Page principale  |  Contacte  

Adresse mail:

Mot de Passe:

Enrégistrer maintenant!

Mot de passe oublié?

LA CUBA DEL GRAN PAPIYO
Joyeux Anniversaire KARMAN2110!                                                                                           Joyeux Anniversaire ℓ♥яεℓφ!
 
Nouveautés
  Rejoindre maintenant
  Rubrique de messages 
  Galérie des images 
 Archives et documents 
 Recherches et tests 
  Liste de participants
 Conociendo Cuba 
 CANCION L..A 
 FIDEL CASTRO.. 
 Fotos de FIDEL 
 Los participantes más activos 
 PROCLAMA AL PUEBLO DE CUBA 
 
 
  Outils
 
General: Canción de otoño en primavera
Choisir un autre rubrique de messages
Thème précédent  Thème suivant
Réponse  Message 1 de 1 de ce thème 
De: Ruben1919  (message original) Envoyé: 13/01/2016 08:14

Canción de otoño en primavera

Ninfa en el bosque, Charles-Amable Lenoir (1860-1926)

    Juventud, divino tesoro, 
¡ya te vas para no volver! 
Cuando quiero llorar, no lloro... 
y a veces lloro sin querer.
    Plural ha sido la celeste 
historia de mi corazón. 
Era una dulce niña, en este 
mundo de duelo y aflicción.

    Miraba como el alba pura; 
sonreía como una flor. 
Era su cabellera obscura 
hecha de noche y de dolor.

    Yo era tímido como un niño. 
Ella, naturalmente fue, 
para mi amor hecho de armiño, 
Herodías y Salomé... 

    Juventud, divino tesoro, 
¡ya te vas para no volver...! 
Cuando quiero llorar, no lloro, 
y a veces lloro sin querer... 
    La otra fue más sensitiva,
y más consoladora y más 
halagadora y expresiva,

cual no pensé encontrar jamás. 
    Pues a su continua ternura 
una pasión violenta unía. 
En un peplo de gasa pura 
una bacante se envolvía... 

    En sus brazos tomó mi ensueño 
y lo arrulló como a un bebé... 
Y le mató, triste y pequeño, 
falto de luz, falto de fe... 

    Juventud, divino tesoro, 
¡te fuiste para no volver! 
Cuando quiero llorar, no lloro, 
y a veces lloro sin querer... 

    Otra juzgó que era mi boca 
el estuche de su pasión 
y que me roería, loca, 
con sus dientes el corazón
    poniendo en un amor de exceso 
la mira de su voluntad, 
mientras eran abrazo y beso 
síntesis de la eternidad: 

    y de nuestra carne ligera 
imaginar siempre un Edén, 
sin pensar que la Primavera 
y la carne acaban también... 

    Juventud, divino tesoro, 
¡ya te vas para no volver! 
Cuando quiero llorar, no lloro,
¡y a veces lloro sin querer! 

    ¡Y las demás!, en tantos climas, 
en tantas tierras, siempre son, 
si no pretextos de mis rimas, 
fantasmas de mi corazón. 

    En vano busqué a la princesa 
que estaba triste de esperar. 
La vida es dura. Amarga y pesa. 
¡Ya no hay princesa que cantar! 

    Mas a pesar del tiempo terco, 
mi sed de amor no tiene fin; 
con el cabello gris me acerco 
a los rosales del jardín... 

    Juventud, divino tesoro, 
¡ya te vas para no volver!... 
Cuando quiero llorar, no lloro, 
y a veces lloro sin querer... 
    ¡Mas es mía el Alba de oro!


Rubén Darío
(Cantos de vida y esperanza, 1905)


Premier  Précédent  Sans réponse  Suivant   Dernier  

 
©2025 - Gabitos - Tous droits réservés