Y la victoria en la provincia de Buenos Aires fue, gracias a Dios, por PALIZA.
Ahora vienen las Elecciones Legislativas Nacionales.
Será el 26 de octubre.
Todo indica que el enajenado mental y toda su pandilla de lunáticos, delirantes, cipayos y criminales sufrirán una tremenda derrota.
VAMOS POR MÁS ! ! ! ! ! !
HOMBRE ROTO
Por Víctor Hugo Morales
El tema es que ya estamos en octubre. Nos estamos quedando sin año. Está sucediendo el 2025, pero ya no puede devolvernos nada. A los que tienen hambre, a los que se quedaron sin trabajo, a los que pierden la esperanza. El ministro de Economía es un mendigo que está en un palacio frío de mármol y columnas, con una gorra en la mano. “Que Dios se lo pague”, le dice a Bessent, a Trump, a una mujer sin corazón del FMI. El tipo que supuestamente dirige el capítulo está fallado. Es un hombre roto, un pobre tipo que provoca lástima por él y por nosotros. La comparsa que lo acompaña son narcos, capitanes de una nave offshore, vendedores de bonos, embaucadores de criptomoneda, delirantes que desprecian la discapacidad de las personas. A los vencedores del sistema se les fue todo de las manos. No saben qué hacer. Quieren salvar al régimen atroz que inspiran en sus páginas que asesinan la vida, pero al mismo tiempo sienten que no pueden más, que se les escapó la tortuga. Milei fue demasiado. La primavera es una paleta de opacidades, una canción triste, un título que ya no puede mentirnos. Y salimos a la calle con la precaución de un eternauta, escuchando nuestra propia respiración. Hay una cierta locura en suspenso, una cucaracha que vigila, nos quieren volver locos, porque ellos funcionan así. Uno marca los precios, otro congela el salario y el tercero te escribe las noticias del día. Una corporación de bichos aterradores que se asustan de un loco tocando la guitarra sin saber. Es octubre, no nos queda año. Siempre pensamos en lo que se nos viene, pero ahora lo habitamos. Somos pasajeros de lo que se venía. Estamos en una estación más adelante. Sabemos de diciembre lo que diciembre no sabe. Solo nos queda un día de los noventa que restan. Uno solo y tiene nombre. Se llama veintiséis.