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General: Con Macri concentración de la riqueza ..y pobreza creciente del pueblo
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De: Ruben1919 (Mensaje original) |
Enviado: 20/12/2015 12:06 |
ECONOMIA › APENAS CIEN GRANDES FIRMAS CONCENTRAN CASI EL 75 POR CIENTO DEL TOTAL DE LAS EXPORTACIONES
Muy pocos se llevaron todo
Grandes exportadoras, especuladores con silobolsas y acumuladores de dólares en cantidad son los ganadores de la eliminación de las retenciones y de la fuerte devaluación, las dos medidas económicas de la primera semana del gobierno de Mauricio Macri.
Por Alfredo Zaiat
Los dueños de los dólares comerciales, grandes firmas multinacionales y locales, son los principales e inmediatos beneficiarios de la megadevaluación de Macri que su ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, anunció con alegría. El selecto grupo de privilegiados de una desproporcionada suba de la paridad cambiaria está integrado por Cargill, Bunge Argentina, Aceitera General Deheza, Louis Dreyfuss, Nidera, ACA cooperativas, Molinos, Noble Argentina, Vicentin, Volkswagen, Pan American Energy, Siderca (Techint), Aluar, entre las principales. La alteración brusca del tipo de cambio impactando en forma negativa en millones de trabajadores y jubilados por la pérdida del poder adquisitivo favorece a una pequeñísima liga de grandes empresas. Apenas 100 concentran el 75 por ciento del total de las exportaciones. En ese ranking, de las 25 principales, doce se dedican a granos, oleaginosas y sus derivados; seis son automotrices; dos venden al exterior petróleo y gas; dos son mineras; otro par, siderurgia y aluminio; y una, alimentos. De ese lote, ocho están vinculadas con bienes industriales de mediano-bajo contenido tecnológico: seis firmas fabrican autos; una, tubos de acero y otra, aluminio. Son los grandes ganadores de la megadevaluación de Macri. También participan de ese festín quienes han acumulado dólares en cantidad durante años y productores agropecuarios que especularon guardando granos en silobolsa.
La impactante transferencia de ingresos de grupos de ingresos fijos (trabajadores y jubilados) hacia un sector minoritario de la economía la concretó el gobierno de Macri con dos medidas entre el 14 y 17 de diciembre de 2015, fechas que se incorporarán en la historia económica argentina en el capítulo de los eventos más relevantes de brusca concentración de la riqueza:
1. Eliminación de retenciones al complejo agropecuario –y disminución de 5 puntos porcentuales a la soja–, a las economías regionales y a la industria.
2. La megadevaluación que elevó el tipo de cambio por ahora en 40 por ciento.
Es necesario precisar el perfil de la estructura de las exportaciones y plantear los desafíos para su modificación si la meta es diseñar una política económica menos dependiente de los pocos dueños de los dólares comerciales. No es el objetivo del gobierno de Macri. Por el contrario, la megadevaluación consolida ese poder concentrado, además de regresar a un ciclo de endeudamiento para conseguir dólares, cuyo primer paso muestra que será desbordante por una suma de 15.000 a 25.000 millones de dólares en pocas semanas, según adelantó Prat-Gay.
Una fortísima devaluación para cerrar la brecha cambiaria o iniciar un nuevo ciclo de endeudamiento sólo atacará los síntomas del desequilibrio de las cuentas externas sin abordar sus factores básicos. La devaluación y el endeudamiento son atajos que no enfrentan la cuestión estructural de la escasez relativa de divisas y sólo brinda ganancias extraordinarias a grupos concentrados y a sectores dolarizados, además de provocar inestabilidad social por el shock inflacionario y el consiguiente deterioro del poder adquisitivo. La experiencia histórica revela que ni con devaluación, endeudamiento externo o la fantasía de la “confianza” empresaria a un gobierno por ser amigable con el mercado financiero se ha podido neutralizar la dolarización de los excedentes financieros. Es probable que esas vías ortodoxas (eliminación de retenciones, devaluación, liberación del mercado de cambio y alza de la tasa de interés) provoquen alivio en sectores económicos concentrados, e incluso un estado de satisfacción inmediato de grupos sociales acostumbrados a la dolarización de su riqueza financiera. Pero no logrará superar la cíclica escasez relativa de dólares que deriva en inestabilidad cambiaria.
Quiénes son
Saber quiénes son las principales firmas exportadores revela la importante capacidad de influencia que tienen sobre el mercado cambiario. Como se mencionó, 100 grandes empresas reúnen casi el 75 por ciento del total de las exportaciones, según información de los registros de la Aduana. Esta extraordinaria concentración queda más expuesta cuando se observa que 50 empresas reúnen el 64 por ciento, y apenas 25 más de la mitad de los dólares comerciales. Estas cifras reflejan que muy pocas manos definen el flujo de divisas en la economía, y en una periférica como la argentina que estructuralmente tiene una escasez relativa de dólares implica que poseen entonces un inmenso poder de condicionamiento en la orientación de la política económica.
Los jugadores más relevantes en el mercado cambiario son las exportadores agrarias: Cargill, Bunge, Louis Dreyfus Commodities (LDC), Aceitera General Deheza, Archer Daniels Midland (ADM), Vicentin, Noble Argentina, Alfred Toepfer, Molinos, Nidera, Oleaginosa Moreno y Asociación de Cooperativas Argentinas. Estas doce empresas integrantes del lote de las primeras veinticinco compañías exportadoras de Argentina, concentran el 30 por ciento del total de los dólares comerciales. Tal nivel de control del mercado permite entender porque las exportadoras de cereales son las protagonistas principales de las presiones cambiarias. Esa capacidad la ejercen con el poder que les da ser los dueños de los dólares. No es una conspiración los movimientos financieras de esas firmas, sino simplemente una disputa de poder para dirimir cómo se distribuye la riqueza. Uno de los espacios económicos donde se despliega esa pelea es el mercado cambiario y en ese terreno esas empresas son banca.
El gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y ahora el de Mauricio Macri han tenido que negociar con esas grandes firmas exportadoras para que vendan dólares. En un contexto de escasez relativa de divisas, el adelanto de liquidación para diciembre y el primer trimestre del año es el momento de mayor tensión en ese marco de negociación desigual. Ahora han prometido 400 millones de dólares diarios durante tres semanas. El aporte no es menor si se tiene en cuenta que las cámaras del complejo agrario exportador (Cámara de Industrias Aceiteras y el Centro de Exportadores de Cereales) informaron que en lo que va del año la venta de divisas ascendió a casi 18.000 millones de dólares. El monto involucrado en el pacto con Prat-Gay y el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, equivale a un tercio del total vendido en casi todo el año. Este acuerdo es la manifestación más contundente del poder de los dueños de los dólares y de su capacidad de perturbación de la estabilidad cambiaria.
Doble o nada
No hay antecedente en la historia economía argentina de aplicar una muy fuerte suba del tipo de cambio al mismo tiempo que se eliminan las retenciones a las exportaciones. Hasta Adalbert Krieger Vasena, durante la dictadura de Juan Carlos Onganía, en 1967, estableció Derechos de Exportación al agro luego de su gran devaluación, además de impulsar la apertura a las importaciones y la liberación del mercado de cambios. El gobierno de Macri fue más lejos. Aplicó una fortísima suba del tipo de cambio y modificó en forma drástica el régimen de retenciones. Esto último implica una transferencia de unos 60 mil millones de pesos anuales al núcleo agropecuario (estimación del Estudio Bein), si vende todo lo acopiado y si el dólar continúa su marcha ascendente por encima de los 14 pesos durante el año próximo. La producción agraria no sólo mejorará sustancialmente su rentabilidad por dejar de pagar las retenciones sino que recibirá además casi un 50 por ciento más de pesos por los dólares de la exportación.
El complejo agroexportador recibió del gobierno de Macri lo que ninguno en la historia le otorgó: una fortísima devaluación y sin retenciones. La apuesta fue a doble o nada. Y se llevaron todo.
La especulación por retención de la cosecha tuvo como resultado un incremento fabuloso del valor en pesos de ese activo. La utilidad fue extraordinaria por la eliminación de retenciones más megadevaluación. Raúl Dellatorre calculó en la edición del jueves pasado de Página/12 (y hoy amplía en páginas 4 y 5) que la ganancia en el valor del dólar efectivo que cobrarían los exportadores será entre el 52 por ciento (para la soja) y el 93 por ciento (girasol). No hay muchas inversiones especulativas con semejante rentabilidad en dólares obtenida con la estrategia financiera de retención de cosecha en silobolsa.
Ajuste de cuentas
De acuerdo a la información declarada por los propios productores, acopiadores y exportadores a la AFIP, la cantidad de granos sin vender equivale a unos 11.400 millones de dólares. En soja existen unos 6000 millones de dólares, en trigo unos 2000 millones y en maíz 3400 millones.
La retención de divisas por parte del complejo agrario exportador fue clave en las tensiones cambiarias de los últimos años, cuyo desenlace fue la fortísima devaluación de Macri.
Las mayores ventas al exterior que se registrará en los próximos meses corresponden al acopio de estos años. Será el resultado de la especulación saturando silobolsas. La megadevaluación no mejorará la competitividad de las exportaciones, sino que incrementará la rentabilidad de productores, acopiadores y exportadores. Surge de la evidencia empírica, y no sólo la de la economía argentina, que el comercio exterior no adquiere más dinamismo con una alteración brusca del tipo de cambio. El aumento de las exportaciones responde más a las condiciones de la demanda internacional por el ritmo de crecimiento del comercio y de la economía mundial que al nivel del tipo de cambio.
La devaluación con alegría de Alfonso Prat-Gay, disfrazada con un publicitado “fin del cepo”, no aumentará las exportaciones industriales que son poco sensibles a las variaciones del tipo de cambio real puesto que están más vinculadas a la evolución de la demanda mundial. Sólo pueden aumentar las exportaciones del complejo agropecuario disminuyendo el abastecimiento interno. Las consecuencias de esa estrategia regresiva en términos sociales serán una desproporcionada alza de precios en alimentos de la canasta básica del hogar, abriendo las puertas a una reacción de la población hoy difícil de prever.
Por otra parte, dada la dependencia de la economía argentina de equipo y bienes de capital importados, la fortísima devaluación no implicará necesariamente una disminución de las compras, sino que el mayor costo será trasladado a precios internos. Es un esquema regresivo que sólo funciona con un consumo interno deprimido y un fuerte incremento del desempleo para contener las demandas salariales.
El impacto negativo en la distribución del ingreso será entonces por la caída del salario real. Así queda al descubierto el objetivo central de la eliminación de las retenciones y fortísima devaluación, que no apunta a incrementar la competitividad externa de la económica, que sólo puede darse con un intenso proceso inversor, sino a concretar un ajuste de cuentas con el sector asalariado.
azaiat@pagina12.com.ar
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Devaluación y ajuste
Por Mario Rapoport *
Cualquiera sea la forma en que se la llame lo que se ha producido en la Argentina es una fuerte devaluación del peso (no las minidevaluaciones que veníamos teniendo) y este enfoque extremo ya ha sido vivido muchas veces por la mayoría de los argentinos y figura entre sus recuerdos menos felices. La teoría ortodoxa señala que las devaluaciones, cuando hay problemas en las cuentas externas conducen a reducirlos y a expandir la actividad económica. Para los partidarios de los efectos expansivos de una devaluación, esto resulta no sólo por una mejora en la balanza comercial sino también por un impulso a la producción interior al abaratar los bienes producidos locamente permitiendo sustituir importaciones. Pero este no ha sido el caso de la Argentina, como lo hemos demostrado muchas veces y como lo expone con claridad una tesis de licenciatura presentada en la FCE de la UBA por Pablo Wahren.
Wahren señala que economistas como Krugman y Taylor han mostrado los efectos contractivos de las devaluaciones. En forma independiente de sus resultados sobre la balanza comercial, la devaluación encarece en la moneda nacional los bienes exportados e importados, los salarios reales se contraen debido a la inflación y todo ello produce un reparto negativo de los ingresos en favor de los capitalistas y una caída de la demanda agregada y de la actividad económica.
Como lo muestra además nuestra historia económica y lo refrendan prestigiosos autores como Díaz Alejandro, Oscar Braun, Leonard Joy y Marcelo Diamand, las devaluaciones han sido por lo general de este último tipo y han afectado sobre todo la distribución de los ingresos. A diferencia de otros países donde la matriz productiva es fundamentalmente industrial y eso le permite competir mejor con sus productos en el mundo (además de defender con políticas proteccionistas su más débil sector agropecuario, como Estados Unidos y Europa) en la Argentina el sector primario exportador, siempre competitivo a nivel internacional, es el que genera nuestras divisas, mientras que el demandante de divisas es el sector industrial no competitivo y que en realidad hay que proteger para su desarrollo. Según lo ha estudiado Julio Olivera la oferta de exportaciones es por lo general muy inelástica a las variaciones del tipo de cambio y, a su vez, los productos manufacturados están tan alejados del nivel internacional que es prácticamente imposible que una fuerte devaluación produzca un aumento de sus exportaciones. Y aunque en esos períodos las exportaciones crecieron y las importaciones se redujeron y los mayores saldos comerciales positivos pudieron haber estimulado la actividad económica, en todos los casos históricos que mencionamos, como veremos más adelante, esa actividad se contrajo.
De modo que las devaluaciones no han influido en el mejoramiento de la economía aunque han producido profundos efectos negativos y también formidables transferencias de ingresos.
La secuencia real es la siguiente: una devaluación genera una dinámica inflacionaria (o la agudiza si esta ya está en curso) que tiene efectos redistributivos negativos y produce severas recesiones. Los grandes beneficiados son los exportadores y las grandes corporaciones transnacionales o nacionales mientras caen los salarios reales, el valor de las jubilaciones y de otros sectores de ingresos fijos. Disminuye la actividad industrial, el empleo y la demanda doméstica y queda afectado el mercado interno. Caen las importaciones porque se encarecen los productos importados y aun así terminan desplazando a los nacionales que aumentan aun más (ellos también requieren bienes importados para su producción).
La cuestión se agrava porque la conducta de aquellos que ahora disponen del libre acceso al mercado de divisas (que no son los trabajadores ni la mayor parte de la clase media que podrían estar en condiciones de adquirir 500 dólares por mes) pueden llegar a comprar hasta dos millones de dólares diarios, y luego parte de ellos guardarlos o fugarlos del país, como ha ocurrido en el pasado (tenemos el caso reciente del HSBC). Esto aumenta aun más la contracción de la economía y los efectos recesivos y obliga a volver a endeudarnos y a caer nuevamente en crisis como las del 2001. Tenemos que tener en cuenta, por otro lado, que esta devaluación es en gran parte producto de la crisis de la economía mundial del 2008, de la que todavía no se salió y que la recuperación no depende sólo de las medidas internas que se tomen sino de cómo sale el mundo de esa crisis que lo tiene atrapado y afecta a Europa, China, Brasil y la mayoría de los países del mundo (nosotros entre ellos) y se agrava ahora con la caída del precio de las commodities y con el aumento de las tasas de interés en Estados Unidos, que afectarán las deudas asumidas y el nuevo endeudamiento a tomar (para no hablar de los fondos buitre).
Si las devaluaciones han sido una constante en la historia argentina desde la época del modelo agroexportador, ya con el proceso de industrialización en marcha, a mediados del siglo XX, las grandes devaluaciones siempre tendieron a favorecer al sector agropecuario, provocaron fuertes inflaciones, deterioraron los ingresos de los trabajadores y provocaron procesos recesivos. Las de 1958, 1962 y 1975 estaban vinculadas sobre todo a resolver crisis de la balanza comercial; las de 1981, 1989 y 2002 fueron devaluaciones financieras vinculadas fundamentalmente al endeudamiento externo.
Todos esos planes tuvieron fuertes impactos inflacionarios, mayores aun que lo que indican las cifras oficiales y Wahren lo mide con un indicador incontrovertible: el cociente entre el incremento de precios y el incremento del tipo de cambio que indica siempre una devaluación nominal mucho mayor que la real (es decir un aumento de precios mayor que el que debería producir el aumento del tipo de cambio real). Por otro lado, todas esas experiencias terminaron con caída del PBI, o en el mejor de los casos con un crecimiento nulo.
Las altas tasas de pobreza, la caída del empleo y la distribución negativa de los ingresos fueron las principales características de esas devaluaciones, y a partir de la instauración plena de un modelo rentístico-financiero, esto fue acompañado por un profundo proceso de desindustrialización e, incluso, durante la dictadura militar con una reducción directa de los salarios nominales.
Es decir que la devaluación debe sincerarse. Se busca más de lo que se pretende con esa medida. No se quiere una simple devaluación competitiva. Como lo han demostrado todos los ejemplos su fundamento es una fuerte transferencia de ingresos hacia los sectores agroexportadores y de las grandes corporaciones, que buscan además del beneficio directo de sus mayores ingresos, rebajar el salario real, incrementar el desempleo (lo que crea una interesante mano de obra desocupada potencialmente más barata), ligar sus políticas en forma más estrecha a un organismo internacional cuyas directivas son siempre las mismas: devaluación y ajuste.
* Profesor emérito de la UBA. Director de la Maestría en Historia Económica
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El medallero de Macri
El combo económico financiero, medalla de oro. Los cortesanos digitados, la plata. Las regulaciones peligrosas de la protesta social, el plomo. Ganadores y perdedores por goleada de la devaluación y el nuevo esquema de retenciones. La redistribución de la riqueza, un nuevo paradigma. Desafío para los sindicalistas. Y otros hechos que suceden.
Por Mario Wainfeld
Los sucedidos, las designaciones, los debates se acumulan día tras día. Organizarlos es el propósito de este repaso semanal. Acudamos al símil del podio olímpico: sin renegar de otros hechos jerarquicemos las tres medidas más importantes de esta semana.
La medalla de oro (la imagen es pertinente) se la lleva el combo devaluación-quita o rebajas en retenciones- “liberación” de la venta de divisas, supresión de subsidios y varios etcéteras.
Las designaciones a dedo en la Corte van por la plata.
El bronce premia a los anuncios combinados de “emergencia de Seguridad” y de protocolo para reglamentar la protesta en espacios públicas. Vamos por orden jerárquico.
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La alegría no tiene fin: El ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, anunció “con alegría” el levantamiento del “cepo”. Los gestos son como las señas de truco, se dirigen solo al socio. Las palabras a veces distorsionan los hechos: no era un revival de la gran decisión de la Asamblea del año XIII contra la tortura sino un conjunto de acciones económico-financieras.
El núcleo es una devaluación cuyo alcance no terminó de definirse, entre otros motivos, por las dificultades operativas que trabaron operaciones en los días iniciales. De momento, ronda el cuarenta por ciento.
Las consecuencias de la devaluación son conocidas por los argentinos de a pie con experiencia. Prat-Gay explicó algunas sin perder jamás la sonrisa. Respecto de otras igual de evidentes pero más complicantes prometió movidas futuras que amortiguarían su impacto.
Diferenciemos lo real que ya opera respecto de lo virtual e hipotético.
La devaluación genera ganadores y perdedores desde el vamos. Los grandes beneficiarios son los productores-exportadores “del campo” que con la merma o supresión de las retenciones son considerablemente más ricos que horas antes. Ganan por todos lados.
Los inversores foráneos y el sector financiero se suman a la fiesta de algunos.
Los primeros perjudicados son los trabajadores cuyos salarios bajaron mejorando la competitividad espuria de la economía doméstica.
También los dañará la inflación que ya trepó en noviembre y diciembre. Todo indica que la escalada acompañará el verano y limará el poder adquisitivo de la mayoría de los argentinos.
Seamos avaros con las profecías sin renegar de la experiencia adquirida. En general, en el cosmos pre macrista, tales devaluaciones desencadenaron merma de la demanda interna, recesión, pérdidas de puesto de trabajo. Las secuelas se corroboran en meses o años, no en los días de “luna de miel”. Habrá que ver, ojalá que no ocurra pero con rezar no alcanza. Una broma-fábula circula por ahí: San Cayetano anunció “no me pidan milagros en los próximos cuatro años. Es imposible”.
Otros perdedores son las industrias locales ligadas al mercado interno, que quedan expuestas a aluviones de productos foráneos que estas pampas conocen y a la suba de insumos importados.
Lo que contamos ya pasó. Es un dato. Prat Gay apuntó que se trabajará para frenar o retrotraer la suba de precios, en particular de lo que comen los argentinos. Habría un Acuerdo Social en ciernes y no se admitirán excesos de los formadores de precios. No se conocen las herramientas de las que se valdrá un gobierno de derecha, visceralmente anti regulador. La única certeza es que “no somos Moreno”. La chicana alcanza para entusiasmar a las plateas de doctrina y resaltar antinomia con el kirchnerismo, un argumento que “garpa” en el Agora. Pero en boca de un funcionario de primer nivel se parece peligrosamente a la nada. Por ahora, “Alfonso” le habla al corazón de quienes acaban de llenar su billetera.
Las notas de los periodistas de la sección Economía de este diario abordan con rigor y minucia el tema y la nota de tapa de hoy identifica señas particulares de los que más prosperaron. Se aconsejan para mejorar la limitación técnica del cronista político.
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Simplemente sucede: El economista Roberto Dvoskin de la renombrada Universidad de San Andrés, inocente de cualquier atisbo populista o sentimental, explicó a Clarín que. “Toda devaluación implica una transferencia de recursos de un sector a otro. Esto no es ni bueno ni malo, es simplemente algo que sucede”. Es encantador lo de “sucede”. Sigamos escuchando al experto: “Hay un sector, el de los exportadores, que vende en dólares y los asalariados, que cobran en pesos”. Amén.
Con la quita de retenciones para las exportaciones industriales y muchas agropecuarias las patronales del campo pegan un salto cualitativo. El oficialismo declama que ese crecimiento fomentará la actividad, ayudará a crear puestos de trabajo y servirá para llegar a la “pobreza cero”. La correlación no es automática ni visible y se supone que el gobierno hará algo para catalizarla. Habrá que ver. Y esperar, que no es menudo detalle.
Para el complejo sojero es maná, beneficio que llueve del cielo. Se supone que las economías regionales, que necesitan medidas reactivadoras desde hace años, también participarán de la alegría. Es menos nítido que, simplemente, suceda. Comentan Claudio Scaletta, colega de este diario, y el economista Fernando Porta, que es muy peliagudo que crezcan exponencialmente las exportaciones de productos casi siempre primarios de provincias. Con palabras propias: la ecuación de los importadores potenciales es central.
Un mundo en crisis, empezando –para la Argentina– por Brasil no es “comprador” por definición. La disminución del precio en divisas no les basta para comprar más peras, aceitunas, manzanas, vinos, pollos y demás. El punto es que del otro lado del mostrador tienen contados euros, dólares o reales para importar. Dos puntas tiene el camino, caramba.
Prat Gay evitó las alusiones publicitarias al desarrollismo que frecuenta el presidente Mauricio Macri pero indicó un porvenir de crecimiento por todos lados. A despecho de los rótulos no da la impresión que una trepada exponencial del precio de los porotos de soja poco o nada elaborados funcione como aliciente para “agregar valor”. Volvamos a los slogans oficiales: si siendo el “granero del mundo” se la llevan con pala no hay grandes incentivos para proponerse ser “el supermercado del mundo”. Ni para que formalicen a los peones. Jamás lo hicieron en anteriores épocas de vacas o sojas gordas. ¿Para qué arriesgar si así la pasan bomba?
La narrativa es la clásica del liberalismo económico extremo. La copa desbordará, la torta crecerá, todo os será dado por añadidura. Eso sí: en el futuro, que el gobierno augura inminente y que cuesta otear en el horizonte fugitivo.
La historia económica nacional da para todo, pero no sobran ejemplos de devaluación y baja de retenciones agropecuarias simultáneas. Las razones son evidentes, aluden a las tensiones de intereses entre “el campo” y “la industria”. Tamaño sesgo hacia un sector orilla con el record histórico, lo que se calibrará con precisión con más tiempo de maduración.
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¿Unidad en la acción? ¿Qué porcentaje del combo pro campo se trasladará a los precios? Esa es la cuestión. El abogado patronalista y dirigente empresario Daniel Funes de Rioja (Copal) tranquiliza, a su manera y con su cosmovisión: no todo. Menos mal... Dios es argentino, no hay con qué darle.
La dirigencia sindical reaccionó con encuentros entre representantes de las cinco centrales obreras que son demasiadas, como ya se vio en los años precedentes. Hay reclamos de bonos de fin año, que algunas patronales pagarán y otras no.
Con tantas centrales de muy distintas composición y pelaje es lógico que los discursos sean diferentes. En un trazo general que reconoce excepciones y matices, las cúpulas cegetistas se achancharon en la propicia etapa kirchnerista. Las paritarias anuales, el crecimiento de casi todo el período los hizo descansar en las tratativas por aumentos de salarios, subvalorando beneficios más elaborados o no dinerarios.
Muchos secretarios generales se avejentaron literalmente o padecen las consecuencias del sedentarismo prolongado. Son lentos, poco adiestrados para la disputa con un gobierno ideológicamente adverso, aunque se verbalice otra cosa. El crecimiento de la izquierda en comisiones de base para arriba sucedió como lógico corolario del aburguesamiento.
Los compañeros líderes están sometidos a la disyuntiva: aggiornarse, luchar así sea un poquito. Quieras que no, las relaciones sindicales son pragmáticas y resultadistas. Los trabajadores no comen lomo pero tampoco vidrio porque su víscera más sensible es el bolsillo.
Las convenciones colectivas tienen su almanaque estacional. Hay pocas en el verano, las paritarias nacionales y provinciales docentes son centrales porque hay que cerrarlas sí o sí antes del comienzo de las clases. Una prueba de fuego, en medio del calor estival.
Las negociaciones del sector privado germinan más en otoño o en invierno. Los bancarios primerean y exploran un rebusque que puede hacer escuela: un aumento a cuenta con diferimiento de las negociaciones, un tentempié para desensillar hasta que aclare.
La pereza del núcleo sólido de las dos CGT y su desaprensión respecto de los trabajadores menos favorecidos se tradujo en la casi solitaria reivindicación: la supresión del “impuesto al trabajo”, mal nombre del pago de impuesto a las ganancias. Macri prometió abolirlo en campaña: sería excesivo. Lo (in)cumplió acotadamente mientras honró en horas todo lo concerniente a las patronales. No se descontará el gravamen a quienes ganen 30000 pesos brutos o menos. El recorte-parche que aplicó el kirchnerismo en 2014 fue más generoso, aunque similarmente imperfecto. El decreto de necesidad y urgencia macrista que haga ley la promesa no está ni en borrador.
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Paréntesis estadístico: Nada excusa el desquicio que produjo el gobierno saliente en el Indec. Repararlo era una misión necesaria para cualquier sucesor. El nuevo titular del organismo, el ex viceministro de Economía y consultor Jorge Todesca, prometió restaurar su credibilidad. Son palabras estimulantes y válidas.
Sorprende que su primera jugada tangible fuera suprimir la emisión de cualquier índice de Precios al consumidor por cuatro meses. El apagón informativo coincidirá, acaso, con el cuatrimestre más elevado desde 2003. Como poco, con un lapso con una suba espectacular.
Hay un tono de oportunidad afligente justo cuando se vienen las paritarias y los reclamos sociales.
¿Seguirá la ex oposición construyendo el “índice del Congreso” con el que batió el parche en la década superada?
¿Clamará para que se apele al índice del changuito de supermercado Hugo Moyano, Secretario de la CGT que ya no es opositora, cuyo rostro recuerda a un homónimo que supo ser combativo en el pasado?
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De la bicisenda a la City: Oíd el ruido de rotas cadenas: los dólares podrán entrar y salir a gusto de los grandes capitales. Pobres hubo siempre, bicicletas financieras también. La vastedad de medidas que las propician es gigantesca, aún cotejada con vivencias desoladoras cercanas en la memoria.
La medalla de plata es para los cortesanos designados a dedo. El tema se aborda en nota aparte.
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Un bronce que no sonríe: La emergencia en Seguridad, algo que formaba parte del “programa común” de los tres presidenciables más votados llegó también en combo. Se discurre sobre un protocolo entre el ministerio respectivo, a cargo de Patricia Bullrich y representantes del Poder Judicial. Compatibilizar el derecho a la protesta con el de circular es, de nuevo, un buen objetivo trabajoso para concretar.
Acecha el fantasma de la represión brutal, proclividad subsistente de las fuerzas uniformadas. Gerardo Milman, ex diputado que integra el equipo de Pato Bullrich, añadió grotesco al miedo. Sugiere que las movilizaciones se realicen en escenarios ajenos a las calles o rutas pero aptos para mediatizarlas. Quizá piense en los espacios verdes que fatiga el oficialismo para hacer sus anuncios. No es lo mismo.
La cuestión es intrincada porque la lesividad (es decir cierta capacidad de afectar intereses de terceros) es parte necesaria de ciertas reivindicaciones. En los años recientes hubo abusos de lesividad cometidos por los más diversos actores sociales, desde patronales a obreros, pasando por organizaciones de la sociedad civil. De ahí a mudarla a espacios verdes o no-lugares media un abismo.
Hasta acá la búsqueda es lógica y acaso necesaria. Preocupa su traducción concreta en manos de un gobierno que acaba de alterar la distribución del ingreso y la riqueza de un modo brutal. Cuando Bullrich redujo salarios y jubilaciones impiadosa e inconstitucionalmente alegó: “Es una medida muy dura pero necesaria”. Ojalá que no repita tamaña máxima justificando los abusos de poder en otra área.
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Color verde esperanza: Crónica TV cambió su placa roja por una verde. Y anunció en el momento preciso que ya todos los argentinos podrán comprar dos millones de dólares. Chapeau a la comunicación audiovisual. Acaso involuntariamente remite a la idea de “igualdad de oportunidades” propia de las derechas modernas, como el macrismo. En ese credo laico todos tienen los mismos derechos: algunos podrán mientras otros no. La justicia social es una consigna rebuscada, populista. La lucha contra la desigualdad (siempre inacabada, en cualquier ejemplo real) ni es mentada.
Una semana es poco para dar cualquier debate por terminado aunque las medidas económico-financieras dejan poco margen para cavilar. Ningún gobierno democrático es netamente blanco o negro, en buena medida porque ninguno termina de hacer lo que quiere, valioso o nocivo.
La designación de Alberto Manguel a cargo de la Biblioteca Nacional es un hecho auspicioso.
Agridulce el sabor del derrocamiento antes de asumir de Carlos Manfroni, herido por su curriculum informado en Página/12 y una carta brillante y noble de Charly García. El retroceso es mejor que una virtual confirmación pero subsiste una pregunta inquietante: ¿con qué afán se sumaba al área de Seguridad a un nazi, homofóbico, discriminador y perverso?
Todas estas historias continuarán. La referida al oro y al bronce ya cambió correlaciones de fuerzas y distribución del ingreso.
mwainfeld@pagina12.com.ar
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› UNA MULTITUD SE JUNTO EN PARQUE CENTENARIO PARA ESCUCHAR AL EX MINISTRO AXEL KICILLOF
“No vamos a permitir que avasallen derechos”
En una convocatoria que se difundió por las redes sociales, Kicillof reunió ayer a miles de personas. Criticó duramente las primeras medidas de Macri y refutó lo que consideró mentiras sobre el estado de las cuentas estatales.
Un espléndido domingo de sol, ideal para salir con la familia o los amigos a algún lugar a patear una pelota o a recobrar energías para afrontar los últimos días del año. Eso le habrá parecido a algunos desinformados que veían pasar gente y gente rumbo al Parque Centenario, pero el plan era otro. Escuchar al ex ministro de Economía y hoy diputado Axel Kicillof, quien casi sin difusión congregó una multitud de miles de personas para escucharlo hablar, entre otras cosas, de los primeros días de la presidencia de Mauricio Macri. “Yo me pregunto entre tantos anuncios y medidas, cuándo el gobierno de Macri va anunciar alguna medida a favor de la gente y del pueblo porque ninguna de las medidas que se han anunciado tienen ese carácter”. dijo Kicillof.
La convocatoria, como es común en estos tiempos, comenzó a circular en las redes sociales, principalmente desde la página de Facebook “Resistiendo con Aguante”, que ya cuenta con medio millón de miembros. La idea original, contó Kicillof desde el escenario, fue de unos vecinos del parque que se acercaron a Mariano Recalde y Gabriela Cerruti, quejándose de lo que el ex ministro llamó “el cepo mediático que están haciendo los medios de comunicación mostrando una sola voz”. Pero la convocatoria, avisó, superó todo lo esperado. “Acá no les pagó nadie para venir. Esto lo vamos a hacer en todo el país para que el que quiera oír nos oiga y vea lo que está pasando”, adelantó.
Reposera o lona en mano, termo bajo el brazo, la gente comenzó a ocupar el parque pasado el mediodía. Algunos con pancartas caseras o banderas. Hubo expresiones a favor del programa de la TV Pública 6,7,8 y cuando salió el ex ministro hasta se escuchó un cantito de “Axel presidente”. De jean y remera negra, el eje del mensaje de Kicillof fue de fuerte crítica a la primera tanda de medidas del Gobierno.
“La de Macri fue una campaña electoral muy bien armada para vender alegría, globitos, amistad, vender diálogo y ocultar los verdaderos intereses, que ojalá me equivoque y rectifiquen, pero que en estos pocos días el gobierno de Macri ha demostrado su verdadero carácter y que vienen hacer a la Argentina”, dijo. Y avisó que “no vamos a permitir ni habilitar que este gobierno que gano por el 1 por ciento, que ganó y tiene derecho a estar donde está, avasalle leyes, la Constitución y nuestros derechos. Y menos todavía que saqueen los bolsillos de la gente, de los trabajadores y del pueblo”.
Kicillof definió la orientación de las primeras medidas de Macri como un plan de ajuste a la vieja usanza, siguiendo las recetas del FMI. “Esperamos que no lo sea porque eso no va a traer alegría sino desgracia y pobreza para nuestro pueblo. Esperamos que recapacite y que cambie la dirección.” Y se preguntó: “¿No es el colmo que haya puesto en Aerolíneas gente de LAN, en YPF gente de Shell, en el BCRA gente que viene de la JP Morgan, que asesores del FMI estén en las oficinas del gobierno y que en el Ministerio de Trabajo haya funcionarios de Techint? Parece que quieren un país manejado por sus propios dueños”.
No sólo la convocatoria, también la difusión se hizo de manera artesanal. Varios de los concurrentes grabaron el mensaje con sus teléfonos y después lo fueron subiendo, fraccionado o completo, a las redes sociales o se lo enviaron a sus amistades. Uno de los momentos de mayores aplausos fue cuando Kicillof mencionó a Néstor y a Cristina Kirchner. “Vamos a volver, oh, vamos a volver”, cantó la gente.
El ex ministro habló sobre las “mentiras”, según definió, que se dijeron acerca del estado en el que Macri había recibido la gestión. “Trataron de convencer a la gente de que había que devaluar porque no había reservas en el Banco Central y eso es una mentira que se está cayendo a pedazos por los hechos. Cuando se fue Cristina el BCRA en su última publicación hablaba de 25 mil millones de dólares”, aseguró. Por eso, concluyó que “la Presidenta dejó reservas sólidas, ellos lo que quieran hacer es devaluar y lo iban a hacer si habían 25 mil o si habían 60 mil por eso mintieron con lo del swap y con la deuda a los exportadores”.
También refutó distintas cosas que se dijeron en los últimos días respecto a la inflación, el déficit fiscal, la creación de empleo y el crecimiento de la economía. La supuesta “herencia” que le tocó recibir a Macri. “La economía estaba creciendo, la inflación se estaba desacelerando, las reservas estaban sólidas, el déficit fiscal no estaba descontrolado, de modo tal que si el gobierno de Macri quiere hacer el ajuste, generar recesión y bajar salarios es porque es su vocación, el interés de a quienes quiere representar y no porque le hayan quedado problemas. Que no pongan excusas y se hagan cargo de sus acciones”, afirmó.
Planteó la diferencia de dirección entre el gobierno que finalizó el 9 y el que empezó el 10 de diciembre. “Nos decían que no teníamos diálogo. Cuando hay que tomar decisiones en contra de los intereses y a favor de las mayorías, no es cuestión de querer provocar un conflicto, porque el conflicto de intereses existe. El problema es que para tomar esas decisiones hay que tener vocación de querer defender al pueblo y enfrentarse a quien haya que enfrentarse por más que sea dueño de los diarios o de los organismos multilaterales de crédito.”
Antes de concluir ese domingo de sol distinto, militante, para miles de personas, no pasó por alto la inédita designación por decreto de dos integrantes de la Corte Suprema. “Hablando en nombre de nuestro bloque de diputados del FpV que está unido, lo que tengo que decir es que trataron de meter por la ventana a dos jueces de la Corte Suprema contra la Constitución y todas las normas”, dijo. Concluyó que “Macri dejó el republicanismo, el diálogo y las formas en la puerta de la Casa Rosada para poner los jueces que él quería”.
Una panorámica de la multitud que se congregó en Parque Centenario.

Axel Kicillof saluda a una Madre de Plaza de Mayo sobre el escenario montado en el parque. |
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ONOMIA › MACRI DESIGNO COMO FUNCIONARIOS A DECENAS DE EJECUTIVOS DE LAS PRINCIPALES EMPRESAS DEL PAIS
El país atendido por sus propios dueños
En apenas veinte días, desembarcaron en ministerios y secretarías ex gerentes de Shell, Techint, General Motors, HSBC, Telecom, Grupo Clarín, LAN, Banco Galicia, Pan American Energy, JP Morgan, Citibank, Telefónica, Coca-Cola, Deutsche Bank, Farmacity y Axion, entre otras empresas.
Por Fernando Krakowiak
En apenas veinte días, decenas de ejecutivos de las principales empresas del país desembarcaron en los ministerios y secretarías del Estado nacional, pero ya no para llevar adelante sus actividades habituales de lobby sino para hacerse cargo de la gestión pública. El presidente Mauricio Macri designó como integrantes de su gobierno a ex gerentes de Shell, Techint, General Motors, HSBC, Telecom, Grupo Clarín, LAN, Banco Galicia, Pan American Energy, JP Morgan, Citibank, Telefónica, Coca-Cola, Deutsche Bank, Farmacity y Axion, entre otras empresas. Algunos de los flamantes funcionarios trabajaron en esas multinacionales hasta hace pocos días y otros consolidaron su carrera profesional allí y luego pasaron a desempeñarse en otras organizaciones, de donde ahora fueron reclutados por “cazadores de talentos”, como Egon Zehnder y Stigol & Moore. La mayoría no tiene experiencia en la administración pública, pero se sintieron interpelados por un gobierno que se presenta como amigo de los mercados y reivindica la supuesta eficiencia del sector privado como modelo a seguir. Página/12 detalla quienes son los principales ejecutivos que decidieron pasar del otro lado del mostrador. La lista es apenas una muestra de lo que viene porque el libro de pases sigue abierto.
n Jefatura de Gabinete. El jefe de Gabinete, Marcos Peña, designó como secretario de Coordinación de Políticas Públicas a Gustavo Lopetegui, CEO de la Aerolínea chilena Lan desde 2009 y fundador de la desaparecida cadena de supermercados Eki. También se sumó Mario Quintana como secretario de Coordinación Interministerial de la Jefatura de Gabinete. Este abogado dirigió hasta su asunción el Grupo Pegasus, controlante de Farmacity, Freddo y Tortugas Open Mall, entre otras firmas. Quintana llevó como subsecretaria de Evaluación de Proyectos con Financiamiento Externo a Natalia Zang, ex directora de Finanzas de Farmacity, quien también fue vicepresidenta de Pegasus, CEO de Jazmín Chebar, CEO de Grupo Monarca y directora de la minera Austral Gold. Como subsecretario de Relaciones Institucionales de la secretaría de Asuntos Estratégicos asumió Matías García Oliver, ex director de Asuntos Públicos de Directv. Otro que se ubicó en la jefatura de Gabinete fue Rosendo Grobocopatel, hijo de Gustavo Grobocopatel, presidente de Los Grobo, quien es uno de los flamantes asesores de Marcos Peña.
n Ministerio de Energía y Minería. El ministerio está encabezado por Juan José Aranguren, quien dejó su cargo de presidente de Shell el pasado 30 de junio luego de haberse desempeñado 37 años en la petrolera angloholandesa. Además, a su equipo se sumaron otros ejecutivos que venían desempeñándose en las petroleras a las cuales ahora deberán regular. El secretario de Recursos Hidrocarburíferos es José Luis Sureda, quien desde 1999 se desempeñó como vicepresidente de Ventas de Gas Natural de Pan American Energy (PAE), la firma que controlan los hermanos Carlos y Alejandro Bulgheroni en sociedad con los chinos de Cnooc. Como secretario de Planeamiento Estratégico asumió Daniel Redondo, un ingeniero químico que desarrolló gran parte de su carrera profesional en Exxon Mobil, en las filiales de Argentina y El Salvador, donde llegó a ser CEO y presidente de la subsidiaria Esso Standard, y en cargos regionales con responsabilidad sobre América latina y el Caribe. También se sumó Sebastián Kind como subsecretario de Energías Renovables, un ingeniero mecánico que trabajó como especialista en energía eólica en British Petroleum, fue jefe de Energías Alternativas de PAE y presidente de la firma ítalo-argentina Aires Renewables SA. A su vez, al frente de la Subsecretaría de Refinación y Comercialización está Pablo Popik, un ingeniero químico recibido en el ITBA que trabajó un año en Repsol-YPF entre 1998 y 1999 y luego pasó a Exxon donde desempeñó diversos cargos en Argentina, Sudamérica e incluso Estados Unidos hasta septiembre de 2012. Los últimos tres años estuvo en la petrolera Axion. La petrolera estatal Enarsa, creada por Néstor Kirchner, está conducida ahora por Hugo Balboa, quien hasta el mes pasado era director del proyecto de expansión de Axion y antes ocupó diversos cargos gerenciales en Shell, Pecom Energía y Sociedad Comercial del Plata.
En los entes reguladores del sector energético, también desembarcaron gerentes del sector privado. Macri eligió como presidente de Enargas a David José Tezanos, presidente de Metrogas y director de Gas de YPF, un técnico eléctrico, que anteriormente trabajó en Wintershall Energía, Total Austral y TGS. En la presidencia del Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) estará Juan Garade, un contador público socio en Management Consultants, quien antes de sumarse a esa consultora trabajó casi once años como director de Planificación, Control y Regulación de Edesur (marzo 2001-mayo 2012) y antes de eso fue gerente de Planificación Económica de Edenor (octubre 1992-marzo 1998). A su vez, como director del ENRE irá Ricardo Sericano, quien trabajó en cargos gerenciales de Edenor desde septiembre de 1992 hasta agosto de 2010 para luego sumarse a la consultora RHS.
n Petrolera YPF. La petrolera YPF renovó su directorio y una de las principales incorporaciones fue la de Miguel Ángel Gutiérrez. Este ejecutivo se desempeñó entre 1980 y 2001 en el banco estadounidense JP Morgan donde llegó a ser director general de Mercados Emergentes Globales. Fue CEO de Telefónica de Argentina entre noviembre de 2001 y junio de 2003, fecha en la que pasó a desempeñarse como Consejero Delegado de Telefónica Internacional. De marzo 2005 a Noviembre 2011 fue Consejero y miembro del Comité de Auditoría de Telefónica Sao Paulo (Telesp). En la actualidad es miembro del Consejo Asesor de Telefónica para Latinoamérica, y Consejero y Presidente del Comité de Auditoría y Control de la española Abertis Infraestructuras, entre otras empresas. También es socio fundador de The Rohatyn Group, un fondo de inversión para mercados emergentes creado en Estados Unidos en 2003. Otro de los directores que se incorporó a YPF es Carlos Felices, quien ya había trabajado en la compañía como CEO financiero entre 1994 y 2002, cuando la empresa estaba controlada por la española Repsol. Entre julio de 2002 y abril de 2008 trabajó en Telecom Argentina donde llegó a ser presidente y CEO. Una vez que abandonó la firma controlada por los italianos fue vice chairman de Centro de Estudios Financieros hasta mayo de 2012, mientras que los últimos años se desempeñó como gerente general de President Energy (ex President Petroleum), una firma británica dedicada a la exploración y producción de petróleo y gas en Sudamérica.
n Ministerio de Hacienda y Finanzas. Si bien hace más de diez años que se dedica a la política, el nuevo ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, hizo sus primeras armas en el sistema financiero como director del banco estadounidense JP Morgan, donde trabajó con Luis Caputo, a quien ahora designó secretario de Finanzas. Caputo trabajó en JP Morgan entre 1994 y 1997 y luego se incorporó a Deutsche Bank, donde estuvo hasta abril de 2008, llegando a ser presidente del banco en la Argentina. En los últimos años se venía desempeñando como presidente del fondo de inversión Axis. Al frente de la Comisión Nacional de Valores, una entidad autárquica dependiente del Ministerio de Finanzas, Prat Gay designó a Marcos Ayerra, otro hombre del mercado financiero. Si bien en los últimos años trabajó como director de Desa- rrollo Corporativo del grupo Biosidus, una firma argentina que produce biofármacos, el antecedente clave que lo catapultó al organismo regulador del mercado de capitales fue haber sido vicepresidente del Departamento de finanzas corporativas para América Latina de Chase Securities, un banco de inversión controlado por JP Morgan. Ayerra trabajó once años en el Chase, entre 1987 y 1998. Otra de las incorporaciones clave de la CNV es la de Rocío Balestra, una abogada que trabajó 14 años y medio en Bruchou, Fernández Madero & Lombardi, un estudio que asesora a grandes compañías financieras locales e internacionales. Balestra también se de- sempeñó como abogada internacional del estudio neoyorquino Shearman and Sterling, que ahora podría ser contratado por Argentina para negociar con los buitres.
n Banco Central. Es otro de los organismos que reclutó varios ejecutivos del sector privado. Demian Reidel es uno de los nuevos directores de la entidad. Es un físico recibido en el Instituto Balseiro, con un master en matemática financiera en la Universidad de Chicago y un doctorado en Economía en Harvard. Comenzó su carrera profesional en el sector financiero en septiembre de 1998 en el área de investigación sobre mercados emergentes en JP Morgan. En marzo de 2001 pasó a Goldman Sachs, donde estuvo a cargo del área de estrategia de deuda externa en mercados emergentes. Fue cofundador de QFR, compañía de manejo de activos financieros basada en Nueva York, donde se desempeñó entre abril de 2007 y septiembre de 2012. Otro de los nuevos directores es Horacio Tomás Liendo (nieto), un abogado que inició su carrera en el estudio Marval, O’Farrell & Mairal, dedicado a defender a grandes empresas. Desde julio de 2007 trabajaba como responsable del departamento legal del banco Industrial and Commercial Bank of China. Como gerente general del Central asumió Mario Flores Vidal, quien se desempeñó como director para Sudamérica y como Head de M&A para América Latina en la agencia Thomson Reuters. El último de los refuerzos provenientes del sector privado fue Agustín Collazo, flamante subgerente de operaciones del banco, un licenciado en Economía egresado de la Universidad Torcuato Di Tella, con un MBA en la Universidad de Chicago, que se venía desempeñando como director gerente en la administración de derivados de índices accionarios internacionales de Morgan Stanley, New York.
n Banco Nación. El nuevo presidente de la entidad, Carlos Melconian, decidió convocar a varios profesionales del sector financiero. Uno de los ejecutivos más conocidos que se sumó al directorio es Luis Ribaya, quien venía desempeñándose como director del Banco Galicia y presidente del Mercado Abierto Electrónico. En las empresas vinculadas al grupo también sobresalen los hombres de la city. Al frente de Nación Servicios quedó Alejandro Nigro, un ejecutivo que comenzó su carrera en el Citibank, luego fue gerente general del HSBC y después se dedicó al asesoramiento de banca de inversión. Como director en la misma firma se incorporó Alejandro Cavallero, quien fue vicepresidente de Citibank entre 1987 y 2000 y gerente de canales alternativos del HSBC entre 2000 y 2002. En los últimos seis años trabajó como CEO de la firma Guía Local LLC. El presidente de Nación Seguros es Juan Horacio Sarquis, un economista recibido en la UCA que hizo toda su carrera en el Banco Galicia, donde desde 2009 se venía desempeñando como gerente de Banca Minorista. El Banco Nación también incorporó a Jorge Lawson, quien, si bien se venía desempeñando como ministro de Comunicación Pública y Desarrollo Estratégico de Córdoba, es un reconocido lobbysta del Grupo Arcor.
n Ministerio de Transporte. El ministro Guillermo Dietrich, hijo del dueño de una importante concesionaria de autos del mismo nombre, también incorporó a varios ejecutivos del sector privado. En Aerolíneas Argentinas asumirá Isela Constantini, ex CEO de General Motors. A su vez, el PRO contrató a Egon Zehnder, la multinacional “cazadora de talentos” dirigida en el país por Marcelo “Grillo” Grimoldi, para seleccionar otros cuadros gerenciales de la firma. En Intercargo, la empresa estatal que presta servicios en tierra a las aerolíneas, pusieron a Mario Agustín Dell’Acqua, ex director de Proyectos de Techint. A su vez, Marcelo Orfila, gerente general de Grupo Monarca entre 2011 y 2014, director de Aeropuertos Argentina 2000 entre 2000 y 2007 y gerente general de Alpargatas entre 1994 y 1997, asumió al frente de Operadora Ferroviaria, la sociedad estatal que gestiona los trenes urbanos del Área Metropolitana de Buenos Aires, los servicios regionales y de larga distancia. Orfila puso como vicepresidente a Diego Kyburg, quien durante los últimos dos años fue gerente de operaciones de Biomac y antes de desempeñó en Logyt Sudamericana, L’Oreal, Home Depot, Alpargatas y Casa Tía. A cargo de la sociedad Administración de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) quedó Guillermo Fiad, un ingeniero de Fundación G-25, con pasado en Duke Energy, Shell, Metrogas y BankBoston.
n Otros organismos. La canciller Susana Malcorra viene de trabajar como jefa de Gabinete de la Organización para las Naciones Unidas, pero tiene una larga trayectoria en el sector corporativo como gerente de IBM y Telecom. El caso de Francisco Cabrera es similar, no es una flamante incorporación del sector privado porque se venía desempeñando como ministro de Desa- rrollo Económico de la Ciudad de Buenos Aires, pero el nuevo ministro de Producción transitó la mayor parte de su vida profesional en el Grupo HSBC. Además, trabajó en Hewlett-Packard, en Máxima AFJP y en el diario La Nación. Como secretario de Coordinación del Ministerio de Desarrollo Social, virtual viceministro del área que conduce Carolina Stanley, asumió Gabriel Castelli, un economista ex director de Loma Negra, HSBC y Farmacity, que también fue director nacional de Caritas. La secretaría de Empleo del Ministerio de Trabajo quedó a cargo de Miguel Angel Punte, ex jefe de Recursos Humanos de Techint. En el Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la Anses que administra los recursos previsionales, Macri puso a Luis María Blaquier, un economista egresado de la UCA que trabajó 13 años como director Ejecutivo de Goldman Sachs. También fue director de Transportadora Gas del Sur, Arcor, Ledesma, empresa propiedad de su tío Carlos Blaquier, y Grupo Clarín, donde se venía desempeñando cuando lo convocaron. Al frente de la Dirección Nacional de Relaciones Institucionales del flamante Ministerio de Modernización quedó Guillermo Baistrocchi, ex vicepresidente de Relaciones Institucionales de PAE, quien también trabajó en AES, Correo Argentino y Socma.
En el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales designaron a Alejandro Cacetta, quien entre 2001 y 2006 fue gerente de negocios y finanzas de la división cine y publicidad de la productora Pol-ka y desde 2009 ocupa el mismo cargo en Patagonik Film Group, cuyos accionistas son Disney, Artear (Grupo Clarín) y Cinecolor. Como Director Nacional de Desarrollo Institucional de la Secretaría de Vivienda y Hábitat asumirá Guillermo Casanova, ex director de Asuntos Corporativos y Legales de Coca-Cola-Femsa. También postularon a María Eugenia Talerico como vicepresidente de la Unidad de Información Financiera (UIF). Talerico fue integrante el estudio Fernández Alonso y Becar Varela & Richards entre 2006 y 2012. Desde entonces trabaja como profesional independiente en temas de lavado y fue la encargada de defender al banco HSBC justamente ante la UIF, organismo que combate el lavado de activos.
El listado de ejecutivos se replica aguas abajo porque la mayoría comenzó a traer gente de su confianza, también proveniente del sector privado. Además, todavía resta completar puestos clave en varios organismos como, por ejemplo, el flamante Ente Nacional de Comunicaciones anunciado el miércoles. El desembarco de gerentes en semejante magnitud es un fenómeno novedoso, al menos desde la vuelta de la democracia, y de impacto incierto en términos de gestión. Habrá que dejar pasar un tiempo para ver qué resulta de este nuevo Estado atendido, ya sin intermediarios, por las principales empresas del país.
fkrakowiak@pagina12.com.ar
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Contribuciones de la derecha en la región
Por Emir Sader
La derecha no es nueva en América latina. Fue la responsable de presidir nuestros países en la gran parte del tiempo, siendo la principal responsable de que seamos el continente más desigual del mundo. Pero cuando intenta aparecer como una solución nueva en algunos países, es bueno recordar las contribuciones que la derecha ha dado y sigue dando a América latina.
No vamos a mencionar las dictaduras militares y otros dictaduras, a las cuales ahora parece que nadie de la derecha apoyó. Basta analizar los gobiernos recientes y los actuales para hacer un balance del desempeño de la derecha en nuestro continente.
En la actualidad, varios gobiernos insisten en mantener el modelo neoliberal, que caracteriza a la derecha. ¿Qué resultados han tenido? Basta constatar el triste balance de los 20 años del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Nafta), cuyos resultados para México han sido muy negativos. Es prácticamente el único país del continente que no ha disminuido la pobreza y la miseria en estas dos décadas. El libre comercio hacia adentro y hacia afuera ha acentuado la decadencia de la economía mexicana, lo cual se refleja en la incapacidad del sistema político del pais de proyectar liderazgos con prestigio. Al contrario, cada gobierno empieza desgastado y no se logra recuperar, enfrentando con fraudes las elecciones siguientes. Sin mencionar los otros elementos que el estrecho intercambio con Estados Unidos trae al pais, como la violencia y el narcotráfico, vinculados al más grande mercado consumidor de drogas del mundo en su frontera norte.
Lo mismo se puede decir de Perú, pais que estadísticamente ostenta siempre uno de los primeros lugares en crecimiento del PBI, pero sin que ello se refleje en una mejoría de la situación social del país. Lo cual también se refleja en el desgaste rápido del apoyo a los presidentes, que representan siempre decepciones para los mismos que los han elegido. Al punto que ahora, frente al fracaso del gobierno de Ollanta Humala, que mantuvo el modelo económico heredado de Alan García, la favorita para triunfar en las elecciones de abril del 2016 es la hija de Fujimori, quien cumple pena de cárcel por corrupción.
Cuando se eligió a Sebastián Piñera como presidente de Chile, se asociaba esa elección con una renovación de la derecha del pais y de la región. La ilusión no tardó un año, hasta que los estudiantes le quitaron todo el prestigio que tenía, al reivindicar el retorno de la gratuidad de la educación pública.
La propuesta de la Alianza para el Pacifico no se ha traducido en nada para el continente, más allá de vagas promesas.
Mientras la izquierda puede reivindicar la disminución de la desigualdad, la pobreza y la miseria, la retomada de la expansión económica y el liderazgo de dirigentes como Hugo Chávez, Lula, Néstor y Cristina Kirchner, Pepe Mujica, Evo Morales, Rafael Correa, entre otros, ¿qué liderazgo y qué contribución puede presentar la derecha para América latina?
Al parecer tampoco Mauricio Macri va a significar ni una renovación, ni una recuperación de prestigio para la derecha latinoamericana. Los venezolanos miran con atención las inmensas dificultades de su gobierno, para que a la euforia por el resultado electoral en Argentina no le suceda la decepción, una vez más, con un promisorio líder derechista en el continente.
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15:16 › "QUIEREN QUE HAYA MAS DESOCUPACIòN"
Yasky advierte sobre "signos de recesión"
El titular de la CTA de los Trabajadores llamó a la "resistencia unificada" de las centrales obreras y porque la situación económica y social "se va a agravar con el aumento de las tarifas" anunciado por el gobierno nacional para los próximos meses.
"Por más que haya un costado del sindicalismo que quiere impulsar el dialoguismo con esta nueva derecha, que es Cambiemos, vamos a tratar de unificar. Si hay una resistencia unificada va a ser muy difícil que sigan tomando medidas como éstas", cuestionó Yasky.
El sindicalista sostuvo que desde el macrismo "quieren que haya más desocupación en la Argentina, es lo que necesitan porque sino se les va a hacer muy difícil convencer a los sindicatos de que hay que retroceder en la demanda salarial". Señaló que "se les va a ser difícil convencer a los sindicatos" y agregó que "si a algún dirigente lo convencieran, le va a resultar difícil a ese dirigente convencer a los trabajadores".
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