Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

LA CUBA DEL GRAN PAPIYO
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 Conociendo Cuba 
 CANCION L..A 
 FIDEL CASTRO.. 
 Fotos de FIDEL 
 Los participantes más activos 
 PROCLAMA AL PUEBLO DE CUBA 
 
 
  Herramientas
 
General: NAZIS EN EL EMBLEMÁTICO LUNA PARK: 1938 y 2024
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: Gran Papiyo  (Mensaje original) Enviado: 22/05/2024 23:38

El 10 de abril de 1938, miles de personas celebraron allí la anexión de Austria 

Cuando los nazis llenaron el Luna Park

En el libro Juan Manuel Bordón y Guido Carelli Lynch se reconstruye el día en el que miles de austríacos y alemanes residentes en el país llegaron hasta Corrientes y Bouchard para festejar el Anschluss, que Hitler consiguió sin disparar un solo tiro. El Referendum que se votó en el campo, la insólita habilitación del Gobierno de facto al acto y la resistencia universitaria que terminó en represión y muerte.

 
 
 

El Luna Park es un punto en el que se cruzan el deporte, la música y la política. El mítico palacio de los deportes fue escenario de inolvidables veladas de box. Allí, la selección de básquet obtuvo el primer campeonato mundial. Juan Domingo Perón y María Eva Duarte se conocieron en sus tribunas durante un festival benéfico por las víctimas del terremoto de San Juan, en 1944. Frank Sinatra cantó en 1981, auspiciado por un Palito Ortega que fue a la quiebra por la crisis financiera. Raúl Alfonsín convocó a sus seguidores en el estadio a fines de 1982. Un par de años después, a bordo de un vehículo Dodge Phantom 1937 descapotable, Diego Maradona entró al estadio para celebrar su casamiento con Claudia Villafañe: el Luna Park se había convertido, esa noche, en un salón de fiestas.

Artistas como Luciano Pavarotti, Mercedes Sosa, Tom Jones, Joan Manuel Serrat, entre otros, actuaron allí. Carlos Menem celebró los diez años de democracia en 1993. Antes, en 1989, había jugado al básquet en el estadio que durante años, hasta su muerte en 2002, gerenció Juan Carlo Lectoure.

 
 

La presencia de Javier Milei une política (es el presidente de la Nación), música (cantará con una banda) y la presentación de un libro que se une a unas obras completas jalonadas por denuncias de plagio. Sin duda, el acto quedará como uno de los hitos, en una fecha muy especial: otro 22 de mayo, pero de 1976, fue asesinado Oscar Ringo Bonavena en Reno, Nevada, y su funeral se realizó en el Luna Park, en la primera manifestación popular desde el golpe de Estado de dos meses antes.

El de Milei, más allá de su componente musical y el hecho de presentar una obra para lo cual quiso hacer un fallido acto en la pista central de la Sociedad Rual Argentina durante la Feria del Libro, se inscribe en los momentos en que el Luna Park reflejó a la derecha argentina. En este caso, con un presidente que abjura de la justicia social y de la solidaridad y que consigue un superávit a costa del sacrificio de millones de personas, con un Estado que no hace erogaciones básicas.

 

Sus seguidores, sus fieles convencidos, quizás se asemejen a los feligreses de un líder religioso, a los que no guía la racionalidad. En ese aspecto, la presencia de Mieli y sus acólitos remite a las presentaciones del pastor evangelista Luis Palau, que hizo varias reuniones en el estadio techado desde los años 70. 

Muchos años antes, cuando la única situación extra-deportiva en un estadio dedicado al boxeo había sdo el velatorio de Carlos Gardel en 1936, sucedió el primer gran acto político en el Luna Park. Las imágenes del 10 de abril de 1938 son estremecedoras. Si no se supiera que es en Buenos Aires, uno supondría que era en la Alemania de Adolf Hitler. El Luna Park albergó ese día el acto nazi más grande realizado fuera de suelo alemán hasta entonces, un hecho que no resiste comparación con ninguna otra manifestación política en Corrientes y Bouchard.

El Anschluss en el Luna

Los periodistas Juan Manuel Bordón y Guido Carelli Lynch reconstruyeron ese día en su libro Luna Park. El estadio del pueblo, el ring del poder. La convocatoria se llevó a cabo para celebrar el Anschluss, la anexión de Austria, que Hitler había logrado un mes antes sin disparar un tiro. Aquel 10 de abril, un referéndum formalizó que Austria pasaba a integrar el Reich de los Mil Años

 

La idea de los filonazis del Río de la Plata, según cuentan Bordón y Carelli Lynch, era reunir a miles de austríacos y alemanes residentes en el país para embarcarlos en La Plata rumbo a Alemania y poder votar en una elección en la que el Sí obtuvo el 99 por ciento de los votos. Además, se renovó el parlamento alemán, que ya tenía una sola bancada: la del nazismo. Hacía cinco años que Hitler había impuesto un régimen totalitario. Y el Luna Park ya había albergado dos actos en 1936 y 1937 por el Día del Trabajador. 

El presidente Roberto Ortiz, que había asumido en febrero, no autorizó esa movida, pero sí dio luz verde a la celebración del Día de la Unidad Nacional. La Federación Universitaria Argentina se opuso y pidió al ministerio del Interior que no permitiera el acto. No hubo caso. El gobierno de la Concordancia se lavó la manos, bajo el argumento de que el acto no era tan grave como haber querido organizar la movilización al referéndum.

 

Al menos doce mil personas, todas de las diferentes delegaciones alemanas de distintos puntos del país, entraron al estadio con simbología nazi. También ingresaron representantes de la juventud fascista local. Además del embajador del Tercer Reich dijeron presente el gobernador de Buenos Aires, Manuel Fresco y su ministro de gobierno, el futuro fundador de Clarín, Roberto Noble, y el vicecónsul de los Estados Unidos, W. F. Busser. En su informe, este último aseguro que el acto no era muy distinto de los que hacía el nazismo en Alemania.

Otto Meynen, encargado de negocios de la embajada alemana, abrió el acto. Se escuchó el "Heil Hitler!" que atronó en las gargantas de los participantes. Al hablar, comparó la anexión de Austria con la Revolución de Mayo, ya que el 25 de mayo de 1810 no se había derramado una gota de sangre, como en el Anschluss. Después habló Heinz Ott, ataviado con el uniforme de las SA.

 

Represión y muerte

A la misma hora, los universitarios, opositores a la convocatoria nazi, hicieron un acto en la estatua ecuestre de José de San Martín en la plaza homónima, en Retiro. Hubo amagos de choque con la policía y llegó la noticia de que en el Luna Park se habría quemado una bandera argentina. Eso derivó en ataques a locales de Ferreterías Alemanas. La policía salió a reprimir. En Plaza San Martín perdió la vida Juan Carmino

La jornada dejó otro muerto, el español Toribio Santos García, que salió de la parroquia de Las Victorias y fue pisoteado por un caballo de la policía montada. Los uniformados cargaban contra los manifestantes que habían ido al Instituto Cultural Argentino-Germano, ubicado a pocos metros de la iglesia.

 

El encargado de negocios Meynen se quejó antes el canciller argentino, Manuel Alvarado, mientras que el embajador en Alemania, Eduardo Labougle, le dijo a las autoridades alemanas que los hechos del 10 de abril marcaron el fin de cualquier simpatías que tuviera la sociedad argentina sobre el nazismo.

Con menos prensa, recuerdan Carelli Lynch y Bordon, los fascistas de Mussolini tuvieron un acto propio en el Luna Park a los pocos meses. Pero el acto político por antonomasia había sido el de los nazis, del cual, según se lee en Luna Park. El estadio del pueblo, el ring del poder, se halló material fílmico que se conserva en Washington, en el Museo del Holocausto.

SALUDOS REVOLUCIONARIOS 

(Gran Papiyo)      



Primer  Anterior  2 a 2 de 2  Siguiente   Último  
Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: Gran Papiyo Enviado: 27/05/2024 23:21

La trastienda del show que Javier Milei montó en el Luna Park

Ante miles de personas y arengado por su Gabinete, el Presidente presentó su último libro y entonó Panic Show. La euforia de la militancia libertaria y la llamativa ausencia del jefe de ministros.

 
 
 
 
Los ojos de Javier Milei desbordan felicidad. Camina eufórico sobre el escenario del Luna Park y agita sus brazos sin creer lo que está viviendo. Aquel joven economista, en el que no confiaban ni sus padres, atraviesa una realidad onírica: es presidente de la Nación, los diarios del mundo hablan de sus escándalos internacionales y desfila como una estrella de rock en el mítico estadio porteño. Ni el aumento de la pobreza, el derrumbe de la actividad económica, la suba del dólar paralelo o el aumento de la conflictividad social en Misiones le van a empañar su noche. Está a punto de cumplir el sueño de presentar su último libro con un show musical ante miles de fanáticos.
 
 

Primer acto

La performance presidencial comenzó pasadas las 21 horas. Milei hizo su ingreso por el sector del campo, mezclado entre el público y a los abrazos con los militantes que lo reverenciaban. Subió al escenario, saludó a la banda del diputado "Bertie" Benegas Lynch y buscó en la tribuna al ministro de Economía, Luis Caputo, para estrecharle su mano. Acto seguido agarró el micrófono y admitió que todo se trataba de un capricho personal. “Estimados, quise hacer esto porque quería cantar. Todas las veces entré y lo canté a capela. Ahora lo quiero hacer con músicos”, reconoció y se entregó al show. Exultante, saltó, gritó y desafinó Panic Show de La Renga.

 

Desde la primera fila —orgullosos— lo aplaudieron sus padres, Norberto Horacio Milei y Alicia Luján Lucich. También lo arengó su Gabinete, aunque no todo. Para sorpresa de muchos, no estuvo presente el Jefe de Ministros, Nicolás Posse, acusado de ser el principal responsable de la falta de eficacia de la gestión libertaria. Los diputados del PRO Diego Santilli y Cristian Ritondo, en cambio, tuvieron un reconocimiento especial. Fueron invitados por su ferviente "colaboración" en el Congreso para aprobar la Ley Bases.

Segundo acto

Finalizado el show musical, comenzó un monólogo de Milei. Le agradeció a los presentes, anunció que estaban celebrando "la fiesta de la libertad" y lanzó la primera chicana política. “Como uno no quiere ser ingrato hay que darle las gracias al de la feria del libro (Alejandro Vaccaro), que con el boicot nos regaló está fiesta", dijo en relación a la disputa que tuvo con la Fundación del Libro. "Gracias kirchneristas", remató.

 

En los highlights de la noche entraron Cristina Fernández de Kirchner y Pedro Sánchez. Al canto de "Cristina se va presa, Cristina se va presa", la militancia pidió el encarcelamiento de la expresidenta. El libertario no lo dejó pasar y tuvo un intercambio con la tribuna. "Les puedo asegurar que los acompañaría cantando, pero violaría la independencia de los poderes", expresó y preguntó con sorna: "¿No les parece que ya tengo demasiados quilombos?". El mensaje despertó las carcajadas de Bullrich y Luis Petri.

Segundos después llegaron los ataques al mandatario español. Desde la platea bajó una catarata de insultos a Sánchez y Milei los retrucó: “Che, paren que (Diana) Mondino me va a pedir horas extras”.

Tras las chicanas, agravios y bromas, Milei dio paso a la presentación de su último libro, Capitalismo, Socialismo y la trampa neoclásica. Ahí desplegó su clásico discurso anticasta. “El problema no es la gente, el problema son los políticos”, enunció y defendió el libre mercado al extremo. "El único monopolio malo es cuando el monarca o el señor feudal le daba a una empresa la potestad para hacer la única que vendiera un producto en ese lugar y si alguien violaba eso le caía con el Estado encima. El problema es malo cuando el Estado está en el medio. Por lo tanto, el problema sigue siendo el maldito Estado”, manifestó. En otro tramo, y con la misma vehemencia, aprovechó para fustigar a quienes defienden el aborto legal, seguro y gratuito: "Es una agenda que tiene más de tres mil años y es una agenda totalmente asesina". Desde las butacas, aclamaron cada intervención.

 

La fiesta libertaria

A las inmediaciones del Luna Park se acercaron miles de personas, de todas las edades, seducidos por la épica de la motosierra. Sobre las veredas, trabajadores de la economía popular vendían remeras con la estampa “lágrimas de zurdos” a 8.000 pesos, gorras con ilustraciones de un león a 6.000, caretas con la cara de Milei a 1.000 y hasta los patitos amarillos que se pusieron de moda en los últimos días, pero con un distintivo: una peluca mileista. Esos costaban 2.000.

Las entradas gratuitas para el evento se agotaron en unos minutos. Cientos de personas se agolparon por la tarde en la Plaza Roma para obtener su ticket. Sobre ese amontonamiento, militantes de La Libertad Avanza buscaron sumar afiliados al partido. En gran medida, los que pusieron sus firmas fueron jóvenes que confían en que el programa de ajuste traerá prosperidad económica. "Nos devolvió la esperanza", expresaban. 

 

El estadio también estuvo rodeado por un megaoperativo de la Policía Federal, que incluyó agentes de infantería, policía montada y motorizada. Y si bien el Presidente aseguró que el evento "no le costó un centavo" al Estado, el gran despliegue de efectivos se financió con las arcas públicas. Además, aún no quedó claro cuánto salió y quién pagará la fiesta libertaria. Por el momento, el Gobierno solo informó que el alquiler del estadio —estimado en 10.000.000 de pesos— lo abonó una empresa a la que la editorial Planeta le transferirá las regalías del libro Capitalismo, Socialismo y la trampa neoclásica.

En el show no estuvo ausente la interna libertaria. A la llamativa ausencia de Nicolás Posse se le sumaron los carteles y pasacalles que aparecieron por la mañana, resaltando la figura de Karina Milei. Según Adorni, cuando “El Jefe” llegó y se dio cuenta de la situación (luego de su gran enojo) dio la orden de retirarlos inmediatamente”. “El evento de hoy es sobre Javier Milei y la presentación de su libro, nada más”, escribió en X para dejar en claro que nada ni nadie iba a eclipsarlo.

 

Tercer acto y cierre

El último segmento del show, consistió en una charla que mantuvieron Milei, Adorni y el diputado José Luis Espert en un living ambientado con luces bajas y sillones blancos. En la conversación, el mandatario sostuvo que apunta a convertir a la Argentina en "el país con mayor libertad económica en el mundo". Destacó que la ley Bases está trabada en el Congreso —"la estamos peleando", afirmó— y prometió impulsar, junto a su asesor Federico Sturzenegger, "3 mil reformas más”. Para concluir, el mandatario calificó al socialismo como la "economía de los fracasados" y justificó su aventura política: "Si no nos metemos en el barro de la política esto no funciona. Si no nos metemos en el barro, los zurdos nos llevan puestos".

 

Entre charla y charla, algunos asistentes ya habían comenzado a irse. La noche soñada de Milei estaba terminando. Como cierre, sonó "Se viene el estallido" de Bersuit Vergarabat. Un mensaje, que según el intérprete, puede ser leído como una crítica a "la casta" o una premonición del rumbo económico.

SALUDOS REVOLUCIONARIOS 

(Gran Papiyo)        



 
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados