Con mucha tristeza e indignación, inicio este Tema para registrar, momento a momento, la catástrofe que significará para mi país el gobierno del enajenado mental que comenzará este domingo 10.
Milei nos saca del aire en la TV Pública, pero NO podrá movernos de la Plaza
La Asociación Madres de Plaza de Mayo lamenta comunicar que por decisión de las autoridades de la TV Pública, nuestro histórico ciclo «Madres de la Plaza» ha sido excluido de la programación y emitirá su último envío el sábado 24 de febrero.
Esta decisión intempestiva fue comunicada a nosotras, hace apenas 72 hs.
Repudiamos al gobierno negacionista de Milei, amigo de los genocidas, hambreador y ajustador, por esta injusta decisión, que priva a los televidentes de todo el país de un ciclo que lleva 16 años ininterrumpidos en la pantalla, desde aquella primera emisión, el 5 de enero de 2008.
No nos sorprende la medida, sin embargo.
Este gobierno que ha manifestado su intención de destruir los medios públicos, sabe que tiene en las Madres de Plaza de Mayo una organización dispuesta a luchar con todas sus fuerzas para impedirlo.
Por lo demás, lamentamos el grosero error de cálculo de Milei: si piensa que por sacarnos del aire acabará con nuestra lucha, se equivoca largamente.
Seguiremos en la Plaza de Mayo y veremos terminar su maldito gobierno.
Junto a la lucha de nuestro pueblo construiremos las condiciones políticas para recuperar ese espacio televisivo, que nos excede: forma parte de una manera de luchar y comunicar que ya ha hecho escuela, ha dejado huella y más temprano que tarde se impondrá.
Como la lucha de nuestros hijos.
Asociación Madres de Plaza de Mayo Filiales: Mar del Plata, Mendoza y Tucumán
Los gobernadores se plantaron contra el recorte de fondos y Milei respondió con insultos
Guerra a cielo abierto contra las provincias
El puntapie lo dio Chubut: "Si no envían recursos, no entregaremos petróleo ni gas". El Presidente insultó por X al gobernador y el Gobierno habló de "plan de extorsión" y de "amenaza chavista".
La disputa entre el presidente Javier Milei y los gobernadores provinciales de todos los signos políticos tuvo un nuevo y escandaloso capítulo ayer, con visos de ruptura. En un comunicado en el que se presentan como representantes de"Las provincias unidas del sur", los gobernadores de la Patagonia se plantaron: "Si no envían recursos, Chubut no entregará su petróleo y su gas".
Reclamaban así los fondos de la coparticipación, el transporte y la educación, y denunciaban que están "padeciendo las represalias que se anunciaron luego de que cayera la ley Omnibus". Entre otros apoyos se sumó el de la CGT, y los gobernadores de Juntos por el Cambio y el jefe de Gobierno de CABA, Jorge Macri, publicaron un documento en apoyo al planteo de Chubut, lo cual configura un escenario de enfrentamiento absoluto entre el gobierno nacional y los ejecutivos provinciales.
Lejos de buscar una solución política al conflicto expuesto, el Presidente recurrió primero a su habitual territorio de las redes, para insultar con una frenética catarata de retuits: "Buena suerte con esa amenaza pedorra"; "¿Este sorete es un golpista?", le dedicó al gobernador de Chubut, Ignacio Torres. Luego, formalizó la provocación a través de la "Oficina del Presidente de la República": "Se le comunica al gobernador Torres que no existe la necesidad de que ponga ningún plazo de tiempo para llevar a cabo su plan de extorsión. Proceda con su amenaza de inmediato y hágase cargo de las consecuencias en la Justicia".
"La Oficina del Presidente lamenta que el gobernador Torres se niegue a entender que no hay plata y, en consecuencia, se lance a emitir una amenaza de carácter chavista respaldada por Axel Kicillof y el resto de los gobernadores, que expresaron su acuerdo con el avance sobre la propiedad privada y la expropiación de empresas que necesariamente implica dicha amenaza", atacó también el Ejecutivo nacional.
Milei en pie de guerra con las provincias
"Si para el miércoles no nos quitan la pata de encima, no va a salir un barril más de petróleo de Chubut para la Argentina", había lanzado Torres ayer en un acto por el aniversario de Comodoro Rivadavia. Y en el documento firmado también por los gobernadores Gustavo Melella (Tierra del Fuego), Claudio Vidal (Santa Cruz), Sergio Ziliotto (La Pampa), Rolando Figueroa (Neuquén) y Alberto Weretilneck (Río Negro), expresaron: "Hoy la provincia de Chubut está padeciendo las represalias que se anunciaron luego de que cayera el tratamiento de laLey Ómnibus. En febrero, el Ministerio de Economía nos retuvo ilegalmente $13.500 millones, más de un tercio de nuestra coparticipación mensual", denunciaron.
El gobernador Axel Kicillof, efectivamente, había sumado su apoyo a la misiva, al igual que Martín Llaryora, de Córdoba; Gerardo Zamora, de Santiago del Estero; Gildo Insfrán de Formosa; Ricardo Quintela, de La Rioja. Pero lo que más ruido provocó fue el texto conjunto de los gobernadores de Juntos por el Cambio: "el Gobierno Nacional debe cumplir con la Constitución y enviar urgentemente los recursos coparticipables que le pertenecen a la provincia (de Chubut)". Lleva la firma de Jorge Macri (CABA), Leandro Zdero (Chaco), Gustavo Valdés (Corrientes), Rogelio Frigerio (Entre Ríos), Carlos Sadir (Jujuy), Alfredo Cornejo (Mendoza), Marcelo Orrego (San Juan), Claudio Poggi (San Luis) y Maximiliano Pullaro (Santa Fe).
La CGT también salió a marcar la cancha: "Las provincias argentinas, así como el pueblo en general, están siendo sometidos a una extorsión en pos de un ajuste fiscal que deja de lado a la gente".
Las provincias le exigen respeto al gobierno nacional
“Las provincias son preexistentes a la Nación y merecen respeto. Nadie puede someterlas ni extorsionarlas con amenazas de restricción de fondos públicos que les pertenecen por derecho propio”, menciona el comunicado patagónico. Agrega que “los gobernadores no son empleados del Poder Ejecutivo Nacional ni están sujetos a órdenes. Sus mandatos surgen del pueblo de sus provincias y tienen la obligación de defender sus intereses”.
"Ultima hora, Chubut es el único lugar del mundo que tiene petróleo y amenaza con cortar el suministro. Tranquilos, corten el suministro que el mercado hará su trabajo. Buena suerte con esa amenaza pedorra", decía el primer retuit de Milei. "El gobernador de Chubut, Nacho Torres, amenaza a Milei con que si no hay plata no sale más un barril de petróleo para Nación. Intimo amigo de Larreta este mafioso, se niega a hacer el ajuste y amenza al estilo kirchnerista contra el Presidente. ¿Este sorete es un golpista?", rezaba el otro.
Represalias por la Ley Ómnibus
Todo se disparó a partir del texto de los gobernadores patagónicos, el cual se concentra en analizar los problemas que enfrenta la provincia de Chubut. “Hoy la provincia del Chubut está padeciendo las represalias que se anunciaron luego de que cayera el tratamiento de la Ley Ómnibus”, indica. En detalle, plantea que en febrero el Ministerio de Economía de la Nación le retuvo ilegalmente 13.500 millones de pesos; más de un tercio de su coparticipación mensual.
Se precisó que la situación fue llevada adelante de forma ilegal. “El gobierno nacional retuvo los fondos destinados al Fondo Compensador de las tarifas del transporte público. Son recursos procedentes del impuesto a los combustibles y tienen una asignación específica. Sólo una ley podría disponer otro destino y sin embargo se retuvieron”.
El comunicado de los gobernadores patagónicos dice: “repudiamos tajantemente el ataque que está haciendo el gobierno nacional a una provincia hermana y nos solidarizamos con el gobernador Ignacio Torres y el pueblo del Chubut”. Al mismo tiempo que se agrega que “avalamos la determinación de la provincia del Chubut de ejercer en plenitud sus derechos como dueña de sus recursos hidrocarburíferos y responder con acciones contundentes en caso de que el Ministro de Economía de la Nación persista en retener a la provincia los fondos que por derecho le pertenecen”.
En el texto se plantea que “si el Ministerio de Economía no le entrega a Chubut sus recursos, entonces Chubut no entregará su petróleo y su gas. Quitarle a una provincia más de un tercio de su coparticipación es acción criminal que persigue el objetivo deliberado de hacer sufrir a sus habitantes para de este modo forzar a su gobierno a adoptar determinadas decisiones políticas”.
Comparando
períodos de inicio, el valor promedio del ICG en el período diciembre de
2023 a febrero de 2024 es 3,1% mayor que el valor promedio registrado
entre diciembre de 2016 y febrero de 2017 (primeros meses de la gestión
Macri) y 22,6% mayor que el valor promedio registrado entre diciembre de
2019 y febrero de 2020 (primeros meses de la gestión Fernández). Por
otra parte, si bien en ese mismo lapso el ICG sufrió una caída de apenas
0,1%, "puede observarse una significativamente mayor pérdida de
confianza en el gobierno en los segmentos más jóvenes y de menor nivel
educativo", remarcó el informe.
Entre
los jóvenes, la caída fue del 27,2% (contra una caída de 2,6% en el
segmento de entre 30-49 años y de 9,2% entre los mayores de 50 años). En
relación con el nivel de educación, la caída es de 33,6% en el
segmento con educación primaria (contra una caída de 15,9% en el grupo
que alcanzó hasta educación secundaria y de 3,1% en el segmento que
alcanzó estudios terciarios y/o universitarios).
La reciente visita del secretario de Estado norteamericano, Anthony Blinken tuvo un momento sublime: ambos en el balcón de la Casa Rosada, donde el anfitrión, ante el desconcierto del visitante, saludaba con los brazos a una multitud imaginaria.
Por Ricardo Ragendorfer para Tiempo Argentino
La reciente visita del secretario de Estado norteamericano, Anthony Blinken, a Javier Milei tuvo un momento sublime: ambos en el balcón de la Casa Rosada, donde el anfitrión, ante el desconcierto del visitante, saludaba con los brazos a una multitud imaginaria, tal como ya lo hiciera el 28 de diciembre –Día de los Santos Inocentes–, con el agravante de que esa vez lucía una gruesa campera de cuero bajo una temperatura que arañaba los 34 grados a la sombra.
Tal recurrencia exhumó del olvido un episodio personal, sucedido en un taxi poco antes del balotaje, cuando el chofer soltó el siguiente razonamiento:
–Si todos los presidentes que nos arruinaron eran personas normales, a lo mejor ahora un loco pueda arreglar las cosas.
Ese hombre era uno de los votantes de Milei.
Por entonces ya no eran un secreto ciertas aristas de su ser. Como los diálogos que mantiene con su finado perro Conan o que se cree el elegido de Dios para una misión en la Tierra, entre otras extravagancias mesiánicas.
Pero a sólo diez semanas de su asunción, sus únicos milagros fluctúan entre una escalada inflacionaria sin precedentes, el aumento geométrico de los índices de pobreza (57%) e indigencia (15%), la eliminación de organismos cruciales del Estado, de planes sociales y programas sanitarios, junto con aumentos siderales en las tarifas de servicios, medicina prepaga y educación privada. Todo eso cruzado por piquetes, movilizaciones y huelgas, en medio de un clima represivo que no se respiraba desde 1983. Nunca en tan poco tiempo un gobierno consumó semejantes calamidades.
«Vamos por el buen camino», repiten a coro sus ministros y secretarios, una troupe compuesta por outsiders de toda laya: economistas que sueñan con privatizar el mar, adoradores de la última dictadura, fascistas y nazis volcados al ultraliberalismo, exfuncionarios de pasado sombrío, influencers y simples oportunistas. Sus dislates y yerros serían graciosos si no fueran las postales de una tragedia histórica. Es el Estado Manicomio en su esplendor.
Lo cierto es que los actos y actitudes de Milei causan azoro en propios y ajenos, aun en quienes lo siguen apoyando, ya sean bicicleteros de delivery o popes del establishment. En tanto, sus críticos se preguntan a qué sector del capital hegemónico él realmente reporta. Porque hasta el mismísimo Paolo Roca lo tiene entre ojo y ojo. Sin embargo, Milei es a todas luces el fruto de una construcción. Pues bien, en este punto no es un hecho menor que aún sea un enigma la identidad y filiación de los titiriteros que convirtieron a este tipo solitario, acomplejado y vulnerable en el depositario de la suma del poder.
Claro que este interrogante conduce hacia una conjetura: ¿acaso Milei es el cobayo de un experimento del campo de la sociología psiquiátrica? Un experimento tendiente a medir los efectos causados por alguien que gobierna un país sin estar en sus cabales.
En tal caso, ¿hasta qué punto él es consciente de ello?
–Soy loco, pero no boludo–, dijo días pasados en Corrientes durante un evento libertario. El público aplaudía a rabiar.
Paralelamente, se hacían oír las primeras voces que advertían el asunto en términos reales: el dirigente de la Federación Agraria (FA), Eduardo Bussi, no vaciló en sugerir la posibilidad de un juicio político a Milei «por insanía», mientras el senador de UP, José Mayans, pedía para él una pericia, puesto que –según sus dichos– «tiene problemas de salud mental».
Tales declaraciones fueron asimiladas por la opinión pública con dosis equilibradas de indiferencia y naturalidad.
Claro que si la hipótesis del experimento fuera cierta, su concreción no podría prescindir de otros 45 millones de cobayos.
Una multiplicidad de imágenes televisivas muestra la vida cotidiana que se les impuso de un plumazo a partir del 10 de diciembre: interminables filas para acreditar la tarjeta SUBE, el aumento de personas en situación de calle, la compra de alimentos en cuotas y los jubilados que salen de las farmacias sin haber podido adquirir medicamentos, entre muchas otros nuevos hábitos. En la atmósfera se respira una pesadilla colectiva, la de llegar al día siguiente sin caer por la angustia o la inanición. Así es el actual paisaje urbano.
«No hay plata», declama Milei como un mantra.
Claro que si la hipótesis del experimento fuera cierta, sus hacedores no dejarían de reparar en cada una de sus palabras, reacciones y gestos.
Hay que verlo, por ejemplo, en las entrevistas que concede a la señal La Nación+. Siempre sentado en la punta de la silla, con las manos entrelazadas, sin moverlas. Y los ojos clavados de soslayo en un punto indefinido, mientras sus palabras brotan muy despacio, con pausas, casi en trance, como si leyera con dificultad un texto escrito en su cerebro.
Ese individuo que parece dopado es el mismo que en las madrugadas se entrega a la furia, canalizándola en maratónicas sesiones de X (ex Twitter).
Durante horas ante la pantalla, ha llegado a efectuar en una sola noche más de 600 posteos, ya sea con textos propios o genialidades ajenas. Esa es su ventana al mundo. A través de ella interpreta la realidad y configura sus vínculos, además de dirimir toda clase de entuertos. La red de su adorado Elon Musk es el laberinto de su soledad. Y desde allí cultiva el lazo humano que a él más lo emociona: la enemistad.
Ya se sabe que, al respecto, su cosecha más reciente es impresionante: desde todos los gobernadores (incluso los de Juntos por el Cambio) hasta los diputados colaboracionistas, pasando por antiguos aliados (Carolina Píparo y Ricardo López Murphy) y periodistas amigables (María O’Donnell, Alejandro Borensztein y Silvia Mercado). Pero, desde luego, nada es comparable al odio que le profesa a Lali Espósito.
Es curioso que, entre las hendijas de aquellas circunstancias, los medios inyecten una normalidad casi abúlica: coberturas noticiosas sobre veraneantes en la playa y publicidades con fabulosas promociones en productos esenciales, además de algún romance entre dos famosos; aunque sin escatimar imágenes tomadas por cámaras callejeras para no omitir el «flagelo de la inseguridad».