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General: Brasil y Temer: ¿boomerang? .... Lula volverá ....
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De: Ruben1919  (Mensaje original) Enviado: 27/05/2017 02:43

Brasil y Temer: ¿boomerang?

La revelación que ha desnudado al espurio Presidente de Brasil como un corrupto, podría ser el filón para devolver a sus raíles al país… Pero los artífices del escándalo buscarán seguir dando al pueblo más de lo mismo

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Marina Menéndez Quintero 
marina@juventudrebelde.cu
20 de Mayo del 2017 22:42:00 CDT

Al borde del precipicio, Michel Temer, el hombre que aceptó sustituir a Dilma después de una democión manipulada y, por tanto, ilegítima e injusta, no solo está en el aire él: tiene en vilo el futuro inmediato de Brasil, que podría estarse definiendo en breve.

Su renuencia a dimitir después de que una grabación mostró al mundo sus suciedades, ha abierto un compás de espera matizado por constantes noticias que dan cuenta de un nuevo pronunciamiento judicial en su contra, otra dimisión en su gabinete, diputados hasta de su partido que se suman al pedido de que se le aplique el impeachment, o renovadas convocatorias a las manifestaciones donde la gente le pide que se vaya… Todo a la misma velocidad de una fórmula química que se satura, sube y se derrama en espumosa y humeante precipitación.

Las reacciones se suceden con rapidez inusitada. Y si al inicio de esta semana la percepción más interesante y general podía ser la probabilidad de que el expresidente Lula resultara electo en los comicios señalados para 2018, ahora la comidilla es Temer, mientras las miradas más largas tratan de avizorar qué ocurrirá después de él.

Todo indica que, de un modo u otro, saldrá del Palacio de Planalto de aquí en poco (si a estas horas no está fuera ya). Y se va gracias a las mismas malas artes con que la poderosa derecha política y empresarial brasileña robó el mandato constitucional de Dilma Rousseff, para cercenar la gestión que venía desarrollando el Partido de los Trabajadores desde la llegada de Lula, en 2003.

Así también se dio asidero para que los grandes medios sacaran lasca a las acusaciones de corrupción vertidas contra la Presidenta, y convirtieran el bochornoso golpe de Estado —que se apoyó, por demás, en la traición política—, en primera «evidencia» del supuesto viraje de la izquierda en Latinoamérica. Bueno, en todo caso, un viraje empujado por ellos, los de la derecha continental.

No pocos destacan por eso que lo que están haciendo tragar ahora a Temer, es una gran taza de su misma pócima… Claro, con la diferencia de que en el juicio del Congreso contra Dilma, ninguna acusación se probó.

Eso ocurrió hace escasa y puntualmente un año. Pero he aquí que en apenas 12 meses, en Brasil todo podría pintar al revés.

Vaya o no el impeachment, las evidencias de que Michel Temer ha tenido una actuación ilegal, antiética y corrupta están en todos los periódicos brasileños, y le dan la vuelta al mundo en las redes de internet.

La causa es grave y penosa. Para que la manipulable justicia brasileña no lo tocara en medio de las indagaciones sobre los escándalos estallados en torno a Petrobras, el Presidente compró nada menos que el silencio de Eduardo Cunha, exlíder del Senado, y pieza clave de la jugada tramposa contra Dilma.

Tan enterrado estaba el propio Cunha en el basurero, que en este momento cumple sentencia de 15 años de prisión. Pero hasta allí llegaban las coimas, según las grabaciones dadas a conocer por O Globo, y que le entregó al diario un gran empresario, quien tuvo los bemoles de entablar el diálogo con Temer, dejar constancia de él, y poner en la picota la cabeza del mandatario.

Pocas horas después, el presidente del Tribunal Supremo Federal, Edson Fachin, pedía que Temer fuera investigado, lo que le coloca a las puertas de un juicio político como el de Dilma.

Los sucesos abren muchas interrogantes y no solo en torno a lo que ocurrirá en los próximos días, sino acerca de las causas que trajeron las cosas hasta aquí.

¿Mandado «a matar»?

Llama poderosamente la atención el hecho de que la revelación haya sido realizada por el diario O Globo, parte del mismo emporio mediático que defendió hasta hace cuatro días las draconianas medidas económicas y sociales impuestas por Temer, y cabecilla de la treta contra Dilma y de la persecusión judicial emprendida luego contra su predecesor, Lula da Silva.

Y aunque alguien pueda colegir que estamos ante la continuación de una cruzada anticorrupción que va ahora por un hombre sin pudor, los motivos agazapados por quienes han destapado la olla y puesto altavoces al escándalo, deben estar en otra parte.

Usado como instrumento por los grandes poderes para torcer los destinos de Brasil y los de Latinoamérica, puede que Temer ya no les sirva más y fuera condenado a esta muerte política, a la que se resiste.

El programa tecnocrático y desarticulador que le fue encomendado se ejecutaba de prisa gracias, en buena medida, al abrumador respaldo mayoritario con que contaba en el Congreso —pues muchos le han dado la espalda ya—, y él no tuvo escrúpulos para aplicar el recetario que ha provocado, en este lapso, 14 millones de desempleados, con medidas tan radicalmente neoliberales como la enmienda constitucional según la cual ningún Gobierno puede aumentar los gastos sociales en 20 años.

Ahora iba por la privatización de Petrobras. Acababa de conseguir medio voto del legislativo para la retrógrada reforma laboral que quita a los trabajadores los derechos conseguidos, y tenía ya en agenda la también polémica reforma jubilatoria.

Pero quizá ello no fuera suficiente. En un artículo publicado en el sitio web Brasil do Fato, la líder sindical de los educadores en Minas Gerais, Beatriz Cerqueira, afirmaba al analizar el caso que el plan de Temer «no está sacando al país de la crisis, como prometió».

Las cifras acompañan esos criterios. En su informe Perspectivas para América Latina y el Caribe, publicado en enero, el Fondo Monetario Internacional afirmaba que Brasil tendrá este año y el próximo uno de los peores índices de crecimiento en la región, y que existe el riesgo de recesión.

El jueves, sin embargo, en la breve y dramática alocución durante la cual negó su culpabilidad y su renuncia, Temer reiteró en varias ocasiones, como quien se lamenta e intenta persuadir: «¡Ahora, que todo estaba resultando…! No podemos tirar a la basura de la historia lo que con tanto trabajo hizo este país».

Otro golpe

Pero quizá esto no sirva tanto para ilustrar la convulsión del panorama forjado en Brasil durante el año que Temer lleva en la presidencia, como la movilización social que su gestión ha impulsado.

Las decenas de marchas y manifestaciones que han exigido un pare a cada una de las draconianas medidas neoliberales aplicadas por su Gobierno, tuvieron como corolario la gigantesca huelga general del pasado 28 de abril, cuando en las principales ciudades acataron el paro convocado de manera unitaria, por primera vez en este período, por casi una decena de organizaciones sindicales.

Hubo movilizaciones y se adhirieron más de 35 millones de brasileños, una cifra que no se veía desde hacía décadas, por lo cual la protesta fue calificada de histórica. Dirigentes sindicales estimaron que «podría cambiar los rumbos del país».

Mas, lo que realmente ha podido estremecer a quienes intentan mantener el timón del barco hacia la derecha es la incrementada popularidad que, a la par, gana Lula, a pesar de que, como parte de la misma campaña satánica que se aplicó contra Dilma, pesan ya sobre él cinco procesos penales a los que la dudosa justicia brasileña quiere agregar otra causa.

No es solo que las encuestas le estén otorgando, hace semanas, una popularidad que llega al 45 por ciento si las elecciones fueran hoy, en tanto Temer llegó a cinco por ciento.

Si la huelga de abril fue sonada, resultó impresionante el acompañamiento popular que tuvo Lula en Curitiba, adonde acudió la semana pasada para declarar ante un juez, por una de esas varias causas que le han sido abiertas en lo que, de manera tan certera, la también exmandataria Cristina Fernández, de Argentina, ha dado en llamar «judicialización de la política».

Temer ya había introducido ante el Congreso una reforma que pretende retardar los comicios presidenciales previstos para el año que viene, hasta 2020.

La gente, por el contrario, se pronuncia cada vez más por elecciones inmediatas como única salida para la ilegitimidad que vive la institucionalidad brasileña desde que, fraudulentamente, se depuso a Rousseff.

El pedido cobra fuerza ahora, cuando la delicada situación del mandatario indica que pronto habrá que dar una salida a la situación. Renuncia, o impeachment, o movilización, dijo, poco más o menos, un analista hace unos días.

Lo primero Temer lo ha descartado, aunque una todavía más fuerte ola de protesta lo podría obligar porque se están movilizando, incluso, organizaciones que apoyaban su mandato. Lo segundo, se supone que debe suceder dada la gravedad de las denuncias.

Pero lo más importante para muchos es la celebración inmediata de comicios. Quieren una democrática elección popular… Porque podría repetirse, de cierto modo, la historia.

Si Temer es destituido mediante un juicio político o renuncia, habrá un mandato interino de tres meses, y luego sería este Congreso cuestionado quien elegiría presidente.

Sería lo que algunos han dado en llamar «un golpe dentro del golpe».

En declaraciones que publicó Telesur, un manifestante de los miles que han tomado en las últimas horas las calles, aplicaba un claro razonamiento: «Si la denuncia viene del canal O Globo es porque ya deben tener reemplazo para Temer. Pero es el pueblo quien debe elegir».

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    El apoyo a Lula crece junto con el clamor de inmediatas elecciones directas. Foto: Internet



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    Respuesta  Mensaje 2 de 3 en el tema 
    De: Ruben1919 Enviado: 27/05/2017 03:21

    ¿Vuelve Dilma? Los posibles escenarios ante la crisis política en Brasil

    Publicado: 27 may 2017 01:35 GMT

    El panorama político en Brasil sigue nublado. Aunque el presidente Michel Temer ha dicho que no renunciará pese a un escándalo que lo involucra en un supuesto caso de corrupción, tiene 16 pedidos de impeachment y su antecesora reclama su cargo. La incertidumbre reina.

    ¿Vuelve Dilma? Los posibles escenarios ante la crisis política en Brasil
    Adriano Machado / Reuters
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    La crisis política en Brasil aún está lejos de solventarse. Pese a que el mandatario Michel Temer ha dicho que no renunciará, reina la incertidumbre. El escándalo desatado por un audio que supuestamente involucra a Temer en pago de sobornos ha removido los cimientos en Brasilia. El presidente denunció que la grabación era falsa pero varias fracciones parlamentarias han formalizado 16 pedidos de 'impeachment'; en paralelo, su antecesora Dilma Rousseff pide su restitución en el cargo.

    El jueves, los abogados de Rousseff introdujeron un recurso para solicitar que se reverse la decisión que la sacó del poder y dejó a Temer, su entonces vicepresidente, al frente del gobierno. La oposición parlamentaria, encabezada por el Partido de los Trabajadores (PT) pide elecciones generales pero para que eso sea posible se requiere una reforma constitucional. Hoy, en el Congreso, al respecto estuvo estancado. ¿Cuál podría ser el desenlace?

    Negociación en ciernes

    En los últimos días, tres nombres conocidos en Brasil han tomado la batuta del debate sobre la eventual "sucesión" de Temer: los ex presidentes de ese país Luiz Inácio Lula Da Silva -aliado de Rousseff-, Felipe Cardoso y José Sarney. El problema es que desde sus partidos no logran acordar una fórmula conjunta.

    Además, según el procedimiento previsto en la Constitución, si el vacío se produce después de cumplido la mitad del mandato presidencial, lo que corresponde es que el Congreso designe al primer mandatario a través de una votación de segundo grado. La oposición a Temer alega que esa posibilidad sólo agravaría la crisis; él, por su parte, ha descartado dejar el cargo porque, a su juicio, sería reconocer alguna culpa.

    Lula aboga por la reforma Constitucional para abrir la puerta a elecciones generales; Cardoso, cercano a Temer, apuesta porque la "transición" se haga por la vía del Tribunal Supremo Electoral, con una postura más cauta que permita a Brasil superar lo que ha calificado de "momento de anomia" de manera "controlada", sin una "salida aventurera o casuística".

    Exagerado

    Mientras la situación en Brasil no se decanta por ningún escenario, hay cierta inquietud en los mercados. Aunque el Fondo Monetario Internacional (FMI) consideró que era pronto para ponderar el alcance de los efectos de la crisis, la caída de la bolsa y la depreciación del real frente al dólar preocuparon el día en que se destapó el escándalo.

    No obstante, el jueves pasado, el real recuperó 2,8% de lo perdido en la semana de revuelo. El ministro de Hacienda, Henrique Meirelles, durante un encuentro con empresarios, lamentó el "pesimismo exagerado" que se ha instalado en la economía brasilera porque "lleva a decisiones equivocadas", refiere EFE.

    Por eso, el jefe de la cartera llamó la "serenidad y equilibrio". En los dos últimos años, la economía del gigante latinoamericano ha cerrado con números rojos, al registrar una caída de 3,8% en 2015 y 3,6% en 2016. Temer ha emprendido una serie de reformas en ese ámbito para limitar el gasto público y poner orden a las cuentas en Brasil, sin embargo, un amplio sector de la sociedad se ha agolpado a las calles para protestar las medidas de austeridad que, a juicio de Meirelles, permitirán una expansión de 2,3% anual. 

    El ministro de Temer, al igual que el mandatario, descarta que haya un cambio en la presidencia. Pero, por ahora, la resolución a la crisis se cocina en varios calderos.

    Nazareth Balbás


    Respuesta  Mensaje 3 de 3 en el tema 
    De: Ruben1919 Enviado: 28/05/2017 20:11

    Suigéneris protesta antiTemer en Brasil

    Cientos de máscaras rojas amanecieron sobre la arena de la playa Copacabana para denunciar la corrupcion de los políticos cariocas en el poder

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    Juventud Rebelde 
    digital@juventudrebelde.cu
    28 de Mayo del 2017 10:07:08 CDT

    Más de 500 máscaras pintadas de rojo fueron dejadas en la playa Copacabana, en Río de Janeiro, para pedir la renuncia del presidente de Brasil, Michel Temer, envuelto en un grave escándalo de corrupción, y denunciar la «baja cualificación» de sus políticos, informa este domingo la agencia noticiosa EFE.

    Desde las 06.00 hora local (09.00 GMT), 595 máscaras fueron depositadas sobre la arena de la exótica playa carioca en referencia a los 513 diputados federales, 81 senadores y del presidente Temer, en una original protesta iniciativa de la ONG Río de Paz.

    Estaban pintadas de rojo para simbolizar la «vergüenza que debería estar en el rostro de la clase política brasileña», señaló la asociación.

    El acto, según Río de Paz, es para exigir la renuncia de Temer, a quien la Corte Suprema le abrió una investigación por corrupción, y pedir una reforma política que mejore la calidad del sistema.

    «Queremos la renuncia del presidente de la República (Michel Temer) y una reforma política que haga posible el combate a la baja cualificación de nuestros representantes», afirmó en una nota Antonio C. Costa, fundador de la organización.

    El mismo acto tuvo lugar el martes en la Explanada de los Ministerios, la avenida de Brasilia en la que están ubicados los principales edificios gubernamentales de Brasil, y se repetirá el último día de mayo en Sao Paulo.

    Costa también destacó en su reclamo la escalada de violencia que vive Río de Janeiro en los últimos meses, con «niños víctimas de bala perdida» y habitantes de las favelas que viven «bajo el espectro del miedo».

    «Nuestro país convive con una tasa de homicidios propia de países que se encuentran en guerra civil. Cada año, la vida de 60.000 brasileños es interrumpida por el crimen», añadió.

    El fundador de Río de Paz dijo no tener «esperanza» para que esa «aterradora estadística» se revierta «con un presidente sin autonomía para gobernar y un Congreso Nacional tan mediocre», todo ello en medio de una crisis política que ha acorralado al jefe de Estado.

    El Gobierno de Temer se tambalea a raíz del escándalo generado por los testimonios a la Justicia de directivos de la cárnica JBS.

    Los ejecutivos de la compañía acusaron a Temer de recibir coimas desde 2010, aportaron una explosiva grabación, en la que el mandatario escucha en silencio o consiente posibles delitos, y revelaron el pago de sobornos a 1.829 políticos de 28 partidos a cambio de favores para la compañía.

    Por ello, la Corte Suprema abrió una investigación contra el gobernante por corrupción pasiva, obstrucción a la Justicia y asociación ilícita.

    • o
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    Cientos de máscaras rojas representaron a los políticos de turno, corruptos ante el pueblo brasileño. Foto: @RogelioSierraD / Twitter



     
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