Este es el ejemplar que tenemos de “Así es Cuba” por Alberto Boix Comas. Aparentemente editado a principios de la década de 1950. Lo presentamos lo más fiel posible a como aparece en nuestro ejemplar.
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Alberto Luberta. Foto: Calixto N. Llanes/Juventud Rebelde.
En la jornada de hoy ha fallecido Alberto Damián Luberta Noy, prestigioso escritor y director de la radio cubana, víctima de una enfermedad crónica.
Considerado una leyenda de la radio en Cuba, Luberta Noy nació el 27 de septiembre de 1931, en el poblado de Pogolotti, Marianao, La Habana. Desde muy joven trabajó como copista de libretos de radio y en la adaptación de programas de televisión. Fue miembro del Movimiento 26 de Julio en la clandestinidad y por tal motivo estuvo exiliado en Venezuela. En su trayectoria sobresalió, igualmente, su militancia en el Partido Comunista de Cuba (PCC) y la condición de miembro fundador del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Cultura.
Luberta, como siempre se le llamó en el medio radiofónico, fue artífice principal del programa humorístico-musical Alegrías de Sobremesa, de Radio Progreso, popular espacio que escribió por más de 55 años, haciendo sonreír y pensar. Resultó merecedor de un sinnúmero de reconocimientos del ICRT, la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), el Ministerio de Cultura y el Consejo de Estado de la República de Cuba.
En días recientes, al recibir la Medalla conmemorativa 60 Aniversario de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), expresó:“Siempre hice lo que tenía que hacer en el momento que había que hacerlo, sin esperar nada a cambio, pero he vivido con el privilegio de recibir muchos honores y la medalla 60 aniversario de las FAR es un orgullo más, ha sido el colofón de los años vividos, y se la agradezco al Partido, al gobierno y al pueblo, que en definitiva es el protagonista de todo”.
Su sensibilidad y amor le posibilitaron forjar una excelente familia, también amante de los medios audiovisuales. Su quehacer artístico siempre tuvo fuente de inspiración en el pueblo, que lo vio rodeado de amigos fieles con presentaciones de Alegrías de Sobremesa por fábricas, escuelas, cooperativas y bateyes del país, y en 1983, como parte de la Brigada Artística cubana que recorriera de “Cabinda a Cunene”, la geografía angolana para que nuestros soldados internacionalistas tuviesen un contacto con la Patria.
Alberto Damián Luberta Noy, Premio Nacional de Radio y Premio Nacional de Humorismo por la obra de toda la vida, deja, al partir, su alegría, sus enseñanzas, su legado de amor al universo radiofónico, y un invariable compromiso con Cuba y la Revolución.
Por voluntad familiar su cadáver será velado. Llegue a toda la Radio Cubana, a sus familiares y amigos, el más sentido pésame por el deceso de esta gloria de la cultura nacional.
Con qué satisfacción hemos sido testigos de un acto de justicia intelectual y de elevada cultura. En tiempos donde el pensamiento lucha por no fenecer y vencer la terrible crisis que intenta destruir el más completo de los ejercicios humanos: el del pensar -y así rasgar el tejido espiritual de los seres humanos hasta abrirlo despiadadamente- se nos presenta una oportunidad única de seguir creciendo, de continuar naciendo en lo autóctono y universal de quien es grande por esencia, de perpetuar su obra (profundamente ética y descolonizadora). Descubrir los entramados de un pensamiento integrador y radical, o de una vida movida por el amor que hace y nutre de fe y fuerza natural a un revolucionario; no es tarea fácil; sí deber generacional de quienes apuestan por el socialismo en Cuba y promueven, desde el debate y la reflexión permanentes, la defensa de la patria. Es esta una batalla cultural y un nombre imprescindible se inscribe todos los días en ella: Armando Hart Dávalos.
A Hart se ha dedicado uno de los sucesos culturales más importantes en Cuba con frecuencia anual: la Feria Internacional del Libro. Para quien ha sido artífice de la obra educacional cubana, de la construcción social de utopías en Cuba, de convertir en realidades, al decir del maestro pensante Fernando Martínez Heredia, imposibles que mueven a los revolucionarios y devienen necesidad para fundar; este acto de justicia intelectual y elevada cultura; supone, desde su sencillez y humildad, un compromiso mayor con su patria: continuar abriendo las puertas de la cultura en toda obra humana, propagar el pensamiento y trabajar con él para el bien de los demás, para hacer valer la elección martiana, de la que ha sido fiel continuador, de echar su suerte con los pobres de la Tierra. Donde no está la cultura, ha dicho Hart, está el camino a la barbarie; y esencialmente, desde esa defensa reflexiva y radical; que su nombre, y más aún, su obra (perfecta conjunción entre el decir y el hacer sin manchas); estén en la portada, prólogo, cuerpo, epílogo y contraportada de la feria del libro, es un antídoto salvador en medio de tanta inmundicia intelectual.
Hay que salvar la cultura, y hemos de asirnos a lo mejor del pensamiento crítico, descolonizador y revolucionario que ha formado la humanidad. Es imprescindible cultivarnos, no como meros asimiladores acríticos de la obra antecedida, sino como partícipes activos en el proceso de diálogo con la propia cultura, en la construcción de saberes e interpretación de la realidad. Un exponente principal de ese permanente diálogo es Armando Hart; pensador de su tiempo, profuso conocedor de la tradición de la que somos hijos – ética, filosófica y cultural, de resistencia patriótica y alternativa emancipadora. Como bien conoce su tiempo, está a su nivel, y trasmite con la fuerza de sus años importantes lecciones, las del maestro paradigma, sabio penetrante en la razón y los sentimientos de sus discípulos.
Es Hart un legítimo hijo de Ariel; personaje shakesperiano de la obra La tempestad, figurado de manera magistral por el uruguayo José Enrique Rodó, en su representación del “nuevo humano”, del hombre que se conoce a sí mismo, que busca en su interior las motivaciones de su vida, su lucha, que crece y crea, que es de firme orientación moral, que es joven de espíritu, pensamiento y acción; no es más que un pretexto para dialogar con los jóvenes, para llegar a sus vidas y construir juntos la sociedad nueva que queremos, más socialista, justa y humana. Forma parte Hart de una línea de pensamiento y acción, que transversaliza la moral, y salva el pensamiento de profunda raíz antimperialista y de resistencia cultural que tiene en la historia de lucha de nuestra América, osamenta medular.
En prólogo a un texto fundamental de Hart, una especie de manifiesto martiano y comunista: “Marx, Engels y la condición humana. Una visión desde Cuba”; el intelectual Néstor Kohan escribió, sobre la base de criterios – que compartimos – desde una visión nuestroamericana y con clara comprensión de la altura ética, política e intelectual de Hart; y de los anhelos históricos de la juventud, que son también los de hoy, de alcanzar un mundo mejor, que es posible y necesario para frenar el avasallante orden capitalista: “Es el libro de un joven por la frescura y la amplitud de sus ideas, por la pasión y el entusiasmo con que aborda los problemas, por la ausencia de reverencias que pone en práctica frente a “las autoridades” otrora tradicionales de la teoría y frente a los dogmas cristalizados que obstaculizaron el sueño revolucionario de las generaciones precedentes”.
Por eso es legítimo hijo de Ariel, porque incomoda los cánones trillados y los lugares comunes que tanto han retrasado al pensamiento de la rebelión, a la teoría de la revolución, a la práctica política de la transformación radical y al proyecto socialista en América Latina y en el mundo. Por eso pertenece a esa pléyade de pensadores transgresores del dogmatismo y la contemplación vacía e infértil, a esa corriente que siempre se ha opuesto al imperialismo, como nos recuerda Kohan: “…no solo en el terreno económico –denunciando la explotación del hombre por el hombre y el saqueo de nuestro continente- sino también en el ámbito de la cultura –criticando la enajenación que subordina los valores éticos y espirituales al mercado”. El nombre de Hart, su pensamiento vital, da continuidad al de Mella, Villena, Ponce, Mariátegui, Roa, Vasconcelos, Sandino, el Che y Fidel; y se eleva firme a lo más alto de la condición humana. Su visión tiene su iris en Cuba, en la cultura de hacer política aprendida de José Martí y Fidel Castro, en lo mejor de la tradición bolivariana y en las tesis humanísticas que lo formaron y consagraron como el gran pensador y teórico de la revolución que es.
Marxista original, su lucha tiene cuatro dimensiones porque su batalla es jurídica. Logra una sinergia armoniosa entre la teoría y la práctica revolucionarias; la cuestión moral es el origen, la revolución social, y el papel de la cultura es destino creador de una cosmovisión filosófica capaz de plantearse los mayores problemas y encontrar las soluciones más sencillas; porque va a la raíz, porque vuelve, en constante renovación crítica, al proyecto original; porque tiene cultura de hacer política. Es este un concepto del que no sólo ha hablado y teorizado, sino que ha practicado y movido por resortes extraordinarios. Hay en Hart una suerte de misterio que estimula el ejercicio del pensar, pero desde un espíritu muy joven, con una mente abierta vital en tiempos donde las mentes son colonizadas y sometidas a imperios carceleros de la creatividad, originalidad, autenticidad; prisiones de la razón y el sentido común en la transformación revolucionaria. El misterio que en sí misma es Cuba, con sus matices diversos y complejidades propias de su historia y la realidad que la acompaña; que la hace resistir como piedra en el zapato capitalista, que sirve de luz orientadora o llama eterna de la martiana revolución, a nuestros pueblos de América.
El misterio de Hart, a mi modesto juicio, radica en que desde muy temprano supo descifrar el misterio Cuba, apropiarse de esa rica tradición humanista y ética del pensamiento cubano; asimilar críticamente, como elección que aprende de Martí, la cultura universal; sin olvidar, porque lo defiende y preserva, que el tronco ha de ser el de nuestras repúblicas. Su honda es la de David; no teme al pensamiento, no milita en el bando de los cansados, sietemesinos, adolescentes de valor; es un hombre a imitar, hay que conocerlo profundamente y, sobre todo, leerlo. A Hart se accede muy fácil, es de esos hombres que, aún tengan una condición social, como la ha tenido en todos estos años de construcción socialista, de gobernante; y con orgullo patrio y honor lo digo, porque además lo distingue la dignidad del gobernante, la ética y el decoro con que debe siempre actuar; no es Hart una quimera para los gobernados, no es inalcanzable, es un amigo. Muchas veces se ha visto esa distancia entre gobernantes y gobernados, la historia universal nos lo muestra. Pero en Hart, que es destacar lo más noble y puro de la Revolución, con el ejemplo de Fidel, no se ve.
Permítanme entonces traer a este homenaje las palabras de un padre martiano: Cintio Vitier, sobre este legítimo hijo de la patria; precisamente hablándonos de esa distancia aludida: “En Armando Hart esa distancia no sólo se atenúa al máximo, sino que, por obra y gracia de su humanidad misma, cambia de signo, se convierte nada más, y nada menos, que en una diferencia de función dentro del ámbito social. Y todo lo que dentro de este ámbito se contenta y nos contenta con llenar una función necesaria, no importa cuán insigne o humilde sea, pertenece a la más noble categoría que puede definir al ser humano: su vocación de servicio. He aquí la palabra clave que nos dibuja la presencia espiritual de Armando Hart, y cuando decimos espiritual no queremos decir, en este caso, inmaterial, pues muy pocos hombres hemos conocido tan atravesados físicamente por su propio rayo de luz interior, luz que incesante y ansiosamente se proyecta hacia lo que pudiéramos llamar el horizonte de los problemas. De ese horizonte le viene a Hart su mayor inspiración intelectual y política, su más lúcido entusiasmo, y es así como se manifiesta en él la fusión de gobierno y servicio, de poder y servicio…”. Hart sirve a los demás, esa es su vocación, de ahí su condición de hombre bueno, con la sensibilidad necesaria para sanar heridas y la autoridad indiscutible para pedir, en nombre de la patria, cualquier sacrificio. Pocos hombres en la historia han crecido tanto. La idea del bien se manifiesta en Hart de forma práctica y constante; es un defensor de la humanidad.
(Palabras de homenaje a Hart en la Feria del libro, en el panel que le dedicaron los jóvenes)
El General de Ejército, Raúl Castro Ruz, impuso la Orden José Martí al destacado luchador e intelectual revolucionario Armando Hart Dávalos, en ocasión de su 80 cumpleaños (2010). Foto: Raúl Abreu / Archivo de Cubadebate
Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, junto a los miembros del Buró Político, Armando Hart Dávalos, Carlos Rafael Rodriguez y Blas Roca Calderio, en la Gala inaugural del VI Festival Internacional de Ballet, celebrado en ciudad de La Habana (1978). Foto: Tomás García/ Prensa Latina/ Fidel Soldado de las Ideas.
Hoy se cumplen 30 años de la muerte de Blas Roca Calderío, una de las figuras esenciales en el proceso revolucionario cubano y quien constituye uno de los máximos representantes de la continuidad de la lucha en la Isla. Nacido en Manzanillo en 1908, desde el mandato de Antonio Machado salió a las calles a protestar y luego forjarse como guía imprescindible de los comunistas en la Mayor de las Antillas.
Defendió siempre al pueblo desde las altas instancias de la política, primero como representante de la Cámara antes de 1959 y luego desde la Asamblea Nacional del poder Popular, la cual presidió a partir de la primera legislatura en 1976 hasta 1981.
Francisco Wilfredo eran los nombres de este líder inmortalizado como Blas Roca y de quien Fidel Castro dijo: “Blas fue, es y será siempre uno de los hombres más nobles, más humanos y más generosos que hemos conocido jamás”.
Palabras pronunciadas por el Comandante en Jefe en el acto de despedida de duelo del compañero Blas Roca Calderío, La Habana, 26 de abril de 1987:
“Ha dejado de existir un hombre excepcional, de singulares virtudes y extraordinario talento. Un revolucionario ejemplar que dedicó por entero su vida a la causa de los humildes, maestro y conductor de comunistas por más de medio siglo, combatiente indoblegable que durante casi tres décadas dirigió el primer partido marxista-leninista de Cuba”.
“Nacido en Manzanillo el 24 de julio de 1908, del seno de una familia muy modesta, el nombre con el que lo recibieron en el mundo fue Francisco Calderío. Nadie podía vislumbrar aún el descollante papel revolucionario que habría de protagonizar bajo el nombre, hoy tan entrañable y familiar, de Blas Roca”.
“Blas fue, es y será siempre uno de los hombres más nobles, más humanos y más generosos que hemos conocido jamás”.
“Blas fue un soldado disciplinado y ejemplar a lo largo de 28 años de Revolución. El Partido le confió innumerables tareas en los más variados campos, las cuales cumplió con absoluta consagración y eficiencia”.
“(…) nos deja Blas un legado que debemos asumir consecuentemente todos los revolucionarios y en particular los cuadros presentes y futuros de nuestro país: su ejemplo de modestia, de humildad, de naturalidad, de sencillez; su extraordinaria sensibilidad humana; su invariable afán de ser útil a los demás; su característica de predicar con el ejemplo; el hecho de poner siempre por delante de todo la Revolución y el Partido”.
“Ante la ausencia física de un combatiente revolucionario ejemplar como Blas, podemos repetir las palabras de José Martí: “la muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida”.”
Para conocer más sobre el ideario y la acción del líder de la Revolución Cubana, visite el sitio: Fidel Soldado de las Ideas.
Fidel en el acto de Despedida de Duelo de Blas Roca Calderío, junto a él el General de Ejército Raúl Castro y el General de División Ulises Rosales del Toro, 26 de abril de 1987 Foto: Periódico Juventud Rebelde/ Fidel Soldado de las Ideas.
Fidel con el Secretariado del Comite Central del Partido en el periódico Hoy. Fundacion del Periódico Granma (1965). Foto: González/ Granma / Fidel Soldado de las Ideas.
Fidel Castro acompañado por Blas Roca y Carlos Rafael Rodríguez en el Acto de Inauguración del Hospital “Lenin” en Holguín, 7 de noviembre de 1965. Foto: Fidel Soldado de las Ideas.
El Capitán San Luis, al centro. Foto: Archivo Cubadebate
El 25 de abril se cumplen cincuenta años de la caída en combate en las selvas bolivianas de Eliseo Reyes Rodríguez, (Rolando o Capitán San Luis).
El 20 de noviembre de 1966 llegó a la finca de Ñacahuasú, situada a 30 kilómetros de Lagunillas, capital de la provincia Cordillera, a 271 de Santa Cruz de la Sierra y a 1085 de la ciudad de La Paz.
Rolando formó parte del Ejército de Liberación Nacional de Bolivia integrado por dieciséis cubanos, veintinueve bolivianos, tres peruanos y una argentina-alemana, bajo el mando del Comandante Ernesto Che Guevara, quien lo designó junto al boliviano Inti Peredo Leigue Comisario Político e integró el grupo del Centro.
Refiriéndose al paisaje de Ñacahuasú, Rolando escribió en su Diario de Campaña: “Hoy estoy en misión de vigilancia en un bello lugar y lamento no tener conmigo una cámara para tomar algunas fotografías de esta zona. “Estoy en una montaña que es igual a las más pintorescas que he visto en las películas. A mi derecha el río corre suavemente sobre grandes rocas que producen estruendosas caídas. Más allá del río comienza una cadena de monta¬ñas extremadamente empinadas y cubiertas con espesa vegetación y elevándose casi verticalmente desde el arroyo, formando un número de picos. La cumbre de cada uno de éstos está cubierta por una espe¬sa neblina mientras más abajo la cálida luz del sol mañanero ilumina el lugar…”
Desde el 1 de febrero de 1967 acompañó al Che en la exploración hasta el Río Grande y Masicurí y cuando regresaban de la agotadora exploración, el día 26 de febrero, el guerrillero boliviano Benjamín Coronado cayó al Río Grande y fue arrastrado por las aguas.
Rolando relató en su diario: “…A las 16:00 tuvo lugar un accidente muy lamentable y doloroso (…) Yo estaba en ese momento como a 100 metros del lugar; otros camaradas estaban a 60 metros. Corrimos al lugar y saltamos al agua pero fue imposible encontrarlo. La corriente me llevó por unos 600 metros, mientras estaba buscando, en menos de 10 minutos. Ello da una idea de la rapidez de la corriente en este punto y la profundidad era enorme. Toqué el fondo sólo unas seis veces…”
Benigno (Dariel Alarcón Ramírez) relató que en ese lugar el Río Grande corre más encajonado y rápido, tiene unos 50 metros de ancho y la profundidad debe ser de unos 10 metros, que Rolando se tiró al agua para tratar de salvarlo con riesgo de su propia vida y Jesús Suárez Gayol se tiró también, que el río era una mole de fango que se los llevaba como unos papelitos, pero no se vio más a Benjamín, fue horroroso aquel momento.
En medio de la tristeza, se reanudó la marcha. Al mediodía del 27 de febrero, los guerrilleros divisaron la desembocadura del río Rosita, más grande que el Ñacahuasú, menor que el Masicurí y con sus aguas rojizas.
La tropa carecía de alimentos y ante la grave situación, Rolando le pidió al Che que le permitiera adelantar camino y buscar alimentos en el Campamento Guerrillero. Por ser el mejor nadador del grupo, fue autorizado por el Che y emprendió viaje a las 15:20 horas y cruzó sin mayores dificultades el imponente río crecido.
Al llegar el Che al Campamento Central, el 20 de marzo conoció la presencia de los militares que se dirigían hacia donde se encontraban. Se reúne con Rolando y le impartió instrucciones para la avanzada guerrillera.
En su diario Rolando narró: “…Llego al campamento a las 16:00 y le digo a Marcos (Antonio Sánchez Díaz) que las instrucciones de Ramón, (Che) son las siguientes: Colocar una emboscada río abajo donde mejor le parezca. Organizar la defensa a la entrada del campamento. Enviar un grupo de camaradas experimentados río abajo. Al llegar Alejandro, (Gustavo Machín Hoed de Beche) Marcos se reúne con nosotros y decidimos que iré a la emboscada. Con otros cuatro hombres será tendida en la zona de maniobras. Antonio (Orlando Pantoja Tamayo) irá con Miguel (Manuel Hernández Osorio) y Loro (Jorge Vázquez Viaña) en la expedición de reconocimiento. Yo los escoltaré a la Loma del Avispero, a una distancia de hora y media a pie, y volveré a la emboscada. Marcos y Alejandro habrán de atender a la defensa con el resto del personal. Esto se hará el 22, al comienzo del día”.
El 23 de marzo se produjo el combate, al referirse a este anotó: “A las 0700, mientras le explicaba la emboscada a Benigno, llegan las fuerzas enemigas. Decido no retirarme. Abro fuego tal como estaba planeado. El fuego dura unos seis minutos, la fuerza enemiga está de acuerdo en rendirse. Un balance de las pérdidas del enemigo muestra 7 muertos, 6 heridos y 11 prisioneros de un total de 32 hombres, habiendo escapado 8 […] A las 1600 llego al campamento y reporto a Ramón, la acción en la emboscada y la actitud del personal […]
El Che calificó el 23 de marzo como día de acontecimientos guerreros, y señaló que entre los prisioneros se encontraban el Mayor Hernán Plata Ríos y el Capitán Augusto Silva Bogado. Además, el plan de operaciones.
El 10 de abril, hubo otro combate, donde murió Jesús Suárez Gayol (Rubio) y fue hecho prisionero el Mayor Rubén Sánchez Valdivia, quien sobre Rolando relató: estuve frente a Rolando, realmente era un hombre aguerrido. Lo admiré. Recuerdo que corría velozmente, de un lado para otro, era como una ardilla, con mucha agilidad
El 16 de abril los guerrilleros salieron para dejar al francés Regis Debray y al argentino Ciro Roberto Bustos cerca de la población de Muyupampa y el 19 de ese mes, llegó a donde se encontraban los guerrilleros un agente de la CIA que se presentó como periodista anglo chileno, dijo llamarse George Roth. Los guerrilleros sospecharon porque aparecía como integrante de los Cuerpos de Paz y poseía visa para Puerto Rico. En 1985 en La Paz, una fuente de inteligencia boliviana nos informó que su misión era llevar una sustancia química, proprocionada por la CIA, que debía esparcir entre los guerrilleros.
Era el primer paso para aplicar un método de inteligencia, denominado “La Huella Técnica”, poco conocida en Bolivia en aquella época, que consistía en utilizar a perros pastores alemanes, convenientemente adiestrados, para que a través del olfato, identificaran el olor de esa sustancia. La misión de Roth facilitaría el trabajo de los perros amaestrados, llevados secretamente por los norteamericanos a Camiri.
La presencia de estos animales fue descubierta por algunos corresponsales de prensa, entre ellos, el conocido periodista mexicano, Luis Suárez, de la revista Siempre, quien en el número 750 de esa publicación escribió, que el jueves 20 de abril se encontraba en Camiri cuando llegaron los perros amaestrados para husmear en la selva y localizar la pista de los guerrilleros, que el descubrimiento de esa reserva canina por los periodistas causó el gran disgustó del servicio de inteligencia militar, porque suponía la revelación de un secreto.
Los guerrilleros permitieron que Roth abandonara la zona el 20 de abril. Debray y Bustos decidieron salir con él. Ese mismo día llegó una camioneta con una Comisión de Paz, integrada por el médico Mario Cuéllar, el Subprefecto Justino Corcui y el sacerdote alemán Leo Schwartz, quienes informaron que Debray, Bustos y Roth estaban presos.
La Comisión regresó a Muyupampa, donde fueron interrogados. Al sacerdote y al Subprefecto los obligaron a subir a un helicóptero, suministrado por los norteamericanos, para que indicaran el lugar exacto donde estaban los guerrilleros. Después comenzó el bombardeo de tres aviones.
El 21 de abril, los 27 combatientes continuaron la marcha hacia Ticucha, donde hicieron contacto con varios campesinos que les prestaron ayuda. Se produjo un combate, donde se extravió el guerrillero boliviano, Jorge Vázquez Viaña, (Loro), El día 22 de abril salieron en una camioneta y 6 caballos, llegaron a Ticucha a las 3.30 y a las 6:30 al Mesón, donde muy cerca, el cura tenía una casita. Al día siguiente el Che lo declaró de descanso. Habían dejado atrás Muyupampa, Taperillas, Tapera, Llerena y Ticucha. Toda el área había recibido el impacto de la presencia guerrillera, una zona donde los campesinos fueron amistosos y prestaron colaboración a los guerrilleros.
Sobre el análisis del Che, Rolando escribió en su diario: “[…] Él señala que en esta área están los campesinos entre los cuales debemos establecer nuestra base. Explica que esta vez estaremos en contacto con muchos más campesinos; que debemos tener presente que su primera reacción será de miedo y que es posible que su reacción sea al comienzo poco favorable a la guerrilla y que algunos hasta informen al ejército de nuestra presencia. Nos aconseja que los tratemos cuidadosamente y que nos ganemos su confianza […]”
Mientras acampaban en el Mesón una avioneta AT-6 sobrevoló la zona y el Che decidió reforzar la posta. Por la noche impartió las orientaciones para el día siguiente: El día 24 de abril, el Che se refirió a la topografía del lugar señalando que se dominaba hasta la casa del último campesino, unos 500 metros antes de la finca del cura donde encontraron marihuana en el sembrado.
El día 25, Harry Villegas Tamayo (Pombo) avisó que 30 guardias avanzaban hacia la casita, luego llegó Antonio (Orlando Pantoja Tamayo) con la noticia de que eran 60 hombres, y que se aprestaban a seguir, momento en que decidieron hacer una emboscada en el camino que da acceso al campamento. lnti Peredo en su libro Mi campaña junto al Che escribió: “[…] nos vimos obligados a luchar en un lugar no apto para la emboscada. Rolando, que era un hombre de gran coraje, se puso en la posición más difícil a la salida de una cueva y tuvo que enfrentarse directa¬mente con una ametralladora que le disparó varias ráfagas […]”
El 25 de abril, seis días después de la visita de Roth, el ejército por primera vez utilizó a los perros. El Che escribió: Al poco rato apareció la vanguardia que para nuestra sorpresa estaba integrada por 3 pastores alemanes con su guía. Los animales estaban inquietos, pero no me pareció que nos hubieran delatado; sin embargo, siguieron avanzando y tiré sobre el primer perro […].
Es significativa la observación sobre la inquietud de los perros, porque el hecho de que sin detectar a los guerrilleros siguieran avanzando, sugiere que los animales seguían a olores específicos para los cuales estaban adiestrados, tal como nos había informado en 1985 una fuente de inteligencia boliviana. El Che continuó escribiendo que Miguel (Manuel Hernández Osorio) mató otro perro, según pudo ver sin confirmar, y que nadie más entró a la emboscada. Ese día cayó en combate Rolando. Acerca de este he¬cho, el Guerrillero Heroico anotó:¨ […] Al producirse un alto mandé a Urbano (Leonardo Tamayo Núñez) para que ordenara la retirada pero vino con la noticia de que Rolando estaba herido; lo trajeron al poco rato ya exangüe y murió cuando se empezaba a pasarle plasma. Un balazo le había partido el fémur y todo el paquete vásculonervioso; se fue en sangre antes de poder actuar. Hemos perdido el mejor hombre de la guerrilla, y naturalmente, uno de sus pilares, compañero mío desde que, siendo casi un niño, fue mensajero de la columna 4, hasta la invasión y esta nueva aventura revolucionaria; de su muerte oscura sólo cabe decir, para un hipotético futuro que pudiera cristalizar; “Tu cadáver pequeño de capitán valiente ha extendido en lo inmenso su metálica forma”.
Las palabras entre comillas corresponden al poema “Canto General”, que el poeta chileno Pablo Neruda, le dedicó a Simón Bolívar.
Después del combate comenzaron los preparativos para la retirada, los guerrilleros lograron salvar todas las cosas y con el cadáver de Rolando continuaron la marcha. A las tres de la madrugada lo enterraron bajo una débil capa de tierra. El Che anotó que el helicóptero descendió dos veces en la casita del cura y la aviación bombardeó donde ellos habían estado.
El 27 de abril las emisoras radiales trasmitieron un parte del ejército en que consignaba la muerte de un guía civil, el instructor de los perros y el perro Rayo.
Alberto Fernández Montes de Oca (Pacho) escribió sobre este suceso: “Rolando también combatió contra los perros y a éstos les hicieron honores militares.
Según informes bolivianos, también murió el perro Tempestad.
En el resumen del mes de abril, el Che señaló que luego de la última emboscada contra los perros y el instructor es de presumir que se cuidarán mucho de entrar en el monte y en el de mayo relató que los perros se han declarado incompetentes y son retirados de la circulación.
La técnica canina, en la cual la CIA había cifrado las esperanzas del triunfo en su lucha contra la guerrilla, quedó enterrada en esta zona selvática. El entrenador y sus 12 perros no volverían a aparecer en la zona de operaciones.
En nuestras investigaciones en 1984 no encontramos ninguna pista, ni elementos que nos permitiera poder profundizar en la búsqueda del lugar donde enterraron a Rolando, incluso un alemán residente en esa zona, nombrando Dardo, se negó a conversar y fue poco amable. Otros pobladores relataron que fue colaborador del ejército.
En el 2000, la historiadora cubana María del Carmen Ariet, obtuvo la información, que el señor Abel Medrano, quien fuera monaguillo del sacerdote, donde cerca de su casa se produjo el combate del 25 de abril, conocía donde el cura llevó el cadáver y lo enterró a unos 700 metros del lugar. La historiadora se trasladó a la casa de Medrano y éste la llevó al sitio del entierro. Relató que no fue difícil localizar el lugar, porque, aunque estaba a un kilómetro de distancia, habían colocado piedras, como es costumbre de los pobladores de acuerdo a sus creencias.
Después de las coordinaciones realizadas por el doctor Jorge González al frente del equipo de especialistas cubanos, se procedió a la búsqueda. El 16 de abril del 2000 se cavó en el sitio indicado y la osamenta fue encontrada, identificada, trasladada a Cuba y depositada el 8 de octubre del 2000, en el nicho correspondiente del Complejo Escultórico Ernesto Che Guevara de la ciudad de Santa Clara. Las informaciones del ex monaguillo fueron valiosas para que el equipo de especialistas cubanos trabajara en el hallazgo.
En el resumen del mes de abril el Che escribió: Las cosas se presentan dentro de lo normal, aunque debemos lamentar 2 severas pérdidas: Rubio y Rolando: la muerte de este último es un severo golpe, pues lo pensaba dejar a cargo del eventual segundo frente