El Ejército israelí siguió, este sábado 20 de enero, su ofensiva sobre la Franja de Gaza, mientras que el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, reafirmó su oposición a la creación de un Estado palestino y a algún  modo de soberanía palestina en un posible escenario de posguerra.

De acuerdo al balance más reciente del ministerio de Sanidad gazatí, en las últimas horas los ataques israelíes mataron al menos 165 palestinos e hirieron a 280 en la Franja. De esta manera, el total de fallecidos desde el inicio del conflicto bélico roza los 25.000 y los heridos superan los 62.000 en un paisaje de devastación generalizado y crisis humanitaria que se agrava cada día.

 

Durante la jornada, las tropas israelíes profundizaron sus operaciones en dirección sur en el área de la ciudad de Jan Yunis, pero actúan a su vez en el centro y norte del territorio palestino. Según un portavoz militar, tropas israelíes realizaron una incursión selectiva en un puesto de producción de armas en el barrio de Zeitoun, en la ciudad de Gaza, y en áreas cercanas en el norte del enclave, donde descubrieron y desmantelaron un lanzacohetes de largo alcance.

La negativa de Netanyahu

La guerra se sigue alargando sin que haya vías de salida. En una reciente conversación con Joe Biden, Netanyahu reiteró su política de que después de que Hamas sea destruido, Israel debe mantener un control de seguridad sobre Gaza para garantizar que ese territorio no suponga una amenaza para su país, un requisito que contradice la demanda de soberanía palestina.

Con esta declaración, el primer ministro israelí se desmarcó nuevamente de la Administración Biden, la cual insta a la solución de dos Estados para el conflicto palestino-israelí. EE.UU. ha sugerido que cuando acabe la guerra, la Autoridad Nacional Palestina (ANP) --que hoy gobierna en Cisjordania-- tome el control de la Franja.

 

El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, calificó de inaceptable la posición del Gobierno israelí. “La negativa a aceptar la solución de dos Estados para los israelíes y los palestinos, y la negación del derecho a un Estado para el pueblo palestino es inaceptable”, afirmó Guterres en la ceremonia de clausura de la XIX Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno del Movimiento de Países No Alineados (MNOAL) en Uganda. “Esto prolongaría indefinidamente un conflicto que se ha convertido en una importante amenaza para la paz y la seguridad globales, exacerbaría la polarización y envalentonaría a los extremistas en todas partes”, subrayó.

 

El Gobierno de la ANP también dio su punto de vista sobre la conversación entre Netanyahu y Biden. "Lo que se requiere de Estados Unidos es reconocer el Estado de Palestina y no sólo hablar sobre una solución de dos Estados; y este es el momento adecuado para hacerlo", precisó el portavoz presidencial palestino, Nabil Abu Rudeina. "Al Gobierno israelí no le preocupa la paz ni la estabilidad y todavía se niega a reconocer que la paz no se logrará sin el establecimiento de un Estado palestino independiente con Jerusalén Este como su capital", agregó.

El reclamo interno

La gestión del conflicto por parte de Netanyahu parece cada vez más crítica, también entre la opinión pública de su país. Más de 300 personas pertenecientes a alrededor de 40 organizaciones, participaron en una marcha por las calles de Haifa, una ciudad israelí junto al mar Mediterráneo. La manifestación tuvo como objetivo expresar su oposición a la guerra en Gaza y fue la primera autorizada en esa localidad desde el inicio del conflicto. La participación fue posible gracias al permiso otorgado por las autoridades israelíes, que concedieron la autorización tras una decisión del Alto Tribunal de Justicia de Israel. Este tribunal aceptó la petición de los organizadores de revocar la prohibición inicial emitida por la Policía israelí.

 

Durante la marcha los participantes desplegaron banderas antifascistas y la del antiguo Partido Comunista de Israel, así como banderas arcoiris y palestinas para protestar contra el "genocidio que está cometiendo Israel" en Gaza. La marcha fue respondida con otra concentración, menos numerosa, de simpatizantes del Gobierno israelí, sin que se produjeran incidentes.

El Foro de Familias de Rehenes y Desaparecidos empezó una protesta e instaló un campamento ante la residencia de Netanyahu en la localidad de Cesaria, mientras el padre de uno de los rehenes se puso en huelga de hambre para exigir una acción más contundente para la liberación de los cautivos. "A los asesinatos ya se les acabó el tiempo. El Gabinete de Guerra no debe perder ninguna oportunidad de alcanzar un acuerdo que haga que todos regresen a casa", remarcó el Foro de Familias de Rehenes. Y agregaron que los manifestantes seguirán ante la residencia del primer ministro hasta que este salga a escucharlos y se comprometa a liderar una cumbre internacional con la participación de todos los países implicados en la crisis, hasta que esta se resuelva y todos los rehenes sean devueltos a casa.

De los 240 secuestrados tras el ataque Hamas el pasado 7 de octubre, al menos 132 siguen cautivos en Gaza y se considera que 25 de ellos murieron, sin que se hayan restituido sus cadáveres. Un centenar de rehenes fueron liberados durante una tregua humanitaria a fines de noviembre, a cambio de la liberación de presos palestinos en Israel.

SALUDOS REVOLUCIONARIOS 

(Gran Papiyo)