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22 de septiembre de 2013, 10:29 Bucarest, 22 sep (PL) El 47 por ciento de los rumanos interrogados en una encuesta manifestaron preocupación por la pobreza y nostalgia por el sistema político socialista dejado atrás, cuando carecían de problemas como pensiones mínimas, ingresos bajos y desempleo.
Ese estudio de un instituto de investigaciones políticas sale a colación debido a un filme estrenado esta semana sobre el tema, la tragicomedia titulada Soy una vieja comunista, del director Sterea Gulea, que revuelve el panorama social del país.
El filme obliga a la memoria sobre una casi interminable secuencia de crisis política y financiera del país desde 1990, lo que obliga a la evocación de mucha gente, dijo la experta cinematográfica Iulia Blaga.
Señalan artistas, que el debate sobre si el tiempo pasado fue mejor resurgió en la sociedad rumana con fuerza a partir sobre todo de esta cinta, que devuelve a la palestra el nombre del extinto gobernante Nicolae Ceausescu.
Muchas personas incluso afirman que se vivía mejor en épocas antañas comparado con el presente.
Dicen que en medio de una sociedad, en el capitalismo feroz, aún hay lugareños que recuerdan con añoranza el sistema anterior.
Blaga resalta que, sin dudas, la protagonista de un filme de moda por estos días en Rumania evoca una nostalgia general e imprecisa.
La cineasta insiste en que el trabajo asegurado, una vivienda social y comida son los elementos básicos aludidos por ese personaje de ficción, interpretado por la actriz Luminita Gheorghiu, que marca una diferencia con la situación actual.
El historiador Mihai Burcea considera que si Ceausescu siguiera con vida y se presentara a las elecciones presidenciales de Rumania tendría muchas opciones de ganar.
Brucea alude a que los nostálgicos no son sólo miembros de un grupo minoritario de partidarios del comunismo, sino que la miseria obliga a una buena parte de personas a echar de menos ese sistema.
Aquellos afirman que en la otra época existían más facilidades para los estudios, mientras hoy el cierre de escuelas provoca a los niños desplazamientos de kilómetros para ir a clases.
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