uiero recordar unas palabras de nuestro Ludovico Silva que le hacen justicia y se enfrentan a la visión machista que ha pretendido disminuir su luminoso ejemplo: No ha habido mujer más valerosa y genial en la historia de América Latina. Es una verdadera impropiedad y hasta una iniquidad histórica (normal dentro de nuestra nefasta afición subdesarrollada a oscurecer unos valores y oscurecer los otros) asociar y explicar la figura de Manuela Sáenz tan sólo en referencia a la figura de Simón Bolívar. Antes o después de Bolívar, con Bolívar o sin él, Manuela demostró ser lo que era. Y nadie, me atrevo a agregar yo, supo esto mejor que el mismo Simón Bolívar.