البريد الإلكتروني
كلمة السر:
سجّل نفسك الآن
هل نسيت كلمتك السر؟
Paseaba un día el gran sabio Newton con uno de sus amigos, cuando éste le pidió una prueba de la existencia de Dios. Newton levantó inmediatamente las manos al cielo y exclamó: “¡Mírala!”