La representante permanente estadounidense aquí, Nikki Haley, cuestionó al Consejo por mantener en su agenda un tema anual dedicado a las violaciones de los derechos humanos cometidas por los israelíes.

A su juicio 'la única democracia en el Medio Oriente no debería estar sentada en el banquillo de los acusados, y sí países como Siria, Irán y la República Popular Democrática de Corea.

Mientras estamos logrando algunos progresos en la reversión de la parcialidad antiisraelí en la sede de Naciones Unidas en Nueva York, en Ginebra el Consejo de Derechos Humanos inició sus debates sobre la única nación presente de manera permanente en su programa, señaló.

Haley aseguró que Estados Unidos no participará en las sesiones relacionadas con este tema y votará contra cualquier resolución que salga de las mismas.

Más temprano, el Departamento de Estado había anunciado idéntica postura.

Se espera que el Consejo de Derechos Humanos aborde violaciones de las leyes internacionales como la colonización de Cisjordania, incluyendo Jerusalén oriental, el uso excesivo de la fuerza por los ocupantes, las demoliciones sistemáticas de viviendas palestinas, los rigurosos controles de acceso y los arrestos administrativos.

También el embajador israelí ante la ONU, Danny Danon, criticó al Consejo de Derechos Humanos, al cual calificó de absurdo.

Desde la llegada a la Casa Blanca, el 20 de enero, del presidente republicano Donald Trump, Washington ha escalado en su defensa de Israel, su aliado estratégico en el Medio Oriente.

Trump llegó a decir que aceptaría un solo Estado, rompiendo con el tradicional apoyo, al menos en el discurso, de sucesivas administraciones a la mundialmente respaldada solución de los dos Estados, uno israelí y otro palestino, conviviendo en paz y con fronteras reconocidas a nivel internacional.