oficiales.

Pinochet falleció el 10 de diciembre de 2006 sin alcanzar a ser condenado, aunque durante sus últimos años fue cercado por la justicia por algunos de los crímenes de su dictadura y un caso de enriquecimiento ilícito, cuyo sumario fue cerrado recientemente.


Resposta  Missatge 15 de 19 del tema 
De: Ruben1919 Enviat: 11/09/2013 12:29

11 septiembre 2013

Vivir bajo el régimen de Pinochet: “El día que enterramos nuestra libertad”

Vivir bajo el régimen de Pinochet: “El día que enterramos nuestra libertad”
Miles de personas fueron detenidas ilícitamente, torturadas y sometidas a desaparición durante el régimen de Pinochet en Chile.

Miles de personas fueron detenidas ilícitamente, torturadas y sometidas a desaparición durante el régimen de Pinochet en Chile.

© Biblioteca del Congreso Nacional de Chile

Quienes apoyaban la dictadura celebraron la muerte de Allende con champán. Lo justificaban todo, incluso la tortura. Tardaron varios años en darse cuenta del alcance de la brutalidad y en cuestionar la dictadura, pero algunos apoyaron a Pinochet hasta su último día.
Fuente: 
Isabel Allende, escritora chilena
El miedo es una herramienta poderosa y Pinochet lo usó con éxito. Controlaba al ejército, al poder judicial, y no había Congreso; no había libertad de prensa, ni hábeas corpus, ni derecho a disentir.
Fuente: 
Isabel Allende, escritora chilena
 

La escritora chilena Isabel Allende recuerda el golpe de Estado militar del 11 de septiembre de 1973 y cómo cambió para siempre su vida y su país.

¿Cuáles fueron para usted los primeros indicios de que Augusto Pinochet estaba dando un golpe de Estado militar contra Salvador Allende?
La gente llevaba un tiempo hablando de esa posibilidad, pero era un rumor vago que nadie se tomaba en serio. Sin embargo, Salvador Allende estaba convencido de que había una amenaza real y de que la CIA estadounidense estaba detrás. Chile tenía una tradición democrática tan larga y sólida que la idea de una intervención militar era casi impensable, por lo que los temores de Allende parecían exagerados. Sin duda, nadie pensó que Augusto Pinochet iba a convertirse en un traidor. Las primeras noticias de que Pinochet estaba implicado en el golpe llegaron el 11 de septiembre.

Pablo Neruda era un símbolo de la oposición y su funeral fue la primera protesta contra el golpe militar. ¿Qué recuerda de ese día?
La muerte de Pablo Neruda [el 23 de septiembre de 1973], que merecía un día de luto nacional, fue ignorada por la dictadura. Los militares habían registrado su casa en Isla Negra y las fuerzas de seguridad irrumpieron en la de Santiago durante el velatorio. La noticia de su funeral se difundió y la gente se congregó para acompañar sus restos al cementerio.

Sabíamos que era peligroso. El gobierno militar intentó asegurarse de que no hubiera manifestaciones políticas durante la ceremonia. Pero salvo si disparaban a todo el mundo, era imposible impedir que la gente recitara los poemas más revolucionarios de Neruda o coreara consignas y canciones de protesta, como la música de Víctor Jara, que había sido torturado y asesinado en el estadio nacional unos días antes.

Caminamos varios bloques de casas hasta la sepultura donde se iba a depositar provisionalmente el ataúd. El deseo de Neruda era ser enterrado en su casa de Isla Negra, mirando al océano Pacífico, el lugar que más amaba de este mundo. Al principio éramos pocos y teníamos miedo de los soldados, pero a medida que caminábamos, se fue uniendo cada vez más gente y empezamos a sentirnos más fuertes. El estado de ánimo de la multitud cambió. Alguien empezó a cantar, otro gritó el nombre de Neruda, luego los de Allende y Jara… Empezó a ser muy emotivo y también aterrador. Los soldados estaban ansiosos, nerviosos; no sabían qué hacer. Vi que tenían el dedo en el gatillo, las mandíbulas en tensión. Era un precioso día de primavera y a medida que nos acercábamos al cementerio, la gente empezó a llegar de las calles adyacentes, llorando, cantando, abrazándose.

Ese día no sólo enterramos al poeta; enterramos a Allende, a Jara y a cientos de víctimas más; enterramos nuestra democracia y enterramos la libertad.

¿Cómo era el ambiente en Santiago después del golpe?
Quienes apoyaban la dictadura celebraron la muerte de Allende con champán. Lo justificaban todo, incluso la tortura. Tardaron varios años en darse cuenta del alcance de la brutalidad y en cuestionar la dictadura, pero algunos apoyaron a Pinochet hasta su último día.

En 1973 y 1974 el ambiente entre la gente a la que yo conocía —estudiantes, periodistas, intelectuales, artistas, trabajadores, etc.— era muy sombrío. Estábamos asustados, casi paralizados de miedo. La mayoría de la gente no quería tener problemas, sino seguir con su vida en silencio, sin llamar la atención. Apenas había información, sólo rumores. Oíamos hablar de centros de tortura, campos de concentración, asesinatos, redadas en barrios pobres; que detenían a miles de personas y que muchas más habían huido del país, pero no había modo de confirmar estos rumores. Teníamos miedo de que los teléfonos estuvieran intervenidos y de que mucha gente se hubiera convertido en informadores, por lo que teníamos cuidado cuando hablábamos, incluso dentro de la familia ampliada. Algunos ayudamos a los fugitivos, era imposible negar la ayuda a quienes necesitaban un lugar donde ocultarse. Al principio no éramos conscientes de lo graves que podían ser las consecuencias.

Para un turista que visitara Chile en aquella época, este terror no era visible. El turista se encontraría en una ciudad limpia, en la que apenas había delincuencia urbana; conocería a personas educadas y sumisas, y llegaría a la conclusión de que Chile era un país muy organizado. ¡Hasta los niños desfilaban a la escuela en silencio con sus uniformes! El turista vería policías por todas partes y soldados con uniforme de combate, y se aburriría un poco por el toque de queda, pero por lo demás disfrutaría del país. Yo no podía vivir en un lugar así. No quería vivir con miedo y no quería que mis hijos crecieran en una dictadura.

¿Sufrió usted acoso debido a sus lazos familiares?
Yo era periodista y mi nombre me hacía muy visible. Era feminista, izquierdista y pariente de Salvador Allende, tres razones para que la dictadura militar me sometiera a vigilancia. Me despidieron de todos mis empleos, pero no pensé que estuviera en peligro hasta principios de 1975. Pero era muy infeliz en Chile, y mi esposo y yo hicimos planes para marcharnos. Era muy duro porque no teníamos dinero ni conexiones ni a dónde ir. Esperamos, confiando en que los militares regresaran pronto a sus cuarteles y tuviéramos democracia otra vez.

¿Pasó algo concreto que la convenció de que debía huir?
Ocurrieron varias cosas en una misma semana que me llenaron de pánico. Descubrí que un nuevo amigo era en realidad un agente encubierto de la temida policía secreta. Un pariente que trabajaba para el gobierno nos dijo que yo estaba en una lista negra y que podía ser detenida en cualquier momento. Alguien a quien había escondido en nuestra casa fue detenido y supe que si hablaba, estaba perdida. Tenía que irme. Mi esposo y yo tomamos la decisión juntos: yo me iría inmediatamente.

Tenía un pasaporte válido. Salí del país abiertamente, sola. No era nada raro: en aquella época salían miles de personas. Me fui a Venezuela y, un mes después, cuando fue evidente que sería peligroso volver a Chile, salió mi esposo con nuestros dos hijos. Nos reunimos en Caracas, donde vivimos 13 años.

Más de 3.000 personas fueron asesinadas en Chile y muchas otras desaparecieron sin más. ¿Era la gente consciente del horror en aquel momento?
Estoy segura de que la mayoría de la gente era consciente. Yo lo era, sin duda, y también todos mis amigos. Sin embargo, mucha gente logró o fingió ignorar la violencia y la corrupción de la dictadura.

Yo estaba en Chile en 2003, durante el 30 aniversario del golpe militar. Para entonces, toda la información sobre las masacres, la tortura, las fosas comunes ocultas, etc. se había publicado ampliamente, había muchas ceremonias públicas para honrar a las víctimas. Y aun así algunas personas negaban los hechos.

Es muy difícil vivir con miedo. Uno se adapta rápidamente por necesidad. La negación es una forma de protegerse. Hay un sentimiento de impotencia y de soledad. El terror funciona aislando a las personas.

Lo ideal era que cada pequeña familia estuviera en casa, viendo la versión oficial en los noticieros de la televisión, sin interacción, sin discurso público, sin diálogo o debate, sin un intercambio de ideas que pueda fomentar la rebelión.

¿Cómo se mantuvo Pinochet 17 años en el poder?
El miedo es una herramienta poderosa y Pinochet lo usó con éxito. Controlaba al ejército, al poder judicial, y no había Congreso; no había libertad de prensa, ni hábeas corpus, ni derecho a disentir. Impuso un sistema económico que pareció tener éxito al principio, aunque beneficiaba a los capitalistas mientras mantenía a los trabajadores bajo un puño de hierro. La diferencia entre los muy ricos y los pobres en Chile es aún vergonzosa.

Con el paso del tiempo, el apoyo a Pinochet disminuyó y finalmente la oposición pudo derrotarlo en las urnas. Pero siempre recordaré que miles de personas lloraron por él en su funeral.

Las causas penales contra Pinochet nunca concluyeron. ¿Cuál es, según usted, la explicación?
Pinochet estaba protegido por la amnistía que él mismo creó, por su condición de senador vitalicio, por sus conexiones y, especialmente, por el ejército. Creo que en realidad no querían que Pinochet fuera juzgado; retrasaron todo para darle tiempo para morir en paz, en la cama.

¿Cuál era su relación con Salvador Allende y cómo ve retrospectivamente su labor política y sus ideas?
Salvador Allende era primo de mi padre. En Chile, eso significaba que yo era sobrina suya. Mi padre dejó a mi madre cuando yo era tan joven que no tengo recuerdos de él, pero Salvador Allende siguió manteniendo una relación cercana con mi madre. A veces pasábamos el día en el campo o hacíamos viajes cortos a la playa, nos veíamos en los cumpleaños y las fiestas.

Salvador Allende tenía el sueño de transformar Chile en un país donde prevalecieran la justicia y la igualdad. Quería reformas profundas, una revolución pacífica y democrática. Estaba muy adelantado a su época. En la década de 1970, el mundo estaba dividido por la Guerra Fría y Estados Unidos estaba decidido a no permitir que ningún país de Latinoamérica siguiera los pasos de Cuba. La CIA intervino desde el mismo principio para derribar al gobierno de Allende. Los partidos políticos de la derecha chilena estaban dispuestos a destruir el país si ese era el precio que tenían que pagar para librarse del sueño socialista de Allende.

¿Se curarán algún día las heridas en Chile?
Sí, todas las heridas se curan con el tiempo. Han pasado 40 años desde el golpe militar y pronto Pinochet no será más que un nombre para asustar a los niños a la hora de dormir.


Resposta  Missatge 16 de 19 del tema 
De: Ruben1919 Enviat: 11/09/2013 13:52
Allende al morir estaba construyendo patria PDF Imprimir E-Mail
Escrito por claudia   

 

 

Imagen de muestraEn Chile a 40 años del golpe de Estado contra el gobierno de Salvador Allende, uno de sus ministros, el entonces titular de Vivienda Pedro Felipe Ramírez, recuerda que 24 horas antes del cuartelazo, el mandatario dio prácticamente una clase magistral en defensa de la patria.

 

Resposta  Missatge 17 de 19 del tema 
De: Ruben1919 Enviat: 11/09/2013 13:53

10 de septiembre de 2013, 01:04Por Enrique Torres *
Imagen activaSantiago de Chile (PL) A las puertas del aniversario 40 del golpe de Estado contra el presidente Salvador Allende, encabezado por el general Augusto Pinochet, el ejemplo y el legado del mandatario es en buena medida inspiración de agrupaciones políticas y movimientos sociales en Chile.


Resposta  Missatge 18 de 19 del tema 
De: Ruben1919 Enviat: 11/09/2013 21:04
Colorido tributo a Salvador Allende en Santiago de Chile PDF Imprimir E-Mail
Escrito por Enrique Torres   

11 de septiembre de 2013, 13:04Por Enrique Torres

 Santiago de Chile, 11 sep (PL) Integrantes de diversas organizaciones de derechos humanos, políticas y sindicales chilenas, y pueblo en general, llegaron hoy hasta la base del principal monumento a Salvador Allende, para rendir tributo al mandatario, a 40 años de su muerte.

Emotivos momentos se vivieron en la jornada en un extremo de la Plaza de la Constitución y del Palacio de La Moneda, ante la estatua del jefe de Estado, muerto el 11 de septiembre de 1973 durante el ataque al edificio gubernamental, por fuerzas al mando del general golpista Augusto Pinochet.

Representantes de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD), el Grupo de Amigos del Presidente (GAP-escolta de Allende), la Central Unitaria de Trabajadores, las Juventudes Comunistas, el Partido Socialista, el Colegio de Profesores, entre muchas otras, peregrinaron por calles aledañas a La Moneda, hasta concluir con breves discursos a los pies del monumento.

Imágenes de Allende en diferentes tamaños, fotografías de decenas de víctimas de la dictadura, banderas, lienzos y carteles reclamando justicia y otros soportes visuales, formaron parte del homenaje.

En declaraciones a Prensa Latina, la presidenta de la AFDD, Lorena Pizarro, se mostró satisfecha por la masividad de la conmemoración, lo cual en su opinión es muestra de un pueblo que no olvida.

"A pesar de que transcurrieron 40 años y los miles de intentos de terminar con el recuerdo, con la memoria, con el nunca más, por eso estamos acá y vamos a seguir reclamando la verdad y la justicia", expresó la dirigente.

Pizarro destacó además la gran afluencia de ciudadanos pese a toda la desinformación y tergiversaciones tejidas en torno al gobierno de la Unidad Popular, encabezado por Allende.

"Pese a todo lo que lo han desinformado, y le han disfrazado los hechos, estamos ante un país que sabe que el futuro se construye sobre la verdad del pasado, sobre la justicia ante los hechos del pasado", enfatizó la dirigente, una de las principales luchadoras porque sean hallados los cuerpos de personas asesinadas durante la dictadura.

Ante la efigie de Allende fueron pronunciados innumerables discursos en defensa de su legado, con énfasis en las medidas de carácter social, así como su patriotismo y la defensa del Palacio de La Moneda, donde se quitó la vida para evitar caer en manos de los militares amotinados.

Varios trovadores interpretaron temas contra la dictadura Pinochet y con llamados a la ciudadanía a oponerse a cualquier otro intento de las fuerzas castrenses chilenas de subvertir el orden constitucional.

Decenas de coronas de flores ataviaron la base de la estatua de más de tres metros de altura, obra del escultor Arturo Hevia, inaugurada en el año 2000 durante el gobierno de Ricardo Lagos.

Otros arreglos florales fueron colocados en la emblemática puerta de Morandé 80, por donde fuera sacado el cuerpo sin vida de Allende aquel 11 de septiembre. Dicha puerta había sido tapiada por Pinochet.

lac/et


Resposta  Missatge 19 de 19 del tema 
De: Ruben1919 Enviat: 12/09/2013 11:40
Rendirán homenaje a Víctor Jara en Fiesta de L'Humanité PDF Imprimir E-Mail
Escrito por Amilcar Morales Garcia   

Imagen activa12 de septiembre de 2013, 04:43París, 12 sep (PL) Un homenaje al compositor y cantante chileno Víctor Jara, a 40 años de su asesinato, forma parte del intenso programa musical preparado en la tradicional fiesta del diario francés L'Humanité que comienza este viernes.

En el espacio denominado La Gran Escena, el grupo Zebda interpretará las principales canciones de Jara, a quien identifican como "la imagen del compromiso social llevado hasta las últimas consecuencias".

Mustafá Amokrane, conocido como Mouss en el quinteto galo originario de la ciudad de Toulouse, destacó el legado del chileno, íntimamente ligado a la historia de la Unidad Popular y el presidente Salvador Allende.

Es un precioso testimonio, "un repertorio que suena para la eternidad", dijo Mouss al referirse al músico asesinado por los militares tras el golpe de Estado perpetrado por Augusto Pinochet el 11 de septiembre de 1973.

Como parte del programa de la fiesta se presentará en ese mismo escenario el grupo Staff Benda Bilili, integrado por artistas de la República Democrática del Congo, cuya música cuenta la vida cotidiana de los niños de la calle en Kinshasa.

La crítica social interpretada por Asian Dub Foundation, creado en el barrio hindú de Londres, o del grupo Trío, de los suburbios parisinos, convivirá estos tres días con el electro-rock del británico Archive, e incluso con la música sinfónica de Divertimento y la Orquesta Nacional de Francia.

En la llamada Escena Zebrock los más jóvenes disfrutarán el rock de Demi Mondaine y Sanseverino, el rap interpretado por Rocé y el nigeriano Féfé, el hip-hop de Pumpkin y Betty Argo, o las canciones duras de GiédRé, quien con su guitarra folk aborda temas fuertes como el suicidio o el abuso sexual.

Momentos más íntimos están reservados en el Espacio Jazz, donde el rol fundamental estará a cargo de voces femeninas, entre ellas Laika Fatiem, Elise Caron y Macha Gharibian, representantes del denominado movimiento afro-francés de este género.

La Fiesta de L'Humanité se realizará en la comuna de La Courneuve, aledaña a esta capital, del 13 al 15 de septiembre y espera congregar este año a unos 600 mil asistentes.

tgj/ami


Primer  Anterior  5 a 19 de 19  Següent   Darrer  
Tema anterior  Tema següent
 
©2024 - Gabitos - Tots els drets reservats