Un paso más o un paso menos no es una decisión que podamos considerar completamente libre cuando se convive con algún tipo de discapacidad. Acercarse a la discapacidad desde la filosofía, en este caso desde la ética, no es pues un camino fácil, pero queremos hacer el esfuerzo de pensar el cuerpo en función de sus limitaciones (y nuevas posibilidades).
Pensar el cuerpo y la discapacidad, desde el entorno social, para retomar las palabras de María del Pilar Pinzón es una oportunidad para plantear, al menos, tres preguntas:
¿cómo puede pensarse la Voluntad del Sujeto con respecto a su propia discapacidad?¿cómo involucrar al conjunto de la sociedad en la comprensión y manejo de la discapacidad?¿qué (y cómo) puede enseñarnos la persona que convive con una discapacidad con relación a su cotidianidad? El título de esta breve comunicación: ¿qué es lo qué puede un cuerpo? es tomado de la Ética del filósofo holandés Baruch Spinoza (1632-1677), donde el filósofo reflexiona sobre las potencias de actuar en el sujeto. Ahora bien, creemos que lejos de llevar la “discapacidad” al terreno de la “lastima” o la “compasión”, es decir a un terreno moral, es desde la Ética donde podemos aportar nuevas reflexiones sobre el tema.
En primer lugar, la voluntad del sujeto (en este caso a quien se considera “discapacitado” por un diagnóstico médico particular, susceptible de revisiones o de cambios en el tiempo), abordada desde un punto de vista ético, no tendría en lo más mínimo porque ser vulnerada en términos abstractos. En otras palabras, las posibilidades de pensamiento y acción del sujeto, si bien dependen de una relación compleja entre cuerpo y mente, siguen existiendo, más allá del tipo de discapacidad. El sujeto puede recomenzar su aprendizaje o aprender nuevas habilidades que le permitan tener una vida digna.
Sin embargo, dichas posibilidades se reducen si el Sujeto tiene que enfrentarse a un mundo hostil, que en lugar de apoyar y valorar sus esfuerzos, tiende a invisibilizarlo y a tratarlo como un “menor de edad” que necesita algún tipo de “ayuda”. Es allí donde creemos que la estética puede jugar un papel fundamental en la relación entre “discapacitado” y Sociedad. 
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