Tanto a algunos ciudadanos latinoamericanos como a numerosos analistas políticos de diferentes países les preocupa la creciente presencia de bases militares estadounidenses en América Latina. Bajo la excusa de la
lucha contra el narcotráfico las fuerzas de EE.UU. penetran para controlar la situación en la región.
El pofesor universitario e investigador, firmante de los acuerdos de paz de El Salvador, Roberto Cañas, explicó a
RT que “la lógica de la política norteamericana de seguridad nacional de colocar una red de bases militares alrededor del mundo es para defender sus intereses”.
Los efectos perjudiciales que tienen las bases militares en distintos países del mundo es que es una nueva forma de neocolonialismo”
El
despliegue de una base militar estadounidense en Mosquitia, norte de Honduras, hace dos años, modificó los hábitos de los indígenas, según los residentes de la zona. La primera instalación militar norteamericana en territorio hondureño se desplegó en los años 80 en Palmerola.
“Para Mosquitia y para Centroamérica y los países donde se instalan bases militares de EE.UU. es muy difícil poder decir si hay algún beneficio. Los efectos perjudiciales que tienen las bases militares en distintos países del mundo es que es una nueva forma de neocolonialismo donde al establecerse estas bases militares aparecen efectos perniciosos. Generalmente se incrementan los delitos de violaciones, prostitución, drogas, que se escolan alrededor de las bases militares”, dijo Cañas.
Otro punto que subrayó el experto es que “la presencia de estas bases militares afecta al medioambiente”. “Así que es muy difícil asegurar que para un país la llegada de las bases militares de EE.UU. sea benificiosa, trae muchos daños”, concluyó.
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