Fidel Castro: No confío en la política de EEUU, ni he intercambiado palabra con ellos
Firma estampada en el mensaje de Fidel Castro a la FEU.
Por Redacción CaféFuerte
El ex gobernante cubano Fidel Castro afirmó este lunes que no confía
en la política de Estados Unidos ni ha intercambiado con sus
representantes, pero respaldó “los pasos pertinentes” de su hermano Raúl
Castro para buscar una solución pacífica con su histórico adversario.
“No confío en la política de Estados Unidos ni he intercambiado una
palabra con ellos, sin que esto signifique, ni mucho menos, un rechazo a
una solución pacífica de los conflictos o peligros de guerra”, afirmó
Castro en un largo mensaje que publica esta noche la prensa oficial.
“Defender la paz es un deber de todos”, dijo.
El anciano líder agregó que cualquier solución pacífica y negociada a
los problemas entre Estados Unidos y los pueblos de América Latina que
no implique la fuerza o el empleo de la fuerza, deberá ser tratada de
acuerdo a los principios y normas internacionales.
Los pasos pertinentes de Raúl
“Defenderemos siempre la cooperación y la amistad con todos los
pueblos del mundo y entre ellos los de nuestros adversarios políticos.
Es lo que estamos reclamando para todos”, afirmó Castro, que respaldó
explícitamente las decisiones de su hermano al frente del gobierno.
“El Presidente de Cuba ha dado los pasos pertinentes de acuerdo a sus
prerrogativas y las facultades que le conceden la Asamblea Nacional y
el Partido Comunista de Cuba”, aseveró. “Los graves peligros que
amenazan hoy a la humanidad tendrían que ceder paso a normas que fuesen
compatibles con la dignidad humana. De tales derechos no está excluido
ningún país”.
La carta fue leída esta noche en un acto celebrado en el Aula Magna
de la Universidad de La Habana, donde se rindió homenaje a los cinco
espías cubanos que retornaron al país luego de cumplir largas condenas
en Estados Unidos.
Con ella, Castro rompe su inexplicable silencio sobre el
restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos y
las negociaciones bilaterales, anunciadas por Barack Obama y Raúl
Castro el pasado 17 de diciembre.
Primer texto desde octubre
Es el primer texto del ex gobernante que se publica en la prensa
cubana desde el pasado 18 de octubre, cuando escribió un artículo
dedicado a la batalla contra el ébola en Africa occidental. Con
anterioridad, el pasado 12 de enero, el astro futbolístico Diego Armando
Maradona había mostrado a la prensa una carta que le enviara Castro,
pero no se reveló su contenido.
El extenso mensaje de este lunes está dedicado “a mis compañeros de
la Federación Estudiantil Universitaria [FEU]” en respuesta a una
invitación para participar en el lanzamiento de una jornada para
celebrar el 70 aniversario de su ingreso a la Universidad de La Habana.
Fidel Castro ingresó a la Facultad de Derecho de la principal
universidad cubana el 4 de septiembre de 1945.
Dijo que la invitación la conoció sorpresivamente y en días muy
atareados por diversos temas en los que cree pueda ser todavía
relativamente útil.
“Decidí descansar dedicándole algunas horas al recuerdo de aquellos
años”, acotó Castro, quien confiesa que en el hipotético caso de que
pudiera matricular de nuevo en la universidad no vacilaría en escoger
una carrera científica.
El Período Especial sigue
Castro hace un recorrido por la guerra librada por las tropas cubanas
en Angola y arremete contra “las realidades de este conocido,
globalizado y muy mal repartido planeta Tierra”.
También dice que el Período Especial en Tiempos de Paz -como se
conoce la crisis económica que se desencadenó en los años 90- “ha durado
ya más de 20 años sin levantar bandera blanca”, en una revelación de
que para él es una etapa no superada.
“Con este espíritu he luchado y continuaré luchando hasta el último aliento”, concluye el mensaje.
La ausencia de Castro de los escenarios públicos por más de un año ha
destapado versiones sobre su estado de salud. A comienzos de enero, la
ola de rumores escaló las redes sociales y disparó especulaciones sobre
su presunta gravedad.
A continuación reproducimos el texto íntegro del mensaje de Fidel Castro:
Para mis compañeros de la Federación Estudiantil Universitaria
Queridos compañeros:
Desde el año 2006, por cuestiones de salud incompatibles con el
tiempo y el esfuerzo necesario para cumplir un deber —que me impuse a mí
mismo cuando ingresé en esta Universidad el 4 de septiembre de 1945,
hace 70 años—, renuncié a mis cargos.
No era hijo de obrero, ni carente de recursos materiales y sociales
para una existencia relativamente cómoda; puedo decir que escapé
milagrosamente de la riqueza. Muchos años después, el norteamericano más
rico y sin duda muy capaz, con casi 100 mil millones de dólares,
declaró ―según publicó una agencia de noticias el pasado jueves 22 de
enero—, que el sistema de producción y distribución privilegiada de las
riquezas convertiría de generación en generación a los pobres en ricos.
Desde los tiempos de la antigua Grecia, durante casi 3 mil años, los
griegos, sin ir más lejos, fueron brillantes en casi todas las
actividades: física, matemática, filosofía, arquitectura, arte, ciencia,
política, astronomía y otras ramas del conocimiento humano. Grecia, sin
embargo, era un territorio de esclavos que realizaban los más duros
trabajos en campos y ciudades, mientras una oligarquía se dedicaba a
escribir y filosofar. La primera utopía fue escrita precisamente por
ellos.
Observen bien las realidades de este conocido, globalizado y muy mal
repartido planeta Tierra, donde se conoce cada recurso vital depositado
en virtud de factores históricos: algunos con mucho menos de los que
necesitan; otros, con tantos que no hayan que hacer con ellos. En medio
ahora de grandes amenazas y peligros de guerras reina el caos en la
distribución de los recursos financieros y en el reparto de la
producción social. La población del mundo ha crecido, entre los años
1800 y 2015, de mil millones a siete mil millones de habitantes. ¿Podrán
resolverse de esta forma el incremento de la población en los próximos
100 años y las necesidades de alimento, salud, agua y vivienda que
tendrá la población mundial cualquiera que fuesen los avances de la
ciencia?
Bien, pero dejando a un lado estos enigmáticos problemas, admira
pensar que la Universidad de La Habana, en los días en que yo ingresé a
esta querida y prestigiosa institución, hace casi tres cuartos de siglo,
era la única que había en Cuba.
Por cierto, compañeros estudiantes y profesores, debemos recordar que
no se trata de una, sino que contamos hoy con más de cincuenta centros
de Educación Superior repartidos en todo el país.
Cuando me invitaron ustedes a participar en el lanzamiento de la
jornada por el 70 aniversario de mi ingreso a la Universidad, lo que
supe sorpresivamente, y en días muy atareados por diversos temas en los
que tal vez pueda ser todavía relativamente útil, decidí descansar
dedicándole algunas horas al recuerdo de aquellos años.
Me abruma descubrir que han pasado 70 años. En realidad, compañeros y
compañeras, si matriculara de nuevo a esa edad como algunos me
preguntan, le respondería sin vacilar que sería en una carrera
científica. Al graduarme, diría como Guayasamín: déjenme una lucecita
encendida.
En aquellos años, influido ya por Marx, logré comprender más y mejor
el extraño y complejo mundo en que a todos nos ha correspondido vivir.
Pude prescindir de las ilusiones burguesas, cuyos tentáculos lograron
enredar a muchos estudiantes cuando menos experiencia y más ardor
poseían. El tema sería largo e interminable.
Otro genio de la acción revolucionaria, fundador del Partido
Comunista, fue Lenin. Por eso no vacilé un segundo cuando en el juicio
del Moncada, donde me permitieron asistir, aunque una sola vez, declaré
ante jueces y decenas de altos oficiales batistianos que éramos lectores
de Lenin.
De Mao Zedong no hablamos porque todavía no había concluido la
Revolución Socialista en China, inspirada en idénticos propósitos.
Advierto, sin embargo, que las ideas revolucionarias han de estar
siempre en guardia a medida que la humanidad multiplique sus
conocimientos.
La naturaleza nos enseña que pueden haber transcurrido decenas de
miles de millones de años luz y la vida en cualquiera de sus
manifestaciones está siempre sujeta a las más increíbles combinaciones
de materia y radiaciones.
El saludo personal de los Presidentes de Cuba y Estados Unidos se
produjo en el funeral de Nelson Mandela, insigne y ejemplar combatiente
contra el Apartheid, quien tenía amistad con Obama.
Baste señalar que ya en esa fecha, habían trascurrido varios años
desde que las tropas cubanas derrotaran de forma aplastante al ejército
racista de Sudáfrica, dirigido por una burguesía rica y con enormes
recursos económicos. Es la historia de una contienda que está por
escribirse. Sudáfrica, el gobierno con más recursos financieros de ese
continente, poseía armas nucleares suministradas por el Estado racista
de Israel, en virtud de un acuerdo entre este y el presidente Ronald
Reagan, quien lo autorizó a entregar los dispositivos para el uso de
tales armas con las cuales golpear a las fuerzas cubanas y angolanas que
defendían a la República Popular de Angola contra la ocupación de ese
país por los racistas. De ese modo se excluía toda negociación de paz
mientras Angola era atacada por las fuerzas del Apartheid con el
ejército más entrenado y equipado del continente africano.
En tal situación no había posibilidad alguna de una solución
pacífica. Los incesantes esfuerzos por liquidar a la República Popular
de Angola para desangrarla sistemáticamente con el poder de aquel bien
entrenado y equipado ejército, fue lo que determinó la decisión cubana
de asestar un golpe contundente contra los racistas en Cuito Cuanavale,
antigua base de la OTAN, que Sudáfrica trataba de ocupar a toda costa.
Aquel prepotente país fue obligado a negociar un acuerdo de paz que
puso fin a la ocupación militar de Angola y el fin del Apartheid en
África.
El continente africano quedó libre de armas nucleares. Cuba tuvo que enfrentar, por segunda vez, el riesgo de un ataque nuclear.
Las tropas internacionalistas cubanas se retiraron con honor de
África. Sobrevino entonces el Periodo Especial en tiempo de paz, que ha
durado ya más de 20 años sin levantar bandera blanca, algo que no
hicimos ni haremos jamás.
Muchos amigos de Cuba conocen la ejemplar conducta de nuestro pueblo,
y a ellos les explico mi posición esencial en breves palabras.
No confío en la política de Estados Unidos ni he intercambiado una
palabra con ellos, sin que esto signifique, ni mucho menos, un rechazo a
una solución pacífica de los conflictos o peligros de guerra. Defender
la paz es un deber de todos. Cualquier solución pacífica y negociada a
los problemas entre Estados Unidos y los pueblos o cualquier pueblo de
América Latina, que no implique la fuerza o el empleo de la fuerza,
deberá ser tratada de acuerdo a los principios y normas internacionales.
Defenderemos siempre la cooperación y la amistad con todos los pueblos
del mundo y entre ellos los de nuestros adversarios políticos. Es lo que
estamos reclamando para todos.
El Presidente de Cuba ha dado los pasos pertinentes de acuerdo a sus
prerrogativas y las facultades que le conceden la Asamblea Nacional y el
Partido Comunista de Cuba.
Los graves peligros que amenazan hoy a la humanidad tendrían que
ceder paso a normas que fuesen compatibles con la dignidad humana. De
tales derechos no está excluido ningún país.
Con este espíritu he luchado y continuaré luchando hasta el último aliento.